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Diciembre 24, 2023

TaeHyung y SeokJin estaban viajando a Jeju con Namjoon y Jimin. Probablemente era la primera vez que Jimin y TaeHyung hacían un viaje en pareja y juntos, les parecía tan extraño como divertido. Cuando bajaban del avión y alquilaban un auto para ir camino a la casa que Lee tenía para vacacionar allí, sonreían ante la brisa salada que entraba por la ventana.

— ¿En serio nunca has venido a la casa que el señor Lee tiene aquí? —preguntaba Jimin cuando bajaban con sus bolsos. Sólo sería una semana y días, los últimos más importantes del año.

Sí, habían pasado dos meses luego de octubre y la oficialización de su relación. TaeHyung se había dado cuenta que incluso ya estaba pronto a superar con SeokJin el tiempo que había estado con su ex pareja, Jennie. Pero no había comparativa más allá del tiempo.

Su relación con SeokJin era otro nivel de madurez emocional que reconocía no haber practicado en sus otras relaciones. También se divertían y tenían mucho en común, incluso los malditos vicios, TaeHyung había comenzado a intentar dejar el cigarro porque su madre siempre lo regañaba de vez en mes entonces SeokJin había mencionado que también lo dejaría por él, para ayudarlo y TaeHyung se sentía extasiado con esa atención, con ese apoyo emocional. Con todo ese amor que recibía día a día de este hombre que lo volvía cada vez más loco y no, aún no tenía suficiente.

—Jamás he venido —respondía a la pregunta de Jimin—. De hecho, jamás la había mencionado como para tomarlo como una invitación, hablaba de esta casa muy poco —respondía mientras comenzaban a entrar.

—Es muy acogedora —mencionaba Namjoon.

La casa no era inmensa, pero cuando entraban tenía una sala de concepto abierto con colores beige y estilo ladrillos a la vista en las paredes. Los cuadros hacían juego con pinturas peculiares y la sala tenía en el centro un juego de living frente al plasma. Pasos más atrás el juego de comedor y a un costado una cocina muy bonita equipada. Apenas entraban a su izquierda había una chimenea a gas y arriba de esta había infinidades de cuadros que llamaban de inmediato la atención de TaeHyung.

Acercándose con lentitud se quedaba viendo varios de ellos donde estaban él de bebé, luego a sus cinco años, a los diez. Muchas fotos que marcaban su crecimiento y el de Tae-Eul. También su madre estaba presente en muchas de ellas.

—Oh ¿Ese bodoque eras tú? —decía Jimin con ternura.

TaeHyung reía asintiendo y continuaba viendo los cuadros familiares que Lee tenía de ellos hasta que llegaba a otras fotos que jamás había visto. Se quedaba colgado de las imágenes que Lee tenía solo con su padre. Su corazón se aceleraba cuando veía las fotos que remarcaban una relación más allá de una simple amistad. Algo más íntimo, algo sólo de ellos dos y su nariz picaba de repente, dándole una puntada que humedecian sus ojos.

— ¿Tu padre? —sonaba la voz de SeokJin detrás de él.

TaeHyung se estremecía y lo miraba, SeokJin sonreía con dulzura y entonces él se echaba sobre su pecho, recibiendo de inmediato los brazos del castaño a su alrededor. SeokJin metía su nariz en su cuello, aspirando con ganas y TaeHyung se estremecía de placer.

—Jamás había visto estas fotos —susurraba—. Él se ve muy diferente —mencionaba viendo una foto en particular dónde ambos estaban sentados en lo que parecía ser el balcon de la casa en la que estaban. TaeHyung podía ver a través de la puerta de vidrio qué las mesas y sillas seguían siendo las mismas, solo que renovadas.

Su padre estaba abrazando a Lee como SeokJin lo estaba abrazando a él y estaba besando la mejilla del hombre. La imagen no debería sorprenderlo, pero lo hacía. Su padre se veía feliz, como lo recordaba de hecho, el hombre se veía muy feliz con ellos también, sólo que veía una esencia más romántica en una simple foto. Y su padre había sido cariñoso con su madre, pero si se ponía a revivir algunos momentos, el hombre de la foto era diferente al hombre que había visto mientras crecía.

