Segundo

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La chica, Jennie, era tan devota que se encontraba de rodillas entre las piernas de TaeHyung para agradecerle la comida que había llevado. Pese a que había dicho no tener energía para el sexo, el azabache la había vuelto loca con demasiados besos hasta que le concedió su boca... En su polla.

TaeHyung tenía los párpados pesados y él estaba disfrutando de esa mamada. Siempre las disfrutaba...

— ¡Dientes! Dientes.... Carajo.

Aunque fueran un poco mediocres.

Aunque había llegado al punto de creer que en realidad a Jennie le gustaba solo un poco morder algo que no debía, literalmente comérselo y masticarlo. Sus dedos largos estaban enredados en el cabello húmedo de la chica. Él estaba en toda su gloria con sus largas piernas extendidas. Lo estaba disfrutando, su cara de ido y párpados pesados eran un indicio, pero... Le estaba costando correrse... Estaba duro, pero insatisfecho, su cabeza maquinaba escenarios sin su consentimiento, volviendolo loco y estirando sus ganas de venirse.

La boca de Jennie era bonita. Pero no era como esa boca que había visto ese mediodía. Y si así había chupado su dedo. ¿Cómo sería con su polla?

—Carajo —se reprendía a sí mismo.

Jennie lo soltaba con un sonido sucio del tipo "plop".

—No use mis dientes esta vez, Tae —decía con voz ronca.

—Lo siento, sólo fue una expresión —soltaba con un suspiro.

Era irónico que su polla estuviera firme bajo los masajes de la mano pequeñita y ajena, pero TaeHyung parecía en otro planeta.

— ¿En qué piensas? —preguntaba su novia.

Oh, claro... Jennie seguía entre sus piernas.

—Sólo necesito salir de aquí para llegar al bar, voy retrasado y mi madre tiene que buscar a mi hermana —respondía poniéndose de pie y guardando la cosa dura e insatisfecha en sus pantalones.

Siempre era complicado correrse cuando Jennie se ponía un poco masoquista. La chica sabía que no debía de usar sus dientes, pero a ella le gustaba y había contado a TaeHyung que algunos hombres habían amado el rastrillar de sus dientes en su polla. TaeHyung definitivamente no pertenecía a ese pintoresco grupo. Y hoy no tenía cabeza para nada, sus pensamientos eran constantemente interrumpidos.

—Aún estas duro, cariño —decía la chica, poniendo su mano en el bulto reluciente de los vaqueros de TaeHyung.

El chico forzaba una sonrisa—. La próxima, mi cabeza se siente abrumada.

— ¿Sucedió algo en el día de hoy? —cuestionaba.

TaeHyung apretaba sus dientes, inflaba su pecho al aspirar por aire y luego negaba rotundamente al soltarlo por su nariz. Por supuesto que no había sucedido absolutamente nada, carajo mierda.

Jennie asentía en calma y lo acompañaba a la puerta.

—Te recompensaré —decía TaeHyung, Jennie sonreía y un sonido raro salía de la cocina.

TaeHyung fruncía el ceño y Jennie se quejaba suspirando—. No otra vez —decía caminando hasta el lugar de donde el sonido raro provenía.

TaeHyung no entendía nada pero veía a la pelinegra encender y apagar el triturador de la pileta.

—Otra vez se tapó, carajo —se quejaba.

— ¿Se rompió? —preguntaba TaeHyung acercándose.

—Digamos que lo dañe al arrojar todo demasiado junto. El encargado va a matarme, pero me dijo que volviera a llamarlo si fallaba.

— ¿Es un hombre? —preguntaba TaeHyung.

—Duh, por supuesto, Tae. Se hace cargo con sus propias manos —decía sonriente.

TaeHyung fruncía el ceño—. Él vive en el apartamento de abajo. Vi entrar a un tipo enorme y de cabello rubio, no vas a llamarlo yo lo arreglo —decía de repente.

Jennie resoplaba—. No vas a hacer nada. Vas a retrasar a tu madre y si no logras reparar esto y lo dejas peor, me saldría más caro a mí luego

—Que yo me encargo, dije —señalaba con un puchero, arremangando su camiseta.

—Aish, ya... —Jennie comenzaba a empujarlo a la puerta—. No soy fanática de los celos, Kim TaeHyung —abría su puerta y señalaba hacia afuera—. Vete que el encargado de todo el edificio y de todos los apartamentos, quien ya lo arreglo la primera vez se hará cargo. Carajo, vete. Ya, vamos... La próxima vez que algo falle, lo llamo contigo aquí. No es mi culpa que tengas que irte y yo necesite que me arreglen el triturador.

TaeHyung entrecerraba sus ojos—. No debería ser permitido que entre al apartamento de una chico joven y hermosa. Y no soy celoso —se corregía.

Él realmente no lo era.

