Quinto

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Llevaban dos horas o más. Habían comido y bebido moderadamente mientras jugaban un juego en el que SeokJin se había apropiado de TaeHyung cuál hijo.

— ¡Ya! Es la decima vez que me ganas —se quejaba con un puchero—. No pue- .. aaaah, Jiiiiin —el azabache hacía un berrinche, literal.

Con puchero incluído mientras SeokJin lo miraba sonriente, divertido y sólo un poco estúpido.

— ¿Qué? —decía TaeHyung. Nunca un hombre lo había mirado de esa forma mientras se quejaba por perder por décima vez. Todos decían que era insoportable como se ponía y procedían a golpearlo.

Pero no, se le quedaban viendo cómo si él fuera la cosa más interesante y adorable. Él no quería ser adorable, pero la sonrisa dulce de SeokJin se sentía bien.

—Nada, sólo me gusta ver tus berrinches —admitía. TaeHyung se ponía colorado, SeokJin suspiraba y abría una cerveza—. Lo siento, no quise incomodarte

—Eres un idiota, me desconcentras adrede —decía TaeHyung, quitándole la botella y bebiendo la mitad de esta—. Va de nuevo —pedía.

Media hora más tarde estaba lloriquendo en el sofá sobre las piernas de SeokJin.

— ¡Ya! ¡Sólo déjame ganar una vez! ¡Una! —decía con un puchero y falso llanto. Sus manos estaban sobre el regazo de un SeokJin que reía y acariciaba la cabeza de TaeHyung—. Vamos... Mírame ¿No te doy lástima?

SeokJin lo miraba apoyado en sus piernas—. Aww, eres tan lindo. Pero no, no te voy a dejar ganar ni de broma. Tu bonita cara no va a embrujarme, fresita.

TaeHyung se ponía colorado y luego notaba que estaba sobre las piernas de SeokJin muy cómodo.

—Eres el diablo —decía , mientras se erguia y tronaba su cuello—. Quiero hacer otra cosa. Veamos una película —exclamaba—. Y quiero más alcohol ¿Tienes algo más que cerveza y soju?

SeokJin asentía—. Tengo makgeolli ¿Puedes con eso, fresita?

TaeHyung sonreía ladino, él quería verse cool, pero se veía irresistible para un SeokJin que se levantaba suspirando y sonriendo. Cuando lo hacía, él aún llevaba su pantalón chandal y los ojos de TaeHyung recorrían desde sus hombros, por su cintura y bajaba a sus caderas en su bonito culo. TaeHyung no podía describir a SeokJin como un hombre con culo, porque ese era Jimin, o él. SeokJin no tenía nada allí para ser exactos, pero era firme y bonito a la vista. TaeHyung se encontraba mirando más de la cuenta las curvas del tipo.

Era puro hombros, cintura y caderas. Era curvilíneo y masculino y le gustaba como se movía relajado y como lo que era "el dueño de la casa" cuando SeokJin llegaba frente a él que, aún estaba sobre el sofá, se inclinaba con vino en mano y las copas en la otra y miraba a TaeHyung.

— ¿Tienes sueño, cariño? Te me has quedado viendo desde que me puse de pie.

TaeHyung tenía su boca abierta. Iba a tragarse una mosca pronto si no la cerraba.

— ¿Te miré en todo momento? —cuestionaba fingiendo demencia—. No-... Yo- no, no lo creo, diablo.

SeokJin sonreía ladino y TaeHyung decidía que le gustaba la sonrisa de culo engreído que tenía este tipo en particular. Él se veía bien sonriendo de lado y alzando levemente sus cejas.

—Bien, elige una película —mencionaba tranquilo, volviendo a su lado del sofá.

TaeHyung lo había visto realmente relajado lo que iba de la noche y él mismo se había sentido así, pero ahora sus pensamientos sobre el cuerpo y la sonrisa de SeokJin, lo hacían sentir extraño. Tomando el control buscaba por algo que ver, pero de repente notaba a SeokJin encendiendo un cigarro a su lado, daba una calada para encenderlo y estaba sentado con sus piernas abiertas y cuando soltaba el humo llevaba su cabello lacio hasta atrás. Su ceño estaba fruncido mientras servía vino en una copa, la misma que estaba en su mano que sostenía el cigarro.

La polla de TaeHyung se contraia ante tanta masculinidad. Era todo un jodido show de testosterona y macho alfa, posesivo y jodidamente sexy.

—Me estás mirando de nuevo como si fuera un bicho raro —decía SeokJin.

TaeHyung se miraba a sí mismo y tenía el control en dirección al plasma, pero su cabeza estaba en dirección a SeokJin porque claro, no se había perdido ningún movimiento.

—Para nada —decía moviendo sus ojos de un lado a otro, SeokJin alzaba sus cejas y sonreía ladino, el interior de TaeHyung se derretía—. Aish ¡No hagas esa cara! —decía frustrado.

SeokJin comenzaba a reír—. No hice nada, lo juro. No quiero incomodarte —exclamaba—. No hice nada ¿Me perdonas? Lo lamento, a veces si coqueteo sin darme cuenta. Lo siento —decía con ternura.

