Perdidos en el bosque (3/3)

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Mención de parejas: ItaFushi.

Personajes: Sukuna, Yuuji, Tsumiki, Megumi & Inumaki pequeño.

Número de palabras (según word): 5219 palabras.

Advertencias: Mención de necrofilia, muertes de personajes secundarios, Ooc.

Sukuna se mantenía llevando la carreta por entre los árboles, necesitaban alejarse de aquel pueblo mientras la luna se mantuviera asomada en lo alto del cielo, había visto incontables veces a su hermanito perder el control mientras era un hombre lobo y, aunque nunca lo lastimó, si podía llegar a dañar a otros hasta terminar matándolos, era bastante entretenido ya que él mismo no había nacido con esa maldición pero podía utilizar a su hermanito a su antojo porque éste lo protegería y obedecería lo que le pidiera. No podía negar que estaba preocupado, esas personas tenían flechas y lanzas que podrían lastimarlo pero esperaba que la luna lo guiara mientras cumplía con deshacerse de esas indeseables personas.

Después de algunos minutos detuvo la carreta y solo ahí fue que se dio cuenta que los dos hermanos parecían reclamarle algo, supuso que tendría que ver con el hecho de haber abandonado a su hermanito herido con esa gente y suspiró antes de mandarlos a callar.

¿Quieren tranquilizarse? Cuestionó con el ceño fruncido.

¿Tranquilizarnos? ¿Eres idiota o te haces? Cuestionó Megumi de regreso con total seriedad. Dejaste atrás a tu hermano como si no te preocupara el hecho de que va a morir por las flechas de esa gente.

Es porque no me preocupa Mintió Sukuna de manera descarada pero los hermanos Fushiguro le creyeron. Estoy más que seguro que estará bien y nos encontrará en la zona donde la luna nos guiará.

¿Y eso dónde demonios queda y qué significa? Cuestionó Megumi de regreso, cruzándose de brazos.

Siendo sinceros, no tengo ni la puta idea de dónde queda Respondió Sukuna con sinceridad antes de resoplar y sacar las cartas de tarot que se guardó en el bolsillo de la ropa. Y tampoco estoy muy seguro de lo que significa Completó con pesar antes de ver hacia el cielo. Sólo sé que es algo que Yuuji siempre suele decir y siento que se refiere a un sitio donde nos sintamos protegidos.

Perfecto ¿Y hacia dónde debemos ir para conseguir ese lugar de protección? Cuestionó Tsumiki ladeando el rostro al verlo extender las cartas. ¿Qué haces? Lo haces mal.

Sukuna la chitó, sabía que lo hacía mal, siempre lo ha hecho pero aun así le funciona y termina sabiendo lo que le mandaban a hacer, aunque en esos momentos no le estaba llegando las indicaciones demasiado bien, así que echó la cabeza de nuevo hacia el cielo y se dio cuenta que la luna estaba tapada, para su desgracia.

¿Tienen algún plano del bosque? Cuestionó volteando hacia los hermanos quienes asintieron y lo buscaron para entregárselo, agradeció antes de ponerse a verlo. Bueno, creo que estamos aquí Señaló un punto del mapa.

No es cierto, estamos aquí, cerca del lugar donde recogemos las plantas medicinales Respondió Tsumiki señalándole el lugar mientras Sukuna asentía.

Bien, ¿Dónde está el resto del mapa? Cuestionó Sukuna al ver una gran parte en blanco que lo tenía confundido.

No tenemos, nunca hemos ido más allá porque no teníamos la necesidad Respondió Tsumiki alzando los hombros.

Sukuna iba a abrir la boca para regañarla por no tener el sentido de la curiosidad pero una flecha salió de algún lado y llegando a rozarlo, ni siquiera se volteó a ver quién había sido, simplemente echó a andar a los caballos hacia cualquier dirección en el que se pudieran alejar de aquel desgraciado que le había lanzado la flecha, no podía creer que alguien los haya seguido pero tenía sentido que los encontrara porque la carreta en la que iban no era nada pequeña y además, llevaba muchas cosas que no estaba seguro de si iban o no a necesitar, no le importaba en esos momentos, sólo quería llegar al dichoso lugar que su hermanito había dicho pero ni siquiera estaba seguro de cuál lugar dentro del bosque serviría para la seguridad de los tres y se dijo que golpearía a su hermano una vez que lo volviera a ver Si es que lo volvía a ver, por no darle de manera correcta las indicaciones.

