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Charles Leclerc

Camino con rapidez por los pasillos del hospital, Charlotte está a punto de dar a luz. Cameron se quedó con Lorenzo, pues yo no quería que estuviera en el hospital.

Cuando llego a la habitación destinada  para el trabajo de parto de Char, veo como enfermeras entran al lugar con muchas cosas que no comprendo para que son.

—¡Dígame que está pasando!— escucho gritar a mi esposa dentro de la habitación.

—Yo soy el padre.— le digo a una enfermera señalando la puerta con angustia. Charlotte me dijo muy bien que hiciera, no puedo entrar con la ropa normal, debo ponerme la cosa azul y lavarme muy bien las manos, para más seguridad de ella.

No quería que mi hijo naciera aquí, no quería que ella pasara por esto lejos de su madre y su padre, pero ella insistió mucho para venir.

—Puede entrar.— me dice la enfermera. ¿Así de fácil?

Entro a la habitación y veo a Charlotte recostada en una cama de hospital, tiene una cara de angustia en su cara y puedo ver la desesperación en la mirada de Max, quien está junto a ella.

—¡Charles!— dice Max casi con alivio cuando entro a la habitación aturdido.

Me acerco con agilidad dónde está Charlotte y Max se aleja para darme su lugar a mi.

—¿Que sucede?— le preguntó a las enfermeras que están monitoreando a Charlotte.

—Lleva muy poco de dilatación, esto puede tardar horas aún.— habla una enfermera.

—Yo no quiero que mi bebe nazca aquí.— me dice mi Charlotte cansada. —Quiero irme a casa con mi mamá.— dice casi llorando.

Acaricio su cabello tratando de darle un poco de apoyo.

—Quiero ir a Mónaco, Charles.— me dice. —Por favor, no quiero que mi bebe nazca aquí.

—Ir a hablar a la recepción.— le digo.

—¡No! No quiero estar sola.— dice en una suplica tomando mi mano.

—Ire a ver qué puedo hacer para que tengas un lugar mejor, Max se quedara contigo.— afirmó.

Ella duda un poco, pero al final asiente un poco inconforme. Dejo un beso en sus labios para salir de la habitación, donde gracias al cielo me encuentro a la doctora.

—¿Señor Leclerc?— dice ofreciendo su mano. —Soy la doctora Hallie.

—Charles Leclerc.— digo con rapidez. —¿Sabe cuánto tiempo tardará en dar a luz mi esposa?

—Bueno señor, eso no se lo puedo asegurar con certeza. Pueden ser horas, muchas o pocas.— dice. —Depende de su metabolismo y su estado de salud.

—¿Puede viajar?— le preguntó.

Si me da tiempo me la llevaré a Mónaco no importa si tengo que contratar a todo el aeropuerto y que vuelen más rápido de lo común.

—¿Ahora?— dice sorprendida. —No lo recomendaría, estar con muchas personas en un avión por horas la estresaría demasiado y...

—Vamos en avión privado.— digo. —Mi esposa va a dar a luz en donde ella desee, no importa si tengo que llevar a todo este hospital con ella.

—No podemos asegurar que el parto vaya a tardar más de que ¿9 horas? Tal vez su esposa tenga a su bebé en ese avión.

—Charlotte quiere estar en Mónaco y yo la llevaré a Mónaco.

—Es su decisión señor.

—¡Max!— digo fuerte para que pueda escucharme.

Max sale de la habitación un poco confundido.

—Prepara el avión, nos vamos a Mónaco.— digo.

Tomo mi teléfono y busco el número de la partera de Charlotte, ella le tiene mucha confianza.

—¿Hola?— dice.

—Buenas noches Joeli.— digo. —Estamos en Abu Dhabi y Charlotte entro en trabajo de parto, pero no quiere estar aquí. Dice que quiere ir a Mónaco, iré directo al grano ¿Mi bebe va a morir si por azar del destino nace en ese avión o aun peor morirá Charlotte?

—¿Que? ¡No! Charlotte y tú bebe estarán bien, pero deberán estar monitoriados en todo el camino para que no haya complicaciones.

—Espérame en el aeropuerto, llevaré a Charlotte a Mónaco.

—¿Enserio?— me dice Max. —¿La vas a llevar allá?

—Eso creo, no lo sé, estoy muy nervioso.— aclaro con rapidez. —Ella siempre ha querido estar con su familia cuando de a luz, aquí no tenemos nada, maleta del bebé, no tenemos nada que hacer, pero no quiero arriesgarla demasiado, me hice el rudo con la doctora, pero estoy muy nervioso.— digo soltando una risa nerviosa.

—Habla con ella, ella siempre sabe tomar decisiones correctas.— me aconseja mientras su celular vibra.

—Eso haré.

Entro a la habitación y solo hay una enfermera con ella, con una señal le indico que se retire y ella sale de la habitación de inmediato.