TaeHyung resoplaba y rodaba sus ojos mientras se despeinaba y cubría su rostro enrojecido con una mano mientras extendía la otra—. Dame un cigarro —pedía con voz amortiguada.

SeokJin lo miraba y sonreía, él no disfrutaba jodiendo con su cabeza, él no lo estaba intentando en absoluto, TaeHyung sólo estaba demasiado hipersensible a él y había sido así desde que se conocieron, pero SeokJin no iba a decir absolutamente nada para perturbarlo. Era demasiado entrañable.

Y él quería portarse bien, pero cuando veía la mano de TaeHyung con sus dedos largos y sus líneas y la perfección en estas, él recordaba cuando había lamido uno de esos dedos y ahora se sentía tentado a...

TaeHyung apretaba sus dientes cuando sentía en la palma de su mano extendida, la suavidad de esos belfos carnosos y la punta de la nariz de SeokJin dejando un beso allí. ¿Por qué SeokJin besaba la palma de su mano? Su pulso estaba jodidamente desquiciado y su presión por el cielo, su corazón desbocado y su respiración estancada.

Y mejor no mencionar como se sentía su entrepierna, él estaba decidido a ignorarla para ese momento.

— ¿Por qué hiciste eso? —susurraba.

SeokJin suspiraba—. Para que dejes de tapar tu rostro ¿Cuál es tu problema, fresita? Sólo soy yo, deja de sentirte incómodo o intimidado —mencionaba mientras le alcanzaba a TaeHyung un cigarro y encendedor.

—Me intimidas porque no me dejas verte en paz —decía TaeHyung para su propia sorpresa, más tranquilo que avergonzado o perturbado.

SeokJin alzaba sus cejas—. De acuerdo, no diré nada. Puedes verme todo lo que quieras y no te molestaré por ello —se mofaba divertido sirviendo la segunda copa—. ¿Veremos una de suspenso?

TaeHyung daba una calada encendiendo su cigarro, asentía poniendo play y dando un sorbo al makgeolli.

—Esto es más delicioso de lo que recordaba —decía dando un sorbo más y luego se disponía a sentarse como indio, fumando sin problemas.

SeokJin imitaba su pose de indio y su brazo pasaba por detrás de la cabeza de TaeHyung, por ende sus rodillas se tocaban. TaeHyung se miraba unos momentos y luego de repente de la nada, reía.

SeokJin fruncía el ceño y lo miraba—. ¿Estás bien, cariño?

TaeHyung reía otra poco y luego fregaba su rostro, el alcohol en su sistema lo hacía sentirse mareado—. Esto es increíble... Te conocí hace dos días, en una marcha gay donde intentaste conquistarme

—Y fracasé —decía SeokJin—. Por cierto en breves serán tres días de conocernos —corregia SeokJin y mostraba la hora del reloj que pronto daría las doce.

—Estoy bastante ebrio antes de las doce, interesante —decía TaeHyung.

—No estás tan ebrio —decía SeokJin dando una calada—. No uses de excusa al alcohol para hablar conmigo —él lo miraba fijamente—. Sólo haba conmigo y eso es todo. Relájate, Tae.

TaeHyung suspiraba y bebía otro sorbo de vino, toda la copa y se servía otra, otro sorbo, luego fumaba, largaba el humo echándose hacia atrás. Su cuerpo se acomodaba más cerca de SeokJin, este seguía con su brazo extendido detrás de su cabeza y TaeHyung se acomodaba a si mismo allí.

—Es muy placentero poder fumar con mi compañía. A Jimin no le gusta que fume, a mi madre menos y a Jennie tampoco le gustaba... Zorra —soltaba dando una calada—. Contigo puedo fumar y tú no dices nada —sonreía, acomodando su cabeza en el brazo de SeokJin.

El castaño sonreía y clavaba sus uñas al sofa—. También fumo, aunque no debería. A mi madre tampoco le gusta.

— Háblame de ella —pedía TaeHyung.

—Es una mujer jóven aún, me tuvo de adolescente. Es algo hippie, mente abierta, no tiene problema con nada excepto conmigo y el cigarro. Vive fuera de la ciudad con su esposo —añadía y daba una calada.

A TaeHyung le gustaba, lo estaba viendo de cerca, absorbiendo la belleza masculina y la vez suave y delicada de SeokJin.

— ¿Tu padre?

—Vivo, con su segunda familia. No tengo mucha relación, no es un mal hombre, pero quiso conectar conmigo después de adolescente y simplemente no me nació. Igual hablamos, a veces lo veo, pero es más para darle tranquilidad a él —se encogia de hombros y miraba a TaeHyung.

Ellos estaban a una escasa distancia, pero SeokJin no iba a arruinarlo mirando la boca de TaeHyung, no señor. Él podía controlarse.

— ¿Qué hay de ti? —preguntaba, dando otra calada. Él quería beber un sorbo de vino, pero a la vez temía que al moverse TaeHyung no volvería apoyarse en su brazo.

—Tengo mi propia casa edificada adelante de la de mi madre. Somos ella, mi hermanita y yo...