Se detuvo de nuevo al darse cuenta que estaba un poco oscuro el lugar en donde estaban, se suponía que la luna llena daba luz suficiente para alumbrar el bosque completo pero definitivamente ese lado no estaba para nada alumbrado, se escuchaban los búhos y algún que otra ave pero de resto, todo se encontraba en silencio, volteó a ver si los hermanos estaban bien y si seguían sobre la carreta, efectivamente lo estaban, se encontraban viendo a su alrededor con terror.

Definitivamente este sitio no hace que uno se sienta protegido, parece que fuésemos a morir aquí Comentó Tsumiki abrazándose a su hermano.

Estoy de acuerdo, pero fue culpa del imbécil que nos siguió y nos lanzó la flecha ¿Por qué demonios nos siguió? ¿Y por qué carajos no está muerto? Se quejó Sukuna con el ceño fruncido y una mueca sobre sus labios.

Ambos hermanos vieron hacia el mayor con las cejas alzadas, hablaba de la muerte de las personas del pueblo como si hablara del clima, fue entonces que cayeron bien en cuenta de las palabra que el contrario había estado soltando desde que dejaron al menor de los Itadori atrás; primero, el chico se había levantado hablando sobre la guía de la luna y usando las cartas tarot con un péndulo que no le habían visto a Sukuna en los últimos días. Y segundo, las palabras del mayor al despedirse de la gente del pueblo y la sonrisa dada no había sido para nada normal, no sabían exactamente a qué se había referido con "la verdadera brujería" pero presentían que nada bueno debía ser porque sino no estaría tan tranquilo sin preocuparse de su hermano menor.

¿Q-Qué es? Cuestionó Tsumiki en un tartamudeo hacia Sukuna.

¿De qué hablamos ahora? Cuestionó Sukuna con el ceño fruncido sin entender mucho la pregunta ajena.

¿Qué demonios es tu hermano? Cuestionó Megumi con el ceño fruncido.

Ah, eso Murmuró Sukuna rascándose la nuca antes de formar una mueca y suspiró hondo antes de responder. Un hombre lobo, eso es.

Jaja sí, claro y te creímos Respondió Megumi de manera sarcástica sin quitar su ceño fruncido. Ahora en serio ¿Qué demonios es?

Mocoso no te estoy mintiendo Reclamó Sukuna echando a andar a los caballos de regreso (Esperaba que fuese el mismo camino) por donde llegaron antes de proseguir. Les contaré una historia mientras tratamos de salir de este laberinto llamado bosque ¿Les parece?

¿Tiene algo que ver con lo que te preguntamos? Cuestionó Tsumiki mientras veía el camino.

Por supuesto que lo tiene pero haré como que no es desde nuestro punto de vista Respondió Sukuna con la mirada en el camino antes de proseguir. Hace treinta años una bruja se encontró con un hombre de sangre maldita, el hombre en cada luna llena podía transformarse en hombre lobo y perdía la consciencia pero nunca llegó a lastimar a la bruja; el hombre le contó que una bruja mala lo maldijo cuando no aceptó casarse con ella y lo convirtió en ese monstruo con el que había vivido en sus último años, a la bruja no le importó que aquel hombre tuviera esa maldición la cual era irrompible y se casaron, del matrimonio salió un pequeño niño el cual solo heredó la torpeza y un poco de la brujería de su madre.  Un par de años después nació otro pequeño niño que sí había heredado la magia y la maldición, siendo que a sus cinco años la maldición comenzó mientras que la brujería la fue aprendiendo poco a poco con el pasar de los años Contó de manera resumida. Cuando ambos chicos pasaron a ser mayores de edad, los padres fueron cazados por gente mala, ambos pudieron escapar con algunas pocas cosas y dinero para poder sobrevivir, desde entonces se cuidan uno al otro.