Jennie reía y rodeaba su cuello con sus largos y delicados brazos—. Es dulce que creas que todos se pueden enamorar de mí —dejaba un casto beso en los labios de TaeHyung y cuando tenía la intención de hacerlo profundo, TaeHyung dejaba caer sus párpados, pero esos ojos negros volvían a sus recuerdos y se alejaba repentinamente.

—Lo siento, tengo que correr... Te adoro, y avísame si pudieron arreglarlo, si no vendré con mis herramientas. He arreglado el nuestro en el restaurante muchas veces.

Jennie sonreía y asentía, saludando con su mano y cerrando la puerta, desde allí, TaeHyung pegaba la oreja y la escuchaba hablar por teléfono.

¡Hola! Encargado... Lo lamento, mi triturador está fallando de nuevo. Esta haciendo esos sonidos parecidos al exorcista ¿Puedes venir a verlo? —decía con esa voz aniñada. A TaeHyung usualmente no le gustaba cuando las mujeres hablaban así, pero esta era Jennie, Jennie podía hacer lo que quisiera que él pensaría que ella es adorable—. De acuerdo, te espero. Adiós y gracias.

Bien, la llamada no tenía nada sospechoso.

«Por supuesto que no, tú eres el maldito desconfiado»

Bueno, la verdad era que Jimin era un bastardo, desde que había conocido a Jennie la había detestado, había algo en ella que no le gustaba y a TaeHyung lo tenía un poco exasperado. Era su novia y mejor amigo, ellos tendrían que llevarse bien por ley, por amor a él, pero no. No se agradaban. Jimin nunca se equivocaba cuando decía que "alguien no le terminaba de cerrar" pero TaeHyung no podía guiarse por eso. Era estúpido y no quería ser ese tipo de novio controlador, desconfiado y posesivo.

Bueno, no era posesivo... Era más desconfiado. Tampoco se trataba de "celar" a Jennie o creer que "todos se enamorarían de ella" como la chica había mencionado, nunca había sido celoso con sus anteriores parejas. Sólo que Jimin era una sucia zorra cizañera que jugaba con su cabeza.

Resoplando se alejaba del elevador para ver cómo llegaba el encargado y asegurarse que no vistiera demasiado bien para arreglar una maldita trituradora, pero su teléfono sonaba con un mensaje de su madre pidiéndole que se apresurará para poder retirar a su hermana.

—Aish, carajo. Lo sé, soy un maldito ridículo —susurraba tomando el elevador y volviendo al restaurante.

A la tarde el movimiento era más tranquilo, pero bueno, pocas veces había hecho el turno tarde y le gustaba porque no había tanta locura, aunque las horas parecían pasar más lentas para TaeHyung, quien ahora se encontraba viendo unas facturas mientras el resto atendia a la clientela.

La gente joven era la clave. Eran agradables, respetuosos y llamaban la atención de la gente de su edad que venían a coquetear con los meseros y meseras. Su madre era una estratega, a TaeHyung no le molestaba trabajar con gente de su edad o más joven, pero admitía que la gente mayor tenía cierto tacto más sutil a la hora de atender, pero es verdad que la juventud se aproximaba para deleitar sus ojos y gastar un par de wones extras.

En la mañana las chicas caían rendidas ante Taehyun, el jovencito de ojos grandes y sonrisa amable. En la tarde, las mujeres se volvían locas con MinGyu, su cuerpazo y su personalidad que no encajaba con el recipiente.

Las chicas también tenían su encanto, ChaeYoung en la mañana tenía a las señoras y jóvenes adultos a sus pies con sus bonitos ojos negros y su pequeña estatura. Luego en la tarde MoonByul tenía un encanto masculino cautivador y tiraba a MinGyu de sus orejas cada que podía. Eran un dúo que hacía reír a TaeHyung.

Pero él no estaba riendo mientras tenía a Jimin al otro lado de la línea.

—Entonces le envié el mensaje y pensé ¿Por que no?

TaeHyung rodaba los ojos—. Porque es un imbécil y recién lo conoces, luego no te quejes de que conoces a puro idiota. Pues ahí tienes uno

¿Esto es porque lamió tu dedo?  Vamos, fue sutil y seguro hace maravillas con esa boca, digo... Sé que besa como para dejarte parapléjico e inservible, no me quiero imaginar lo que puede hacer con el resto de tu cuerpo.

«¿El mío?»

—Aish, has lo que se te venga en ganas, pero cuando la cita salga mal o algo no te guste de ese idiota, no quiero saber —se quejaba, borrando imágenes perturbadoras del tipo sobre su cuerpo y añadía—. Aparte, pésima idea que salgas solo con él a la primera, no es seguro... la gente está loca.

¿Dios, que estaba mal con él ese día?

Usualmente tenía pésima memoria para los rostros, pero todavía podía ver esos ojos negros cuando bajaba sus párpados y podía sentir esa boca y esa lengua fresca y envuelta en su dedo.