—Oh, ¿TaeEul, cierto? —decía SeokJin. TaeHyung alzaba sus cejas y asentía—. La he visto estudiar en ocasiones en el restaurante, he hablado de algunos mangas con ella. Es una niña lista

—Es insoportable —corregía TaeHyung, pero luego se miraban y reían.

—Tu madre es una mujer muy agradable, me tiene visto —mencionaba dando otra pitada y largando el humo. TaeHyung encontraba el simple acto fascinante en SeokJin—. Me ha dado en ocasiones una ración extra de su sopa de algas —mencionaba sonriente.

—Sí, ella es... Mima demasiado a los clientes

—Tú deberías mimarme igual que ella con ración extra —se mofaba SeokJin.

TaeHyung reía—. ¿No te mima, MinGyu?

SeokJin alzaba sus cejas—. No lo suficiente, aún —respondía—. Verás, su jefe es insoportable y no lo deja coquetear conmigo —se mofaba SeokJin irónicamente.

TaeHyung rodaba los ojos y lo empujaba—. Agh, cállate. Eres insoportable —decía, moviéndose para tomar más vino y SeokJin aprovechaba ese movimiento para apagar su cigarro y tomarse el vino de su copa de un sorbo largo que dejaba a TaeHyung admirando el movimiento de su garganta.

Cuando acababa, se acomodaba de la misma manera y se sentía más que satisfecho cuando TaeHyung volvía a acomodarse en su brazo. Su corazón era un constante traqueteo de locura.

—Me gusta poder fumar al lado tuyo y que no te moleste —exclamaba TaeHyung.

—Es un maldito vicio que compartimos —exclamaba SeokJin.

—Si que lo es —susurraba dando una de sus últimas caladas—. Mi madre no lo tolera, pero no puedo dejarlo

—Bueno, es cosa de madres —decía SeokJin, sintiéndose tentando a acariciar el cabello esponjoso del chico.

TaeHyung movía su cabeza y se acomoda otro poco más. Ya sobre el hombro de SeokJin. En su defensa, era un hombre bastante mimoso incluso con Jimin, era una persona táctil como la mayoría de los seres humanos y SeokJin olía bien y era cómodo y ¡Oh!... Él estaba acariciando el cabello de TaeHyung.

«Me encanta que toques mi cabello» pensaba y luego sólo se quedaba allí.

La película pasaba, pero la verdad era que ninguno estaba seguro de que trataba, SeokJin seguía pasando sus dedos por el cabello sedoso de TaeHyung, sin apuro y disfrutando de como este seguía apoyado sobre su hombro. Si le hubieran dicho meses atrás que tendría al bonito chico de la cafetería en su sofá sobre su hombro en plan de amistad o lo que fuera, SeokJin no lo hubiese creído. Aún se sentía como si flotara.

—Mi padre falleció por cáncer de pulmón. Mi madre aborrece que siga fumando, quiero dejarlo, algún día. Antes de que sea demasiado tarde —decía TaeHyung somnoliento.

SeokJin lo miraba y TaeHyung alzaba la vista para encontrar su mirada.

—Puedo ayudarte a dejarlo —decía SeokJin.

TaeHyung reía—. Acabamos de fumar juntos, dime otra mentira —soltaba con párpados pesados y moviendo su cabeza.

Él estaba deliberadamente disfrutando del toque suave de esos dedos.

—No me gustas ni un poco —soltaba SeokJin arrugando la nariz.

TaeHyung reía a carcajadas y se movía de donde estaba, SeokJin sentía la necesidad de jalarlo de nuevo sobre su pecho, pero su mano solo quedaba en la nuca de TaeHyung. El azabache cerraba sus ojos y SeokJin acariciaba allí, suave y despacio. Sin apuro, enviando escalofríos a toda la espalda de TaeHyung.

Este sabía que en parte era la sensación de los dedos en su cabello y por naturaleza, era una reacción física común. Pero en el fondo sabía que no solo se trataba de la reacción física natural de su cuerpo, sino de la simple reacción que SeokJin despertaba en él.

Quería meterse en el hueco del largo cuello de SeokJin y quedarse allí mientras este acariciaba su cabello sin apuro. Haciéndole olvidar que había estado de novio con una mujer que le veía constantemente la cara de imbécil.

—Mis pensamientos me aterran —decía TaeHyung, tamblando visiblemente por otra ráfaga de escalofríos—. Hasta mañana, ya... —pedía sacando la mano de SeokJin, pero cuando tomaba la muñeca de este, miraba su mano, grande y delicada y dejaba un beso sobre sus dedos—. Gracias, diablo —luego empujaba su mano y caía en dirección opuesta a SeokJin en el sofá y se dormía de inmediato.

El castaño aspiraba con fuerza, miraba su mano y besaba la zona donde recientemente los labios carnosos de TaeHyung habían besado. Se sentía patético, pero no se arrepentía. Un beso indirecto era mejor que nada. Suspirando se ponia de pie para buscar unas mantas extras en su habitación y cuando volvía minutos más tarde, tapaba a TaeHyung, apagaba la tele y acomodaba los platos sucios dentro de la pileta, apagaba las luces y miraba una última vez el cuerpo de TaeHyung en su sofá.

