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SeokJin había dejado a Jeno en un auto luego de escuchar como le rogaba y planeaba la muerte de TaeHyung para que dejara su apartamento. Primero había sido un poco chistoso, luego SeokJin sentía que quería golpearlo. Y no se consideraba amante de la violencia. Lo bueno es que su polla se había desinflado en el trayecto.

Cuando suspiraba y volvía a su apartamento , encontraba a TaeHyung sentado en su sofá fregando sus ojos. SeokJin estaba igual o más agotado que él y no sabía cómo afrontar esta situación. Hasta que TaeHyung alzaba la vista y lo miraba. Él se veía apenado, atormentado y SeokJin no sabía si tenía fuerzas suficientes para excusar sus últimas acciones.

— ¿Quieres dormir? —preguntaba desabotonando su camisa.

Cuando lo miraba TaeHyung estaba colorado y con los ojos llenos de pánico. SeokJin parpadeaba y se miraba a sí mismo.

—Dios, quita esa cara de susto —decía exhausto—. Estoy muy cansado, solo quiero dormir ¿Quieres dormir aquí? Puedo darte mi cama si lo prefieres.

—Estoy bien... —susurraba TaeHyung.

Cuando SeokJin asentía desaparecía camino a su habitación y TaeHyung se sentía fatal, como se venía sintiendo hacía bastante ya. Desde que había decidido volver a casa de SeokJin y quedarse sentado en su puerta rogando que si volvía con su cita, fuera en su apartamento y no al ajeno. Él quería totalmente sabotear su noche.

Y lo había hecho, pero no se sentía tan bien como había esperado. O sea, se sentía bien saber que nadie estaba encima de SeokJin y él había visto a ese twink de nombre Jeno estar encima de SeokJin hasta que se toparon con él en el suelo, y se sentía tan incorrecto que aquel aberrante acto le había dado el coraje de decirle a SeokJin que él no estaba moviéndose de allí.

Pero ahora, viendo a SeokJin agotado y apagado, él no iba a pegar un ojo en toda la noche, necesitaba aclarar las cosas y pedir perdón a su amigo. Por cierto estaba siendo un pésimo amigo, por lo que sus pies se estaban moviendo por dónde SeokJin se había ido. Cuando llegaba a la puerta de dicha habitación la encontraba semi abierta, o semi cerrada. Su mente divagaba en la definición correcta de eso cuando asomaba su cabeza y veía a SeokJin sin camisa.

La piel blanca tenía destellos de sudor en su columna, sus hombros relucían anchos y perfectos, la forma en que bajaba sus ojos y veía su cintura diminuta y sus largos brazos sutilmente marcados mientras estaban flexionados y uno sostenía el cigarro en su boca y el otro encendía el mismo. Su pantalón estaba desabrochado con el cinturón desprendido y cayendo a los lados haciendo que el borde del boxer negro reluciera ahí, demasiado sexy.

TaeHyung estaba mirando en detalle absolutamente todo. Relamiendo sus labios, sus ojos se movían y miraban en detalle al hombre en la habitación, dando una calada intensa y dejando caer brazos y cabeza hacia atrás mientras largaba el humo en dirección arriba.

Un suspiro lo abandonaba y TaeHyung sentía su boca seca. El escalofrío volvía y el calor se creaba en su nuca, incrementaba cuesta abajo y se centraba justo en su zona sur. Algo estaba muy mal con él si SeokJin despertaba todo tipo de-... Cosas extrañas y señales confusas en su cuerpo y en su cabeza.

— ¿Que carajos pasa contigo? —susurraba para sí imismo. Se regañaba porque debía de golpear, entrar y disculparse, pero a cambio de eso se quedaba parado en la puerta mirando como un maldito fisgón.

Pero cuando estaba a punto de hacer eso, SeokJin simplemente se quitaba lo que restaba de ropa y el azabache se quedaba viendolo en toda su gloria. Tal y como había llegado al mundo, excepto que con musculos extras y... Oh, SeokJin giraba para tomar la ropa del piso y TaeHyung mordía su labio inferior.

Esto no era nada nuevo, había crecido siendo básicamente un deportista promedio y ver a un tipo desnudo ya no le sorprendía, pero ver a este tipo desnudo, no solo lo tenía en una parálisis de pura sorpresa y extraña excitación, sino que ni siquiera podía apartar sus ojos. Aunque se sintiera tan fisgón y morboso como nunca jamás en su vida, TaeHyung no podía dejar de mirar absolutamente todo lo que podía desde su lugar.

Las piernas largas, blancas y sutilmente marcadas en sus muslos y gemelos, eran una armoniosa vista, seguida de sus bonitos pies grandes y masculinos. SeokJin no tenía vello alguno fuera de-... Oh, cuando levantaba sus brazos para echar su cabello hacia atrás, allí estaba el segundo rastro de vello en su cuerpo, en sus axilas. Sólo un poco, lo suficiente para verse delicadamente masculino. Luego tenía otro poco de vello púbico en esa zona que tenía atrapada a los ojos de TaeHyung.

Su polla era larga, no demasiado gruesa, pero tampoco fina, era justa y TaeHyung pensaba incluso que su polla era atractiva. Aunque estuviera flácida y sin una misera señal de excitación que había visto apenas sobresalir del pantalón de SeokJin cuando lo había tenido frente a él. Parpadeando relamía sus labios y allí notaba que había estado, jodidamente, babeando durante todo el momento en el que SeokJin se paseaba perturbado por su habitación, buscando ropa limpia y dejando la usada en el tacho de la ropa sucia. Él no debería estar mirando tan fijamente y pegado a la fría pared para sentirse anclado a la realidad y no dejarse elevar por la temperatura de su cuerpo.

SeokJin daba otra calada mientras dejaba un pantalón sobre la cama y su mano daba una superficial caricia a su polla. Su pelo seguía hacia atrás sudado y despeinado, sus típicas cejas estaban fruncidas y su boca seguía sosteniendo el cigarro. Con una mano lo sacaba al dar una calada mientras que la otra seguía tocando su polla. Dios, TaeHyung sabía muy bien lo que estaba haciendo y como se sentía eso. Sentía que se sonrojaba al ver algo que no debería estar viendo. Pero no podía dejar de mirar.