Nuevamente suspiraba—. Él era jodidamente increíble —susurraba.

SeokJin sonreía—. Eso es genial, eres muy parecido a él, pero tienes la boca de tu madre —susurraba SeokJin a su lado.

—Sí, siempre dicen lo mismo —sacudiendo la extraña sensación, volteaba entre los brazos de SeokJin y enroscaba sus brazos en el cuello de su novio—. ¿Tu madre nos espera para la vídeo llamada ¿No?

—En unos momentos, de todos modos no puede esperar a verte en persona en algún momento —exclamaba SeokJin—. Dice que eres muy hermoso.

TaeHyung sonreía de forma rectangular y besaba a SeokJin en los labios de forma dulce, con un sutil roce de lenguas, pero la voz de Jimin los interrumpía.

— ¡No empiecen con eso! —gritaba—. Hay que preparar la cena y luego beber vino frente al mar, vamos, vamos, vamos.

TaeHyung se separaba de los labios de SeokJin y rodaba sus ojos, Namjoon lo veía y los señalaba:

—Mimi tiene razón. Ustedes empiezan con un beso y luego desaparecen para follar como animales y tenemos una agenda para este primer dia que cumplir —decía el grandote.

SeokJin resoplaba y TaeHyung pegaba un salto para colgarse de él como si fuera un koala.

— Intenta separarme de SeokJin, te desafío —decia señalando a Namjoon.

SeokJin reía mientras lo sostenía con facilidad—. Puedo cocinar contigo encima de mí, sin problema alguno.

Jimin reía—. Por dios, son más cursis que nosotros —mencionaba sacando las bolsas de comida—. TaeHyung baja de ahí, ellos están a cargo de la carne y nosotros de las verduras. Ya hombre, no se va a ir a ningún lado.

TaeHyung hacía un puchero con su mejilla pegada a la de SeokJin y Namjoon les tomaba repentinamente una foto.

—Cuando cumplan un año, les dejaré ver esta foto. Ahora separense, carajo. Tengo hambre —decía divertido.

TaeHyung chasqueaba su lengua y miraba a SeokJin para besarlo otro poquito, SeokJin correspondía y luego se bajaba para hacer lo mencionado. Festejarían la navidad en pareja como era costumbre en Corea del Sur, luego su cumpleaños y en noche vieja, serían parte del Festival del Amanecer de Seongsan. Todo estaba planeado para pasar una última semana increíble de ese año loco. Y ambos, incluyendo Nam y Jimin, no podían esperar por terminarlo y comenzarlo con dos de las personas más importantes, todos tenían a su amigo confidente y al amor de su vida al lado y eso era perfecto.

Febrero 14, 2024

—Lamento que mi madre viniera en esta fecha —decía SeokJin poniendo la mesa—. Estaba haciendo unos trámites por Seúl y quiere conocerte.

TaeHyung sonreía y rodebaba la cintura de SeokJin con sus brazos—. Oye. Sólo es una fecha más para sacar dinero a la gente. Tú y yo podemos celebrar nuestro amor cualquier día de cualquier mes. Y también quiero conocerla —exclamaba con una sonrisa.

SeokJin suspiraba—. Estoy nervioso ¿No estás nervioso?

TaeHyung alzaba sus ojos—. ¿Debería? ¿Le caigo mal? No parecía eso en las videollamadas. Jamás le he caído mal a ningúna mamá —decía con un puchero preocupado.

SeokJin reía—. Lo siento, no. No vas a caerle mal, te dije que piensa que eres hermoso y va a traerte un budín de zanahoria con chocolate —con una mueca negaba con su cabeza—. Puedes rechazar esa creación de satanás.

TaeHyung reía—. ¿Por qué? ¿Es mala cocinera?

—No, pero esa cosa es una aberración ¿Zanahoria y chocolate? Agh, puedes rechazarlo —afirmaba cuando sonaba el timbre de la puerta—. Oh, ya llegó.