El chico dormía plácidamente y él marchaba caminando a su habitación, se encerraba allí para dejar de sentirse tentado a mirar como un pervertido al hombre de sus sueños.

TaeHyung se despertaba desorientado con un pequeño y zumbante dolor de cabeza. Fregaba su rostro mientras se sentaba en lo que parecía ser un bonito sofá y cuando miraba alrededor intentaba ubicarse en tiempo y lugar.

—Ay, mierda —se quedaba sentado allí, sus piernas cubiertas por una manta que olía al diablo y luego fregaba sus muslos por encima de la manta y la sentía... La sentía muy por encima de su piel.

TaeHyung abría sus ojos y miraba debajo, estaba en boxer ¿Cómo era posible ese suceso? Él se había dormido con pantalones puestos ¿O no? ¿Acaso SeokJin...?

—Buenos días, fresita —soltaba el diablo, apareciendo frente a él fresco como lechuga con la misma ropa cómoda y un café en su mano—. ¿Dormiste bien? ¿Quieres algo para la resaca?

— ¿Dónde están mis pantalones? —preguntaba.

SeokJin fruncía su ceño—. ¿Qué?

TaeHyung se destapaba furioso—. Mis pantalones, diablo. Me dormir con ellos puestos.

SeokJin alzaba sus cejas y sus ojos caían sobre la gran protuberancia debajo de la tela que la hacía verse tirante. SeokJin relamía sus labios y miraba hacia arriba.

— Te dejé con los pantalones puestos, cariño. Si alguien te los sacó, no fui yo y tienes una erección.

TaeHyung miraba su entrepierna y volvía a taparse, su rostro rojo como el tomate mientras tiraba de su cabello hacia atrás.

—Yo-... Ah, esto. Es muy temprano y... Tú entiendes

SeokJin volvía a mirarlo—. Claro que lo entiendo —mencionaba, luego miraba a un lado de TaeHyung y debajo de sus pies, estaban sus pantalones, así que se acercaba lentamente y se inclinaba quedando por encima del regazo de un TaeHyung paralizado que apretaba la manta sobre sus piernas.

SeokJin quedaba en cuclillas frente a él mientras depositaba el pantalón al lado de TaeHyung, estirando su brazo hacia atrás dejaba su taza en la mesa y miraba nuevamente a su invitado relamiendo sus labios.

— ¿Necesitas ayuda con eso? —preguntaba gravemente.

TaeHyung se teñia de un rojo furioso—. ¿Con mis pantalones? —preguntaba inocentemente.

SeokJin sonreía ladino, luego sacudia su cabeza y señalaba la mano de TaeHyung—. No, cariño. Si necesitas ayuda con tu polla —la misma mano del azabache estaba tensa y presionando sobre su matutina erección.

TaeHyung parpadeaba con letargo, su cuerpo encendido repentinamente y su polla, la maldita, más dura.

—No lo dices en serio ¿O si?

SeokJin lo miraba con ojos oscuros y extendía su mano para acariciar el rostro de TaeHyung, su mejilla precisamente y luego su pulgar pasaba por su labio inferior. El toque era eléctrico, TaeHyung decidía que así iba a catalogarlo porque siempre sentía una oleada de una extraña electricidad que luego dejaba residuos de escalofríos deliciosos vagando por su espina dorsal, que ahora descendían a su zona sur.

—Puedo ser todo lo serio que tú quieras que sea... —relamiendo sus labios, su otra mano se posaba sobre la de TaeHyung y sin esfuerzo le quitaba la manta que lo cubría.

— ¿Hablas en serio? —susurraba TaeHyung embelesado. Nuevamente estaba en ese lapso de tiempo en el que este se detenía y se sentía bajo el embrujo del diablo frente a él.

Sólo enfocado en los ojos negros que lo mantenían atento, dejándose hacer. Cuando la gran mano masculina se posaba en su erección sensible TaeHyung mordía su labio inferior y SeokJin fijaba sus ojos allí, imitando su acción. TaeHyung se sentía caliente por todos lados, toda la habitación estaba con la temperatura demasiado alta y su polla estaba desesperada por un poco más de fricción. El toque era suave, SeokJin no estaba tocando como un demente desesperado, apretando y masajeando, él solo tenía su mano allí en un suave y reverencial toque.

—Hazlo más fuerte —susurraba TaeHyung, su voz la escuchaba diferente y necesitada incluso para sus propios tímpanos.

Sus piernas se abrían más y SeokJin presionaba otro poco estirando su cuello para acercarse al rostro de TaeHyung y mirar su bonita boca hinchada por haberse despertado hacía unos momentos.

—Quiero besarte ¿Me dejas besarte? —preguntaba SeokJin.

El toque sobre la polla de TaeHyung aún era apenas perceptible, así que el azabache ponía su mano allí, apretaba sobre la mano de SeokJin y esta apretaba su polla y el gemía.

—Ah, sí... Sí, de acuerdo. Bésame —pedía.

