XVI

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Después de haber pagado la radiocasettera, los tres chicos estuvieron recorriendo lo que faltaba del centro comercial, y aunque Yoongi al principio pareció que no le convecía nada como para comprar y que fuera un regalo descente para la madre de Jimin, terminó cediendo ante un bonito reloj de pared en forma de mariposa, los colores rosado con detalles morado le daban ese toque cálido y hogareño que Yoongi había decidido que era perfecto para describir a la mamá de Jimin.

— Le encantará.— dijo Jimin viendo sobre el hombro de Yoongi, el reloj que traía cargando su amigo.

Y este bufó en respuesta.

— Bueno, si mi regalo le encantara, tu regalo definitivamente lo amará.—lo volteó a ver y sonrió.— Si fuera competencia, hubiera perdido definitivamente contra ti.— dijo para volver a acomodar su regalo en la bolsa.

— Yo también lo creo Jimin.— dijo Jungkook inclinándose a un costado de Jimin.— Tu regalo es el mejor, aunque claro, el reloj también está miuy bonito, pero por lo poco que me contaste cuando Yoongi se había adelantado, creo que es un gran detalle.

Jimin sonrió.—¿En serio lo crees?

Jungkook asintió con una sonrisa, pero el que contestó fue Yoongi haciendo que Jimin brincará sin querer, pues a si era sincero consigo mismo, cada vez se le hacía más dificil comportarse como si Jungkook no exitiera, pues para fortuna o desgracia de Jimin, se estaba empezando a acostumbrar a él.

— Pues claro, señor modesto.— y Yoongi alzó una ceja al ver la reacción de su amigo.— ¿Qué?

— Nada.— dijo Jimin carraspeando y tuvo que adelantarse porque sino hubiera jurado que iba a decir una tontería con tal de que su amigo le creyera y sabía que iba a ser de todo, menos de eso.

Y al final Yoongi no le siguió insistiendo, y cuando se quisieron dar cuenta, el reloj de mano de Jimin marcaban más de las ocho de la noche y tanto él como Yoongi estaban muriéndose de hambre, por lo que decidieron comprar comida corrida de los comedores de la plaza. Decidieron por una hamburguesa con papás para cada quién, y aunque Jimin quiso ofrecerle a Jungkook (aunque sabía que este no iba a poder comerlo de todas formas) se tuvo que morder la lengua para no decir algo inapropiado delante de su amigo.

Ante todo, Jimin no se sintió tan mal, pues Jungkook pareció disfrutar de la salida de todas formas y para cuando Yoongi y él decidieron dar por terminada su salida iban a dar más de las diez de la noche; se sentía en demasía cansado, sin embargo todavía agarró fuerzas para subir aquellas escaleras para llegar a su casa, y tuvo que agradecer que Jungkook quisiera quedarse en casa cuando le dijo que iba a pasear a Cronos, por lo que no tuvo que bajar y subir aquellos pisos que eran el infierno en ese momento para sus piernas cansadas.

Ni siquiera se dio cuenta cuando se durmió profundamente después de bañarse, solo fue consciente de haberle deseado las buenas noches a Jungkook y haberse metido a su cuarto. Pero despertó más que renovado al día siguiente a las siete de la mañana, y aunque realmente no había dormido más que seis horas, se sentía completamente descansado, por lo que no le tomó mucho esfuerzo levantarse, bañarse y comenzar a alistarse para su salida con Jungkook de ese día tal y como se lo había prometido.

Cuando empezó a guardar su ropa para la playa su nombre siendo pronunciado hizo que volteara casi de inmediato.

— Jimin. — Jungkook asomaba su cabeza en el marco de la puerta y Jimin sonrió al ver solo la mitad de su cuerpo a través de la puerta.

Por sorprendente que pareciera, él se había acostumbrado demasíado rápido a eso.

— Sabes que pude haberme estado cambiando, ¿verdad?

Jungkook negó.— Solo tuve que calcular el tiempo en el que te vistes y te di diez minutos de más.

Jimin rió negando con la cabeza.— Está bien, dime. ¿Qué pasó?