¿Entonces tu hermano es en verdad un hombre lobo por una maldición heredada por su padre? Cuestionó Tsumiki luego de unos segundos de silencio.

Así es Respondió Sukuna con el ceño fruncido al darse cuenta que estaban pasando por tercera vez por el mismo sitio. Él heredó la dos herencias familiares, nuestra madre nos enseñó a manejar nuestra magia y a expandir nuestros conocimientos mientras que nuestro padre le enseñó a controlarse lo más posible para que no dañara a los que estaban a su alrededor, a menos que estas personas le hicieran daño o me hicieran daño.

¿No te molesta? Cuestionó Megumi quien había estado en silencio, escuchando.

¿Pasar por el mismo sitio muchas veces? Sí, me está molestando demasiado Respondió Sukuna apretando los dientes por pura frustración.

No me refiero a eso Resopló Megumi con una mueca antes de re-formular su pregunta.¿No te molesta que tu hermano se haya quedado con lo mejor de ambas herencias?

Sukuna suspiró de manera ruidosa, sabía que a eso era que se refería pero quería evitar responderle, el que le volviera a hacer la pregunta, ahora de manera más directa, le molestaba pero debía saciar toda la curiosidad de ambos hermanos, así que respondió:

Cuando estaba adolescente sí, pero ya luego de cumplir la mayoría de edad y darme cuenta que quedamos solos, comprendí que no era su culpa haber nacido de esa manera, él no pidió nacer de esa forma, así que le prometí cuidarlo y nunca separarnos a menos de que la situación se pusiera peligrosa, como hace unas horas.

Era mentira sobre no estar preocupado ¿Cierto? Cuestionó Tsumiki viéndolo sin expresión alguna. Llevas un buen rato frustrado y no es tanto por el hecho de que estamos andando en círculos.

No sé de qué hablas Murmuró Sukuna concentrado en el camino y suspirando hondo cuando llegaron de vuelta al principio de donde la flecha se les había sido disparada. ¡Por mierda, por fin! Creí que no saldríamos nunca de ese maldito sitio.

¿Deberíamos volver al pueblo? Cuestionó Tsumiki al ver que ya no estaban perdidos.

No, seguiremos buscando ese sitio donde nos sintamos protegidos Respondió Sukuna rápidamente, volviendo a poner a andar a los caballos, yendo por el lado donde creía recordar, había un lago, ellos también necesitaban descansar un poco antes de seguir.

Una hora después Sukuna y los hermanos Fushiguro se dieron cuenta que se habían vuelto a perder pero esta vez estaban en un mejor lugar que el anterior, en aquel lugar por lo menos tenían un poco de luz de luna y estaban bien con eso pero no se sentían contentos de estar perdidos.

Paremos aquí a descansar, comer un poco y darle de tomar agua a los caballos Ofreció Sukuna deteniéndose a un lado de un árbol más grande mientras suspiraba.

Que buena idea Murmuró Tsumiki bajando con la ayuda de su hermano.

Sukuna se bajó con cuidado para estirarse, tronando sus huesos en el proceso antes de caminar por el lugar y poder marcar uno de los troncos por si acaso terminaban regresando al lugar una vez que se pusieran en marcha de regreso. Tsumiki tomó la comida para darle a su hermano e ir hacia el mayor para entregarle su porción para que comiera algo también antes de sentarse sobre la sábana que su hermanito puso sobre el pasto y se puso a comer, viendo a los caballos tomar agua y comer de igual manera.

Está mejor este sitio Comentó Tsumiki al ver llegar al mayor.

¿Se siente protegidos aquí? Cuestionó Sukuna sentándose a un lado de la mujer.

Definitivamente no Respondió Tsumiki rápidamente. Pero está mejor que el sitio anterior.

Es verdad, tal vez debamos seguir un poco más y ver hasta dónde nos lleva el camino Comentó Sukuna con un suspiro hondo.

