Sexto

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TaeHyung se encontraba haciendo un café para Jimin ese martes por la tarde.

— ¿Por qué estás aquí? —preguntaba otra vez.

—Porque trabajas de tarde, imbécil —decía el rubio sentado en una mesa con sus piernas en alto.

— ¿No tienes algún ensayo o proyecto? —se mofaba mientras preparaba el latte de su amigo y un té para él.

La bandeja preparada estaba con un pedazo de pastel de fresas y cuando lo miraba sonreía.

«Fresita»

Sacudiendo su cabeza para apartar ese apodo, se sentaba frente a Jimin—. Baja tus malditos pies de la silla —renegaba empujandolo.

—Uy, que sensible... ¿Estás de mal humor porque sabes que tenía razón con respecto a la zorra de tu ex? ¿O estás de mal humor porque necesitas sexo?

TaeHyung resoplaba—. Ni uno ni el otro. Por ahora —decía con ceño fruncido.

TaeHyung tenía un apetito sexual moderado y bastante activo volviéndose irritable en ocasiones, pero por el momento ser un cornudo tenía su libido baja.

—Genial, cuéntame el chisme —pedía el rubio comenzando a degustar lo dulce sobre la mesa.

— ¡Quita tu mano! —decía TaeHyung golpeando la de Jimin—. Vas a quedar pegajoso. ¡MinGyu, tráeme una cuchara, por favor! —pedía tomando una servilleta y limpiando a Jimin entre risas de este—. Eres un niño

—Shi —decía el rubio.

TaeHyung rodaba los ojos—. ¿Por qué tan feliz?

Jimin canturreaba melodiosamente—. Naaada. Mi amigo se sacó a la zorra mentirosa de su vida y yo tengo novio.

TaeHyung alzaba sus cejas dejando la servilleta sucia a un lado—. ¿Ya son novios?

—Bueno, Namjoon no lo sabe, pero se lo voy a proponer pronto

—Jiminah, lo conociste hace unos días... Yo apenas estoy iniciando un amistad con Jin ¿Y tú ya quieres que Namjoon sea tu novio? —decía sorprendido, tomando los tenedores que MinGyu le daba y comenzaba a comer el pastel también.

Jimin lo miraba—. ¿Por qué estás comparando a Jin y a ti conmigo y con Namjoon? —su tono de voz era juguetón.

TaeHyung se ponía serio intentando que su rostro no se pusiera rojo. Pero cuando alzaba la vista y veía que Jimin estaba conteniendose de reír y abría sus ojos, no había funcionado no enrojecerse.

—No pongas esa estúpida cara —soltaba tirándole una servilleta usada—. Me refiero a formar una amistad con él, no dormir con él... No soy gay —decía mirando hacia otro lado.

Jimin dejaba de reír—. Ya, solo fue un chiste. ¿Realmente te cae bien, no?

TaeHyung lo miraba con ojos entrecerrados y veia que Jimin no hablaba con segundas intenciones.

—Bueno, después de ti no tengo otro confidente y él supo de primera mano lo cornudo que era, se portó genial y realmente me hizo olvidar que fui un imbécil. Aparte tenemos gustos similares, cosas en común —decía encogiéndose de hombros e intentando sonar desinteresado.

Jimin asentía con un tarareo mientras comía el pastel, luego daba un sorbo a su latte y TaeHyung necesitaba unas excusas más para seguir hablando de SeokJin otro poco. No sabía por qué, pero él quería seguir hablando del tipo.

—Sabes, es un tipo genial —decía Jimin viendo su teléfono—. Namjoon habla solo cosas buenas de él, lo adora. Es un gran tipo.

TaeHyung relamía sus labios y sonreía—. Es un culo engreído en ocasiones, pero sí, ha sido un buen tipo hasta el momento.

—Y besa como los dioses —añadía Jimin en una especie de gemido.

El estómago de TaeHyung se sentía un nudo repentinamente, una sensación enferma en su interior.

— ¿Qué no tienes novio? —decía más duro de lo esperado.

Jimin se reía—. Aún no se lo propongo, pero es la idea... Aún así, Namjoon también hace magia con esa boca y me gusta más porque sus besos no saben a nicotina —resaltaba—. No me molestó cuando nos besamos en la marcha con Jin, pese a que el sabor estaba fresco en su boca, pero no creo que pudiera tolerarlo a larga. Aunque sea bueno volandote los sesos con su lengua y sus labios, sigo si no toleras el cigarro, a la larga terminaras por aborrecerlo. Creo, si es que alguien puede aborrecer a ese tipo.

TaeHyung tenía sus dientes tan apretados que sentía el dolor en su mentón. Su tenedor estaba fuertemente clavado a una porción del pastel de fresas y miraba a Jimin como si fuera su peor enemigo.

— ¿Qué te pasa? —cuestionaba Jimin.

—No me interesaba recordar que lo habías besado

—Que nos besamos... Casi que él me beso y yo respondí —corregía el rubio.

— ¡Ya! —decía TaeHyung—. Te quedaste con su amigo, no vuelvas a-... — ¿A qué? TaeHyung se quedaba con la palabra en la boca mientras Jimin lo miraba expectante.

— ¿Homofóbico? —soltaba el rubio.

—No lo soy, los sabes... Sólo, así como en ocasiones bloqueo que tú eres gay, quiero hacerlo con él. Él es más masculino que tú y me gusta poder hacer cosas de hombres con él —susurraba más bajo.

Jimin entrecerraba sus ojos—. ¡Sólo te pinte las uñas una vez! Luego lo hago sin ti a mi lado y todos se pintan las uñas no tienes que ser gay para hacerlo —decía Jimin cruzado de brazos—. Te juro, tú y tu obsesión con las apariencias. Te amo, pero a veces te detesto, es ofensivo.

TaeHyung abría su boca y suspiraba luego, se sentía como la mierda—. Lo lamento, no quise... Yo no pretendía-...

—Lo sé, lo sé... No pretendes herirme, pero a veces es... ¿Cuál es tu problema?

Jimin se veía demasiado serio haciendo esa pregunta, TaeHyung chasqueaba su lengua y evitaba su mirada—. No tengo ningún problema, solo me dejó llevar por las apariencias.