Jungkook entró por completo al cuarto y el castaño supo de inmediato de que su pequeño fantasma estaba ansioso.

— ¿A qué hora nos iremos?

Jimin contuvo una risa ante aquel tono tan casual del chico, pues el hecho de que hubiera sonado como si no le importara, decía mucho de él, y a decir verdad, Jimin también estaba un poco emocionado por salir a pasear. Tenía años que no pisaba las playas de Busan.

Alzó su brazo derecho y miró la hora en su reloj de muñeca, pronto escuchó unos pasos a su espalda y vio de reojo como Jungkook de sentaba a lado de su mochila.

— Considero que podemos irnos más o menos en media hora.

— Oh... Está bien.

Jimin frunció el ceño ante la contestación. — ¿Pasa algo?

— Hmm... A decir verdad, me preocupa un poco que Cronos y Kyu se queden solos.

— No van a quedarse solos.

Jungkook lo volteó a ver sorprendido. —¿No lo harán?

Jimin negó con la cabeza.

— Le pedí a mis padres que los cuidaran, supongo que olvidé mencionarlo estos días. — ante la mirada de Jungkook, Jimin se sintió un poco culpable por la preocupación innecesaria del chico. — Lo siento.

Por su parte, Jungkook le restó importancia al sentirse aliviado.

— Está bien, me tranquiliza saber que no se quedarán aquí.— Con eso dicho, Jungkook tomó impulso poniéndose de pie. — ¿Te espero afuera?

Jimin no pudo evitarlo ante aquel tono y ojos grandes expectantes, por lo que alzó su mano y la ilusión de haberle dado un toquecito a Jungkook en la naríz, hizo que algo dentro de él se removiera y sonriera en grande, pues a pesar de que si bien el peli negro no pudo haber sentido aquel roce, le dio demasiada ternura verlo hacer viscos al momento en que acercó su mano y cerrar los ojos cuando se supone que debió de haberle tocado la naríz.

— Puedes quedarte a que termine, o puedes salir.

— Creo que te esperaré aquí, me gusta estar con Cronos y Kyu, pero ellos no hablan. — un mohín apareció en los labios de Jungkook mientras se dejaba caer de espaldas en la cama. — ¿Podría acompañarte otra vez todos los días a la estación? Estos pocos días que no he ido si bien he estado saliendo, me he aburrido. No sé, creo que me gusta el hecho de poder hablar con alguien.

Jimin lo miró mientras doblaba una toalla y la guardaba en su mochila.

— Sabes que puedes ir.— Cerró su mochila y se giró completamente hacia Jungkook.— Solo que esta vez trataré de no llevarte otra vez a algún lugar de investigación que sea perjudicial para ti.

Jungkook asintió y se quedó en silencio recodando aquella vez que había visto el cuerpo de la mujer de la que Jimin se estaba haciendo cargo en su investigación, la verdad era que el impacto llegó conforme fueron pasando los días, y se arrepentía no haber prestado atención cuando Jimin le había sugerido esperar en el auto.

Al final, él mismo fue el que decidió terminar con aquel silencio en donde Jimin lo veía de reojo de vez en cuando cada que guardaba algo en su mochila.

— ¿Ya guardaste todo?— inclinó la cabeza hacia la mochila que yacía en las manos de Jimin, y este asintió tomando por completo aquella salida para un cambio en la conversación.— Entonces ya podemos irnos, ¿verdad?

Jimin volvió a asentir.— ¿Ya estás listo?

Jungkook apretó los labios en una sonrisa antes de asentir y ponerse de pie en un movimiento.— Claro, solo te estaba esperando a ti desde hace rato.

Jimin rió ante aquel reclamo relajándose completamente.

— Bueno, entonces después de ti.— Jimin inclinó la cabeza hacia la puerta y esperó a que Jungkook comenzara a caminar para seguirle el paso, le dio un último vistazo a su cuarto, verificó que las ventanas estuvieran bien cerradas.

El mismo procedimiento lo llevó a cabo en las ventanas de la cocina y de la sala, tanto que cuando terminó, tenía a tres seres inquietos en el pasillo de la entrada de su casa.