Lograremos llegar, no te preocupes, podremos ver de vuelta a Yuuji —Animó Tsumiki con una sonrisa sobre sus labios.

—Sí, lo haremos.

Sukuna ya no estaba seguro de eso, la luna estaba por irse y sabía que su hermano se guiaba por su olfato, tal vez si deberían quedarse allí, de cualquier forma estaban perdidos y ni siquiera pudieron llegar al maldito lago del mapa, estaba frustrado y, aunque podía utilizar las cartas como se le fue enseñado, no tenía la suficiente positividad para eso; resopló en silencio, apretando el cabello de su nuca antes de ver hacia el cielo pidiendo ayuda en silencio. Ni siquiera podían llegar al siguiente pueblo y estaba ya cansado, estaba seguro que los hermanos también lo estaban.

Duerman un poco, es tarde para seguir entre tanta oscuridad, eso es lo que hace que nos perdamos Sentenció levantándose para acercarse a los caballos  y amarrarlos en uno de los árboles. Ustedes también descansen, se lo merecen.

¿Tú no vas a dormir? Cuestionó Tsumiki preocupada.

Alguien tiene que hacer guardia, además mientras esté preocupado por mi tonto hermano no podré pegar ojo Respondió Sukuna con sinceridad sin verlos, manteniendo la manos en los bolsillos y buscando con la mirada ramitas para hacer una fogata.

Puedo quedarme contigo haciendo guardia, así-

No, no te preocupes, Tsumiki Interrumpió Sukuna tomando las ramitas para ponerse frente a los hermanos y comenzar a hacer la fogata.Tú y tu hermano deben descansar, así tendrán energía para cuando volvamos al camino puedan relevarme.

Vamos a hacerle caso hermana, no creo que se vaya sin nosotrosComentó Megumi destapando los miedos de la mayor.

No lo haré, mi hermano y yo les debemos mucho Respondió Sukuna con concentración, murmurando poquito para encender la fogata y que esta diera el calor suficiente. Ahora sí, descansen.

Se levantó de donde estaba para subir a la carreta y acostarse en el asiento de madera para ver hacia el cielo en silencio, no estaba hecho para preocuparse demasiado tiempo por su hermano menor pero solo le quedaba esperar en silencio.

Los hermanos Fushiguro vieron con preocupación al hombre y sonrieron tristes, no entendían la sensación porque no han pasado tiempo alejados pero conocían el sentimiento de preocupación que se creaba por el otro cuando algo sucedía y por ello esperaban de corazón que se encontraran pronto con el chico.

Las pezuñas del caballo chocaban contra el suelo, Yuuji, quien iban encima del animal trataba de controlar con mucha fuerza a la maldición que heredó de su padre, apretaba los dientes y se rasgaba el labio inferior para reaccionar cuando su mente se nublaba, debía mantenerse consciente mientras seguía olfateando a su hermano, pero no entendía por qué su hermano había llegado hasta ese horrible lado del bosque y su ceño fruncido mientras veía el lugar por si estos estaban esperando por alguna parte, pero ese sitio no daba sensación de protección y dudaba que la luna los haya guiado hasta allí, era extraño.

¿Qué demonios te hizo venir a este sitio, hermano?

Se cuestionó a sí mismo antes de volver a la entrada y desvió el camino cuando sintió una flecha pasar por frente a su pecho, gruñó molesto dándose cuenta que uno de los del pueblo había quedado vivo y fue cuando cayó en cuenta, su hermano y los otros dos podrían haberse perdido por culpa de ese cazador, detuvo al caballo detrás de unos árboles para amarrarlo antes de quitarse la camisa y el pantalón, dejando que la bruma que había estado deteniendo saliera para encargarse de aquel hombre al cual no dudó en cazar como si de un ciervo se tratara y cuando lo encontró encima de una carreta le saltó encima, escuchando el grito de terror que lanzó antes de que sus colmillos se encajaran en su hombro derecho, arrancó el brazo para lanzarlo a un lado antes de seguir rasgando la piel del cuerpo ajeno con sus colmillos hasta que no quedaba nada del hombre, su olfato lo alertó y lo guió hacia la parte de atrás de la carreta donde quitó la lona que cubría, su nariz se arrugó al ver la escena.

