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Andy Bogard es el tipo de ex novio que te defendería.

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-Santo pescado, eres un conejo terrible, mira que hacerle eso a Ryo -sonaba como madre que regaña a su hijo, no era para menos, cuando se disponía a irse se dio cuenta de que su rubio amigo miraba en ocasiones su dedo.

Le dijo que se lo hizo con una puerta, pero al ver la cortada en forma de dos cuadros seguido supo la verdad.

-En verdad lo siento, si me dejaras al menos limpiarla por ti... -hizo el intento de acercarse, pero Ryo miró hacia otro lado, tratando de hacer menos la herida, ciertamente era pequeña, pero se veía dolorosa.

-Te digo que no es problema -no quería sonar muy tosco, pero no podía evitarlo, necesitaba espacio.

-Bueno... -fue todo lo que dijo mientras ya se disponía a irse.

El camino fue muy tranquilo, entre sus pensamientos trataba de dar alguna explicación a por qué ambos hermanos casi la echaron de su casa y la escondieron en la de los Sakazaki, nada le vino a la cabeza.

¿Quizás una fiesta sorpresa? No le veía razón, no era su cumpleaños y ellos no eran de hacer eso... bueno, a Terry sí pero no Andy porque la última vez se asustó tanto que ella casi se puso a llorar.

No entendía muy bien, menos cuando se encontró a una chica hermosa con cara de enojo en frente de la puerta de los Bogard.

-¿Buenas noches? -la belleza de la mujer la tenía desubicada, se notaba que era asiática pero sus ojos eran incluso más grandes que los suyos.

Ni hablar de todo lo demás.

Se sintió desconcertada cuando, en mitad de su castaña mirada crítica, viera el transportador de su mascota, sus ojos parecieron resplandecer en cuestión de pocos segundos y una sonrisa radiante fue dejada a la vista.

-¡Un conejito! ¡Kawaii! -no entendió qué fue lo que dijo al final, pero ver cómo dejaba su aspecto de mujer atractiva a una de niña emocionada le dejaba algo en claro.

Le gustaba su conejo, pero al sentir como este se revolvía inquieto en su jaula y su fuerte respiración le dejaba en claro que estaba asustado, por no decir aterrado.

-Ah... Se llama Midori... -le estaba dando cierto miedo que sus ojos se pusieran a brillar de esa forma.

-¡Su nombre es japonés! ¡se llama verde como sus ojos, qué lindo!

(...) ya sabía que Midori significaba verde, cuando lo tuvieron cuando sólo era un gazapo, apenas pelo, huesos y pellejo, Andy dijo que ese nombre le vendría de maravilla mientras que con una sonrisa acariciaba la cabeza del animal que dormía en las palmas de sus manos.

Pero, justo ahora, le estaban dando muchas ganas de escapar de esa desconocida, así como su conejo trataba de hacer.

Si hubiera seguido siendo la misma alocada (...) antes de su relación Andy, pero posterior a su relación se hizo mucho más calmada, puede que hasta dependiente ante la idea de que alguien la protegería al estilo ninja.

Ah, era por eso que quería aprender karate con Ryo, porque así, quizás, volvería a ser como era antes.

Antes de poder decir algo, la puerta en la que ellas estaban se abrió casi con emergencia.

-Bien, Mai debería estar cerca así que-

He ahí un cuadro de comedia digno de admirar, la postura retraída de (...), la faceta enternecida de Mai pasar a una furiosa y con ganas de llorar, sin olvidar la expresión de miedo del rubio.

Andy pensaba lo peor.

-Mai, bueno, primeramente-

(...) tuvo que contener su grito, pero no pudo, especialmente cuando la castaña, que parecía llamarse Mai, sacó músculos de quién sabe donde y le dio un golpe en toda la cara a Andy.

-¡¿Cómo pudiste, Andy?! -(...) no sabría decir si la chica estaba molesta, confusa, triste, con ganas de matar a alguien o simplemente llorar- ¡después de tanto tiempo juntos vas y te encuentras con una mujer!

-¡Escucha! ¡eso no es lo que pasó!

¿Otra mujer? Entonces, ¿esa despampanante mujer era la nueva novia de Andy?, pues, como ex, se sentía como un cartón viejo; pero regresando a lo anterior, en serio, ¿Quién podía figurar, aunque sea mentalmente, a un chico como Andy jugando a dos bandos?

El solo pensar en eso la enfureció, si bien ella y Andy eran ahora amigos no iba a opacar el hecho de que era una persona muy querida para ella, siendo esa chica su novia o no, no podía dejar que lo tratase así.

-Oye, ¡Espera un segundo! -su reclamo llamó la atención de ambos, e incluso de Terry que, metido en la casa, se negaba a salir para no tener que estar en medio de los problemas amorosos de su hermano, de nuevo- Andy no es ese tipo de persona, puede que solo estés equivocada, sé que hay una razón para esto.

Se impresionó a sí misma con aquellas palabras, pensó que había dejado en claro un punto en específico, en especial por la sonrisa de así orgullosa que le brindó el rubio.

Pero su seguridad se fue por la borda cuando se encontró con la molesta mirada de la chica, que parecía que iba a sacarle los ojos con palitos mondadientes.

-Tú... esa voz, esa voz la reconozco lo suficiente aunque hubieran sido solo segundos -el miedo le cerró la boca, se veía tan molesta- ¡Eres la chica que se está metiendo con mi Andy!

Todo fue demasiado rápido, antes de poder darse cuenta ya veía algún tipo de cuerpo rectangular ir en dirección a su cara, se quedó congelada, tantas clases de karate se fueron al desagüe.

Pero a una velocidad impresionante vio una ráfaga de energía azul, una corriente de viento y luego se vio envuelta en los ya tan conocidos brazos de Andy con el transportador de Midori siendo sostenido por una de sus manos.

Estaba segura de que a su conejo ya le había dado un infarto, ella se estaba recuperando del suyo.

-Puedo soportar tus berrinches y tus quejas hacia mí, Mai -(...) había olvidado cómo respirar, la situación era demasiado tensa- pero no voy a permitir que trates de lastimar a alguien que es importante para mi -se quedó inmovil, (...) movió sus ojos hacia la puerta, muy despacio, cuando escuchó un silbido bastante largo provenir de la casa.

La expresión molesta de la mujer frente a ellos cambió a otra drásticamente, esta vez era una de shock.

-Deja que te lleve a casa, (...) -empezó a temblar al caminar, respiró lo más profundo que pudo, tratando de calmarse por sentirse tan expuesta ante el peligro.

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Y por escuchar palabras que le calentaron el corazón como en sus años de enamorada correspondida.

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Ya valí en mis clases, al susti sea dicho :,D.

Por supuesto, la música como siempre me inspira al igual que un buen cómic de Godzilla y algo de lactato en lugar de etanol.

Nos vemos en el siguiente capítulo.

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