«A veces te salvan»

—Bueno, yo soy tu amigo de casi toda la vida. Si quieres mantener a SeokJin en este círculo, no seas tan condescendiente, no todos tienden a entenderte.

TaeHyung respolaba—. Jin es muy atento... Sabes, no parecía tan genial cuando lo ví en la marcha.

Jimin tarareaba mientras comía—. Namjoon dice que es un Bad Boy con corazón de Soft Boy. En realidad es un tipo muy atento, pero tiene una lengua filosa si lo provocan —mencionaba Jimin.

TaeHyung alzaba sus cejas—. Eso tiene sentido.

—Tú si lo atacaste en la marcha ¿No? Nunca te pregunté cómo es que comenzaron a hablar —decía curioso.

TaeHyung aclaraba su garganta y tomaba su té—. Nada, sólo... Sólo me pidió fuego —decía comiendo una gran procion de pastel de fresas y luego miraba en dirección a la puerta.

Jimin fruncía el ceño—. ¿Esperas a alguien?

—Nop —decía de inmediato.

«Quizas»

¿No se suponía que SeokJin era una cliente habitual? Habían pasado dos días y él no había pisado su restaurante aún. Suspirando miraba su teléfono y ellos habían compartido mensajes normales. Jin había comenzado a hablar de esto de aquello y TaeHyung había caído fácil en eso de responder y luego iniciar una conversación superficial y así. Pero no se había atrevido a preguntar directamente si iría o no. No le había visto la cara luego de lo sucedido en su edificio.

TaeHyung aún recordaba el calor corporal de SeokJin y como su boca había mencionado sin filtro sus sueños húmedos y automáticamente el cuerpo de SeokJin se había encendido ante sus simples palabras. Dios, TaeHyung pensaba que eso había sido sexy, porque SeokJin lo era. Todavía no estaba realmente asustado porque le gustaba incendiar el cuerpo de un hombre meramente homosexual que se sentía atraído por él y se preguntaba ¿Por qué? SeokJin no era realmente el primero en querer ligarselo.

Jimin lo miraba incrédulo mientras TaeHyung se sumía en sus pensamientos, pero la puerta y la campanilla en esta, sonaban haciéndoles saber que alguien había entrado.

—Oh, mira quién está aquí —decía Jimin.

TaeHyung miraba hacia atrás con entusiasmo, pero no esperaba ver a esa persona allí.

— Señor Lee —decía con una reverencia cuando se ponía de pie.

— ¡TaeHyunsiie! —saludaba el hombre.

Él le daba a TaeHyung un cálido abrazo como de costumbre, TaeHyung sonreía y lo aceptaba. Jimin lo saludaba luego.

—Jiminah, hola a ti también, chiquillo —saludaba con cariño.

— ¿Cómo ha estado, señor? Tanto tiempo sin verlo —decía el rubio.

—Trabajando, muy bien gracias al cielo... Vine a visitar a tu madre, hijo... ¿No sé encuentra aquí? —decía en dirección a TaeHyung.

El señor Lee JiNam era el mejor amigo de su padre y su madre, a quien se le fue presentado por este. TaeHyung creció viéndolo como a un tío, más que un simple amigo de la familia. Pero a TaeHyung le resultaba complicado decirle "Tío" con naturalidad, luego de unos años, por lo que "Señor Lee", siempre sonaba mil veces mejor y se sentía menos conflictuado.

—Eomma y yo cambiamos de turnos —respondía—. Ella está en las mañanas así en las tardes puede cuidar de TaeEul cuando esta sale de clases.

—Oh, entonces iré camino a verla. Tengo lo prometido —decía mostrando una maceta con tierra húmeda y una pequeña planta floreciendo—. El canutillo de cuba está listo para que pueda plantarlo.

Jimin y TaeHyung se acercaban para verlo y sonreían, la verdad era que ninguno estaba muy unido al mundo de las plantas y entendían poco y nada de su cuidado.

—Eomma estará feliz de verte —decía TaeHyung, casi forzando sus palabras.

—Yo te llevo, señor Lee —exclamaba Jimin, tenían buenos recuerdos de este hombre en su adolescencia porque siempre les daba demasiados chocolates a los dos—. Me voy Tae, llevaré al señor Lee con tu mamá ¿No vino con su camioneta, no?

El viejo Lee negaba—. Está en arreglo, me vine en autobús.

TaeHyung fruncía su ceño, era un viaje pesado, sin embargo aquí estaba para cumplir su promesa y traer la planta que su madre le había pedido tiempo atrás. Sonriendo, golpeaba su hombro y exclamaba:

—Jimin te acercará, le haré saber a mamá que estás en camino —mencionaba.

El viejo Lee sonreía y lo abrazaba brevemente. TaeHyung nunca podría sentirse realmente comodo con él.

—TaeEul estará ahí, también se sentirá feliz de verte —mencionaba.

—No puedo esperar a verlas a ambas, tú te ves bien, hijo —decía el hombre palmeando su hombro de forma amistosa—. Tu padre estaría tan orgulloso de ver cómo andas con tu madre codo a codo.

TaeHyung apretaba sus dientes, nunca era fácil hablar con Lee sobre su padre, cada vez que veía a este hombre, era un recordatorio de que su padre ya no estaba entre ellos y su amigo quería revivir constantemente su memoria cada vez que aparecía.

—Gracias —susurraba.

Luego de eso Jimin se lo llevaba y ambos se despedían de TaeHyung. El azabache se sentía decaído luego de la visita sorpresa y mientras las horas pasaban, SeokJin no se asomaba ni de casualidad. También había recordado, al recibir otro mensaje de Jennie que, aún no había terminado con ella.

"Ven a casa, cocinaré para los dos"

—Ay, carajo... —susurraba.

— ¿Problemas en el paraíso? —cuestionaba MinGyu mientras levantaba una mesa.

—Ummm, sí... Debo romper con mi novia y se me olvida —mencionaba TaeHyung relajado.

MinGyu se sorprendía—. ¿Tu última chica? —TaeHyung asentía—. Te veías muy entusiasmado, hyung... ¿Qué sucedió? Si se puede saber —decía con respeto.

TaeHyung resoplaba—. Me engañaba y yo era un venado —decía sonriendo amargamente—. Debería haberla terminado, pero honestamente se me olvidó. Ella no me habló estos días y yo menos, estuve con otras cosas.