Dentro de la carreta estaban los cuerpos de lo que parecía ser la familia del hombre, lo extraño era que estaban completos pero muertos, tenían una flecha cruzándoles el pecho, la mujer tenía la ropa desacomodada y las piernas abiertas, sintió arcadas al darse cuenta que el tipo había tenido sexo con la que suponía era su esposa y la cual estaba muerta, la bruma se despejó rápido ante ese pensamiento mientras su mirada se dirigía hacia las dos niñas que estaban de igual forma y su estómago lo llevó hacia un lado para regresar todos los cuerpos que se comió horas antes, se sentía mareado y completamente asqueado; agradecía haberse desecho de ese asqueroso tipo.

Vio de reojo hacia los árboles, un niño de más o menos la edad de las niñas en la carreta salía de entre los árboles con un arco y una flecha la cual apunta en su dirección, el niño estaba desgarbado, flaco hasta los huesos y la mirada completamente perdida, estaba seguro que no había muerto por el simple hecho de que la sangre seca alrededor de su boca le decía que había comido algo hace poco.

¡Devuélveme a mi madre y a mis hermanas! Exigió el niño.

¿Son tu familia? Cuestionó Yuuji con sorpresa.

¡Son mi fuente de comida! ¡Mi viejo no me dará comida si algo les pasa! Respondió el niño temblando a pesar de seguir apuntándole.

No puede ser Bufó Yuuji por lo bajo y se pasó la mano por la boca luego de escupir lo último del mar sabor de boca que tenía. Si sabes que están muertas, ¿Verdad?

Sí, el viejo las mató pero dijo que fue porque eran brujas y las brujas son malas Respondió el niño destilando aún inocencia.

Claro, porque eran brujas, pura mentira; pensó Yuuji con ironía.

Tú viejo está muerto, si no quieres correr el mismo destino, baja eso y sígueme Le contó y colocó la lona encima de los cuerpos antes de usar su magia para encender la carreta. ¿Qué esperas? ¡Vamos!

E-Eres... Un brujo Murmuró el niño con miedo.

Lo soy pero no te haré daño, camina, ¿No quieres comida? Cuestionó Yuuji caminando para soltar a los caballos o mejor dicho, caballo porque el otro estaba muerto, una pena.

S-Sí, sí quiero.

El niño corrió detrás del hombre, pasando por al lado de la carreta envuelta en fuego y se tensó al ver la última expresión que su padre tuvo al morir, escupió sobre su rostro antes de volver a ir detrás del hombre peli-rosa quien lo subió al caballo una vez que estuvo cerca.

Busquemos a mi hermano, él anda con dos chicos que tienen comida para ti Le contó mientras guiaba el caballo hacia donde se hallaba el suyo.

¿Tu hermano también tiene el cabello como tú y andaba en una carreta con mercancía? Cuestionó el niño ladeando el rostro al recordar que había visto gente pasar antes que él y que ellos eran la razón de que fuera abandonado detrás de unos árboles.

Yuuji volteó a verlo rápidamente y asintió con las cejas alzadas.

¿Sabes a dónde se fueron? Cuestionó igual de rápido a como lo miró.

Sí, fueron hacia el sur, hacia el lado del bosque de las almas Respondió el niño viendo al hombre vestirse, quizá había hecho lo mismo que su padre con su madre o hermanas, le sacaba el demonio y la magia, o eso decía el hombre. ¿Qué hacías desnudo?

¿Bosque de las almas? ¿Qué demonios es eso? Cuestionó Yuuji con el ceño fruncido antes de subirse al caballo y llevar ambos hacia el sur.Tengo que desvestirme para no romper la ropa cuando mi lado salvaje aparece para matar a las malas personas.