No quería dejar de mirar, su cuerpo estaba caliente y tenso ante la masculinidad desbordante del hombre desnudo en la habitación. Cuando SeokJin continuaba su trabajo manual sutil y desinteresado, daba unas últimas caladas, apagaba el cigarro en cenicero en su mesa de noche y se dirigía al baño. Tenía su propio baño personal en su habitación y dejaba a TaeHyung con la boca abierta, deseoso de seguir mirando un poco más.

— Debería moverme... —susurraba, la puerta del baño apenas se cerrará, nuevamente SeokJin no sabía que estaba siendo observado por un maldito fisgón curioso—. Esperaré a que salga —susurraba agitado.

Su corazón palpitaba junto con la polla dentro de sus pantalones. Avanzaba, pero en dirección contraria... Él entraba en la habitación en vez de volver a la sala. Sabía que estaba sólo un poco demente en ese momento, pero suavemente y silencioso, caminaba para ver por la puerta semi abierta del baño privado y SeokJin tenía una puerta transparente que apartaba al agua de caer en todo el pequeño cuadrado.

Y no tenía nada de privacidad para los ojos curiosos de un TaeHyung que mordía su labio, se presionaba contra la pared y se quedaba viendolo hipnotizado. SeokJin echaba su cabeza hacia atrás y dejaba que el agua caliente mojara su piel y calmara la necesidad debajo de esta. Si TaeHyung no quería pensar porque había actuado de la forma en que había actuado, SeokJin no pensaría en ello tampoco. Pero dentro de esa ducha con agua caliente cayendo sobre su piel, rememoraba el cuerpo de TaeHyung en el club horas atrás.

En cómo lo había sostenido sobre la pared y mantenido allí presionando su pierna contra su polla. Joder, él solo era un hombre, pero TaeHyung jugaba demasiado con su resistencia y necesidad. Su polla se inflaba ante el recuerdo de ese hombre y se sentía de lo más sucio y traicionero por estar fantaseando en que hubiera sido mejor si TaeHyung simplemente cerraba su boca sobre la suya. Su mano estaba entusiasta sobre su polla, recorriendo su propia longitud buscando nada más que alivio.

Imaginaba que TaeHyung llenaría totalmente sus fantasias en la realidad, pero era imposible poseer a ese hombre. Estaba destinado a simplemente mirarlo de lejos y apreciarlo como si fuera la cosa más valiosa y bonita que no necesitaba ser arruinada por nada ni nadie, mucho menos por él, porque TaeHyung había comenzado a confiar y eso sería traicionarlo. Su mano se movía con más ganas y con la otra acariciaba sus bolas para un alivio más rápido, segundos más tarde cuando sentía el tirón se concentraba simplemente en el glande sensible que hacía temblar sus piernas y recordaba el calor del cuerpo de TaeHyung. Esos ojos somnolientos, curiosos y confundidos cuando lo había encontrado en su puerta y él se corría con un gemido bajo y ronco.

El orgasmo lo atacaba con toda una lluvia de espasmos placenteros y su mano izquierda subía para acariciar su vientre, pectorales y bajar nuevamente. La imagen era desgarradoramente sensual y TaeHyung lo había visto absolutamente todo sin saber que había sido la razon por la cual ese hombre se había corrido y estaba tan frustrado. Su mano se negaba a hacer el siguiente movimiento, pero ya no soportaba más cuando apoyaba su palma sobre la dura erección que estaba escondida en sus pantalones.

Su cuerpo se sacudia intentando no correrse como un adolescente precoz y apretaba sus ojos evitando pensar.

—Ya, ya... Sólo pasa, sólo pasa —susurraba apretando sobre la dura protuberancia.

Cuando su cuerpo daba una clara señal de que no iba calmarse en un tiempo cercano, TaeHyung sólo imaginaba en que SeokJin lo encontraría siendo un maldito fisgón pervertido y luego le diría quien sabía cuántas barbaridades por ser un maldito "heterodegenerado" y eso oprimía el corazón de TaeHyung haciendo que su estómago se cerrará, su polla se desinflara y se sintiera como la reverenda mierda que había sido en las últimas horas.

No, SeokJin no necesitaba otro show, TaeHyung podía negarse muchas cosas y evitar pensar en muchas otras, pero no se negaba que había sido el peor de los amigos con SeokJin y no estaba seguro que diría, pero él no se iba a dormir sin hablar con ese hombre antes. Con su cuerpo en temperatura correcta y su cabeza bloqueada, TaeHyung dejaba de espiar a SeokJin y lo esperaba sentado en su cama.

Cuando el castaño apagaba la ducha el cuerpo de TaeHyung se tensaba como cuerda bien estirada, pero esperaba pacientemente. Bueno, no tan paciente, sentía que su corazón iba a explotar y su pierna iba a salir despegando si seguía moviendola de arriba abajo de esa forma.

— ¡Carajo!.... —SeokJin pegaba un salto cuando salía y TaeHyung se giraba asustado por el mismo insulto.

—Lo siento, soy-soy yo... —TaeHyung veía el cuerpo semidesnudo con solo una toalla en las caderas del otro hombre—. Y-t-tu puerta estaba abierta y entré —decía suavemente balbuceando.

SeokJin estaba sorprendido y confundido. La costumbre de vivir solo y dejar sus puertas abiertas, claro.

—Mierda, Tae... Se me va a salir el corazón —decía tocando su pecho evitando mirar al dueño de su reciente orgasmo. Se sentía sucio. Tan sucio y culpable.

TaeHyung relamía sus labios cuando lo veía acercarse a la cama y tomar su pantalón deportivo.

—No quise asustarte

—No pasa nada, pero necesito cambiarme Tae —exclamaba SeokJin, mostrando su pantalón y evitando sus ojos.

TaeHyung bajaba la mirada y suspiraba, lo había llamado dos veces por su nombre ya. Era ridículo lo mucho que le molestaba eso.

—He crecido como deportista promedio, puedes cambiarte frente a mi —exclamaba mirando fijo a un SeokJin que finalmente levantaba la vista y ambos en una sincronía diabólica se ponían colorados.

Las orejas de SeokJin eran de un rojo fuego y TaeHyung mordía su labio inferior.

— ¿Qué? —soltaba confundido el dueño de la casa.

TaeHyung suspiraba y se giraba—. Puedes cambiarte, no voy a mirar...

SeokJin explotaba, dentro de su cabeza y en su vivida imaginación se imaginaba a sí mismo estallando. Pero suspiraba, se giraba y se quitaba la toalla, no iba a buscar por un maldito boxer, no era el jodido plan hasta la mañana. Así que se apresuraba a vestirse y no quería pensar en que TaeHyung estaba a solo unos metros de él.