SeokJin sonreía y se aproximaba, TaeHyung estaba expectante y presionando más su mano a su polla afligida y...

— ¡No! ¡No, no, no!

— ¡¿Qué, qué qué?! —SeokJin saltaba del susto—. ¿Por qué gritas? !¿Por qué te despiertas gritando como un lunático?! —decía acomodando los platillos para el desayuno en la pequeña mesa frente a TaeHyung.

El azabache se sentaba y tocaba su pecho con una mano y sus labios con la otra.

—Ay, mierda... Era un sueño, era un sueño —exclamaba con un suspiro.

SeokJin fruncía el ceño—. Yo diría pesadilla —exclamaba—. Estabas gimiendo antes de eso —decía con naturalidad.

TaeHyung lo observaba poner la mesa y apenas notaba el sonrojo en sus mejillas cuando decía aquello. Se quedaba viendolo curioso, pero necesitaba salir de allí y correr al baño, pero SeokJin notaba su mirada y lo observaba.

— ¿Estás bien? —se acercaba en cuclillas a TaeHyung y tocaba su frente, el azabache casi se apartaba del tacto—. Estás ardiendo ¿Te sientes bien, cariño?

— ¡Voy a usar tu baño! —exclamaba poniéndose de pie y cuando lo hacía la manta caía y TaeHyung quedaba en boxer con su matutina erección frente al rostro de SeokJin—. ¡Ay, mierda! —él volvía a sentarse y se cubría —. Mis pantalones... No tengo pantalones.

—Yo no fui —decía SeokJin poniéndose de pie, estaba tan colorado como TaeHyung, mientras miraba alrededor y encontraba los pantalones del chico al final del sillón—. ¡Aquí están! —SeokJin le alcanzaba la prenda y miraba en dirección contraria—. ¿Quieres café? Yo suelo tomar una taza con mi desayuno —mencionaba caminando en dirección a la cocina.

TaeHyung se vestía rápidamente y agradecía el espacio dado—. Mmmm, sí seguro —exclamaba—. ¿Puedo tomar una ducha antes?

—Claro, seguro. Sólo no te demores. Ya casi está todo —decía SeokJin de espaldas a TaeHyung.

El chico asentía y lo veía totalmente tenso parado de espaldas a él, relamiendo sus labios salía de inmediato en dirección al baño, cerraba la puerta y suspiraba. Su corazón latiendo desbocado y sus recuerdos volviendo a su sueño, a la mano tan real de SeokJin sobre su polla y luego a los recientes acontecimientos de ese hombre simplemente preparando el desayuno, tocando su frente para medir su fiebre y poniéndolo aún más jodidamente caliente ante el tacto real y luego sus ojos negros descendiendo a su polla descarada y dura dentro de sus boxers.

—Carajo ¿Por qué no me traga la tierra y me escupe en marte? —su corazón había tenido suficiente trabajo de cardio en menos de media hora con ese encuentro incómodo.

Fuera del baño, SeokJin respiraba con calma, había pretendido que los gemidos de TaeHyung no lo habían atormentado mientras acomodaba la mesa para el desayuno, pero todo se puso peor cuando el chico despertó y por supuesto un ser tan glorioso como TaeHyung tenía una polla que iba acordé a toda su bonita complexión. O podía deducirlo por ese tamaño.

Dios, SeokJin se sentía tan tenso y él ya se había vaciado antes de levantarse para sentirse más o menos decente, ahora sentía que su polla le estaba demandando atención y la acomodaba incomoda en sus pantalones antes de que el bonito y traumatizado hombre del baño saliera. SeokJin se preguntaba cuánto coraje iba a necesitar TaeHyung para volver a salir.

O si saldría siquiera.

Los minutos pasaban, la ducha había cesado y SeokJin avanzaba golpeando la puerta.

— ¿Si? —soltaba TaeHyung incómodo.

—El desayuno, Tae... —prefería utilizar su nombre para evitar ponerlo más nervioso aún.

—Ulmm, sí... Ya salgo, unos momentos

— ¿Todo bien?

—Digamos que sí... —soltaba con poca fuerza.

SeokJin suspiraba y se apoyaba en la puerta—. ¿Tae?

"¿Mmm?"

—Solo fue un sueño y el resto fue un funcionamiento normal del cuerpo masculino. Por favor dime qué no estás avergonzado —exclamaba.

TaeHyung suspiraba dentro del baño—. Lo estoy —suspiraba.

—Somos hombres, cariño. No ví nada que no me suceda a mí o a la mitad de la población masculina. No hagas un drama de algo normal, no te sientas incómodo —susurraba.

TaeHyung suspiraba y hacía un puchero, se sentía un niño en ocasiones con la forma en que SeokJin siempre parecía encontrar una explicación que lo hiciera sentir mejor.

—Te la puse en toda la cara —decía golpeando su frente contra la puerta.

SeokJin fruncía el ceño—. ¿Esa fue tu cabeza?

—Quizas —decía TaeHyung.

SeokJin reía—. Ya. No es como si te encontrará repulsivo y no voy a abusar de ti... Aunque tengas dudas.