Mi madre solía contarme que el bosque de las almas albergaba todas las almas de las personas que han dejado este mundo y que aún tienen un mensaje que darle a sus seres queridos Contó el niño antes de ver hacia el cielo mientras se sostenía del lobo del caballo. ¿Eres algo así como un hombre lobo? Cuestionó siendo mirado con curiosidad. Mamá solía contarnos muchas historias, sobretodo la de los hombres lobos, estos solo perdían el control con la luna llena y no recuperaban su consciencia hasta el día siguiente donde despertaban entre charcos enormes de sangre, se oía genial pero creía que solo era un cuento, algo inventado.

Uhm, tú madre era muy inteligente si se sabía todas esas historias Comentó Yuuji viendo el camino con expresión seria. Los hombres lobos existen por las brujas malas que lanzan maldiciones a los hombres comunes que no aceptan casarse con ellas, mi padre no quiso pasar el resto de sus días con una bruja y esta lo maldijo, diciéndole que su maldición pasaría de generación en generación, convirtiendo a los hijos de sus hijos y los hijos de estos en hombres lobos pero la maldición se saltó uno de los hijos de mi padre y recayó en mí Contó con tranquilidad, guiándose aún por su olfato. Es cierto que he llegado a despertar en enormes charcos de sangre pero nunca le he hecho daño a la gente buena, solo a gente mala como lo eran esas personas del pueblo y como lo fue tu padre, le prometí a mi hermano mayor nunca lastimar gente inocente y lo he cumplido.

El niño asintió en silencio con fascinación, no creyó nunca ver de verdad a un hombre lobo pero tampoco creyó nunca en esos de las brujas porque nunca había visto una de cerca y ahora, ese chico era un dos por uno, era fascinante.

Creo que los encontré Anunció Yuuji al olfatear a su hermano más cerca y de manera fuerte.

Hay fuego Comentó el niño señalando el humo que salía en lo alto de los árboles.

Están allí, definitivamente Comentó Yuuji sonrió amplio antes de poner a correr a los caballos.

Sukuna escuchó un grupo de pezuñas golpear el suelo, alertándolo junto a los hermanos que despertaron con temor de haber sido encontrados pero el peli-rosa mayor se tranquilizó al escuchar aquel aullido que conocía bastante bien y sonrió amplio bajando de la carreta para detenerse frente al fuego, cruzado de brazos.

Es el mocoso, relájense Advirtió Sukuna al verlos intranquilos.

Pero se escucha más de un caballo y ninguna carreta Le comentó Tsumiki con el ceño fruncido.¿No será que nos advierte de algo malo?

No, el aullido no fue desesperado y solo fue uno Respondió Sukuna tranquilamente.

Los tres vieron llegar dos caballos, sobre uno de ellos estaba el peli-rosa que habían dejado atrás hace unas horas y sobre el otro caballo iba un niño que sinceramente les preocupaba por lo flaco que estaba; vieron al primero bajar del caballo para bajar luego al niño, dejando que se sentara frente al fuego mientras iba a abrazar a su hermano que a leguas se le notaba la preocupación.

Te tardaste mucho, mocoso Regañó Sukuna abrazándolo con fuerzas.

Sí, lamento eso, me encontré con una molestia en el camino que me disparó una flecha Respondió Yuuji alejándose del abrazo antes de ver que la mujer ya se encontraba alimentando al niño y sonrió antes de explicar la razón de andar con él. Es el hijo del tipo que disparó la flecha, no me hizo nada malo y como no tiene familia, lo traje conmigo Contó con simpleza viendo el ceño fruncido de los otros tres. Luego les cuento la versión larga, dejen que coma y descanse antes de ponernos a andar de regreso al puerto, quiero irme de regreso a la ciudad.

¿Con qué dinero planeas que nos vayamos si dejamos todo en casa de ese barón? Cuestionó Sukuna con el ceño fruncido.

Nosotros tenemos dinero y si hace falta más, podemos vender algunas cosas en el siguiente pueblo, tampoco queremos quedarnos en los pueblos, viene una enfermedad que atacará de manera fea Contó Tsumiki con preocupación mientras apretaba la mano de su hermano. Por favor dejen que vayamos con ustedes.