—Estás enojado conmigo —susurraba este.

SeokJin levantaba su pantalón y suspiraba. Estaban en su habitación, de espalda al otro y él exclamaba—: No, no lo estoy

—Lo estás. Me llamaste "Tae" dos veces... Te dije que se sentía raro y no me gustaba —añadía.

SeokJin dejaba caer su cabeza y suspiraba riendo cansino y enternecido a la vez. Mientras daba unos pasos hacia atrás para acortar la distancia entre él y TaeHyung, volvía a suspirar.

—Te llame "Tae" porque quizás este solo un poco-... —SeokJin suspiraba—. No estoy enojado... Quiero entender, pero no te voy a pedir explicaciones. Ya está... —cuando chocaba con la espalda de TaeHyung sentía el azabache suspirar.

Este se había sorprendido de sentir el calor corporal en su espalda, pero no se estaba moviendo. No sé estaba alejando de SeokJin.

—Estuve muy mal. Soy un imbécil

—Sólo fuiste un buen amigo, estabas preocupado eso es todo —decía SeokJin con desgano—. Aunque no entiendo cómo sabías dónde estaba yo y como supiste que tenía una cita con-...

—Con MinGyu —finalizaba TaeHyung avergonzado y más bajo, luego suspiraba y se apoyaba sobre la espalda de SeokJin—. Le pregunté a Jimin a dónde lo habías llevado. Él me contó que les dió un empujón para finalmente tener un cita.

SeokJin apretaba sus dientes y cerraba sus ojos, el calor de TaeHyung era exquisito.

—De acuerdo —decía el castaño.

— ¿De acuerdo? —repetía TaeHyung.

SeokJin suspiraba—. Está bien. Te dije que también era celoso con mis amistades —exclamaba.

TaeHyung fruncía su ceño. Otra salida fácil. SeokJin era demasiado considerado con él y tenía razón. Él había sido un amigo celoso. ¿No? Carajo, no se sentía bien con esa resolución, ni aunque le diera mil vueltas. Sentía su corazón acelerarse y la ansiedad lo debordaba. SeokJin lo hacía sentirse vulnerable y mareado.

—Nuestra amistad recién comienza y ya la cagué —susurraba.

SeokJin apretaba sus dientes y se giraba, TaeHyung se ponía tenso, pero no se alejaba cuando sentía la respiración de SeokJin golpear su nuca. Contrario a eso, su cuerpo sentía un calor que lo tenía temblando apenas, sutilmente.

—Oye ¿Acaso dije que cagaste algo? —preguntaba SeokJin detrás de él. No estaba demasiado cerca, pero estaba cerca.

Hacía que el pulso de TaeHyung se acelerará y su corazón se pusiera como loco. Algo estaba realmente mal con él cerca de este hombre.

—No lo dijiste, pero sé que así fue y por eso no iba dormir sin que tú y yo habláramos al respecto —susurraba tembloroso.

Sentía a SeokJin suspirar porque su aliento golpeaba su nuca y su cuerpo se sacudia, sus dientes se apretaban y todo era tan tenso alrededor de ellos. Era todo pura tensión. TaeHyung hecho un nudo mientras SeokJin se paraba detrás de él.

—No tienes de que preocuparte... —susurraba. TaeHyung estaba cerca, olía bien y SeokJin tenía que alejarse. Él iba alejarse, estaba haciéndolo y se sentaba sobre la cama del lado en el que él siempre dormía.

TaeHyung lo miraba y relamía sus labios tomando asiento al otro lado libre de la cama.

—Me puse celoso —añadía.

SeokJin suspiraba—. No voy a acercarme a tu empleado si eso te molesta. Dejaré a MinGyu en paz

— ¿Por qué no me dijiste que saldrías con él? —preguntaba TaeHyung con un puchero entrañable.

SeokJin suspiraba, se veía demasiado bien sin camiseta, TaeHyung necesitaba todo de su concentración para no mirar los sutiles ABS y los hombros marcados en esa posición sobre la cama.

—MinGyu no quería que supieras que estaba a punto de salir con un cliente —se encogia de hombros—. Tampoco quería que supieras porque siente que te cae mal que sea yo... Le aclaré que no era nada de eso —exclamaba.

TaeHyung abría sus ojos—. ¿MinGyu cree que soy gay?

SeokJin apretaba sus dientes—. Él no cree nada, solo supone que te molesta y eso es todo, cariño.

TaeHyung ponía esa mirada de cachorro perdido, pero repetía—. Me puse celoso, por ti. De ti... O de él, por ti, no estoy seguro si se entiende. Ni yo me entiendo a tu alrededor y nunca estuve celoso para emplear la frase correctamente —decía alzando sus cejas—. No quiero ser un cretino, sé que piensas que lo soy, pero no quiero serlo, lo juro.

SeokJin sonreía y se acercaba más a TaeHyung en la cama—. No creo que seas un cretino, cariño. No pongas palabras en mi boca y opiniones que yo no he dicho, ni pensado sobre ti —susurraba.

TaeHyung lo miraba y ellos estaban inclinados el uno al otro ¿Cuando se había inclinado para acercarse tanto a SeokJin?

—Aparte... —añadía SeokJin, alejandose y estirándose—. No me gustaba ese chico Jeno, solo estaba pasando el rato... No me molesta estar aquí ahora —SeokJin se levantaba y abría las mantas para meterse debajo de estas—. Te ofresco ese lugar si no quieres el sofá. No me muevo en toda la noche de mi lugar de todas formas. Estás a salvó, fresita.

TaeHyung se sorprendía, pero gratamente. Realmente no quería el sofá, pero no había pensado en compartir la cama. La idea no lo aterrorizaba, Jimin había dormido en su cama con él, más veces de las pudiera contar con los dedos de los pies y las manos, así que, sí ¿Por qué no?

—De acuerdo ¿Puedo fumar antes o te molesta si lo hago en la cama? —preguntaba sacando la cajetilla de su bolsillo

Le picaba, urgía uno de inmediato.

—Que adorable eres, fresita —respondía SeokJin somnoliento y con ojos cerrados. Él estaba boca arriba—. Hazlo tranquilo, cariño.

TaeHyung relamía sus labios y asentía mientras tomaba el encendedor y daba una calada para encenderlo. Cuando se acostaba, pero más sentado que echado de forma horizontal, miraba a SeokJin respirar pacíficamente.