TaeHyung lo soltaba, pero SeokJin no se movía—. ¿Amor?

— ¿Mmm? —Seokjin tenía sus ojos muy abiertos.

—Oh, ¿Estás nervioso? Yo abriré —decía palmeando el pecho de un SeokJin que quería negar estar nervioso, pero nada salía de su boca y su corazón dejaba de latir cuando TaeHyung abría la puerta.

— Oh... —la madre del castaño era una señora hermosa, SeokJin era su viva imagen y parecía más joven de lo que le había mencionado a TaeHyung—. ¿TaeHyung?

El azabache sonreía—. Señora Cha —él se inclinaba sonriente—. Es un placer conocerla en persona finalmente, pase. SeokJin está en shock.

— ¿En shock? —replicaba la mujer cuando veía a su hijo parado al lado de la mesa—. Oh, en shock —repetía divertida.

—Eomma... —SeokJin sonreía.

La mujer sonreía y ponía su brazo en el hombro de TaeHyung—. Los he llamado varias veces y visto un cantidad descomunal de fotos donde te ves hermoso y adorable, pero en persona eres más guapo —decía con una sonrisa que contagiaba a un TaeHyung que se sonrojaba con mejillas regordetas por la sonrisa en su rostro.

—Señora Cha, usted es una aduladora —mencionaba con dulzura.

—Dime "eomma" y traje mi especial budín de zanahoria y chocolate para ti. Lamento haber llegado en día de San Valentín, no los retrasaré mucho, pero tenía ganas de conocerte.

TaeHyung tomaba el budín y SeokJin finalmente se acercaba para tomarlo de sus manos—. Eomma, no me saludaste. Y no creo que a TaeHyung le guste esta aberración.

— ¿Cómo aberración? Kim SeokJin —decía la mujer con un puchero que TaeHyung descubría, el castaño había heredado de su madre.

SeokJin reía—. Dame un abrazo —pedía con dulzura, siendo correspondido—. No nos importa la fecha, estamos feliz de que estés aquí.

—Eso es cierto, eomma —decía TaeHyung viendo como sonaba la palabra en su lengua, la mujer sonreía—. Dame ese budín, lo comeré con gusto —decía a su suegra.

—Él es un amor —decía la mujer a su hijo.

SeokJin rodaba sus ojos—. No puedes cambiarme sólo porque comerá tu budín, él está siendo amable. Aún no lo prueba realmente —mencionaba.

—SeokJin, ya —decía TaeHyung divertido—. Comamos, el budín será de postre.

Dicha las palabras los tres comenzaban un almuerzo lleno de preguntas curiosas, respuestas nerviosas, otras relajadas y muchas risas de por medio. La madre de SeokJin era una dulzura de mujer y TaeHyung se encontraba muy cómodo a su alrededor. Para la hora del postre, SeokJin preparaba un té de hierbas y TaeHyung iba en busca del "budín de la aberración" como SeokJin lo nombraba.

Al momento de darle su primer bocado, él tenía los ojos de los presentes sobre él, se sentía todo un chef en un reality show probando la comida para darle su merecida calificación.

—Y dilo, todos lo sabemos. Es una aberr-...

—Es delicioso —decía TaeHyung con ojos abiertos.

La madre de SeokJin sonreía y daba palmaditas. El castaño sonreía como idiota ante su novio complaciendo a su madre. Era irreal ver a TaeHyung sentado junto a su progenitora mientras la mujer le daba otro bocado de budín.

—Estoy comenzando a sentir celos. Ni mi madre ni mi novio me prestan atención, eso pone SeokJinnie muy triste —se mofaba SeokJin.

Su madre sonreía—. Oh, Seokjinnie se ve muy feliz —decía extendiendo su mano a su hijo quien enseguida la tomaba—. Y yo me siento muy feliz al respecto. Gracias TaeHyung por lograr que mi hijo se vea tan radiante y más guapo de lo que ya era.