¿En qué momento les dijiste que no nos los llevaríamos? Cuestionó Yuuji viendo hacia su hermano antes de ver a los hermanos. Creí que era obvio que vendrían con nosotros, claro que, ahora tenemos un integrante más Señaló al niño que cabeceaba.

Yo no dije nada Respondió Sukuna cruzándose de brazos. Oye mocoso, ve a dormir antes de que pegues la cara contra el fuego.

Todavía no, aprovechemos la luna para hacer algo con su memoria Comentó Yuuji sosteniendo al niño para llevarlo bajo la luz de la luna y agacharse frente suyo. Tus memorias malas serán selladas y algunas borradas para evitar que haya dolor en tus ojos Le comentó con seriedad.Dime tu nombre.

Toge Inumaki Respondió el niño fregándose los ojos por el cansancio.

Ahora serás Itadori Inumaki.

Yuuji colocó el pulgar y el índice en sus mejillas a poca distancia de las orillas de su boca, murmuró una palabras en otro idioma mientras veía hacia la luna, cerrando los ojos antes apretar un poco para adentrarse a la memoria del pequeño, sellando casi todas menos los buenos momentos donde solo salía su madre y hermanas, porque al parecer su padre nunca cumplió de buena manera su papel, aquello estuvo por arrancarle un gruñido más animal que humano pero se detuvo para evitar crear un trauma por medio del vínculo que tenía con el pequeño. Una vez que todas las memorias necesarias fueron selladas, recitó un conjuro más fuerte con el que hizo que se crearan un par de marcas alrededor de donde tenía sus dedos, llegando la marca hasta su lengua como siendo una especie de candado protector para que no se rompiera el hechizo y una vez que terminó soltó al pequeño, al abrir los ojos pudo notar que el cabello que antes era negro ahora se ponía blanco, era parte del hechizo así que era normal; lo sostuvo en cuanto lo vio desplomares del cansancio y lo cargó hacia la sábana para que descansara antes de ver hacia los hermanos.

Listo, no tiene más que buenos recuerdos Comentó Yuuji alzando una ceja al ver las manos del pelinegro. —¿Qué?

Fuera camisa Ordenó Megumi con expresión seria.

Pervertido Molestó Yuuji riéndose bajito antes de caminar alejado del pequeño para sentarse contra un árbol y quitarse la camisa.

Idiota Masculló Megumi aclarándose la garganta para ignorar el calorcito que pintaba sus mejillas y se agachó frente al contrario, quedando sorprendido al no ver herida. No hay nada Murmuró tocando la piel ajena sin salir de su asombro.

Mínimo esperaba una invitación para un café antes de ser toqueteado de manera pervertida Comentó Yuuji riéndose entre dientes.

Que mocoso más desvergonzado Se burló Sukuna siguiéndole el juego a su hermanito. Cuidado y sigues bajando la mano para tocar otra cosa, mira que mi hermanito se emociona rápido cuando es luna llena.

Bu-Bueno ya, esa información no la tienes que dar, Sukuna Reclamó Yuuji aclarándose la garganta, sintiendo sus mejillas pintadas de rojo.

El nombrado terminó riéndose al ver al pelinegro retirar la mano rápidamente, teniendo el rostro pintado de rojo al igual que su hermano, aquello era fascinante de ver y le emocionaba fastidiar a dos por uno, se quedó callado al ver al mocoso removerse entre sueños antes de agacharse junto a la chica quien se sentó al lado de su hermano, llevando la mano sobre su boca, de seguro tratando de no reírse de la situación.

¿Ya nos cuentas qué onda con el mocoso? Cuestionó Sukuna viendo el cambio de expresión que tuvo su hermanito en menos de un segundo y se dijo que nada bueno saldría de lo que les iba a contar.