— Jimin, ¿Ya? Me estoy poniendo ansioso.— dijo Jungkook cambiando de un pie a otro y señaló con su dedo índice hacia el piso.— Y no creo que sea el único.

El peli negro bajó su vista hacia Cronos, quien apenas se contenía en su lugar para no saltar o brincar, pues ya tenía su correa puesta solo para que su amo la tomara y decidiera que era hora de irse, mientras que el pequeño gatito parecía el más tranquilo de los tres, ya que estaba jugando con la cola de Cronos que se mecía de un lado a otro, aunque no por eso no dejaba de maullar cada cierto tiempo.

Un suspiro acogedor se quedó estancado en el cuerpo de Jimin, y antes de siquiera darle un significado a aquel sentimiento que empezó a formarse en su cuerpo y en su corazón, decidió acercarse.

— Ya voy, ya voy. — Negó con la cabeza cuando pasó a lado de Jungkook.— No sé qué te sorprende, siempre hago eso cuando me voy a trabajar.

— Pues sí, pero está vez hiciste un recorrido más largo. Nadie va a meterse Jimin.

— Nunca digas nunca.— agarró la correa de Cronos.— Además, ya es una costumbre que tengo.— Se ajustó las correas de su mochila.— Por lo tanto tendrás que acostumbrarte y no presionarme, sino me quedaré adrede más tiempo.— Agarró una pequeña caja de cartón y metió a Kyu, pues por falta de tiempo, aun no había podido comprarle la mochila especial para mascotas.

Jimin maniobró con la caja de Kyu en su cadera y la correa de Cronos para poder agarrar sus llaves y cerrar la puerta y se abstuvo de dar un último vistazo, porque ya podía oír a Jungkook quejarse de nuevo; y aunque abrir la puerta no había sido complicado, el ponerle seguro a la puerta fue oytra cosa muy distinta. Pues Kyu no paraba de moverse dentro de su cajita y si bien Cronos estaba tranquilo, tuvo que jalarlo una que otra vez mientras se acomodaba la mochila en su hombro con Kyu en manos mientras trataba de cerrar la puerta.

Maniobró como pudo, hasta que una voz con un toque de diversión lo hizo arrugar sus facciones, pues solo le bastó cinco minutos ahí para comenzar a sudar como si hubiera corrido un maratón.

— ¿Te ayudo?

Jimin lo volteó a ver acusadoramente.— Que gracioso.

Y aunque Jimin sabía perfectamente que Jungkook se quería reír, lo único que recibió fue una mirada completamente inocente digna de un Óscar.

— Yo solo intentaba ser amable, pero bueno, no soy yo el que está batallando.

A pesar de que Jimin quiso responder, se mantuvo en silencio totalmente concentrado en mantener el equilibrio, pues Kyu se encontraba muy inquieto, y si bien salió victorioso de su meta y quiso restregárselo a Jungkook, solo pasó dignamente por su lado debido a que en ese momento salió su vecina de a lado. Una vez que entraron al pasillo de las escaleras de emergencia, Jungkook rompió el silencio.

— Le ganaste a la puerta, muy bien Jimin.

El nombrado le dedicó una sonrisa de lado siguiéndole el juego.— Yo siempre salgo victorioso.

— ¿Es así?.— rió Jungkook acoplándose a su paso lento para bajar las escaleras.

— Por supuesto.

— ¿En todo?

— En todo.






Sus dedos tamborileaban en el volante al ritmo de la música de su stereo, su coche se detuvo en el semáforo en rojo que daba inicio hacia la desviación con rumbo al mar y se permitió ver a su acompañante. Jungkook se veía emocionado, lo que provocó en Jimin una sonrisa.

Hacia menos de cinco minutos que habían dejado a los animales en casa de sus padres, esperaba que todo estuviera en orden tanto para sus padres como para Cronos y Kyu, aunque a decir verdad, le preocupaba más el pequeño Kyu, pues apenas estaba comenzando a implementarle modales y no quería regresar y que tuviera que reponerle algún mueble a su mamá porque a Kyu se le hubiera ocurrido que era buena idea afilarse sus garras.