Mierda, su polla nuevamente con vida propia.

¿Y si todo sale bien, si te cuento? No me empieces a hacer la cabeza con que es peligroso, a veces soy un poco cagón

—Tampoco quiero saber y ten cuidado si sales solo, repito, pésima idea —setenciaba frunciendo su ceño.

La voz de Jimin se perdía en el fondo de su llamada cuando notaba a la distancia, a través de sus grandes plantas artificiales, a MinGyu coqueteando con una clienta. Era interesante ver a ese grandote distraído en acción, a TaeHyung le parecía un caso perdido, pero perdía todo interés cuando notaba que en realidad, sobre la mesa no había una mujer, había un hombre.

MinGyu coqueteaba descaradamente con un cliente masculino.

¿Y eso cuando había pasado? Ese mismo chico que horas antes había cuestionado "¿Que era parecer gay?" Estaba coqueteandole abiertamente a un hombre.
Woah, TaeHyung ya no entendía a la población masculina. Las mujeres eran tan hermosas y suaves. Pequeñas y manejables. Que desperdicio, pensaba TaeHyung.

Y entonces será cita doble con la zorra de tu novia y nosotros dos y tendrás que verlo de nuevo —decía Jimin.

TaeHyung abría sus ojos sorprendido y enojado—. ¿Y yo por qué tendría que verlo de nuevo? —era todo lo que soltaba.

Jimin al otro lado soltaba un "Oh" de sorpresa.

Mira, un extraño afecta más tu humor que tu mejor amigo diciendole zorra a la zorra de tu novia —soltaba divertido.

TaeHyung caía en cuenta que siempre se quejaba cuando Jimin lo provocaba así.

—Basta, Jennie es mujer de un solo hombre

Claro, y yo soy hetero —se burlaba, TaeHyung gruñía y Jimin reía—. Ya ya, te dejo trabajar, comí algo que me cayó mal y necesito llegar al baño para hacer lo de la Jennie

— ¡Jiminah! —soltaba furioso y lo último que oía era la risa de su amigo antes de que la llamada fuera cortada.

El bastardo de Jimin le llamaba a eso cagar, porque lo había visto en la película de Adam Sandler y Jennifer Aniston cuando esta le llamaba "Hacer de la Devlin" a básicamente ir al baño a cagar. TaeHyung quería golpearlo. No debería reírse en vez de eso. Pero bueno, su  enojo era reemplazado por la curiosidad cuando se acercaba a la caja al lado de Byul y le señalaba con la cabeza al MinGyu coqueto.

— ¿Qué con él y ese sujeto? —soltaba TaeHyung.

—Oh, es nuestro cliente favorito —decía la chica.

— ¿Gyu le está coqueteando? —preguntaba curioso.

—De hecho sí. El tipo deja buenas propinas y consume mucho, a veces dos veces a la tarde noche —exclamaba tranquila.

—Ah... No es un interés romántico, sólo es interés monetario —decía TaeHyung, bebiendo una soda que tenía ya abierta.

Byul lo miraba—. Sí y no, de hecho también le encanta —decía divertida.

Por supuesto TaeHyung se ahogaba con la bebida saliendo por su nariz, Byul hacía una mueca y le daba una servilleta.

— ¿Qué  pasa contigo hoy? —soltaba.

TaeHyung se recuperaba y la miraba, luego miraba a MinGyu y su coqueteo descarado con el tipo de la mesa.

— ¿Él es gay? —susurraba.

—Bisexual —decía Byul.

TaeHyung lo miraba y no lo podía creer—. ¿Le gustan los hombres?

—Y las mujeres —recalcaba viéndolo fijo.

—Pero no parece —decía impactado.

Byul fruncía su ceño—. ¿Acaso eres homofóbico o algo así? ¿Qué tu mejor amigo no es gay? —curioseaba.

TaeHyung la miraba de reojo—. No lo soy, es simplemente que MinGyu se ve tan... Hetero que, no creí que también le gustaban los hombres.

— ¿Cómo es verse heterosexual? —decía Byul torciendo su cabeza—. Si crees que todos son tan estereotipados como en ocasiones lo es tu mejor amigo, estás equivocado.

TaeHyung hacía un puchero, a decir verdad, si esperaba un poco que todos fueran más coloridos como Jimin. No podía creer que a MinGyu le gustarán los hombres.

—Ya deja de verlo, lo desconcentras —decía la chica, dándole un chirlo en el brazo y quitándole la botella de plástico.

TaeHyung saltaba de la sorpresa y luego miraba a Byul sacando la bolsa de los reciclados y se la arrebataba.

—Yo la saco —decía—. Hoy ví demasiado y necesito un cigarro —exclamaba.

