Regla #02

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02: Establezcan términos y condiciones.

POV. Meliodas.

Sé que estúpida esta propuesta, ni siquiera debí proponerla y ni ella aceptar, pero ya iba por nuestro propio riesgo, ¿no? Aunque lo admito, es cierto que quería volver a tocarla como la última vez, pero desde aquel susto no me había atrevido e inclusive me he sentido el peor de los perversos por pensar así de ella cuando me volvió a ofrecer su amistad y, por no querer perderla, seguimos como si nada hasta este momento...

Amigos con beneficios. Sabía el enorme riesgo que conllevaba, desde los malos entendidos a las relaciones toxicas, por ello debíamos poner algunas pautas para limitarnos y plasmas las diferencias; después de todo sigue siendo mi amiga, no mi pareja.

—Pero para eso deberemos poner límites entre nosotros. — me vio confusa y algo desanimada, algo difícil de interpretar, ¿sería que vacilaba aun? 

—Te refieres a que nuestra amistad... — negué rápidamente. No quería perderla, siempre fuimos unidos como hermanos, era un cariño inmensurable que estoy seguro muchos han visto y malinterpretado, pero aun así no quería dejar de tener buenos momentos, aquella que siempre me recibía con los brazos abiertos cuando los demás me lo negaban, incluso cuando no merecía su compañía, ella fue mi generosa ayuda.

Me derrumbaría sin ella; aunque pensándolo bien, esto ya sonaba como mala idea, como solo tardar arduas horas de trabajo para al final del día renunciar. Sin embargo, ninguno de los dos se retractó al respecto y ahora estabamos enredados.

—Nada de eso, seguiremos siendo amigos frente a todos, pero tampoco quiero que lo veas como simple entretenimiento. — de nuevo esa mirada confusa. —¿Sabes?, tampoco quiero hacerte sentir un objeto, quiero que sigamos siendo amigos y haremos lo de siempre, pero también quiero que sirva para... descubrirnos, ya sabes, lo que te gusta y lo que no. — terminé sonrojándome que desvié la mirada, ¿cómo lo explicaba de manera más sutil?

—Como un aprendizaje didáctico. — fue el turno de mi compañera ojiazul de suspirar pensativa. A diferencia de mí, ella parecía ser más flexible. —Entonces hay que ser abiertos y comunicarnos, no quiero que haya malos entendidos. En caso de que alguno comience a sentir algo por el otro, deberemos poner ciertas distancias. — asentí. Era sabido que yo no era serio para las relaciones amorosas, las chicas terminaban conmigo por no ser lo suficientemente "románico", mientras Elizabeth era más enamoradiza con los aspirantes de la universidad de medicina; así que no habría tanto problema con ello. —¿Otra cosa?

—Hmm, los besos en la boca. — le vi trazar una mueca. — No quiero decir a que nos besemos, al contrario. No quiero arriesgarme a que creemos un vínculo afectivo por ese tipo de gestos cariñosos después del sexo. Los abrazos, los halagos, palabras bonitas... — comencé enumerando con los dedos a lo que ella suspiro de alivio asintiendo.

—Entiendo. — hizo una breve pausa pensativa. —Pero cuando alguno de los dos tenga una relación, deberemos frenar esto. — asentí. No era tonto, si ella en un punto formalizaba con alguien no intervendría en eso, al contrario, le daré el apoyo incondicional que un simple amigo da.

—Incluso podemos ayudarnos con eso. Te ayudo a buscar pareja, tu me ayudas... ¿Entiendes? — asintió.

Fue silencioso por un rato, solo los dos recostados en una superficie suave sin hacer nada más que mirar el techo en un silencio relativamente incomodo y a la vez reconfortante después de esa... charla.

—Y... ¿quieres intentarlo? — pregunté sin pensarlo bien.

—¿Ahora? — asentí. Ella quedó en silencio un momento, creyendo que se negaría, pero inesperadamente para mí y los vasos sanguíneos de mis mejillas, ella comenzó a desbrochar su blusa azul dejando solo una pequeña hendidura que daba un vistazo a su sostén blanco. —Pero no vayas tan rápido... — tragué duro.

Mierda. Yo pregunté y ella solo dejó la puerta abierta para que solo la atraviese para averiguar el otro lado; comenzaba a ponerme nervioso.

—De acuerdo, pero dime si algo no te gusta. — asintió cerrando los ojos dejando solo paso al rubor debajo de estos. Titubeante me posé encima de ella con los brazos a cada lado de su cabeza algo pensativo, ¿cómo debo comenzar?

¿Tocándola? No muy directo. ¿Le quitaría la blusa? Demasiado rápido. ¿Me quitaría yo la camisa? Comenzaba a sofocarme de calor y no por excitación. Estaba indeciso. O ¿debería pensar que es la maestra de inglés y no Elizabeth? Bueno, la maestra es bonita y de anchas caderas, pero no tiene senos grandes. ¿Pensaré en mi ex? ¡perfecto!, pero ¿con cuál de todas?