Hablando con Jin, por ejemplo.

—Sería bueno que le pongas un fin, no dejes estar mucho. Ella pudo haberte engañado, pero por experiencia propia, no esperes mucho. Juegan la carta de víctima muy bien —susurraba con ojos abiertos.

Luego se iba y TaeHyung se le quedaba mirando confundido. No esperaba ninguna escena de parte de Jennie realmente, pero quizás sería buena idea terminarla en persona luego de salir del restaurante. Él iba a hacerlo por mensaje, pero quizás verla cara a cara no estaría mal. No es que quisiera ver a SeokJin ni mucho menos, o sea... No.

—Lo haré al salir de aquí —susurraba.

Lo extraño era que las últimas tres horas habían pasado lentas y pesadas, pero ya se encontraba cerrando todo cuando subía al auto de su madre y se disponía a ir en dirección al apartamento de Jennie. Cuando estacionaba, se bajaba y sus manos temblaban, no estaba seguro por qué, pero probablemente se debía a qué entraba y miraba la puerta del apartamento de SeokJin.

Ellos habían hablado ese dia, pero TaeHyung no había mencionado nada sobre que iría allí para terminar con Jennie finalmente. Él no había mencionado nada, pero suspirando, subía al piso de la pelinegra y aspiraba cuando tocaba el timbre.

Jennie abría la puerta con ceño fruncido—. Tae... ¿Por qué no solo entraste? —cuestionaba.

Cuando la veía, el interior de TaeHyung se sentía descompuesto, no le gustaba ni un poco estar frente a ella. No quería tener que pasar por esta conversación, sabía que no lastimaría a Jennie, pero no estaba seguro con que situación se iba a encontrar para ser exactos.

— ¿Eso es para mí? —preguntaba tomando el tuper que TaeHyung llevaba en sus manos, pero el chico lo alejaba.

—Es para mi madre y TaeEul, aún no llego a casa —exclamaba.

—Oh, bueno... Adelante —decía.

TaeHyung entraba con paso lento y desganado. De repente pensaba en todos los tipos que pasaron por la cama de Jennie y en como él solo había sido uno más y gracias al cielo había usado condón, porque no quería ni siquiera pensar en la cantidad de tipos que habían pasado por ahí, al mismo tiempo que él.

—Perdón que no te mandé mensajes el finde y ayer, estuve algo ocupada.

« ¿Mordiendo pollas? »

—No hay problema, tampoco te envié nada —decía TaeHyung.

Jennie sonreía y se acercaba para hacer uso inmediato de sus encantos, sosteniendo a TaeHyung de la cintura y lista para besarlo, pero el chico corría su rostro y ella no podía alcanzarlo. En esos cinco meses de juego juntos, TaeHyung jamás había sido tan esquivo.

— ¿Por qué haces eso? —cuestionaba confundida.

TaeHyung aspiraba con fuerza—. Porque no vine a esto, seré corto y contundente —mencionaba seriamente, alejando a la chica de encima de él, desenredandose de sus garras—. Quiero terminar con esto.

Jennie alzaba sus cejas, sus ojos grandes dejaban ver confusión. El puchero fingido en sus labios se pintaban instantáneamente y TaeHyung sentía más rechazo aún ante la cara de muñeca mentirosa.

— ¿Es acaso el día de los inocentes? —soltaba intentando sonar divertida, no se veía divertida en absoluto.

—No, y no quiero hacer esto demasiado largo —mencionaba el azabache—. No quiero seguir con esto, no hay futuro

—Tú me propusiste esta relación ¿Y ahora pretendes humillarme y solo dejarme? ¿Qué carajos te sucede? Seguro tu amiguito te llenó la cabeza.

TaeHyung fruncía su ceño—. ¿Humillarte con quién? Al menos yo sólo me estaba acostando contigo, a diferencia de ti. Y mi amiguito no me llenó la cabeza con nada, Jennie. Dejemos las estupideces, era un jodido cornudo, ahora lo sé y vengo a terminar esto porque al parecer prefieres acostarte con todo el mundo que simplemente estar conmi- ¡...!

TaeHyung quedaba en shock cuando la mano de la chica había aterrizado en su mejilla.

— ¿En serio? ¿Jodidamente acabas de darme un cachetada? —decía anonadado.

— ¡Estás diciendo mierda sobre mí!

— ¡Estoy diciendo la ve-...! —el timbre del apartamento sonaba y cortaba la discusión entre ambos—. Oh, tendría que haberte avisado que vendría si uno de tus juguetes está allí afuera esperando a ser atendido.

Jennie resoplaba—. Cállate, ya quisiera que me deje atenderlo —soltaba camino a la puerta y abriéndola.

De inmediato Jennie formaba una sonrisa coqueta y TaeHyung quedaba helado. SeokJin se quedaba tan quieto como le era posible con un foco de luz en su mano. Sus ojos se posaban en TaeHyung y TaeHyung se sentía cálido por todos lados, incluso sonrojado. No sabía por qué o quizás sí, no estaba seguro de nada luego de ver a SeokJin mirarlo con un rostro levemente preocupado.

—Jin, no sabía que vendrías justo ahora —decía la pelinegra.

TaeHyung aún tenía su propia mano en su mejilla y la bajaba de inmediato, él no sabía que su rostro se veía levemente sonrojado en la zona recientemente impactada por la mano de la chica.

— Me pediste que cambiará tu foco, estuve ocupado y recién ahora me desocupe... ¿Interrumpo? —decía desviando sus ojos de TaeHyung para mirar a Jennie.

TaeHyung apretaba sus dientes ¿Qué estaba mal con él? No se suponía que Jin se le quedará viendo cuando ellos, técnicamente no se conocían, para Jennie.

—Claro sí. Adelante y no, no interrumpes. Es en el baño —decía la chica caminando en dirección al mismo.

Cuando TaeHyung se apartaba del camino, SeokJin pasaba por al lado de él.

— ¿Estás bien? —susurraba.

TaeHyung abría su boca y la cerraba, se sentía impotente por la cachetada descarada, no era la gran cosa, pero él jodidamente no lo merecía y sentía que quería hacerle un puchero a SeokJin para que le dijera algo bonito, revitalizante y que no se sintiera tan estúpido. Así que sacudia su cabeza en negación y veía el exacto momento en que los ojos de SeokJin se veían más preocupados.

