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Iori Yagami es el tipo de novio que necesita a una chica con el suficiente espíritu para defenderse con uñas y dientes.

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Esta tranquila, completamente tranquila, con el pequeño gatito que Iori trajo una noche después de ir a tocar con su banda para ganarse la vida, sinceramente prefería que su novio hiciera lo que más le gustaba, tocar su guitarra, y no ir tratando de matar al chico ese que tenia un sol en la chaqueta.

Suspiro pensando en que Iori no le daba un zarpazo a nadie desde hace más de un mes, un increíble récord para él, estaba pensando en recompensarlo, no tenía una comida favorita, una vez le pregunto y este solo contesto "carne", o algo por el estilo, y sabia que jamás querría otra guitarra que no sea la suya, no obstante-

Sus pensamientos fueron interrumpidos en el momento que el pobre gatito salto asustado junto a ella por varios gritos que venían de la calle, acuno al gatito entre sus brazos para ponerlo en su camita y fue sin ningún miedo a la puerta con su confiable sarten, protegería su "nidito de amor" con todas sus fuerzas.

Abrió la puerta y con un grito de guerra le dio con la sarten a la primera figura humanoide que se cruzo en su camino, el sonido del impacto resonó por varios segundos, para cuando (...) se dio cuenta de que un tipo con apariencia de gamberro salia corriendo despavorido a una moto en donde habían otros más, esos tipos arrancaron con prisa y escaparon en la dirección contraria a ella.

Si no le di al tipo... ¿a quién le di?

Fue lo que se preguntó hasta que vio la imponente figura de 1.82 y el cabello pelirrojo de su novio que la miraba cómo si le fuera a arrancar la cabeza.

Por un momento casi le reza a la virgen del coral para seguir viva pero no se dejaría intimidar por él.

-Ah no, eso sí que no Iori Yagami -dijo mientras seguía con la sarten en las manos con una mirada severa y retadora, casi parecía que ambos se estaban matando con la mirada y ninguno quería parpadear para mantener su dominancia sobre el otro, así fue, hasta que a (...) se le secaron los ojos y con un grito de molestia cerro sus ojos que se llenaron de lagrimitas por el ardor.

Sintió la gran mano de su novio despeinarla y empujarla para afuera, luego lo miro entrar como si nada a la pequeña casa en la que vivían, el pequeño gato fue a recibir a su dueño ronroneando y frotándose contra sus piernas, (...) pensó que esa adorable escena era tan irónica como el hecho de que a su novio no le gustara la violencia cuando era el tipo más violento que conocía.

Se acercó a él con paciencia y le dio una caricia en la mejilla, cuando la miró su flequillo le tapó uno de sus ojos que parecían tener un enojo que trataba de liberarse en contra de ella, pero no lo hizo.

-Lo siento, pero sinceramente casi me das un infarto, pensé que dejarías tus peleas raras hasta el próximo torneo -toma finalmente su perfilado rostro entre ambas manos y le quita el flequillo tan característico de él al momento de besarlo en los labios y seguir viéndolo a los ojos, poco a poco cierra los ojos y ella igual lo hace, disfrutando del contacto, con el tiempo aprendió que si ella no empezaba el beso, Iori era capaz de besarla tan fieramente que le dejaría el labio sangrando.

Acabado el beso él hizo el rostro a un lado, otra cosa irónica ya que a pesar de tirar todos lo tacos del abecedario de groserías se ponía algo tímido a la hora de la intimidad de pareja.

-Esos imbéciles trataron de robarme - su mirada refleja la molestia misma encarnada en persona- debiste dejar que los despedazara con mis propias manos.

-¿A si? -dijo soltando su rostro para ir a la pequeña sala y sentarse sobre aquel sillón en el que siempre lo veía afinar su amada guitarra- pues que mal porque tenia pensado recompensarte por tu reciente autocontrol-

Los agresivos labios del pelirrojo la callan, esta acostumbrada a esto aunque siempre sabe que baja un poco la intensidad a la hora de la verdad, justo como esta pasando ahora que se besan como si tuvieran todo el tiempo del mundo y-

-¡Oye, Iori, las manos donde pueda verlas!

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Aunque claro, le gustaría que se dejase dominar al menos en algunas ocasiones.

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