Byul rodaba los ojos, TaeHyung salía por la puerta sin prestarle atención a la risas de Gyu y caminaba apenas media cuadra más lejos para depositar los reciclados. Suspiraba y miraba en dirección al apartamento de Jennie y se preguntaba si había llamado a ese encargado. TaeHyung recordaba la espalda de un tipo rubio entrando y su cabeza divagaba.

—Dios. Basta, mi cabeza viajo todo el maldito día —se quejaba sacando un cigarro de su bolsillo y encendiendolo.

La tarde estaba nublada, nada que ver con el sol precioso del mediodía, pero le gustaba que la temperatura estuviera más aguantable, así que daba una calada a su cigarro y le daba la espalda a su restaurante. Miraba el cielo y quería dejar de volver al momento en el que ese extraño fanfarrón besaba a Jimin como si quisiera comérselo.

Parte de él hasta sentía un poco de envidia. Había tenido buenas relaciones y estaba muy bien con Jennie en la actualidad, pero nunca lo habían besado así.

—Carajo —decía dando una calada furiosa y tirando el cigarro casi completo y pisandolo indignado. Sus manos fregaban su rostro y tiraba su cabello hacia atrás en el proceso—. ¡Deja de pensar, carajo! ¡Deja de pensar! —se reprendía.

Cuando giraba para volver al restaurante, notaba a través del vidrio al tipo con el que MinGyu había estado coqueteando, mirandole fijamente.

—Tiene que ser una jodida broma —decía entrando y parándose justo al lado de su mesa donde MinGyu había estado momentos atrás—. ¿Qué carajos-...?

Él ya estaba alucinando, seguramente.

—Si vas a preguntar que hago aquí, vengo casi todas las tardes, fresita —soltaba el tipo divertido, quitándose la capucha del jersey que llevaba puesto—. No te estoy acosando, cariño.

El corazón de TaeHyung estaba acelerado, se sentía extrañamente flotando, como si fuera una imaginación suya que el tipo de la marcha de ese mediodía estuviera sentado como si nada en su restaurante.

El tipo sonreía con su labios carnosos y sus ojos negros divertidos que no se movían de TaeHyung y él se sentía... Se sentía, carajo se sentía tan bien tener esos ojos sobre él luego de imaginarlos en todo momento luego del encuentro.

¡¿Qué estaba mal con él?!

— ¿Hace cuánto vienes aquí? —susurraba sin dejar de verlo.

SeokJin hacía una mueca pensando—. Los descubrí hace como unos seis meses ya. Solía comer al otro lado de la avenida, pero me hablaron muy bien de este lugar ¿Tú trabajas aquí? —preguntaba poniendo su codo sobre la mesa y apoyando su mentón ahí.

El tipo sonreía relajado, él sonreía como si realmente estuviera disfrutando haberselo encontrado y TaeHyung se sentía, joder... Él se sentía tan satisfecho que no podía ni siquiera enfurecerse como era debido.

—Mi madre es la dueña —respondía parándose de forma diferente.

Se sentía incómodo en su propia piel, así que sólo se le ocurria poner sus brazos detrás.

—Oh, felicitaciones. La comida y el café son excelentes, tus chicos hacen un gran trabajo y deduzco que tu madre está a cargo de la comida —decía sin tono de burla.

TaeHyung asentía—. Ambos ¿Y todas las tardes tendré que aguantarte?

SeokJin alzaba sus cejas—. No vengo siempre, pero la mayoría de las veces sí. Y no entiendo por qué deberías aguantarme, MinGyu siempre se encarga de mí —decía mirando hacia donde el chico le estaba preparando un café, por supuesto MinGyu sonreía hermosamente.

Pero su vista era obstruida por otra figura.

—Los empleados no tienen permitido coquetear en horario laboral, deja de distraerlo —decía TaeHyung.

SeokJin abría su boca y luego la cerraba, reía y sacudía su cabeza en negación.

—Soy inocente —exclamaba el castaño—. Sólo me gusta lo que veo en tu empleado, es fuerte y alto —decía relamiendo sus labios—. Y tiene muchas ganas de aprender cosas nuevas que puedo enseñarle.

TaeHyung apretaba sus dientes y se inclinaba cerca del rostro ajeno, más cerca de lo que debería y su adrenalina se disparaba al notar que SeokJin no se alejaba, pero clavaba sus ojos en sus labios.

—Tú no vas a enseñarle absolutamente nada. Él te atiende aquí y es lo más lejos que va a llegar contigo.

SeokJin no había levantado la mirada de sus labios y hacía que toda la tensión que TaeHyung había cargado durante el día, sangrara y lo hiciera sentir finalmente satisfecho. Cuando los ojos negros lo miraban nuevamente, su polla se crispaba dentro de sus pantalones.