—¿Meliodas? — abrió los ojos dudosa y una ceja arqueada, ¡carajo! —¿Quieres que comience yo? — esto era vergonzoso incluso para mí; hice una sugerencia de tener contacto causal y ahora temblaba. Mi orgullo estaba herido y mi mente no podía imaginarse a nadie más sin alterarse.

—No, yo puedo. Solo estaba... eh, preparándome mentalmente. — por favor, que no note que estoy nervioso, ¿Cómo fue que pasó la última vez que ni siquiera me puse a pensar?

—De acuerdo. — abrió un poco más su blusa. ¡Oh diosas! Parezco un virgen, aunque en teoría lo soy, solo esta sería la segunda vez...

Vacilante acerque mi rostro a su cuello comenzando a dar pequeños besos en este, esperaba que eso relajara nuestros cuerpos y nos hiciera terminar con la timidez. La escuché soltar un suspiro, ¿qué significa eso? Tal vez debería intentar succionar su piel y dar lamidas en un punto específico, digo que debe ser aburrido lo mismo.

—E-Espera... ji, ji, ji~ ¡Espera! — la veo confuso con una sonrisa e intentando tomar aire. —P-Perdón, pero eso me hace cosquillas. — no sabía si reír con ella o llorar por mi fracaso, ¡olvidé que era cosquilluda! —Lo siento... Mejor intenta tocar. — me sugirió más calmada y limpiando las lágrimas traviesas de sus ojos.

—De acuerdo. ¡Pero ya no te rías! — exigí aun avergonzado a lo que simplemente asintió burlona.

—Ok, ok. Solo no me hagas cosquillas. — volví a suspirar tratando de calmarme. Esta vez fui más directo y tomé uno de sus senos por encima de la tela, Elizabeth cerró los ojos con un puchero avergonzado.

Lo apreté un poco; grande y suave, creo que me empiezan a gustar los pechos grandes y es la primera vez que toco uno, mi mano no alcanza a cubrirlo. ¿Qué se sentirá tener pechos? Comencé a preguntarme sin darme cuenta que Elizabeth tenía una mueca de dolor.

—¡Espérate!, no soy una pelota anti estrés. — me reclamó y yo me alejé un poco. Bien, esto es vergonzoso, ¿pero que esperaba? No soy uno de esos actores porno de escenas sobreactuadas, me constaba que era falsas, pero al menos me daban motivaciones para mis momentos de aburrimiento.

De acuerdo, me estoy distrayendo de nuevo. Comienzo a reírme nerviosamente, tal vez no es la ocasión.

—Entonces dime como lo hago. — definitivamente su siguiente acción no me lo esperaba. Mi mejor amiga se terminó de quitar la blusa, dejándose solo el sostén blanco y sus prendas inferiores.

—A-Así, inténtalo. — llevó mi mano de nuevo a uno de sus senos comenzando a guiarme en suaves movimientos circulares intercalando pequeños apretones. —Mh. Justo así. — su respiración se volvió un poco más tensa, creo que vamos bien. Volví a acercar mi rostro a ella, esta vez succionando la piel de sus hombros esperando que sus suspiros fuesen respuestas positivas. —Solo no vayas a marcarme.

—Está bien. — ni tan fuerte, ni tan casto. Solo continúe con mis atenciones dejándome guiar por sus manos revoltosas en la parte posterior de mi cabeza; realmente era relajante que ni me di cuenta cuando ella comenzó a forcejear con sus pies sobre mi espalda baja a la vez que comenzaba a restregarse contra mi entrepierna sobre mi ropa.

—Hm. — soltó otro suspiro haciéndose más insistente que sin querer yo también jadee y mis mejillas se calentaron, mi virilidad comenzó a reaccionar de poco en poco con esa presión que solo me hacía querer penetrarla de una vez y ahorrarnos los vergonzosos juegos previos, sin embargo...

¡Imbécil!

—Espera, no. — la aparte en seguida con pudor por mi mente olvidadiza. —No tengo condón.

Parpadeó crédula un par de veces. Bien, la primera vez tuve suerte que antes de salir, mi padre siempre acostumbraba a darme un condón por si acaso, ¿quién diría que sería útil la última vez? Pero esta vez salió al trabajo antes que yo, así que no tenía uno para este momento.

—Bueno, podemos intentar solo tocarnos. — se hundió de hombros tomándome a mí de los brazos para ser yo ahora quien estuviera abajo. —E-Esta vez quiero yo intentarlo. Eres muy lento. — ¿para qué negárselo? Solo estábamos experimentando y muriendo de vergüenza en el intento, pero las risas no faltaron.

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Bien, creo que van viendo que estoy tomándomelo un poco de manera más realista y pues es que es cierto, esos momentos son incomodos e incluso la risa te gana por los nervios.

Además, quería terminar con el cliché de que el hombre es un poco más seguro porque sé que no todos son así :v

Algo de cringe, comedia, pero los momentos bonitos Melizabeth se vendrán pronto ^^ Díganme, ¿Qué les va pareciendo?

Y ya saben, regla Núm.02; pongan sus reglas ;3

Sin más, gracias por leer.

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