— ¿Quieres que apague las luces para ti? —preguntaba TaeHyung.

—Cuando termines, no hay problema —decía SeokJin lentamente.

TaeHyung se ponía de pie, apagaba la luz y encendía la luz de noche de su lado de la cama, volvía a la misma posición y daba una calada larga mirando al cuerpo al lado suyo.

— ¿Estamos bien? —susurraba.

SeokJin se tomaba su tiempo para responder, la voz de TaeHyung se escuchaba ronca y cerca. Necesitaba simplemente continuar su camino al país de los sueños para no tener una condenada erección otra vez.

—Nunca estuvimos mal —añadía.

TaeHyung relamía sus labios, daba caladas intensas y largaba el humo mirando aún el cuerpo a su lado. SeokJin acomodaba su brazo debajo de su cabeza y suspiraba. Su brazo musculoso relucía gloriosamente y sus labios parecían más rojos ante la tenue luz que venía del lado de TaeHyung. Él era todo un bonito poema al lado del azabache.

«¿Cómo un hombre puede ser tan atractivo?»

— ¿Te gusta MinGyu? —preguntaba mirando a un SeokJin que no abría sus ojos.

—Gustar es una palabra muy seria. Es un tipo adorable y muy atractivo —decía secamente.

— ¿Por qué dijiste que lo cancelaste para no usarlo?

«Debería cerrar mi boca»

SeokJin suspiraba, abría sus ojos y miraba a TaeHyung—. No hagas preguntas cuyas respuestas podrían asustarte, porque lo último que deseo es incomodarte.

Ellos se miraban unos momentos largos y tensos, luego SeokJin volvía a cerrar sus ojos. TaeHyung se quedaba callado y con el corazón palpitando en sus oídos. Él no era tan estúpido como en ocasiones parecía. O al menos no podía seguir jugando al imbécil luego de arruinar la follada de SeokJin. El tipo estaba frustradisimo, TaeHyung lo entendía. Él tambien era un hombre amante del sexo.

—Lamento arruinar tu follada —susurraba dando su última calada.

SeokJin reía—. El chico no me gustaba ni un poco. A fin de cuentas, estoy donde quiera estar —susurraba somnoliento.

El corazón de TaeHyung se detenía. ¿Por qué tenía que gustarle mucho algunas indirectas cuando ni siquiera sabía manejarlas?

TaeHyung apagaba el cigarro en el cenicero—. No puedes estar hablando en serio. Ibas a follar y yo te obligué a echarlo —decía riendo amargamente y recostándose por completo para luego apagar la única luz que alumbraba la habitación—. Soy de lo peor

—Basta, fresita. Dije que estoy donde quiero estar, ahora duerme —susurraba SeokJin.

TaeHyung suspiraba y apretaba sus dientes, los segundos pasaban, pero su cuerpo no se relajaba. Envidiaba que SeokJin no pareciera perturbado en absoluto, pero de nuevo ¿Por qué lo estaría?

— ¿Puedo hacerte una pregunta? —susurraba.

SeokJin reía en la oscuridad—. Todas las que quieras —repetía.

— ¿Cómo te diste cuenta que te gustaban los hombres? —susurraba con sus ojos cerrados y sus manos con dedos entrelzados sobre su estómago.

SeokJin resoplaba—. De la misma forma en que te diste cuenta que te gustan las mujeres —respondía—. Ves a alguien que se convierte en el foco de tu atención y comienza a gustarte demasiado su compañía. Lo que hace o dice y la miras todo el tiempo —exclamana tranquilo—. Me sucedió a los quince con un compañero de clases. Lo miraba todo el tiempo, lo hablé con mi madre meses después y fue ella quien me abrió los ojos con mi sexualidad. Nunca me juzgo, lo considero una bonita historia. Pero básicamente es mirar demasiado y en detalle al otro y sentir que te encantan demasiado los segundos en que tienes su atención, como tú con las mujeres de tu historial. Es lo mismo, fresita.

TaeHyung relamía sus labios y abría sus ojos a la oscuridad de la habitación. Los segundos pasaban y TaeHyung no decía nada, SeokJin estaba en completo silencio a su lado.

—Te vi caminar y fumar desnudo antes de entrar a la ducha —susurraba.

Los ojos de SeokJin se abrían instantáneamente y por un momento dejaba de respirar. El corazón de TaeHyung latía como si estuviera corriendo una maratón. Nunca había tenido filtro del cerebro a la boca realmente y por eso había dicho a SeokJin de primera que no imaginará su lengua en su boca y que le gustaba su polla en un coño bien apretado. Sin mencionar que le había contado que había soñado con él. Un sueño muy húmedo.

SeokJin aspiraba por aire y luego suspiraba—. Tengo la costumbre de vivir solo y por ende olvidó cerrar las puertas —mencionaba—. Lo lamento, fue mi culpa.

¿En serio? TaeHyung no sabía si sentirse aliviado o frustrado. Parte de él se sentía muy, pero muy frustrada.

—Primero fue un accidente, luego solo me quedé observandote —susurraba. Tenía un nudo en su garganta y su cuerpo se sentía todo tenso y duro.

Oh, momento. SeokJin estaba teniendo otra er-...

—El ser humano es curioso ante la desnudes ajena —exclamaba—. No tiene por qué tener un sentido más profundo que eso y no tengo nada que tú no tengas.

Esto estaba resultando más difícil de lo que SeokJin esperaba. Realmente no se había dado cuenta que estaba siendo observado. Su puerta abierta, no había sido una jodida invitación para esos ojos negros, grandes y curiosos. Su polla se sacudia ante la información de TaeHyung viéndolo caminar como Dios lo trajo al mundo por su habitación.

Quería totalmente preguntarle que había sentido al verlo o por qué se había quedado viéndolo. Pero no hacía ni una cosa ni la otra. Solo se quedaba en silencio, aunque su cuerpo estuviera totalmente afectado ante la información.

—Te ví ducharte y masturbarte —añadía TaeHyung, bajo y ronco.

SeokJin gemía frustrado tapando su rostro. TaeHyung se encogia en su lugar, pero el gemido causaba cosas extrañas a su estómago. Volviendolo un nudo lleno de un cumulo de sangre que se esforzaba por pasar en dirección a su polla y asentarse ahí.

—Todos los hombres desean, por naturaleza, saber. Dijo Aristóteles —soltaba SeokJin con sus manos sobre su rostro.