—No las tengo... —se apresuraba a responder—. No quiero que creas que estoy jugando o curioseando. Dí que me entiendes, por favor.

SeokJin sonreía y mordia su labio inferior—. No pienso ni una cosa ni la otra. Ya sal del baño, el desayuno está listo. Aquí no sucedió nada y tu mamá está llamando, quizás deberí-... Oh.

TaeHyung abría la puerta de inmediato sobando si frente recientemente golpeada—. ¿Llamó más de una vez? —preguntaba caminando en dirección a su teléfono.

—Nop, solo una y luego mensajes —respondía mirando a TaeHyung verificar su teléfono.

—Oh, irán mis tías de visita. Sólo quería saber a qué hora volveré —mencionaba, luego alzaba la vista y miraba a SeokJin.

— ¿Te vas ahora o podemos desayunar? Hice todo esto para dos —mencionaba mostrando la mesa.

TaeHyung lo miraba y sonreía—. Puedo quedarme otro poco si el dueño de la casa aún me tolera.

SeokJin se acercaba y tocaba la frente de TaeHyung para revisarlo, el toque eléctrico estaba ahí—. Ten cuidado y no te autoflageles en mi presencia y si te tolero.

SeokJin sonreía y TaeHyung devolvía la sonrisa, ambos se acomodaban para comer mientras se reproducía alguna película o serie de fondo, TaeHyung no prestaba atención. Sólo comía en silencio.

—No has dicho nada por más de diez minutos. Me estás asustando —mencionaba SeokJin.

TaeHyung sonreía—. Esto está delicioso. Gracias, diablo. Me has atendido casi mejor que mi propia madre

—Genial. Ahora soy maternal —decía SeokJin con ironía y un rostro divertido.

TaeHyung abría su boca y luego reía a carcajadas.

—Lo siento, sabes a qué me refiero, idiota —soltaba.

Su cabello húmedo comenzaba a lucir en ondas y a SeokJin le encantaba verlo, pero no quería quedarse mirando demasiado fijo.

—Tuve un sueño subido de tono —decía TaeHyung suspirando y tronando su cuello.

—De acuerdo... —respondía SeokJin, notando lo tenso que se sentía el azabache—. Deduzco que fue conmigo porque apenas puedes verme a la cara —decía relajado.

TaeHyung hacía una mueca—. Sí.

SeokJin mordía su labio inferior y miraba a TaeHyung fijamente, se moría por saber que había soñado con él, pero no iba a preguntar. No a ese pobre hombre.

—Solo es un sueño. A veces no tienen que significar nada ¿Sabes? Sólo son retazos de las últimas horas de tu día anterior, los últimos rostros, algo que pensaste. No siempre significan o expresan algo. Sólo son.... —mencionaba encogiéndose de hombros—. No le des tanta vuelta y olvídalo —mencionaba sonriendo y guiñando un ojo a TaeHyung.

El azabache suspiraba y asentía, no decía nada más hasta que levantaban las cosas y ayudaba a SeokJin a poner un poco de orden con el aseo de los platos.

—Eso no era necesario, pero gracias.

—Me voy a ir, mis tías estarán en una hora y mi madre cree que aún tengo dieciséis y necesito vestirme decente para recibirlas —exclamaba moviéndose en dirección a la puerta.

SeokJin reía y abría la misma dejándolo salir—. Espero hayas disfrutado tu estadía aquí... No soy tan insoportable como esperabas ¿No?

TaeHyung rodaba sus ojos y sonreía—. Sabes que igual lo eres —mencionaba, sintiéndose incómodo. Esta vez pensaba en como debería despedirse, él solía besar en la mejilla en ocasiones, otras daba abrazos cortos y a veces solo se inclinaba, pero inclinarse le resultaba tan impersonal y distante.

Él quería saludar a SeokJin de forma decente. Ellos iban camino a ser amigos ¿O no?

—La pasé genial. De hecho me olvidé tanto de Jennie que ni siquiera rompí con ella aún —decía con ceño fruncido mirando hacia arriba, haciendo alusión de su apartamento.

SeokJin alzaba sus cejas—. ¿Aún no la terminaste?

—Sé como se ve, pero no lo estoy retrasando. Lo juro, perdí la noción del tiempo con un tipo genial que podría ser un buen prospecto de amigo y con el que puedo fumar sin que me echen de la sala y sólo lo olvidé.

SeokJin reía—. Claro, sólo me quieres para fumar en mi sofá y en mi cama.

TaeHyung alzaba sus cejas y asentía—. Es un punto a favor que tienes y aún no he probado tu cama.

Cuando registraba esas palabras él se quedaba en blanco, SeokJin contenía una risa y TaeHyung se ponía colorado.

—Ay, carajo... Me refería a que la próxima vez, tú duermes en tu sofa y yo en tu cama —decía lanzando un golpe al brazo de SeokJin.

—De acuerdo, de acuerdo. No pensé otra cosa —exclamaba el castaño alzando sus manos—. Te veo en la semana, seguro iré a comer y me gusta que prometas otra estadía aquí, eres bienvenido cuando quieras.