— ¿Sabés algo? —susurraba SeokJin, TaeHyung lo escuchaba atentamente relamiendo sus labios con su lengua y SeokJin nuevamente miraba allí—. Ahora sí estoy imaginando tu lengua en mi boca.

TaeHyung aspiraba el aire por su nariz cuando su cuerpo reaccionaba con ese escalofrío por su nuca que lo había tenido desde el primer momento en que SeokJin se le había acercado y ahora temía que su polla estuviera demasiado dura y le fuera demasiado complicado ocultarla al erguirse.

— ¿Hyung? —MinGyu cortaba el contacto visual con SeokJin y enfriaba repentinamente a TaeHyung, quien se sentía descubierto haciendo algo que no debía.

Cómo jugar con fuego o con el diablo frente a él.

Se enderezaba y veía al Golden cachorro versión humano tras él con la bandeja en una de sus manos más una comida salada y un café doble.

—Gyu... ¿De SeokJin? —señalaba la bandeja.

MinGyu alzaba sus cejas—. Oh ¿Se conocen? —preguntaba sonriente, acomodando las cosas frente a SeokJin, en su mesa—. SeokJin es de los mejores clientes que tenemos en el turno tarde —decía el chico sonriéndole al castaño.

Por supuesto, SeokJin tenía una sonrisa de oreja a oreja solo para MinGyu, una sonrisa muy dulce y atractiva, pensaba TaeHyung.

«Aish, carajo. Ahora esto» se sacudia la sensación y el pensamiento de creer que este tipo era dulce y atractivo. Por dios, todo el jodido día sus pensamientos habían vuelto al tipo una y otra vez. Ni siquiera había podido disfrutar de los besos de su novia por pensar en como serían los de este tipo. Y ni siquiera había disfrutado de su mamada porque pensaba en como sería una de SeokJin.

«Problamente sin dientes y muy buena. Es hombre, debe saber mejor que nadie como hacer sentir bien a otro hombre»

—Ay, carajo —decía en voz alta.

Los presentes lo miraban confundidos, aunque SeokJin estaba más que divertido al respecto, como si el diablo supiera cuánto lo descoloaba.

— ¿Todo bien, Hyung? ¿Quieres que te traiga algo para comer? Si eres amigo de SeokJin, puedes sentarte con él y te atenderé también. —decía Gyu.

Él era tan inocente o quizás no y pensaba que, al TaeHyung ser supuesto amigo de SeokJin, podría ayudarlo a conquistarlo.

«Sobre mi cadáver»

—Sí, TaeHyung. Siéntate —decía SeokJin divertido.

El azabache lo miraba con mirada fulminante.

—Tengo mucho papeleo, por favor no distraigas a mi empleado —ordenaba antes de salir de allí.

MinGyu agachaba la cabeza y  TaeHyung notaba las mejillas rojas del grandote. SeokJin hacía un sonido de afirmación que le parecía irritante, pero a la distancia le escuchaba decir;

"Ya oíste al jefe, no me sonrías tan jodidamente sexy con esa sonrisa vampírica"

TaeHyung apretaba sus dientes cuando escuchaba que la voz de SeokJin sonaba suave y sexy, como le había hablado a él ese mediodía y recientemente. Casi, casi se detenía y arrastraba a MinGyu lejos de ese díablo, pero él tenía un orgullo que mantener. Y para ser honestos, temía que en el fondo el hijo de perra fuera capaz de agarrar a MinGyu y succionarle la lengua en su presencia, otra vez.

Dios, no.

Cuando la media hora pasaba, por supuesto no había visto nada de la lista de precios de bebidas alcohólicas que su madre le había pedido específicamente que aumentará antes de mañana.

—Ay, dios. ¿Qué pasa conmigo hoy? —cuestionaba en voz alta.

Como si no supiera que se moría por salir para ver si SeokJin seguía conquistando a su empleado o si siquiera seguía ahí. Momento, él podría tranquilamente salir y trabajar en una de las mesas con un buen café y simplemente sentirse el jefe. SeokJin no tenía por qué tomarlo personal y creer que lo estaba viendo a él y chequeando cuando saldría y que hacía... O sea ¡Era su maldito bar!

Tomando los papeles y su laptop para crear la nueva listas de precios e imprimirla al Instante, salía de la oficina trasera y buscaba una mesa, el restaurante estaba tranquilo y SeokJin seguía allí. Estaba muy metido en su mundo ,tomando lo que parecía ser un segundo café y un bocado dulce mientras leía un libro.

Parecía muy concentrado, para nada se veía la mitad de perturbado que TaeHyung se encontraba. «Maldito infeliz» pensaba TaeHyung.

MinGyu aparecía de repente frente a él muy sonriente y TaeHyung saltaba del susto.

— ¿Te aburriste atrás solo? ¿Quieres comer algo mientras te encargas de eso? —preguntaba amablemente.