La voz amortiguada y él sintiéndose mortificado porque TaeHyung había visto todo eso y él se había pajeado pensando en el hombre junto a él en su cama. Era mucho que asimilar y todavía estaba un poco ebrio.

— ¿En serio acabas de citar a Aristóteles para mí? —decía TaeHyung sintiéndose más divertido y menos mortificado por su lengua sin filtro que había puesto ambos demasiado tensos.

SeokJin lo miraba en la oscuridad, apenas vislumbraban al otro hasta realmente poder acostumbrarse a la nada de luz en la habitación. TaeHyung rompía en risas primero. Grave y sexy, dioses, no tenía derecho a sonar así, pensaba SeokJin, pero luego él también reía a la par hasta que quedaban en silencio. Un silencio sólo un poco tenso.

SeokJin suspiraba—. Cuando tenía dieciséis, estaba en un equipo de natación —comentaba—. Un piso arriba entrenaba el equipo femenino —mencionaba, luego reía secamente—. Recuerdo que nos colamos con dos amigos para ver a las chicas en los vestidores. Dios, me da vergüenza decir esto, actuamos como pervertidos, bueno yo estaba más que seguro que era gay para entonces ya, así que en mi caso fue más curiosidad —mencionaba—. No es excusable lo sé, el punto es que ví chicas muy hermosas con cuerpos muy atléticos y atractivos, pero no despertaron nada en mí —exclamaba suspirando—. Las ví hasta que terminaron su baño y nada. Solo me sentía incómodo y raro. Y culpable por estar ahí, pero para nada excitado.

Un suspiro salía del castaño, TaeHyung sabía lo que estaba haciendo, le estaba dando otra salida fácil, pero algo dentro de él no se sentía conforme al respecto.

—Vamos a dormir, fresita. Prometo cocinar algo bueno para ambos por la mañana —cuando decía aquello se giraba dándole la espalda a TaeHyung. El azabache no decía nada, hasta que SeokJin volvía a hablar—. Lo siento, yo estoy acostumbrado a dormir mirando hacia el otro lado —mencionaba dando la vuelta y mirando en dirección a TaeHyung.

—Tranquilo, no me molesta —susurraba TaeHyung. Tenso como sólo él sabía estarlo al lado de este hombre.

Cuando cerraba sus ojos él tenía la intención de quedarse dormido, pero parecía sentirse hiperactivo e incómodo debajo de su propia piel. SeokJin parecía estar muy tranquilo y sumido en su sueño, por lo que TaeHyung probaba poniendose de espaldas a él y nada. Luego volvía a estar boca arriba y nada. Hasta que giraba y quedaba de frente a SeokJin. El castaño seguía dormido. La vista de TaeHyung ya se había acostumbrado a la oscuridad actual y podía ver sutilmente sus rasgos. Pacífico, sin esa sonrisa de culo engreído, sin ese ceño fruncido que le había visto en las últimas horas. Simple y llanamente calmado.

Sus ojos recorrían su rostro y luego bajaban por su cuello y su pecho, el cobertor cubría a SeokJin de sus caderas hacia abajo, no hacía mucho por cubrir su piel, su pecho y todo ese torso sutilmente trabajado seguía expuesto. Relamiendo sus labios, su mano avanzaba sobre la cama acortando la distancia, llegando al cuerpo ajeno.  SeokJin había bebido tanto esa noche que debía de estar profundamente dormido entre los brazos de Morfeo. A TaeHyung le sucedía. A la mayoría de los seres humanos, así que su mano alcanzaba el rostro ajeno y se quedaba prendido de esos labios rojos y carnosos.

Él se veía tan bien. No era sensato ni justo que un hombre tuviera tanta belleza y luciera tan jodidamente bien. El subconsciente de TaeHyung siempre había admitido que era un culo engreído con razón. Pero en esos cortos días en los que había conocido a este hombre. Él era un gran tipo, volvía a TaeHyung un maniático obsesionado, pero justo cuando sus dedos iban a sentir la textura de sus labios y seguramente la de su piel en su mejilla, él se detenía.

«No sigas, TaeHyung»

Él casi iba a hacerse caso, pero se distraía cuando veía el brazo izquierdo de SeokJin que cruzaba sobre su pecho y marcaba sus bíceps y las venas de sus antebrazos. Justo ahí, aterrizaban sus dedos. Una exhalación temblorosa se le escapaba cuando la punta de estos sentía la piel suave debajo, el recorría la vena que sobresalía con sumo cuidado, cuesta arriba camino al bícep. No se detenía ni tenía suficiente de la suavidad de esa piel que terminaba recorriendo la cintura angosta de SeokJin y cuando menos lo esperaba su abdomen marcado estaba allí luciendo glorioso y arrogante mente bien, aún con su cuerpo relajado y de lado.

La respiración de TaeHyung estaba agitada cuando se daba cuenta que sus dedos habían avanzado y ahora estaban hurgando la zona del elástico de su pantalón. Él estaba siendo un auténtico pervertido para ese punto, pero su pulso acelerado, su piel caliente y su necesidad de seguir tocando lo estaban alejando de todo razonamiento.

Él estaba duro como una roca, su polla estaba más que ansiosa porque sus dedos siguieran dentro de ese pantalón de chandal. Respirando tembloroso, metía sus dedo índice y medio dentro del pantalón de SeokJin y rozaba la cabeza de su glande.

—Joder... —su respiración era un desastre y lo que estaba haciendo estaba mal en todos los jodidos idiomas.

Apenas había alejado sus dedos, pero respiraba con su boca abierta, exhalando y aspirando tembloroso, cuando metía nuevamente esos dedos y rozaba nuevamente el glande de la polla de SeokJin. Todo era sucio y equivocado en la oscuridad, pero él quería otro poco más...

—Ah-... vas a matarme —sonaba la voz ronca y baja de SeokJin.

TaeHyung se congelaba, su corazón latiendo a una velocidad abismal. Tan inadecuado, él tendría un ataque. ¿En qué carajos estaba pensando? Había estado manoseando a otra persona dormida. A otro hombre. A este hombre que había vuelto loco en las últimas horas y lo seguía haciendo. Pero sus dedos seguían dentro del pantalón ajeno. Apenas alejado del calor de la cabeza de la polla ajena.

SeokJin estaba sutilmente temblando, intentando respirar normal, pero entonces TaeHyung notaba como su polla se ponía más rígida y grande dentro de esos pantalones. Y se sentía morbosamente placentero ver cómo había puesto a SeokJin en cuestión de segundos. Todo duro y tenso. Deseoso. Solo con sus dedos tocando cuál curioso.