TaeHyung aspiraba por aire y sonreía asintiendo—. Te veré entonces en la semana —decía con sus pies llevándolo a la puerta.

SeokJin asentía y decidía que era hora de entrar en vez de mirar a TaeHyung como un adolescente enamorado, pero cuando iba a cerrar la puerta se escuchaba el sonido de error provenir de la entrada.

—Oh... Jin, el código... —decía TaeHyung confundido.

El castaño golpeaba su frente—. Lo siento, lo cambié porque alguien presionó mal el número esta mañana y se lo envíe a los residentes de aquí —exclamaba acercándose.

Una sola excusa para orbitar nuevamente cerca de TaeHyung.

—Es dos, cinco, doce —decía apretando los botones—. Te lo reenviaré.

TaeHyung se le quedaba viendo cuando la puerta se abría—. Que chistoso, antes Jennie me pasaba la clave.

SeokJin lo miraba y aspiraba por aire, no podía decir que veía a TaeHyung triste porque aún no lo conocía al cien por cien, pero parecía que se sentía estúpido de nuevo. Así que ponía su mano en el hombro ajeno y sonreía cuando TaeHyung lo miraba:

—Ya encontrarás una chica bonita que merezca todo este monumento —exclamaba SeokJin con un tono de voz divertido que hacía reír a TaeHyung.

El azabache sacudia su cabeza y notaba a Jennie bajar de un auto con sus amigas a unos metros. De repente se preguntaba que carajos le diria cuando estaba ahí en su edificio, pero no por ella. El pánico se apoderaba de él y lo primero que hacía era agarrar a SeokJin y jalarlo con él en dirección al ascensor, más precisamente a la siguiente pared cuando este terminaba y dirigía a las escaleras.

— ¿Qué hac-...?

"Shhhh" soltaba TaeHyung poniendo su mano en la boca de SeokJin y la otra en su cintura, manteniéndolo cerca. Él estaba sobre la pared y SeokJin encima de él con sus brazos a los lados de su cabeza. El castaño no había alcanzado a ver a Jennie, hasta que la escuchaba intentando abrir la puerta y equivocarse.

SeokJin rodaba los ojos y TaeHyung destapaba su boca.

—Le mandé un maldito mensaje esta mañana —susurraba.

"Esperen, mis sexy encargado cambio la clave. Lo olvidé" se escuchaba que exclamaba.

TaeHyung apretaba sus dientes, pero el comentario no terminaba ahí.

"¿Ya lo invitaste a salir o sigues pretendiendo ser la novia perfecta?" Decía una de sus amigas "El tipo se parte solo, tu novio también, pero no te basta una sola polla, maldita zorra" las risas femeninas sonaban como hienas para los oídos de SeokJin e insoportables para los de TaeHyung, quien se sentía aún más estúpido.

El castaño golpeaba su mentón para que este lo mirara.

—Olvidalo... Que no te afecte —susurraba.

"¡Aquí está el mensaje!" Se escuchaba a Jennie decir, luego una de sus amigas exclamaba: "Muestra su foto de perfil. Estoy enamorada de ese tipo, rompe algo en tu apartamento hoy para que lo podamos ver mientras lo arregla"

TaeHyung fruncía el ceño e inconscientemente su mano en la cintura de SeokJin se presionaba más, atrayendo del todo el cuerpo masculino ajeno al suyo. Él seguía con su rostro de perfil a un SeokJin que lo estaba mirando fijamente intentando no apoyarse en TaeHyung porque toda la jodida e hilarante situación lo tenía duro como roca.

"¡Apoyo la moción! Rompamos algo para que venga a verlo y pueda arreglarlo. Estoy segura que con estas nenas puedo totalmente tener a ese hombre comiendo de mi mano" decía la tercera voz.

El interior de TaeHyung se sentía hecho un nudo, insoportable escuchar como hablaban de SeokJin, nuevamente lo apretaba otro poco y esta vez no había más espacio. El pecho de SeokJin golpeaba el suyo y su polla estaba... Bueno, SeokJin no era el único duro, su entrepierna nuevamente se encontraba confundida sintiendo la de otro hombre, la de este hombre.

TaeHyung sentía que las voces femeninas se volvían un ruido sin sentido y cuando giraba su rostro tenía a SeokJin más cerca de lo esperado. Sus respiraciones de mezclaban, el calor entre ellos incrementaba y su presión se iba por los cielos. Su corazón, realizaba otro poco de cardio al volverse loco de remate dentro de su pecho.

—Estás sosteniendome muy cerca —susurraba SeokJin con la voz ronca.

Una voz grave y sensual que ponía lo vellos de la nuca de TaeHyung totalmente en punta con la piel erizada debajo. Su rostro se teñia nuevamente de rojo furioso cuando bajaba los ojos para notar que era su culpa el nulo espacio entre ambos. Y la dureza de los dos.

—Me disculpo, pero no quería apoyarme el problema es que estás apretando-...

"¡Abierto!" Gritaba Jennie, eso hacía que ambos se pusieran más tensos. Era ridículo que estuvieran al inicio de las escaleras así de pegados, pero SeokJin no podía quejarse. Y ambos contenían la respiración cuando los pasos sonaban entre risas y chismes mientras llamaban el ascensor.