—¿Me iré a casa?— dice levantando un poco su cabeza. Puedo ver la ilusión en sus ojos por mi respuesta. —Por favor, yo quería estar con mi mamá y con tu familia, quería estar con mi partera, no en este hospital.

—Char, la doctora de aquí me dice que es posible que el bebé nazca en el avión sin ayuda médica... Sabes que respeto todas tus decisiones, pero no quiero arriesgarte de esa manera y mucho menos al bebé.— le digo arrodillándome en la orilla de la cama para poder estar a su altura. —No quiero que nada te pase.— acarició su cabello con lentitud.

—Una vez me prometiste que me llevarías a donde quisiera, me dijiste que no importaba si eran horas o días de viaje... ¿Vas a romper tu promesa?

—Charlotte...

—Por favor Charles, no duele aún, tarde casi un día en dar a luz a Cameron, no creo que esto dure dos horas solamente.

—Un piloto nos puede llevar ahora mismo.— dice Max entrando a la habitación.

Los ojos de Charlotte se iluminan y me buscan.

—Aunque te quiero hermanita, la decisión está en Charles, tú estás muy sentimental.— dice Max.

—¡Oye!— se queja Charlotte.

—No lo se, ¿debería llevarla a Mónaco?

—No es mi hijo, así que...

—¡Enfermeras!— digo con voz alta, tres enfermeras entran a la habitación con una sonrisa fingida, me observan con curiosidad. —Les doy 5 mil dólares a cada una si me acompañan a Mónaco y monitorean a mi esposa.

Las enfermeras abren los ojos en sorpresa y se observan entre sí, como si buscarán aprobación para hacerlo.

—El reloj corre señoritas, mi esposa se tiene que ir ya.— digo impaciente.

Max corre a la recepción a informar del abandono de Charlotte del hospital y a comprar los aparatos necesarios para llevarla a casa.

—Nos vamos cariño.— digo ayudando a Charlotte a levantarse de la cama. —¿Ya tienen una respuesta?— les preguntó a las enfermeras. Una de ella se ve más decidida y es la primera que habla.

—Acepto.

—Yo también.— dice la segunda.

—Yo igual.— dice la a tercera

—Ayúdenme, por favor.— pido para que Charlotte pueda ponerse un vestido flojo que trajo Max.

Las enfermeras corren a mi ayuda y en cuestión de segundos mi esposa está lista para viajar.

—Están subiendo las cosas a los autos, hay que apresurarnos.— dice Max.

Las enfermeras entran con una silla de ruedas y suben a Charlotte para comenzar a empujarla fuera del edificio, ellas casi corren y Charlotte parece estar muy fresca.

—Te pagaré en cuanto lleguemos a Mónaco.— me digo a Max mientras caminamos detrás de las enfermeras.

—Es para mi sobrino, no hay nada que pagar.— dice dándome una palmada en el hombro. —Ya están llevando a Cameron al aeropuerto.

—Gracias.

Y aquí vamos...

***

El avión de Max es un poco más pequeño que el mío, supongo que es por el hecho de que no viaja con su familia completa.

Charlotte tiene tres de dilatación y nuestro bebé está bien al igual que ella.

Max está dormido en un asiento de el avión y yo estoy caminando impaciente con Cameron en mis brazos.

Charlotte observa por la ventanilla completamente pensativa. Las enfermeras están monitoreando a Charlotte y a mi bebé.

—¿Estás bien?— pregunto viendo a Charlotte.

—Faltan tres horas de vuelo, no has hablado mucho en todo el vuelo.

—Bueno... Si paso algo.— dice finalmente.

La niñera de Cameron se acerca a mi con rapidez y toma a mi hijo entre sus brazo para luego llevarlo al asiento junto a Max.

Me acerco a Charlotte y la observo para que me cuente que sucedió.

—Alguien me mando unos mensajes.— dice.

—¿Mensajes? ¿De que tipo? ¿Me los puedes mostrar?

—Son mensajes hablando de Joshua y de mi, de ti, incluso de Cameron.— dice en un pequeño susurro. —No estoy segura, pero creo que son de Karla, por como dice las cosas de Joshua y mías, es ella.

Con solo mencionar su nombre mi garganta se amarga de inmediato, Charlotte odia todo lo que tenga que ver con ella, desde que apareció en nuestra boda gritando cosas sin sentido. Era un momento muy especial para nosotros y ella simplemente lo arruinó con solo asistir.

—No deberías preocuparte por eso ahora.— le digo. —Debes estar tranquila... No te pasará nada, eso te lo aseguro mi vida.

—Estoy nerviosa...— susurra.

—Llegaremos a Mónaco y todo estará bien.

Ella me sonríe y asiente un poco más tranquila, pero puedo ver que eso la atormenta todavía...











Charles resuelve 🙈

Segundo bb en camino 😘

Maratón 1/2

Navila Mikaelson

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