Mirando hacia arriba veía esos ojos mirándolo confundido, sorprendido y caliente—. ¿No deberías estar dormido? —susurraba con voz grave y espesa.

SeokJin reía nervioso, un risa seca y tensa—. ¿Esa es tu respuesta? —decía sin aire. Voz agitada y baja.

—Mis habilidades para socializar están fritas —susurraba TaeHyung, relamiendo sus labios y moviendo sus dedos ejerciendo presión sobre esa polla, presionando contra la punta tentativamente.

—Cariño... —susurraba SeokJin sin aire, ronco y caliente, poniendo su mano sobre la muñeca de TaeHyung mientras empujaba incluso sus caderas hacia los dedos metiches. La mano de TaeHyung forcejeaba para que sus dedos no dejarán los confines del pantalón ajeno—. Joder, Tae, soy un hombre de carne y hueso, esto que haces me está matando.

TaeHyung se sentía mal por sus acciones, pero...

— ¿No te gusta? —preguntaba a cambio—. ¿No te gusta que yo te toque?

SeokJin reía secamente, aún sosteniendo la muñeca del chico curioso frente a él para evitar ser tocado y torturado.

—Es una pregunta con una respuesta fácil, pero no creo que deba responder a eso

—Yo te dejo responder —susurraba TaeHyung.

Su voz era más grave y más ronca, llena de lujuria. Él sabía cómo sonaba cuando estaba jodidamente caliente y él estaba caliente.

SeokJin aspiraba con fuerza—. Cariño... Creo que sientes curiosidad y es entendible. Pero si lo piensas dos veces, no quieres hacer esto

—Lo pensé más de dos veces en estos minutos que no he podido pegar un maldito ojo —intentaba nuevamente tocar más a SeokJin, pero este lo detenía.

Lo tenía fuerte, con un agarre firme y tenso.

—Cariño, entiendo tu curiosidad. Lo juro, he tocado algún que otra amiga con su consentimiento para probar algo... Pero luego terminé asqueado conmigo mismo —susurraba SeokJin—. No te hagas esto.

TaeHyung miraba los ojos negros de mirada dulce y SeokJin volvía a alejar su mano con suavidad, lejos de su pantalón .TaeHyung daba gracias al cielo que estaban a oscuras porque estaba totalmente rojo, en parte por la vergüenza y en parte por la calentura que sentía y parecía desbordarlo esa madrugada. Se sentía demasiado para contenerse a si mismo. Aún había algo picando debajo de su piel, en sus manos. SeokJin suspiraba y se movía boca arriba, la sabana hacía poco y nada por cubrir la polla erecta, reluciendo orgullosa y atormentada.

—Al carajo —TaeHyung se abalanzaba sobre el cuerpo de SeokJin y había que envidiar los reflejos del tipo o maldecirlos porque TaeHyung quedaba con su cuerpo medio encima de SeokJin, su rostro a centímetros del rostro ajeno y su mano era nuevamente detenida a tiempo—. Jin... —se quejaba en un gemido frustrado.

El castaño apretaba sus dientes, no podía decir su nombre así, su corazón latiendo como un loco y la respiración de TaeHyung golpeando su rostro era todo un subidon a su libido. Un poco más de tortura.

—Tae... —decía en tono de advertencia.

Para entonces ambos estaban agitados y el cuerpo de TaeHyung estaba medio encima de un SeokJin que estaba tentado a dejarse ganar.

—Dime que no lo quieres y no insistiré... No me des una salida fácil, ahora no... —susurraba.

SeokJin gemía frustrado—. Te vas a arrepentir cuando no estés a oscuras y se va arruinar todo.

— ¿No quieres? —repetía TaeHyung ignorando la advertencia.

—Lo deseo como un demente y lo sabes, porque me encantas... —decía SeokJin con su voz grave, rebuscando en la oscuridad el brillo lujurioso de esos ojos negros—. Pero te vas a arrepentir, prefiero quedarme con las ganas que terminar perdiendo tu amistad.

TaeHyung estiraba sus dedos y estos tocaban la piel de vientre bajo de SeokJin, la resistencia no era mucha viniendo del otro hombre.

—Vamos, una vez. Necesito saber porque siento lo que siento estando cerca de ti... Nunca me pasó, me siento extraño y ahora quiero tocarte... Sólo tocarte. Déjame tocarte, Jin.

Los escalofríos que recorrían el cuerpo de TaeHyung se trasladaban a un SeokJin que perdía la batalla, soltaba su muñeca y lo dejaba hacer. Relamiendo sus labios se miraban en la oscuridad de esa habitación y luego SeokJin sentía esa mano posarse sobre la protuberancia reluciente de su pantalón de chandal.

—Ah... Joder, cariño —soltaba en un gemido apretando sus ojos.

El toque no habia sido timido, ni delicado. Había sido seguro y firme, SeokJin empujaba instantáneamente su pelvis en dirección a esa mano. TaeHyung estaba mirando en la oscuridad, el masaje que ejercía sobre una polla ajena. Sobre la polla de SeokJin. Él estaba masajeando seguro y deseoso. Le gustaba como se sentía debajo de su palma esa gruesa extensión que había visto horas atrás. Con sus labios entre abiertos, estaba encantado de oír tan cerca la respiración inestable de SeokJin. Él no estaba gimiendo, parecía contenerse ante el masaje, sus dedos viajaban más entre los muslos ajenos y acariciaba por encima de la tela, las bolas de SeokJin. Azules casi moradas para el momento, las condenadas.

—Mmmm... No voy a durar demasiado, esto es... Mucho para asimilar —decía SeokJin ronco.

Entonces TaeHyung finalmente lo miraba. La oscuridad más que acentuada y sus ojos más que acostumbrados, las facciones de SeokJin parecían más claras y sus ojos brillaban. ¿Cómo podían brillar tanto en la oscuridad? Ellos compartían una mirada mientras la mano de TaeHyung lo maseajaba un poco más fuerte. SeokJin estaba apoyado sobre sus codos. Semi levantando y sus caderas comenzaban a embestir sobre esa mano salvaje para encontrarse en el medio y TaeHyung desviaba sus ojos nuevamente hacia ese movimiento y ese lugar.

Debería sentirse incorrecto y sucio, pero parecía más acertado y sensual. SeokJin se movía tan bien encontrando sus masajes.