Esperaba que no pasara eso, pues hasta el momento Kyu había demostrado ser alguien muy tranquilo y la verdad tampoco quería causarle problemas a sus padres a pesar de que ellos estuvieran encantados con la presencia de sus pequeñas crías.

Lo que más le tranquilizaba era que sus padres ya conocían la dinámica con Cronos, ya que era el más grande y el menos dependiente de los dos, y se sentía más tranquilo; si era sincero consigo mismo, se sentía como un padre dejando en la guardería a sus hijos, aunque si lo pensaba mejor, que bueno que no lo era, si no iba a ser un padre muy despistado.

Ya que tuvo que regresar a su casa cuando ya había hecho todo el recorrido hacia su carro porque se le había olvidado las croquetas de los animales y la caja de arena de Kyu, agradecía eternamente que Jungkook le hubiera recordado cuando estaban guardando las cosas, sino se hubiera lamentado el haber llegado a la casa de sus padres y tener que regresar. Aunque al menos, no tuvo que que subir aquellas escaleras con sus crías en manos porque pudo dejarlos con Jungkook en el carro mientras él regresaba rápidamente y agarraba las cosas que hacían falta.

— ¿Queda muy lejos la playa?.— preguntó Jungkook con ojos brillantes 

Jimin sonrió mientras lo miraba de reojo y negó con la cabeza.

— No, al menos en carro no es así.— torció sus labios pensativo.— Si hubieramos agarrado metro o autobus, nos hubieramos hecho más o menos una media hora en ir a la playa Gwangalli.

Jungkook sonrió.— Entonces es un alivio, supongo que vienes a la playa seguido.

— En eso te equivocas.

— ¿Ah no?

Jimin rió.— No, a pesar de que tengo la playa aquí cerca realmente no vengo mucho... por no decir que casi nunca vengo.

— ¿Por el trabajo?

— Hmm en parte.— contestó Jimin un tanto distráido, pues estaba prestando atención a los carros que venían, porque iban a entrar a carretera.— Muchas veces aprecias las cosas cuando ya no las tienes, en este caso no le doy mayor importancia a la playa porque la tengo cerca.

Jungkook asintió comprendiendo, pues tenía sentido lo que decía.

Así que por su parte, Jungkook decidió relajarse un poco contra el respaldo de su asiento, ya que vio que a pesar de que el tiempo estimado de viaje eran de cinco minutos, habían bastantitos carros que creyó iban al mismo lugar pues había un poco de tráfico, además de que era fin de semana.

Se centró en la música aunque no le entendiera a la letra, lo que le hizo plantearse la duda seriamente de si la gente de otros países escuchaban la música de Corea y si sentían la misma sensación que estaba experimentando en ese momento. Pues la música le gustaba, pero no tenía ni idea de qué decía, por lo que intentaba no emitir sonido porque capaz quedaba como un idiota al no saber la pronunciación.

Aunque desde el punto de vista de Jungkook, Jimin parecía no tener ese problema ya que se le veía muy alegre siguiendo la letra sin ningún problema.

— Sí que te gusta ese grupo.

— Claro, podría decirse que es mi grupo favorito.

— ¿Internacionalmente?

— De manera general.— afirmó Jimin.— Realmente me encanta.

Jungkook sonrió.

— Creo que podría hacerme fan si los escucho más seguido.

Jimin alzó su mano restándole importancia.— No habrá problema, a partir del lunes me vas a acompañar al trabajo otra vez, así que la dosis de soda stereo será diaria.

De pronto, un pensamiento cruzó la mente de Jungkook.

— ¿Y si mi banda favorita era Soda stero cuando estaba vivo?— preguntó curioso y a la vez emocionado, ganándose una sonrisa amable por parte de Jimin.

— Eso sería increíble, una cosa más a la lista para caernos bien.

— Sí, verdad.— Los labios de Jungkook se torcieron.— Suponiendo que tuvieramos la misma edad...— lo volteó a ver.— ¿Cuántos años tienes, dices?