TaeHyung lo miraba con ojos entrecerrados y el grandote se ponía colorado otra vez, claramente alguien estaba tratando de hacer buena letra.

Suspirando asentía—. Tráeme una porción de pastel de fresa con un té negro, por favor. Estaré en aquella mesa

— ¿No te sentarás con SeokJin? —preguntaba el chico.

TaeHyung se cuestionaba en qué momento se había vuelto amigable con el otro tipo, pero como sea.

—Tengo trabajo que hacer. Tenemos que cambiar los precios del alcohol antes de cerrar. Tráeme lo pedido, pero que no sea una porción muy grande —ordenaba camino a una mesa que quedaba en paralelo a dónde SeokJin estaba.

El castaño usualmente se sentaba mirando hacia afuera porque le gustaba como se veía la calle desde ese ángulo. Le encantaba ver el atardecer desde allí y las farolas de la calle encendiendose. TaeHyung se sentaba y lo miraba cautelosamente, el castaño no se inmutaba con su presencia y sus ojos se iban más de una vez mientras tomaba asiento.

Cuando comenzaba con lo debido, por supuesto su concentración era nula. No quería levantar la vista, pero panoramicamente podía notar que SeokJin seguía concentrado en su libro. No había mirado ni una vez en su dirección, así que cuando MinGyu traía lo que le había pedido y se corría de la vista que daba hacia la mesa de SeokJin, sus miradas se encontraban repentinamente.

El tipo no había levantado la cabeza, solo sus ojos se habían elevado y movido en su dirección. O quizás le estaba viendo el culo a MinGyu y no estaba interesado en verlo a él. Lo que fuera, TaeHyung no mantuvo el contacto visual y continuo con lo suyo.

Bueno, era la intención porque mientras revisaba los precios su mirada se había desviado de su laptop, al tipo de negro de atrás en la siguiente mesa. Y por supuesto recibía un shock eléctrico cada vez que las miradas se encontraban. Quién apartaba primero la suya era él. Y así había sido unas seis veces más, incluso cuando bebía de su taza de té, otra mirada elocuente lo encontraba y él desviaba sus ojos a su laptop.

Cuando había conseguido elevar todos los precios como era requerido, finalmente editaría los menús para imprimirlos luego, pero en ese entonces miraba de nuevo en dirección a SeokJin y esta vez lo encontraba mirándolo ya, por lo que apartar la vista primero, no se le había dado muy bien. Él había quedado prendido de los ojos negros del diablo y continuaba prendido... Y la mirada seguía mientras su presión se elevaba y su corazón palpitaba más rápido.

«¡Deja de mirarlo! ¡No puedes sostenerle la mirada así! Va a malinterpretar todo, carajo»

Él se reprendía y él mismo, no se escuchaba porque continuaba viendo a SeokJin quien ahora, descaradamente apoyaba su codo en la mesa, su mentón en la palma de su mano y le sonreía sutilmente para luego guiñarle un ojo.

TaeHyung sentía que su rostro pasaba de trigueño a rojo fuego, abría su boca descreido de la actitud ajena y mirando a su alrededor verificando si Gyu o Byul habían visto eso, pero los chicos estaban cada uno metido en su trabajo, así que TaeHyung volvía a mirarlo y el díablo sonreía de oreja a oreja por su reacción.

Cerrando con furia el cuaderno que estaba usando y su laptop, se ponía de pie y se acercaba a la mesa ajena, pero SeokJin se ponía de pie inmediatamente.

—MinGyu, la cuenta por favor —decía evitando reír.

TaeHyung apretaba sus dientes, nuevamente cara a cara uno al otro.

—Eres un provocador —decía TaeHyung—. Debería de golpearte para que entiendas que conmigo no sirve absolutamente nada. Te dije que a este hetero no vas a voltearlo.

SeokJin apretaba sus labios—. No lo estaba intentando, fresita. Tú te sentaste allí y comenzaste a mirarme y es increíble que aún pienses en lo que te dije

—Tú me estabas mirando a mí y no estuve pensando en nada —mentía.

—Ah, ah —decía SeokJin moviendo su dedo—. Tú comenzaste y yo respondí. Es inevitable no mirarte si me estás mirando con esos ojos curiosos —decía tocando el mentón de TaeHyung.

Por supuesto notaba la mandíbula de este tensarse, pero luego el azabache susurraba—. Yo no vine aquí a jugar a las miradas contigo, tú me estabas mirando a mí.

SeokJin sonreía de forma irónica y solo se le quedaba viendo, cruzado de brazos—. Lo que te haga feliz, fresita.

—SeokJin, tu cuenta —decía MinGyu apareciendo detrás del diablo, demasiado pegado, a TaeHyung no le agradaba y por ende no pensaba antes de arrebatarle el ticket a SeokJin.

— ¿Oh? —MinGyu era adorable en ocasiones—. ¿Algo mal, Hyung?