—Lo siento... —decía agitado y dejaba de moverse, echando su cabeza hacia atrás.

—No te detengas, muevete —pedía TaeHyung hipnotizado por el movimiento pélvico ajeno.

SeokJin deseaba que TaeHyung metiera su mano dentro otra vez. Quería sentirlo sobre su carne, piel con piel. Pero mordía su belfo conformándose con eso, hasta que TaeHyung se detenía y él quedaba a mitad de camino, frustrado y necesitado.

De acuerdo, TaeHyung había tenido un golpe de realidad y él se sentía culpable por haberlo dejado acceder, hasta que lo siguiente lo dejaba sin aliento por tercera vez en la noche. TaeHyung bajaba su pantalón y SeokJin se sonrojaba por la forma en que su polla saltaba fuera de los confines de su pantalón. Se veía obscenamente dura, gruesa y el rojo de su glande incluso relucían en la oscuridad, brillante en la punta por tanto manoseo.

El tiempo se detenía, sólo las respiraciones de ambos llenaban el silencio en la habitación y TaeHyung se quedaba viendolo. Bueno, no a él, a su polla. Fascinado por la vista, TaeHyung relamía sus labios y pensaba que de cerca era más larga y más gruesa, él tenía la necesidad de saber su textura y peso. Así que enrollaba sus dedos alrededor de la longitud y un ronco gemido, bajo salía de SeokJin. Se había movido incluso como si hubiese sido electrocutado por su toque.

TaeHyung sentía su propia polla dura ante la textura y el peso de la ajena. La polla de SeokJin era apenas, por mínimos detalles más fina que la suya propia, el largo era similar, estaba casi seguro que más largo, pero más blanca con un glande más rojo. Dios, sus ojos estaban definitivamente acostumbrados a la oscuridad porque igual estaba viendo en detalle todo de ella. La vena que sobre salía a un costado y otra al otro, más sutil y el brillo de líquido preseminal que SeokJin ya había derramado ante su tortuoso masaje.

Eso serviría para lubricarla, así que subía su mano por la longitud y pasaba dos de sus dedos por la punta. SeokJin temblaba otra vez y TaeHyung se sentía poderoso al respecto. Cuando apartaba sus dedos, un tira fina de la leche de SeokJin quedaba tirante en la distancia. Mordiendo su labio inferior, pasaba su palma con ganas y comenzaba a lubricar la polla con su mismo semen desparramado. Dios, TaeHyung volvía a escuchar ese gemido sensual y muy masculino al lado de su oreja.

Y luego miraba a SeokJin y este estaba sonrojado, con labios hinchados por morderlos y relamerlos y sus ojos con párpados caídos y mirada lujuriosa y perdida. TaeHyung comenzaba masturbarlo sin más perdida de tiempo y ahora sus ojos iban entre la polla en su mano y el rostro del dueño de la misma. SeokJin retomaba los movimientos salvajes y por un segundo su mano se quedaba quieta mientras el hombre casi bajo su cuerpo follaba su mano. SeokJin se movía desesperado y él miraba fascinado. El sonido era sucio y descarado mezclado a la respiración ajena de SeokJin.

—Joder.... —TaeHyubg murmuraba atontado y miraba a SeokJin—. Te encanta —susurraba.

SeokJin gemía—. Mmm... Apreta un poco más —pedía jadeante y TaeHyung obecedecia de inmediato, pero notaba en la desesperación que SeokJin estaba solo un poco cansado. Así que su mano comenzaba a bombear con ganas de arriba abajo, apretando desde el eje a la punta y con un ritmo frenético—. Ay, carajo... Sí, hazlo así, cariño. Apreta, fuerte, te lo ruego....

TaeHyung lo complacía y temblaba ante el apodo "cariño" en medio de ese acto tan íntimo y sexy, así que se le quedaba viendo en el proceso. SeokJin respiraba agitado y sus ojos pesaban, sus labios formaban una O y TaeHyung pensaba que era el hombre más hermoso que había visto en esas condiciones más sucias. Cuando el abdomen y el cuerpo de SeokJin se tensaban junto con sus bolas, ponía su mano sobre la muñeca de TaeHyung.

—Detente o me correré en tu mano —decía seriamente y jadeante.

TaeHyung se detenía, compartían una mirada y luego volvía a mirar la polla en su mano, latente con la vena palpitando y el cuerpo de SeokJin tenso. Apretaba en advertencia y continuaba nuevamente.

— ¡TaeHyung! —su nombre completo con esa voz ronca y masculina golpeaba justo en su polla, un poco más y SeokJin derramaba toda su esencia sobre la mano ajena y TaeHyung lo veía justo a tiempo.

Mientras SeokJin temblaba y gemía sutilmente intentando contenerse y acariciaba su pecho y su cuello. TaeHyung lo veía anonado. Estaba entre mirar el rostro de ese hombre extasiado y drenado, mientras al mismo tiempo seguía básicamente ordeñandolo con un movimiento más suave y su mano se cubría de todo ese semen ajeno.

TaeHyung pensaba que debería de sentirse sucio y asqueado, pero contrario a eso se sentía demasiado satisfecho con él mismo y le gustaba la sensación de como los temblores de SeokJin iban parando de a poco. SeokJin por un lado, sentía que había explotado todo lo que venía reteniendo desde que había conocido a TaeHyung. Su cuerpo estaba deshuesado y las suaves caricias que TaeHyung empleó durante sus espasmos lo hacían querer besarlo. TaeHyung estaba cerca, pero no había atinado nunca a acercarse a su boca y SeokJin lo deseaba tan mal. Recuperando la función cerebral, notaba que TaeHyung seguía acariciando su polla tan suave que apenas era demasiado para lo hipersensible que estaba.

Tomando un pañuelo descartable de la caja junto a su mesa de noche, él estaba apurado por limpiar el desastre. Cuando TaeHyung soltaba su flácida polla, él lo miraba y el azabache estaba embobado viendo el desastre en su mano.

TaeHyung estaba todo pegajoso, viendo el color del semen de SeokJin desparramado por su palma y entre sus dedos largos que, no lo pensaba dos veces y llevaba estos a su boca.

— ¡No! —pero era interceptado por SeokJin y un pañuelo descartable que se llevaba toda la evidencia consigo.

—No ¿Por qué hiciste eso? —susurraba estúpido.

Dios, él parecía estar en una especie de hipnosis.