— ¿Jin? —la voz de Jennie sonaba a la distancia.

—Ve. Estoy bien, solo ve...

SeokJin soltaba el aire y caminaba presuroso al baño de la chica, TaeHyung no tenía ganas escuchar que estaban hablando, pero cuando algo dentro de él se inquietaba, Jennie volvía.

—Hablemos más tranquilos

—No hay nada que hablar. Te ví yo mismo entrando y saliendo con diferentes hombres. Y no en plan de amistad —decía entre dientes.

Jennie abría sus ojos y negaba, balbuceaba y TaeHyung solo la miraba.

—No sé que viste, pero viste mal —añadía.

TaeHyung apretaba sus dientes—. ¿Qué crees que veré si le pido a tu adorable encargado que me muestre los videos de quienes entran y dejan de entrar aquí, eh?

Jennie palidecía—. Pero recuerda que el necesitado de afecto eres tú —decía señalando su pecho—. Te dije que no estaba lista para una relación, pero insististe

—Podrías haberme dicho que querías acostarte con la mitad de Corea ¡Y eso hubiera sido jodidamente más honesto!

— ¡Oh! ¿Quieres jodida honestidad? ¡Eres aburrido en la cama! —soltaba con rabia, ya decidida a ganar en la discusión a seguir victimizándose.

TaeHyung se la quedaba viendo sorprendido. Él no era aburrido en la cama, incluso era hasta un poco insaciable, pero aburrido, jodidamente n-...

—La luz ya está arreglada —decía SeokJin para sobre el umbral de la puerta del baño—. ¿Necesitas algo más que no puedas arreglar?

Dios, TaeHyung no sabía porque se sentía tan avergonzado en ese momento. Jennie acomodaba su cabello y sonreía como la idiota coqueta que era y TaeHyung se hastiaba de todo.

—Me voy —decía en dirección a la puerta.

— ¿Así nada más? —soltaba Jennie con su voz aniñada.

Abriendo la puerta la miraba una última vez con SeokJin detrás de ella presenciando la escena.

—Terminamos —soltaba decidido y luego salía del apartamento.

El silencio incómodo que reinaba en la sala de la chica, hacía que SeokJin quisiera esconderse, pero se sorprendía en sobremanera cuando la veía girar sin verse ni un poco afectada y le sonreía con un tipo de sonrisa, que quizás, en su historial era sensual y atrayente para el sexo masculino, pero no lo era para SeokJin.

—Lo siento —decía el castaño.

Bueno, él no lo sentía ni un poco. Ella no había valorado al bonito chico a su lado, aunque él no pudiera conquistarlo. Aún así le gustaba que esta chica no estuviera con él. Había sido testigo accidental de sus muchos juguetes.

—No importa —decía Jennie acercándose—. La verdad era que no coincidíamos ni un poco —sonreía traviesa y delicada, mientras su mano se posaba en el pecho de SeokJin.

«Tienes que ser una broma»

—Bueno, entonces, es genial que ambos estén libres del otro para encontrar alguien que valga la pena —decía SeokJin con ceño fruncido, notando que la chica aún no removía su mano.

Jennie sonreía, pero la traducción era: «Espero que él encuentre alguien que valga la pena y esa no eres tú. Pero tampoco yo»

—Tengo mis ojos puestos en ti —susurraba Jennie.

SeokJin se preguntaba si esa voz aniñada y su mirada felina era lo que hacían que otros hombres cayeran, ciertamente TaeHyung había caído con ella, a él solo le provocaba un serio rechazo.

—Me halaga, pero ya estoy viendo a alguien —respondía SeokJin, quitando la mano de la chica—. Y no eres mi tipo, lo siento.

Él sonreía y se dirigía a la puerta, Jennie estaba boquiabierta, pero no se rendía.

—Todos tenemos un tipo hasta que llega alguien y rompe con eso cuando te das cuenta que hay química —mencionaba coqueta obstruyendole el paso al castaño.

SeokJin asentía—. Concuerdo, pero realmente te faltaría tener una polla, nada de senos y una complexión más masculina —decía con suavidad.

Jennie quedaba con su boca abierta, de nuevo, pero luego de unos segundos de ver cómo SeokJin contenía la risa ella reía—. ¿Es una broma, cierto?

—Soy gay, Jennie y te agradecería que dejarás de insinuarte porque me resulta muy incómodo.

La pelinegra tapaba su boca y se paraba más relajada—. Oh, por dios. Que desperdicio

—Gracias, creo —soltaba SeokJin abriendo la puerta—. Seguro tendrás a alguien a mano. Eres bonita —decía cerrando la puerta—. Aunque un asco de persona —añadía ya fuera.

Cuando llamaba al ascensor y este se abría, de inmediato tomaba su teléfono y buscaba por el contacto de TaeHyung, pero cuando menos lo esperaba, alguien se estaba aferrando a él como un koala. Su brazos estaban de par en par en el aire, la puerta del elevador se cerraba y él reconocía la fragancia y la contextura del cuerpo aferrado a él.

— ¿Cariño? —susurraba enrozcando sus brazos alrededor del cuerpo de TaeHyung.

El chico soltaba un suspiro ahogado, algo frustrado.

—No digas nada, sé que esto es muy gay —susurraba en su hombro.

SeokJin sonreía—. Sólo estamos tú y yo, así que sólo es un abrazo, no seas fresita —escuchaba a TaeHyung reír secamente—. Puedes apretarme más si quieres.

TaeHyung lo hacía, solo un poco más sin asfixiar al pobre tipo.

—Sé que aún somos extraños, pero necesitaba un abrazo.

SeokJin sonreía y acariciaba el cabello de TaeHyung intentando fuertemente contener su cuerpo y evitar oler al otro hombre. Olía exquisito.

—Si me considerarás un extraño, no estarías abrazándome —mencionaba SeokJin—. Y yo definitivamente no estaría correspondiendo.

El elevador se abría y TaeHyung se alejaba de inmediato. SeokJin suspiraba y ponía sus manos en sus bolsillos y miraba que el chico tenía un tupper en sus manos.

— ¿Qué traes ahí? —curioseaba saliendo y TaeHyung lo seguía.