TaeHyung se sonrojaba—. Oh él es precioso por su cuenta, pero me agrada tomar crédito extra —decía con una sonrisa de enamorado.

Horas más tarde, SeokJin subía a su madre a un taxi y volvía dentro a su apartamento. Había sido un día hermoso con sus dos personas más amadas.

—Tú eres el novio perfecto —decía entrando—. Mi padre quedó feliz contigo y quedó totalmente complacida porque te gustó su budín. Gracias por pretender que te gustó esa cosa horrible para hacerla feliz.

Cuando llegaba a la cocina TaeHyung estaba parado frente a refrigerador y cuando giraba tenía la boca llena de las últimas migajas de budín.

—Ah ¿Realmente te gustó esa cosa? —decía SeokJin con una mueca divertida.

—Trendrash que deshirle a eomma que me pashe la resheta —decía con la boca llena y sus mejillas repletas de budín de zanahoria—. Me lo comí todo —sentenciaba con un puchero después de tragar.

SeokJin reía y lo alcanzaba para besar todo su rostro y luego sus labios. TaeHyung se dejaba complacido—. ¿Sabes una cosa?

— ¿Qué? —preguntaba TaeHyung con ojos de enamorado.

SeokJin besaba sus labios de forma casta y se acercaba a su oreja para susurrar en su oído—. Aún es San Valentín.

TaeHyung mordía su labio inferior y se colgaba de SeokJin como el koala que no era, para comenzar a besarlo y saber que el castaño los estaba dirigiendo directo a la habitación para cerrar ese día como era debido.

Junio 28, 2024.

— ¿Cuánto más te vas a embadurnar el rostro? —preguntaba TaeHyung acostado sobre la cama de Jimin.

Era un poco gracioso como él ya se habia preparado para el desfile y ahora descansaba acostado a los pies de la cama con su cabeza colgando, técnicamente miraba a Jimin al revés.

—Tus shorts no dejan nada a la imaginación, amigo —se mofaba.

—Oh, por dios. Levántate de ahí —decía el rubio forcejeando con un TaeHyung que reía sin parar mientras se sentaba—. ¿Sólo así irás? Estás muy simple —decía terminando de poner máscara en sus pestañas.

TaeHyung se miraba a si mismo, vestía igual que hace un año atrás—. Sip. Esto llevaba puesto cuando conocí a SeokJin.

Jimin lo miraba—. Técnicamente podrías haberlo visto antes, sólo que no lo recuerdas —se burlaba.

TaeHyung le hacía un puchero resentido—. No cuentan oficialmente. Hoy hace un año quiso ligarme en el desfile del orgullo a dónde iremos juntos este año y eso es algo muy especial —decía con una sonrisa.

Jimin se giraba y lo miraba con ojos brillantes—. Dios, eres tan gay que me siento orgulloso —exclamaba secando una falsa lágrima.

TaeHyung rodaba los ojos y se ponía de pie—. Bisexual. Ahora mueve ese culo, SeokJin y Nam están abajo y prepárate para que Namjoon te tape el culo —decía saliendo de la habitación del rubio con este detrás de él.

—Soy un hombre que se viste decente y cool la mayor parte del año, en el desfile del orgullo quiero jugar y divertirme y él tendrá que lidiar con eso —exclamaba con seguridad.

Cuando llegaban al auto de SeokJin que los esperaba estacionado, TaeHyung subía al copiloto y Jimin atrás con Namjoon.

—Woah, esos shorts no dejan a la imaginación —mencionaba el grandote babeando.

Jimin se removía incómodo y se miraba a sí mismo—. ¿No te gusta? ¿Quieres que me cubra?

SeokJin y TaeHyung cruzaban una mirada cómplice y el azabache no resistía burlarse de su amigo—. ¿No que Namjoon tendría que lidiar con tu elección de outfit? Gobernado.

Jimin abría grandemente sus ojos y golpeaba el hombro de TaeHyung—. Boquifloja, el único gobernado eres tú.