—No vas a llevarte eso a la boca —decía SeokJin con voz gruesa. Eso hubiera sido caliente, pero seguía presintiendo que el arrepentimiento vendría pronto.

—Diablo... —susurraba TaeHyung su apodo de forma ronca—. He chupado varios coños como para adorar el sabor de la corrida de otra persona.

Sus ojos estaban pesados y se veía caliente como el infierno. Él seguía medio cuerpo encima de SeokJin, pero SeokJin no podía decir que sintiera su polla dura. Estaba la tela del pantalón de TaeHyung más el edredón de la cama entre ellos.

—Tus dedos no estaban bañados con el dulce nectar de una vagina, cariño —susurraba limpiando sus dedos.

TaeHyung pasaba el nudo en su garganta y de repente sentía el peso de sus acciones caer sobre sus hombros.

— ¿Puedo usar tu baño? —preguntaba a SeokJin.

—Tomate el tiempo que quieras, puedes darte una ducha si lo deseas —decía SeokJin acomodando su pantalón y guardando su polla.

TaeHyung tarareaba en agradecimiento, se metía al baño y segundos después escuchaba la ducha abrirse. Derrotado sobre la cama, el castaño fregaba su rostro y comenzaba a odiarse por haber sido tan morboso y dejar a TaeHyung continuar con su trabajo manual sobre su polla. Eso había sido incorrecto.

Dentro del baño, TaeHyung se desnudaba y temblaba, sintiendo sus piernas de gelatina mientras se metía en la ducha y dejaba que el agua caliente lo bañara. Su polla, estaba tan flácida como la de SeokJin y había hecho una vergonoza mancha de humedad sobre su boxer, el cual mojaba con el agua caliente para borrar la evidencia de que se había corrido simplemente por trabajar y ordeñar la polla de un hombre. No de cualquier hombre, de este hombre que lo ponía todo extraño, ansioso, vulnerable y curioso.

—Mierda... —soltaba, acariciando su cuerpo con sus manos rememorando en su cabeza la última escena vivida.

No estaba seguro que se había apoderado de él, pero no había arrepentimiento alguno brillando en su interior, solo una burbujeante sensación de comenzar a reír como un demente, pero estaba seguro que era parte del pánico del momento. SeokJin por su lado no había pegado un ojo hasta que escuchó a TaeHyung salir del baño y acostarse a su lado. Bueno, un poco más alejado que antes y luego sólo hubo silencio.

Al día siguiente, SeokJin parpadeaba, estaba mirando hacia la pared, así que giraba lentamente esperando ver a TaeHyung, pero agradecía estar sobre la cama cuando su corazón básicamente caía a sus pies porque ese hombre no estaba allí.

Con sus manos sobre su rostro, sentía un nudo en su garganta—. Eso te pasa por ser un maldito morboso —decía a sí mismo poniéndose de pie y entrando al baño a asearse.

No sabía con certeza donde estaba su celular, pero considerando que había entrado ebrio y algo enojado, estaba más que seguro que lo había arrojado a su sofá, así que saliendo de su habitación lo buscaba en dicho lugar, pero una cantidad de aromas entremezclados y deliciosos lo envolvian. Estos venían de la zona de la cocina y ahí lo veía. TaeHyung parado, él estaba preparando algo allí y SeokJin sentía que era como un sueño verlo.

La televisión estaba encendida, pero muy baja y TaeHyung se movía cómodamente por su cocina. Hasta que giraba y:

— ¡Mierda! —se pegaba el susto de su vida—. Hombre, por qué carajos tan silencioso ¿Quieres matarme? —decía esquivando sus ojos y respirando con calma mientras tocaba su pecho y continuaba cocinando.

SeokJin sonreía levemente—. ¿A qué huele? —preguntaba no sabiendo si debía de actuar como si nada hubiese pasado horas atrás.

TaeHyung sonreía en su dirección, aún sin mirarlo—. Ví que tenías algunas buenas cosas para un desayuno inglés. Quería huevos revueltos y vi que tenías bacon y salchichas... No había judias, pero si pan para tostadas y tienes té de muchos sabores, así que se me antojó —respondía.

TaeHyung estaba intentando con todas sus fuerzas no sentirse tan nervioso y mortificado, no estaba seguro de mostrarse relajado, puesto a que ningún vello de su cuerpo lo estaba. SeokJin estaba igual, probablemente más inquieto que nervioso, pero no podía seguir en la incertidumbre y tampoco queria que TaeHyung sintiera que lo estaba presionando para admitir algo.

—Me gusta la idea —decía el castaño.

—Genial —exclamaba el azabache de espalda a él. SeokJin veía su teléfono cerca del enchufe cargándose y suspiraba acercándose a TaeHyung, podía notar el momento exacto en el que el hombre se ponía tenso mientras hacía los huevos revueltos.

—Tae... —susurraba no tan cerca.

— ¿Qué? —TaeHyung aún no lo miraba.

SeokJin sentía que preguntar algo como: ¿Estamos bien? Sonaba hueco y parecía borrar todo lo sucedido. Él no quería borrarlo, no iba a olvidar la mano de TaeHyung sobre esa parte de su cuerpo nunca, pero no quería presionar a TaeHyung en absoluto por nada. Él no necesitaba saber que había sucedido con el otro hombre, él sólo necesitaba saber que podrían recuperarse.

—No creí que estarías aquí para esta hora —mencionaba el castaño. Tae continuaba con los huevos, revolviendo y revolviendo, el corazón de SeokJin se oprimía dentro de su pecho y su mano salía disparada sobre la muñeca ajena.

Un suave toque que traía a TaeHyung millones de imágenes de las últimas horas en las la que la oscuridad que los había envuelto, había sido testigo único de un TaeHyung que había necesitado muy en su interior aquella apasionada intimidad. Reconocía que parte de él había casi obligado a SeokJin a dejarse hacer y eso era lo que no le permitía mirarlo a los ojos.

Pero él lo hacía, miraba a SeokJin finalmente y lo notaba contrariado con dientes apretados.

— ¿Dónde más estaría? —susurraba sonriendo—. Yo quiero estar aquí. Contigo, diablo —el sonreía y su pulso se disparaba cuando SeokJin suspiraba—. Te dije que no me iba a ningún lado.

Meme mood:

Perdón que anoche no pude cargarlo, esperaré hasta la tarde noche para leerlos porque seguramente están trabajando (como yo muejejeje)

L@s leo UwU 🙈

Con amor niñita Nanykoo 💜

TaeHyung suspiraba

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