—Oh, bueno... No fuiste a comer estos días —mencionaba—. Me dijeron que eras cliente habitual, supuse que eras del tipo que iba todos los días.

SeokJin se detenía frente a su puerta y sonreía rascando su nuca.

—Lo soy... Sólo estuve ocupado estos días y no quise que sintieras que estaba acosandote o algo parecido.

TaeHyung chasqueaba su lengua restándole importancia y alzaba la mano con el objeto lleno de comída.

—Hoy fue día de...

"Tteokbokki" decía al mismo tiempo, TaeHyung sonreía mirando hacia abajo, SeokJin creía que se veía precioso.

—Gracias, hombre —susurraba tomando el tupper de comida—. Estaba pensando en que me lo había perdido.

—Eres un idiota, diablo. Deberías de haber ido —mencionaba TaeHyung, SeokJin lo miraba con una mueca que ciertamente hablaba por si misma—. No querías que me asuste, lo entiendo ahora.

SeokJin asentía—. ¿Quieres beber una cerveza o tienes prisa por volver a casa?

TaeHyung sonreía y recordaba que probablemente, aún no debería volver a casa o el señor Lee seguiría allí charlando con su madre. Siempre charlaban horas infinitas que TaeHyung poco podía soportar y estaba seguro que por más que viviera en su propia casa su madre lo obligaría a pasar tiempo con ellos y él no quería eso.

—Tengo tiempo, me quedó —sonreía.

SeokJin abría la puerta y lo hacía pasar. Llevaba un pantalón azul, esos de trabajo y le quedaba muy bien, TaeHyung pensaba que podía vestirse con una simple bolsa de basura y SeokJin haría que se pusiera de moda porque a él seguro le luciría. Luego llevaba una camiseta de algodón blanca que se lucía bien en su contextura masculina fuerte y marcada.

«Joder, estás checandolo de nuevo»

Relamiendo sus labios, miraba en otra dirección.

— ¿Cenaste? —preguntaba SeokJin.

TaeHyung se cuestionaba si realmente no notaba sus miradas o el hombre sólo era distraído.

—No realmente —respondía siguiendo a SeokJin a la cocina—. Déjame ayudarte con eso —mencionaba tomando el tupper de Tteokbokki.

— ¿Cenas conmigo? —preguntaba SeokJin con una sonrisa que no tenía derecho a lucir tan atractiva.

Volvía loco a TaeHyung.

—Seguro, el Tteokbokki está delicioso —decia buscando con que entretenerse mientras SeokJin se movía por la cocina entre su cuerpo y el espacio medianamente reducido.

El castaño comenzaba a tararear una canción coreana algo antigua y TaeHyung lo miraba con atención.

— ¿Qué? Soy aficionado a canciones viejas, no me mires así —mencionaba abriendo dos cervezas mientras TaeHyung calentaba la comida en el microondas y levantaba sus brazos.

—No juzgo, yo amo el jazz —exclamaba.

SeokJin se le quedaba viendo—. Te vuelves más interesante a cada minuto —exclamaba sonriente.

TaeHyung le devolvía la sonrisa y sentía que se sonrojaba, apoyado sobre la mesada de la cocina, veía al dueño del apartamento buscar platillos y cubiertos.

— ¿Puedo hacerte una pregunta? —exclamaba TaeHyung.

—Todas las que quieras —respondía SeokJin, dándole una botella de cerveza mientras esperaban a qué se calentará la comida y se paraba a su lado.

TaeHyung era demasiado consciente de su cuerpo y el calor que este emanaba.

— ¿Jennie te dijo algo? Tardaste un poco en salir —decía con una mueca.

SeokJin alzaba sus cejas—. Creí que no eras celoso ni posesivo —decia SeokJin con una mueca—, no tienes de que preocuparte. No voy a conquistar a tu ex, soy gay ¿Recuerdas?

TaeHyung negaba y reía—. No soy celoso... Y en todo caso no me interesa ella, solo quería saber si por esas casualidades eras bi en ocasiones —se encogia de hombros sintiéndose estúpido.

SeokJin reía—. No, soy bastante gay en todas las ocasiones, aunque no lo aparente. Pero respondiendo a tu pregunta, sí... Ella intentó ligarme, es más descarada de lo que pensaba.

TaeHyung apretaba sus dientes con una sonrisa irónica en su rostro mientras sacudia su cabeza—. Zorra hipócrita.

—No le des un segundo pensamiento, no lo vale. No vale que sientas celos

—No siento celos por ella —soltaba TaeHyung bebiendo su cerveza—. Que sepa que no puede acercarse a ti... —Taehyung abría sus ojos y quedaba con la botella a mitad de camino y miraba a SeokJin, este lo miraba perplejo—. Lo siento eso sonó...

—Posesivo... —completaba Jin por él—. Conmigo —añadía luego.

TaeHyung abría su boca y la cerraba—. Sólo me molesta que sea tan... Zorra —decía bebiendo su cerveza y mirando hacia otro lado—. Tú no eres mío... Sólo mi amigo, futuro amigo... Uno bueno —seguía TaeHyung.

Sus balbuceos eran adorables.

—Te entiendo, no te malinterprete, tranquilo —decía SeokJin mientras sonaba el microondas y se disponía a llenar los platos.

TaeHyung lo miraba incómodo—. No quise sonar como si fueras un objeto al que acabo de reclamar —exclamaba avergonzado.

SeokJin sonreía y lo miraba—. No soy celoso y posesivo con mis parejas, pero a veces soy celoso con mis amistades... Pregúntale a Namjoon, si no.

Le entregaba el plato a TaeHyung y le hacía seña de que lo siguiera a la sala. El azabache iba en silencio y se sentaba a su lado.

— ¿Celas a Namjoon? —preguntaba curioso.

SeokJin reía—. A veces sí, a veces por diversión... Él hace lo mismo —decía divertido.

TaeHyung tarareaba—. No parecías celoso cuando estaba con Jimin.

—Eso hubiera sido totalmente raro, quería que se enrollara con Jimin y nop, nunca lo celé románticamente hablando —mencionaba—. Eso sería aún más raro —llevaba un gran bocado de Tteokbokki a su boca y lo comía con un instante gemido que salía de él cuando la comida y sus sabores impactaban en sus papilas gustativas.