TaeHyung miraba la cuenta y SeokJin realmente era de los mejores consumiendo.

—Va a cuenta mía —decía devolviéndole el ticket a un MinGyu sorprendido.

SeokJin alazaba sus cejas—. Consumí demasiado, no es necesario.

—Ya puedes irte. Invita la casa hoy —decía poniendo su mano en el hombro de SeokJin y alejándolo del cuerpo de MinGyu—. Ve, Gyu. Ponlo en la caja.

SeokJin se dejaba mover, pero antes miraba la mano de TaeHyung y como ponía distancia entre él y MinGyu. Una risa irónica se le escapa.

—MinGyu aguarda —decía SeokJin antes de dejar que el muchacho siguiera su camino, cruzaba una mirada peculiar con TaeHyung—. Toma, esto es para ti —decía dándole demasiada propina—. Y eso dáselo a Byul ¡Por esa sonrisa de ensueño! —soltaba para que la rubia lo escuchara.

TaeHyung se preguntaba en que momento se había ganado la confianza de esos chicos y viceversa. Pero él estaba aquí invitándole la comida, y a decir verdad, el tipo tenía este maldito encanto de parecer que lo conocías de toda la vida por su forma de socializar tan cálidamente, aunque era insoportable para TaeHyung.

—Gracias, Jin. Te vemos mañana, habrá sopa de algas —decía la chica.

SeokJin ponía la mano en su pecho mientras recogía su libro—. Ah, esa sopa es mi perdición. La comería los siete días de la semana si fuera posible.

—Mi madre la hace y en ocasiones yo también —soltaba TaeHyung, hablando decentemente.

Extraño.

—Es verdad, cuando más te gusta lo condimentada que está, fueron las manos de Hyung que la hicieron —decía MinGyu.

TaeHyung relamía sus labios cuando esos ojos lo miraban de nuevo. Podía ver todo tipo de cosas sucias que SeokJin estaba pensando. O quizás era su maldita cabeza que lo había jodido toda la tarde.

—Así que esas manos hacen magia... —decía SeokJin—. Me pregunto que más hacen con tanto éxito... —susurraba para TaeHyung.

El azabache daba las gracias que no había dicho eso en voz alta, pero no podía evitar reír incómodo porque sus empleados estaban viendo, así que palmeaba la espalda de SeokJin en agradecimiento y lo sacaba de allí.

— ¡Gracias, amigo! Se te espera mañana, vamos... Gyu, lleva mis cosas atrás, ya terminé —ordenaba, y terminaba de salir con SeokJin.

El castaño se ponía la capucha que en un inicio lo había cubierto de ser visto y reconocido por TaeHyung.

—No tenías que pagar por mí, realmente me gusta la comida. El café y la atención

—Uy, si. Seguro que la atención te encanta —soltaba TaeHyung de brazos cruzados.

SeokJin parpadeaba confundido—. Das unas increíbles señales confusas, fresita.

—No me llames así, te dije que es TaeHyung. Y no doy ninguna señal de nada —decía intentando ocultar su incomodidad—. Hablé con Jimin ¿No se supone que mañana saldrás con él? Mira Jimin es un tipo al que le gusta que le presten atención solo a él

—Oh, como tú... —le interrumpía SeokJin.

—Yo no-... Cómo sea, no coquetees con mi amigo y mi empleado al mismo tiempo, sabía que no eras de fiar. Le diré a Jimin que no salga contigo, aparte apenas si te conoce... No me gusta que salgas a solas con él.

—No soy un violador de hombres bonitos y delicados —soltaba SeokJin, a TaeHyung le molestaba la definición de Jimin por parte de SeokJin—, y me contó que no te gustó la idea de que saliera solo conmigo, así que será salida de tipos. Llevaré a mi mejor amigo y le dije que llevara al suyo... Ese eres tú ¿No te dijo? —sonreía divertido.

TaeHyung abría sus ojos—. Yo no saldré contigo

—Es una salida de amigos, cuatro. Si eres desconfiado y te importa la seguridad de tu mejor amigo, entonces aceptarás... A menos que tenga otro amigo

—No tiene otro de confianza como yo —soltaba TaeHyung—, pero tendrá que buscar a alguien más porque yo no soy gay —exclamaba.

SeokJin fruncía el ceño—. Entiendo que Jimin y yo seamos gays, pero mi mejor amigo no lo es, por lo que planeo que solo haya más compañía y él no se sienta incómodo ni yo. Vamos fresita, no eres tan apretado ¿O si? ¿No quieres verme de nuevo?

—No, no quiero ver cómo violas la boca de Jimin con tu asquerosa lengua.

SeokJin comenzaba a reír demasiado divertido.

— ¿Y tu se la chupas a las mujeres? Pareces demasiado remilgado, cariño —mencionaba divertido SeokJin, sólo para provocar a TaeHyung.