Jimin parpadeó lentamente.— 26

— Bueno, suponiendo que ahora tuviera tu edad, y que por cuestiones del destino nos hubiéramos topado, podríamos haber sido amigos.

— Hmm....

Jungkook lo volteó a ver indignado.— ¿Qué se supone que significa eso?

Jimin rio divertido casi por inercia.— Nada, osea, es que me preguntaba si realmente nos hubiéramos llevado bien, por ejemplo, antes yo no era muy platicador con gente nueva.

— No eres platicador.

— Bueno, en ese entonces solo tenía un amigo. —se corrigió.— De hecho lo sigo teniendo, por decir así, sin contar a Dahyun y Sana, es mi mejor amigo y es Yoongi.

— Oh, el muchacho de ayer — dijo sonriendo.

— Exacto.

— ¿Dices que él es...?

Jimin negó.— Veterinario, con él llevo a Cronos cuando se siente mal, y a donde llevaré a Kyu para sus revisiones.

Jungkook asintió.— Casi no lo ves, ¿no?

— Cada uno está ocupado con su trabajo y su familia, así que nos vemos ocasionalmente.— Jungkook lo veía atento.— Aunque eso no quiere decir que porque no hablemos todos los días, dejamos de ser más o menos amigos, simplemente entendemos que no podemos estar ahí las veinticuatro horas hablando, pero sabemos bien que si uno necesita del otro, ahí vamos a estar.

— Supongo que es parte de madurar.

— Y es algo que no mucha gente entiende.

— Entonces podría decirse que los dos comparten ideales.

— Exacto.— Jimin asintió.— Por eso llevamos siendo amigos hace tiempo. Me gusta la dinámica que tenemos.

Jungkook se quedó callado por unos segundos y después lo miró atentamente.— ¿Has salido alguna vez con él?

Jimin frunció el ceño extrañado por la pregunta.— Claro, ocasionalmente.

El peli negro abrió los ojos sorprendido.— ¿Tienen sexo?— Su voz tan escandalizada casi hace reír a Jimin de no haber sido por lo que había dicho.

Esta vez fue Jimin quién lo volteó a ver con los ojos abiertos y por poco casi da un volantazo, pero es que no entendía, lo miró como si hubiera dicho una locura, y tal vez era así, pues jamás en la vida se le había pasado por la cabeza al castaño intimar con su mejor amigo, le gustaba su amistad así y no quería complicarla, por tonterías de experimentación, porque eso sería, experimentar. 

Y claro estaba, a Jimin nunca se le hubiera ocurrido que Jungkook lo dijera, o siquiera pasara por su cabeza.

— ¿Qué? Claro que no.— Jimin movió la cabeza despabilándose de aquello que acaba de oír. — ¿Cómo llegaste a esa conclusión?

— Yo te pregunté que si habías salido con él y tú me respondiste que ocasionalmente.— contestó Jungkook como si fuera lo más obvio.

Jimin rio con gracia.— Me refería a que nos frecuentábamos de vez en cuando para convivir, así como ayer.— Jimin negó aun riendo.— ¿En qué cosas andas pensando?

— Yo no pienso en nada.— trató de defenderse.— Es solo que... pues tu dijiste... ya sabes, simplemente pensé eso.

Jimin escuchó divertido como su copiloto divagaba tratando de darle una respuesta coherente.— Solo somos amigos, Jungkook.

— Bien.

— Solo para aclarar.

— Está bien.— Jungkook trató de acomodarse en su asiento y pudo jurar que se había sonrojado, pues sentía sus mejillas calientes, no obstante, si Jimin lo notó, no lo mencionó, y Jungkook lo agradeció. El peli negro se aclaró la garganta antes de intentar cambiar de tema.— ¿Qué tanto tiempo nos falta para llegar?

— Supongo que estaremos allá en menos de cinco minutos.

Jungkook parpadeó sorprendido.— ¿En serio? ¡Qué bien!

— Sí.—sonrió Jimin.— Lo bueno de tener la playa cerca es que podemos estar el tiempo que querramos estar ahí.

Jungkook asintió gustoso.




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