TaeHyung sonreía—. ¿Te gustó?

SeokJin asentía masticando, se veía adorable comiendo. TaeHyung decidía que no era el único hombre que comía con un puchero pintado en sus labios.

—Mmm, ah y pensar que casi me pierdo esto —susurraba, gemía y TaeHyung se sonrojaba.

—Woah, una buena comida puede hacerte gemir así —soltaba casi divertido, pero en parte avergonzado y tímido.

—Otras cosas me hacen gemir aún más —decía SeokJin y TaeHyung se ahogaba con su bocado de comida—. Mierda, fresita ... No debo hacer chistes homosexuales cuando estás comiendo

—Por fav-... Por favor no lo hagas —decía tosiendo. SeokJin reía mientras le alcanzaba la cerveza.

— Increíble —susurraba.

— ¿Qué? —preguntaba TaeHyung.

—Creí que terminarías con Jennie por mensaje ¿No habías dicho eso?

TaeHyung alzaba sus cejas—. No lo sé. Era la idea, pero luego supuse que venir sería mejor, aunque no quería discutir con ella y mucho menos recibir una bofetada por irme de boca.

SeokJin suspiraba y giraba su cuerpo en dirección a TaeHyung, tomaba su rostro y este se dejaba mientras el castaño lo inspeccionaba—. No quise decir nada, pero tienes una piel sensible y el sonrojo apenas se está yendo.

El pulgar de SeokJin daba una caricia suave en la zona y su ceño se veía fruncido y TaeHyung se preguntaba que estaba pensando, él apenas quería moverse temiendo alejar el contacto ajeno de este hombre. Se sentía bien.

— Es una vergüenza que hayas visto y oído lo que ella dijo —soltaba TaeHyung cabizbajo.

SeokJin apretaba sus dientes y apartaba sus manos, notaba como el chico levemente abría su boca y la cerraba. Dios, las señales confusas que TaeHyung tiraba sin siquiera notarlo jugaban con su presión sanguínea. Pero SeokJin no tardaba en levantar su mentón y sonreírle, los ojos de TaeHyung brillaban como si tuviera luciérnagas dentro de sus orbes.

—No creería nada de lo que pudiera llegar a salir de la boca de esa chica —susurraba—. Tiene una linda boca, pero es sucia y mentirosa.

TaeHyung arrugaba su nariz—. Halagar mujeres no te queda —soltaba con puchero. SeokJin reía y lo soltaba, TaeHyung suspiraba.

—Seguro que no —decía comiendo otra vez—. Me queda mejor halagarte a ti ¿No? —soltaba casi susurrando entre dientes.

TaeHyung lo había oído y tomaba su plato y un bocado antes de llevarlo a su boca, soltaba—. Quizás.

SeokJin lo miraba y TaeHyung se le quedaba viendo, sentía la tensión recorrer su cuerpo y agravarse entre ellos como densa neblina. SeokJin rompía el momento rodando los ojos y riendo, TaeHyung se reía con él, pero no decía nada al respecto. No diría nada y TaeHyung no estaba seguro si quería que se quedara en la nada como una broma del momento o quería que SeokJin presionará.

—Mmm... Actúo raro alrededor tuyo —susurraba luego de varios minutos en silencio y sonidos de utensilios y la tele de fondo.

SeokJin lo miraba y suspiraba—. Tienes confianza, te sientes cómodo... Eso es todo, no es raro

—Tengo confianza y aún no cumplimos el mes —decía TaeHyung abriendo sus ojos.

SeokJin se reía—. No eres el único. Tengo cierto encanto

—Ay, ya vas a empezar con tu culo engreído

— ¡No, no! Lo digo en serio —se reía adorable y TaeHyung se reía con él mirándolo fijamente algo atontado—. Conocí a Namjoon en un bar hace seis años atrás, estábamos ebrios y la idea era enredarnos, pero terminamos hablando de la existencia de aliens y cosas paranormales para terminar forjando una amistad y lo tenía en mi casa al día siguiente viendo documentales —mencionaba divertido y resoplando—. A tí no te tuve al día siguiente de la marcha en mi casa.... Bueno, casi, pero no. Así que Namjoon te gana con eso de ser confianzudo.

TaeHyung reía incrédulo—. ¿En serio? —SeokJin asentía—. ¿Al día siguiente?

—Yo todavía tenía resaca —afirmaba—. Suelo ser bastante transparente y agradable, dicen que soy extrañamente divertido y peculiar y la gente sólo confía en mí —se encogía de hombros—. No sientas que actúas extraño solo porque te sientes cómodo. Mejor así, me gusta que confíes en mí.

TaeHyung lo miraba relamiendo sus labios y por un breve segundo los ojos de SeokJin se posaban allí, justo en sus labios húmedos, pero optaba por poner su atención en la pantalla y un programa que obligaba ver a TaeHyung por los siguientes cuarenta minutos y hablar solo de cosas superficiales.

Cuando se encontraban fumando un cigarro y discutiendo sobre, casualmente, cosas paranormales debido a un programa, el teléfono de TaeHyung sonaba.

— Oh...

— ¿Todo bien? —preguntaba SeokJin.

TaeHyung asentía y atendía—. TaeEul-ssie

— Eomma quiere saber si ya vendrás a casa —decía la niña.

TaeHyung suspiraba—. Eso depende ¿El señor Lee sigue allí?

—Nop, el tío se acaba de ir, por eso mamá me pidió que te llamara para saber si vendrías de dónde sea que estés... Por cierto ¿Dónde estas? —preguntaba tan curiosa como su hermano mayor.

TaeHyung suspiraba—. Estoy en casa de un amigo. De acuerdo, iré en un momento ¿Seguro el señor Lee se fue, cierto? —insistía.

TaeEul suspiraba—. Eres un hijo tóxico. Sí, el tío ya se fue y no tendrás que verlo hablar con mamá. Celoso, adiós.

TaeHyung suspiraba y cortaba la llamada. SeokJin lo miraba curioso.

— ¿Qué? —exclamaba.

— ¿Y quién es el señor Lee a quien estás tratando de evitar? —preguntaba curioso.

TaeHyung se tensaba y se sentía incómodo, pero SeokJin solo había preguntado por el elefante obvio en la habitación.