El azabache se acercaba amenazante—. Oh, te puedo asegurar que sé muy bien como hacer que una mujer se corra con mi lengua y mi novia puede contarte al respecto.

SeokJin abría sus ojos y algo cambiaba en su expresión—. ¿Así que hay novia?

TaeHyung alzaba su mentón—. Te dije que soy hetero y sí, hay novia.

—Woah, pobre de ella si eres tan posesivo —se mofaba—. Detesto a los tipos posesivos, gays o heteros.

TaeHyung relamía sus labios—. No soy posesivo, para nada. No confío en algún que otro hombre a su alrededor, pero ella es tan libre como puede serlo...

— ¿Entonces eres desconfiado? ¿Pero no te interesa poseerla completamente como ustedes los heteros pretenden?

TaeHyung hacía una mueca—. Por supuesto que no, que pensamiento tan primitivo.

SeokJin hacía una mueca y asentía—. Coincido, en fin... Mis condolencias a tu chica y una lástima que no vengas mañana a tomar unas cervezas para verificar que no vaya a abusar de tu amigo, entonces será sólo Jimin con dos extraños ahora —añadía con sorna—. No te preocupes, él estará bien cuidado —le guiñaba el ojo otra vez y se disponía a irse.

Pero ¿Qué clase de amigo sería si dejaba a Jimin solo? Su teléfono sonaba y el mensaje del rubio era fuerte y claro.

"Salida de amigos, vendrá con uno y yo te llevaré a ti para que no salgamos solos el uno con el otro ¿Suficiente? Más te vale no me falles, ni siquiera sé por qué te hago caso a veces"

TaeHyung resoplaba mientras veía a SeokJin irse sin apuro.

— ¡Iré! —gritaba. SeokJin se detenía y giraba con ceño fruncido.

Ambos daban unos pasos que los acercaban al otro un poco más. El castaño sonreía victorioso.

—No lo hago por ti, no quiero verte de nuevo —soltaba TaeHyung.

—Nunca pensaría eso, pero seguiré comiendo aquí —exclamaba SeokJin —. Y pagaré la primera ronda, te lo debo por la cena de hoy... Adiós, fresita.

—Hijo de-... —TaeHyung amagaba con darle un golpe y SeokJin salía de su presencia corriendo. Cuando lo veía cruzar la siguiente calle el tipo giraba y sonreía una última vez, TaeHyung debería haber entrado para el momento en que lo veía doblar la siguiente esquina, pero sus pies seguían clavados en el pavimento.

Suspirando sacaba un cigarro y lo encendía, daba una calada profunda y otra y se sentía extraño. Ansioso, él no había aceptado esa salida para ver al diablo otra vez, él sólo....

Él sólo estaba siendo un buen amigo. Sacando su teléfono, enviaba un audio a Jimin.

—De acuerdo, iré... Sólo esta vez, no confío en él. Me cae mal y mañana te darás cuenta que es un... Estúpido —decía, luego negaba con su cabeza y enviaba el audio.

Resoplando, daba otra calada y largaba el aire con su cabeza echada hacia atrás, por lo que el humo iba hacia arriba. Cerraba sus ojos y recordaba un momento en particular de esa tarde casi noche.

Los ojos de SeokJin sobre su rostro, descendiendo a su boca y admitiendo que ahora sí había imaginado la lengua de TaeHyung en su boca. Resoplando enfurecido, fregaba su rostro.

—Detente, TaeHyung. Está jugando con tu cabeza... No seas imbécil, tú eres heterosexual y ese tipo solo presiona los botones incorrectos para enfurecerte. ¿Qué pasa contigo hoy?

Suspirando volvía a mirar en la dirección en la que SeokJin se había ido. El segundo encuentro en ese mismo y primer día y TaeHyung se sentía como si no fuera la última vez que iba a verlo. Algo dentro de él se removía porque sabía, sentía o quizás anehlaba encontrarse con ese tipo otra vez y otra vez por simples enfrentamientos que ponían su mundo de  cabeza, hervían su sangre y lo hacían sentirse tan pero tan deseado.

Era una locura. Se estaba volviendo loco.

Y última actualización UwU

Que feliz estoy de haber cumplido con ustedes 😍 ahora a dibujar a Jungkook+18 por los siete días de la semana que prometió joderme.

Amén y amén 😇

UwU

Perdón si ven errores de deditos salvajes y recuerden la actual lista de actualización, va así:

1- UPSIDA
2- ASHES (Libro 3)
3- JUNE 28

Recuerden que si tienen alguna duda o me demoro, no piensen lo peor, visiten mi perfil y chequeen mi tablero para ver qué sigo viva o incluso hacer sus preguntas, ahí siempre respondo seguro seguro. También anuncio cuando comienzo a escribir.

Con amor niñita Nanykoo ❤️

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