TaeHyung reía y Jimin quería darle otro golpe entre risas, pero SeokJin cubría a su novio—. Oye, ya. Él es feliz de ser un gobernado. ¿No, mi amor?

—Sí, mi vida —decía TaeHyung—. ¿No te molesta mi outfit de hoy, no? —se burlaba.

Namjoon y Jimin comenzaban a gritarles mientras TaeHyung y SeokJin se reían, hasta que se encaminaban en dirección al desfile y dejaban el auto en un estacionamiento. Cuando comenzaban a marchar, TaeHyung miraba a SeokJin de arriba abajo y sonreía:

—Oye, llevas la misma ropa de hace un año —susurraba para él.

SeokJin tomaba su mano y sonreía—. Tú también lo haces.

TaeHyung le devolvía la sonrisa mientras que caminaban con calma y se apoyaba en el hombro de SeokJin—. Hoy se cumple un año de habernos conocido oficialmente.

Cuando una caravana pasaba por enfrente de ellos, la gente vitoreaba y TaeHyung sonreía. Está vez era muy diferente a la primera, hacía un año atrás. Ahora sostenía orgulloso la mano del hombre más hermoso y perfecto que podría haber pedido para acompañarlo en esta aventura a largo plazo. SeokJin estaba a su lado, pero no miraba la caravana, miraba el rostro refulgente de TaeHyung y sonreía al verlo, hasta que no aguantaba, tomaba su mentón y juntaba sus bocas en un beso dulce que también era vitoreado por terceros. Especialmente por Nam y Jimin a sólo metros de ellos.

La lengua de TaeHyung no era tímida, ni en privado ni en público. Le gustaba besar a SeokJin y ser besado por él, usualmente tenía la fiel creencia que siempre era besado por SeokJin porque él siempre dominaba el beso, su cerebro, labios y corazón. Pero en ocasiones él también era demandante y posesivo. Le gustaba jugar de ambas formas. Dócil y sumiso, o posesivo y salvaje, SeokJin siempre sabía maniobrarlo a la perfección, como ahora. Apretando su cintura y juntando sus cuerpos mientras se besaban apasionadamente sin importar nada más.

Cuando se alejaban, apenas Jin exclamaba—. Un día como hoy, comenzaba una historia de altas y bajas con el hombre más hermoso que jamás he visto —susurraba SeokJin en sus labios—. ¿Sabes que te amo con locura, no?

TaeHyung sonreía como el enamorado empedernido que era y con ambas manos empujaba la cabeza de SeokJin para besarlo otra vez.

—Te amo, diablo —decía entre un beso y otro—. Te amo demasiado.

SeokJin sonreía y correspondía a cada beso. Aún no podía creer que el hombre que había mirado y admirado por meses a la distancia, estaba ahora entre sus brazos esperando a ser besado con toda la ternura y el amor que tenía para darle. No eran perfectos, tenían diferencias, habían tenido sus discusiones, pero siempre cedían y volvían a empezar intentando no cometer el mismo error. La comunicación entre ellos había sido fundamental ya que sabían por experiencias pasadas que guardarse lo que pensaban o lo que estaban sintiendo no era la opción correcta.

Y ellos iban aprendiendo y creciendo cada día, como las hojas que se despliegan lentamente en primavera. Eran tan imperfectos como hermosos, como las grietas en una antigua taza de porcelana que cuentan historias de años pasados. Y eran suficientes para el otro.

Estaban listos para muchos "Junio 28" más, ese día especial que guardaban en sus corazones como un tesoro escondido. En cada mirada, en cada risa compartida, encontraban la promesa de un amor que crecía con el tiempo.

Así seguían su camino, entrelazando sus vidas como las ramas de un roble centenario. Y en cada "Junio 28" que vendría, celebrarían no solo una fecha en el calendario, sino también el milagro de haberse encontrado en este vasto mundo.

The End

Adiós mi amada JUNE 28💜 gracias por los momentos divertidos y tristes. Tensos e incomparable.

✨Adiós Fresita y Diablo ✨

Con amor niñita Nanykoo 💜

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