—Amigo de mi padre y mi madre de casi toda mi vida —respondía mirando hacia otro lado.

SeokJin fruncía el ceño—. ¿No te agrada? —su voz era suave y TaeHyung se obligaba a mirarlo.

—No es eso... Él era un buen amigo de mi padre y fue un gran soporte para mi madre, se volvieron más unidos cuando mi padre falleció y sólo-... —el azabache suspiraba—. Me es incómodo estar a su alrededor y verlo con mi madre. Eso es todo, me recuerda a mi padre y solo no quiero estar cuando él está y dejo que interactúe como desee con mi madre —se encogia de hombros haciendo una mueca.

SeokJin suspiraba y asentía—. Creo entender que es

—No lo creo... —TaeHyung sonreía incrédulo.

— ¿Un romance entre tu madre y el mejor amigo de tu padre luego de la muerte de este?

— ¡Dios. Jin! Yo no-... No quiero hablar del tema, dejémoslo así. Él es un buen hombre, pero no me interesa compartir tiempo con él y mi madre se dió cuenta de esto y no me presiona al respecto, pero es un poco agotadora su constante mirada fija porque ya no le digo "Tío Lee" —el azabache suspiraba y SeokJin alzaba sus brazos en rendición.

—Lo siento, cariño. No quería molestarte.

TaeHyung negaba poniendo su mano en el muslo de SeokJin—. No- tú no... Tú no me molestas. Lo siento si sone un poco hostil.

SeokJin sonreía y sentía su presión elevarse por esa mano en su rodilla y muslo—. Tu hostilidad fue lo primero que me gustó de ti —exclamaba.

«No, Jin» se golpeaba mentalmente por coquetear inconscientemente con el hombre frente a él.

—Mi hostilidad sólo es cuando no sé dónde estoy parado y fue porque quisiste coquetearme y ligarme

—Tienes que estar bromeando, sólo te pedí fuego, te miré y luego me prohibiste fantasear con esa lengua tuya —dios, SeokJin era pésimo en evitar lo del coqueteo.

Él lo seguía haciendo y apretaba sus dientes por no evitarlo, pero TaeHyung reía en lugar de sentirse incómodo.

—Es que tu forma de mirar puede decir mucho, no necesitas palabras y me mirabas como-... —TaeHyung suspiraba, o resoplaba o se hiperventilaba, SeokJin no estaba seguro.

«No preguntes, no preguntes» — ¿Cómo te miré? —soltaba SeokJin en contra de su mejor juicio, golpeándose mentalmente otra vez.

TaeHyung suspiraba y se ponía colorado, esquivando los ojos de SeokJin—. Tú-...

—De acuerdo, no tienes que responder. Pero me disculpo si te sigo mirando así, realmente quiero que seamos amigos. No quiero incomodarte con mis fantasias sucias —aclaraba SeokJin con mejillas igual de sonrojadas y esquivando los ojos de TaeHyung.

Cuando no lo miraba, el azabache aprovechaba a ser él quien observaba al otro.

—Sólo me miraste como si fuera el tipo más atractivo que habías visto y jamás me habían mirando así y no fuiste el primero en intentar ligar conmigo y sólo te dije que no imaginarás tu lengua en mi boca —reía solo un poco incómodo.

SeokJin se acercaba inclinandose un poco en dirección a TaeHyung—. "Tu lengua en mi boca" —susurraba casi al oído ajeno, casi.

— ¿Qué? —TaeHyung lo miraba atónito.

—Solo estoy corrigiendo tu frase. Dijiste que no imagine tu lengua en mi boca —repetía.

TaeHyung suspiraba—. Recuerdas eso a la perfección —se reía tímidamente.

SeokJin quería abrazarlo con fuerzas y ganas, muchas ganas. Otra vez.

—Solo estoy intentando respetar lo pedido —susurraba con una sonrisa dulce.

TaeHyung le devolvía la sonrisa y se quedaban viendo en silencio otra vez. Dios, ¿Cuántos silencios incómodos iban a tener? Hervían la sangre de TaeHyung y calentaban su piel. Lo hacían sentirse vulnerable y extraño. Aún no podía asegurarse que fuera rechazo porque no quería alejarse de este extraño no tan extraño ya.

—Bien, creo que debería irme —exclamaba TaeHyung.

SeokJin asentía relamiendo sus labios y tragando duro, TaeHyung notaba el movimiento de su nuez y se ponía de pie. Agradecía al cielo que no era el único nervioso de los dos. Caminando a la puerta, quería asegurarse que ese hombre volvería a su restaurante y no volvería a evitarlo por miedo a asustarlo. Así que giraba de repente, pero SeokJin tropezaba ante ese movimiento y apoyaba su mano en la puerta antes de caer sobre TaeHyung y sus rostros quedaban a centímetros.

—Maldito cliché del tropezón... —susurraba—. No creí que ibas a girar de repente —decía SeokJin, intentando alejarse y lo hacía.

TaeHyung seguía en shock, saboreando parte del aliento cálido de SeokJin. Sentía el olor a nicotina emanar de su boca, un poco cerveza mezclada y le gustaba todo lo masculino de eso.

—Umm... S-solo yo-... Quería asegurarme que volverás a merendar o cenar en mi restaurante —exclamaba alejandose y abriendo la puerta para salir y poner distancia.

SeokJin asentía—. Seguro lo haré, de todas formas, realmente estuve un poco ocupado estos días.

TaeHyung asentía con una sonrisa—. De acuerdo... Entonces te veré en estos días.

—Sí, señor —exclamaba divertido—. Nos vemos en estos días. Si no voy mañana, iré seguro por mi sopa de algas antes del fin de semana —sonreía dulce, pero jodidamente atractivo.

TaeHyung devolvía la sonrisa y asentía, él nunca sintió envidia por lo atractivo que otro hombre pudiera llegar a ser, consideraba que Jimin era un tipo hermoso y atractivo, por lo que podía admirar la belleza masculina sin sentirse amenazado. Pero con SeokJin había algo allí, en su belleza y masculinidad que lo hacían sentirse extraño, no estaba seguro que fuera envidia, no es como si SeokJin pudiera quitarle las chicas... Es sólo que él se sentía que quería salir de su propia piel y ver qué se sentía estar debajo de la este hombre.

O debajo de él.