"¿Ese es su apartamento, no? Podríamos fingir que nos falta algo y él podría prestarnoslo y así vemos esa bonita carita con esa boca carnosa"

TaeHyung fruncía el ceño, torciendo su cabeza nuevamente y SeokJin miraba su perfil, ese perfecto y bonito perfil mientras intentaba no pegarse a TaeHyung, pero no servía de nada porque el chico lo tenía ahí, bien agarrado.

"¿Quien será la suertuda que se coma esa boca y a ese hombre?" Decía una de las voces, casi gimiendo frustrada.

TaeHyung volvía a mirar a SeokJin y sus narices de rozaban, se quedaba sin aliento cuando sus ojos miraban la boca ajena. Apenas estaba respirando, pero se escuchaba como las otras subían y desaparecían del lobby.

TaeHyung no recordaba como respirar correctamente cuando te quedabas sin nada de aire y sentías tu cuerpo zumbar por completo. No entendía las ganas que tenia de probar esa boca. La boca de un hombre, de este hombre.

—Soñé que querías chuparme la polla y me tocabas justo ahí luego de pedirme que te deje besarme —soltaba de repente.

SeokJin no esperaba aquella respuesta. De todas las cosas que TaeHyung podria haber dicho en ese instante incómodo y muy acogedor, él optaba por contarle su sueño. Y SeokJin sentía que se moría de la culpa por ponerse más duro. TaeHyung incluso abría sus ojos y miraba hacia abajo.

—Lo siento, no esperaba que dijeras eso —respondía SeokJin—. Si me sueltas, me alejaré... Lo siento, no puedo... Estoy intentando controlarlo, pero es un poco complicado. Deberías soltarme.

TaeHyung miraba de los ojos a la boca de SeokJin e ignoraba sus palabras, hasta que las registraba. Maldito hechizo en el que parecía caer cada vez que terminaba disociando cerca de SeokJin.

— ¿Eh? Oh —TaeHyung soltaba finalmente la cintura de SeokJin y el castaño se alejaba de inmediato—. Lo lamento —decía sin aire y justo en ese entonces SeokJin se acomodaba su erección y no era la primera vez que TaeHyung veía a un tipo hacer eso, pero ver a SeokJin hacer eso era... Bueno, él era objetivamente sexy.

—Perdón si te incomode

— ¿Por qué? Yo te sostuve cerca —decía acomodándose a él mismo con disimulo.

Dios, SeokJin nunca había sentido la necesidad de comerse a alguien. Quería comerse a TaeHyung, comérselo a besos y sacarle toda la confusión. Pero él no haría eso. Él miraba la frustración de TaeHyung cuando acomodaba su ropa e intentaba que la erección disminuyera.

—No importa el sueño. Tú no quieres que yo te chupe la polla y tampoco quieres que te bese. La reacción que tuviste es porque mi cuerpo estaba presionándose contra el tuyo. ¿De acuerdo?

TaeHyung relamía sus labios y fregaba su rostro—. No sé porqué-... Yo- no. No era mi intención sostenerte tan fuerte y cerca —su voz sonaba agitada.

Él estaba totalmente afectado.

—No pasa nada, cariño. Está bien, fue el pánico del momento. Pero ya no hay moros en la costa —decía SeokJin caminando a la entrada y fregando su rostro llevando su cabello hacia atrás. Necesitaba espacio y dejar ir a TaeHyung antes de presionar realmente.

Él no haría eso, no iba a presionar a TaeHyung, jamás.

—Lo siento, no quería verla... No sabía que decir, terminaré con ella hoy por teléfono. Dudo que le importe, ella y sus amigas quieren conquistarte a ti.

SeokJin reía sin gracia mientras abría la puerta—. Ahora soy su foco de atención más reciente. No pienses en tu sueño, sólo es eso... Y lo de recién es sólo la reacción natural de tu cuerpo. Me tenías presionado y solo sucedió. No pienses en ello ¿Si?

TaeHyung relamía sus labios y asentía, luego salía listo para irse, pero volvía a girar para dejar un beso en la mejilla de SeokJin, uno cerca de sus labios sin rozarlos, pero era cerca. La presión de SeokJin se iba, lo descoloaba.

—Adios, diablo... Hueles bien —ronroneaba TaeHyung.

Y salía de allí caminando más rápido de lo que debía. SeokJin sostenía la puerta abierta y sentía que necesitaba una jodida ducha de agua fría urgente.

Esa amistad prometía ser algo de lo que SeokJin debería huir en dirección contraria, pero él no quería hacerlo, quería quedarse justo donde estaba, esperando, comprendiendo y sólo tomando lo que TaeHyung le diera. Su amistad y esperaba que los momentos que lo dejaban con las bolas azules no se repitieran, tanto como deseaba en el fondo que sí lo hicieran.

—Dios. Me va a volver loco.

XmwmskaakKakan AAAAAH

Perdón si hay errores de deditos locos 🤸🏻‍♀️

Con amor niñita Nanykoo 💜

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