Yuuji se apoyó del tronco antes de perder la mirada en el collar que cargaba el pelinegro frente suyo, tomó aire antes de comenzar a contar desde que se topó con el padre del chico Evitando contar el cómo lo mató para no asustar a los otros dos, les contó lo que vio dentro de la carreta, tratando de contar todos los detalles pero supo que no era necesario luego de los murmullos que daban todos y la maldición que su hermano soltó, contó el cómo encontró a Inumaki y la razón por la que se lo llevó consigo, terminando todo hasta lo último que conversó con el pequeño.

Qué tipo tan más asqueroso, que bueno que esté muerto Comentó Tsumiki con mal sabor de boca.

Que cabrón, dime que al menos sufrió aunque sea un poco Pidió Sukuna y sonrió amplio al ver la sonrisa malévola que se formaba en los labios de su hermano.

Por supuesto que se fue sufriendo antes de que atacara su cuello Respondió Yuuji tronándose los huesos del cuerpo. La luna está despareciendo.

¿Comienzas a resentir el dolor en el cuerpo? Cuestionó Sukuna tomando algunas plantas de las manos del pelinegro  para buscar la correcta.

Sí, pero aún es leve Murmuró Yuuji como una mentira mientras cerraba los ojos y apretaba los dientes junto a los ojos. ¡Mierda!

Un gruñido salió de su garganta, haciéndolo caer contra el suelo mientras se rodeaba el cuerpo con ambos brazos. Los hermanos Fushiguro se alejaron rápidamente por la orden muda de Sukuna mientras éste sostenía a su hermano, obligándolo a abrir la boca para meterle un puñado de plantas antes de ayudar a su mandíbula para que masticara y pudiera tragar con más facilidad, sintiendo las garras contrarias clavárseles en la piel con dolor pero era un dolor soportable, por los momentos.

Comenzó a contar hasta sesenta, siendo que cuando llegó a treinta el dolor incrementó pero eso no lo detuvo y al terminar de contar vio hacia el cielo, ya estaba saliendo el sol, las garras ya no estaban y su hermanito yacía desmayado entre sus brazos como cada luna llena, suspiró hondo dejando caer la espalda en el tronco antes de ver a los hermanos con una sonrisa mínima.

Ahora todo estará bien Prometió.

Y los hermanos Fushiguro le creyeron porque no tenían otra opción ni otra persona en la que depositar su esperanza.

Una vez que Yuuji despertó del desmayo, todos se pusieron en camino hacia el pueblo; Inumaki estaba sobre la carreta con Sukuna y Tsumiki mientras que sobre los dos caballos estaban Megumi y Yuuji, el peli-rosa menor los guiaba a todos por el camino correcto, guiándose por lo poco que todavía le quedaba de olfato, entendiendo por qué los otros se habían perdido en el bosque de la manera en que lo hicieron y es que el lugar era tan parecido, habían partes más oscuras que otras pero aun así era tan iguales.

Aun así no tardaron muchas horas en llegar al pueblo correcto, los hermanos Fushiguro se pusieron manos a la obra para comerciar todo lo que tenían en la carreta, Yuuji había tomado a Inumaki para que estuviera consigo sobre el caballo mientras que Sukuna cambio de puesto con Megumi para subirse al caballo, ambos hermanos Itadori tomaron algunas plantas medicinales por prevención antes de que los hermanos Fushiguro vendieran todo y mientras ellos hacían sus ventas, fueron hacia el puerto para preguntar sobre cinco pasajes en cualquier barco que los pudieran llevar sin engaños hacia la ciudad, planeaban irse sí o sí y una vez que llegaran, hablarían con el rey para el que trabajaban sobre su experiencia en el lugar al que fueron enviados, se asegurarían de que la próxima vez que fueran al pueblo y sus alrededores, fuese para tomarlos como propiedad del rey y la reina.

¡Hello!

Ya sé que estamos a 14 y voy atrasada, sinceramente creí que podría ir al día como hice con el BNHAtober del año pasado pero la enfermedad no me deja y el hecho de haber comenzado también el FluffTober versión Tokyo Revengers me hizo darme contra un muro (no lit.) pero hago lo que puedo :c

Espero les haya gustado esta última parte de los Os ♥

¡Nos leemos luego lunitas, LOVIU, besitos en la cola! ♥

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