—Dios ¿Nos estamos mirando de nuevo en silencio? —soltaba TaeHyung rascando su cabeza y despeinando su cabello por sus pensamientos.

SeokJin sonreía—. No me quejo —se burlaba—. Eres agradable a la vista de cualquiera, y lo sabes.

TaeHyung rodaba sus ojos—. Cómo sea... Gracias por nuevamente haberme soportado —exclamaba suavemente.

—Para afianzar la amistad, aquí estoy para una charla. Un videojuego o una cerveza con un buen cigarro. Maldito vicio —suspiraba dramáticamente apoyado sobre el marco de su puerta y luego sonreía.

TaeHyung volvía a sonreír y se abalanzaba para dejar un nuevo beso en la mejilla de SeokJin. El castaño se congelaba, pero intentaba rápidamente aparentar que no estaba perturbado por esa demostración de TaeHyung, otra vez.

—Yo no sé por qué-... Estoy acostumbrado a saludar con un beso —se excusaba.

SeokJin apretaba sus dientes al ver esos ojos grandes de cachorro perdido.

—Y no tiene que significar más que un simple saludo, fresita —susurraba intentando sonar normal.

Pero su voz estaba levemente rasposa. Dios, esto era difícil. Entendía que saludar con un beso era apoyar mejilla con mejilla con un beso al aire. SeokJin lo hacía en ocasiones, pero él no diría nada sobre que era demasiado sentir los labios de TaeHyung en su mejilla. Era una tortura. No se suponía que fueran así.

— ¿Entonces no te molesta que bese tu mejilla? —preguntaba TaeHyung—. Puedo dejar de hacerlo si eso... Te confunde.

«¿Confundirlo a él? ¿Y a ti?» TaeHyung fruncía el ceño por sus pensamientos y acciones.

—Sólo es un saludo, no tiene que significar nada más y no voy a pensar nada. ¿De acuerdo? —decía SeokJin pretendiendo sentirse más calmado.

No estaba calmado en absoluto. Su mejilla ardía y sentía que si TaeHyung no se iba de una vez por todas, iba a notar su erección adolescente que su cercanía y pavoneo distraído provocaba.

Asintiendo complacido, TaeHyung relamía sus labios y nuevamente dejaba otro beso, más lento. Más suave, más cerca de la boca ajena y apenas con sus belfos sutilmente abiertos y cerrándose al tacto con la mejilla. SeokJin apretaba sus dientes y cerraba sus ojos. TaeHyung estaba completamente demente teniendo una discusión con su otro yo en su cabeza.

SeokJin pasaba saliva, abría los ojos y lo miraba. Estaban cerca, TaeHyung no se había movido.

—Creo que actúo muy raro a tu lado —susurraba sorprendido de su propia acción.

Él realmente no había pensado, sólo lo había hecho.

SeokJin aspiraba con fuerza e intentaba no mirar esa boca, pero fallaba un micro segundo. Labios rosados semi carnosos y tentadores estaban ahí nomás de los suyos. Lo que SeokJin daría por besar a TaeHyung y quitarle toda neblina de confusión o duda. Lo que fuera que ayudará a no terminar con las bolas azules en cada encuentro.

Desviando sus ojos sonreía al azabache—. Sólo sé tú. Jamás pensaría nada, está más que claro que ya te caigo bien. Te sientes cómodo y sigues siendo heterosexual. Al parecer sólo eres demostrativo ¿O me equivoco?

SeokJin le daba una salida y TaeHyung se alejaba asintiendo frenéticamente—. Mal hábito. Padres demasiado cariñosos y demostrativos.

SeokJin asentía con una sonrisa suave—. Estás a salvó conmigo —luego se alejaba del marco de la puerta y se preparaba para entrar—. Avísame cuando llegues a casa, no tomaste mucho, pero tomaste... Me quedaré tranquilo al saber que llegaste bien ¿De acuerdo?

TaeHyung caminaba hacia atrás sin dejar de ver a SeokJin y asentía sonriendo con cierta timidez, se giraba ponía la clave y saludaba con su mano para correr en dirección a su auto. Cuando se metía en este, tomaba el volante con ambas manos y mucha fuerza  y respiraba al punto de casi hiperventilarse.

— Cálmate, respira... Sólo fuiste amable y él no va a pensar cosas que no son porque no lo son —inhalaba y exhalaba tembloroso—. SeokJin es un tipo gay y yo un tipo heterosexual y podemos ser amigos. Podemos serlo. No tiene porque equivocarse... No tiene, estamos bien —decía apretando sus ojos y relamiendo sus labios.

Los mismos que habían besado la mejilla y casi la comisura de los labios ajenos. Casi.

Al finalizar de relamer sus labios, mordía el inferior y apretaba sus ojos. Su polla estaba dura recordando la textura de la piel de la mejilla de SeokJin y TaeHyung volvía a repetir sus respiraciones hasta que se sentía calmado, con la mente en blanco y arrancaba el auto antes de pensar nada. No había nada que pensar, nada que analizar. Solo dos tipos afianzando su reciente amistad. Ellos congeniaban. Sólo eso.

Sólo eso.

Mientras tanto, SeokJin estaba abriendo otra cerveza y bebiendola casi de un tirón, necesitando retener la respiración para calmar la ansiedad y el hambre que sentía por un hombre que no iba a tener y un hombre que daba todas las señales equivocadas y acertadas sobre que debía de correr en dirección opuesta a la suya, pero en el fondo sabía que no iba alejarse de TaeHyung a menos que TaeHyung lo hiciera o se lo pidiera específicamente.

—Necesito follar. Sí, necesito poner mi atención en un tipo que no me encuentre amistoso y todo estará bien —suspiraba dándose ánimos—. Puedo ser su amigo, seré su amigo. Yo puedo, totalmente puedo —decía riendo sin gracia y tomando otro sorbo largo que dejaba la botella vacía, cuando miraba su entrepierna su polla no se había desinflado—. Tú y yo tendremos una maldita y larga charla de ducha con respecto a la compañía con la que sí puede enfurecerte y la que no —decía caminando en dirección al baño.

Él encontraría a alguien y pronto. Sí, carajo.

Llegué, dormida... Seguro se me fue un dedito, perdón!😭

Meme mood:

Con amor niñita Nanykoo 💜

L@s leo 👀

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