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Jhun Hoon es el tipo de padre que trata de ser cercano a ti, desde tus inicios.

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-¿(...)-ah? ¿Dónde estás mi linda niña? -el rubio buscaba a su hija de 3 años.

Si se preguntan en donde estaba la pobre, pues, ella estaba escondida debajo de la cama de sus padres, su única compañía en ese oscuro lugar eran Kumonga y Anguirus, sus gatas cálicas, ah, las pelusas también.

Su madre había salido a ver a una mujer que quería hablar con los espíritus y ese tipo de cosas que eran parte de su trabajo y que a una niña de su edad le iban y le venían.

Kumonga le estaba lamiéndo el cabello, como si quisiera calmarla, Anguirus se mantenía entre sus brazos.

-¡Te encontré! -fue el grito de victoria del rubio al levantar el colchón, uno de los gatos salió corriendo y el otro le salto a la cara del rubio mientras la niña escapaba corriendo detrás de su gata, lloraba del susto.

Después de quitarse al gato de encima se vio con la sorpresa de que su hija había vuelto a escapar de él, lo cual lo ponía algo decaído, era cierto que no pasaba mucho tiempo con ella, estaba haciéndose un rumbo en la trabajosa y dura vida de idol, era muy joven pero eso no era impedimento para lograr sus metas.

Y una de ellas era que su hermosa y única hija le dijera...

-¡Papá! -si alguien lo hubiera visto, se habría encontrado con la sorpresa de que Jhun estaba brillando, literalmente brillando como personaje de anime, poco faltaba para que se pusiera a llorar o que en sus ojos aparecieran corazones en lugar de sus pupilas.

-¡(...)-AH! -bajo corriendo las escalera de dos en dos, buscando a su retoño.

¿Pero qué se encontró?

Se encontró a su linda bebé, siendo cargada por Kim.

-¡Papá! -la pequeña (...) estaba abrazando al castaño.

-Ah, Jhun, ya volviste de-

-¡¿Por qué mi hija te dice así?! ¡¿Qué rayos haces en mi casa?! -tenía el corazón destrozado, eso se notaba.

Tiempo después de que la pequeña (...) viera una pelea de Tae Kwon Do y la derrota del espécimen masculino que se proclamaba su padre, ambos hombres estaban sentados en calma, ambos con golpes por diferente partes en el cuerpo mientras que la niña jugaba con sus gatas de nuevo.

-Ahora -Jhun junto sus manos cual asesino que calcula su próximo ataque- Kim, explícame, ilumíname, porque yo no lo entiendo, no entiendo el por qué mi linda princesa te llama así.

El castaño suspiró, sabía que este momento llegaría cualquier día, se suponía que la madre de la niña estaría ahí con él, así ambos tratarían de calmar a la fiera de Jhun, pero ahora sabía la razón por la cual le dijo que se pasase por su casa en la tarde.

Cual Pilatos se había lavado las manos.

Ya la podía imaginar haciendo el signo de amor y paz con ambas manos.

-Verás, Jhun -suspira de nuevo- (...) II ya ha tenido que hacer su primera actuación del día del padre.

Ay, no me digan que...

-Y como no estabas presente para ese día, bueno, tuve que ir yo -Jhun deshizo la postura de su manos- no iba a dejar que el trabajo de (...) II fuese para nada, sería injusto, además -no sé dio cuenta de cómo o cuándo Jhun lo había sacado de la casa y, consecuentemente, le había cerrado la puerta en la cara- así que esto es la paternidad, uh.

El rubio se dio algunos cabezasos contra la puerta ahora cerrada, volteando de poco su cabeza a la izquierda al sentir un jalón en su pantalón.

Vio a la pequeña niña, su hija, que era exactamente igual a su esposa, mirarle como si no entendiera qué estaba haciendo.

-¿Por qué te haces daño? -Oh, ya sabía hablar tan fluido, ¿Cuándo había pasado? La última vez que la vio ella apenas y podía balbucear incoherencias.

-Ven aquí -se inclinó a la altura de la niña, estirando su brazos, la pequeña dudo un poco, pero aceptó el abrazo- prometo que a partir de ahora siempre estaré aquí para tus momentos más especiales, no importa si tengo que escapar de mi manager.

Horas más tarde, (...) I llegaba a la residencia de los Jeon, esperando ver a su esposo y a su amigo peleándose como un par de tontos, fue recibida por sus gatas al instante.

Grande fue su sorpresa al encontrar a Hoon desparramado en todo el sofá, con su hija entre sus brazos, ambos dormidos, tuvo que cubrir su boca ante una risotada al ver que tanto padre como hija tenían la boca abierta, con un hilo de baba bajando por sus labios.

-La genética es realmente fuerte.

El rubio reconoció ese intento de reprimir su risa y los pasos de su esposa como un perro que espera por su dueño.

-Cariño~ -somnoliento a más no poder solo es capaz de dejar caer su rostro en la mano de su pareja, la mujer casi se ríe al sentir como si ronroneara del gusto.

-Al final se parece más a ti qué a mi, ¿Debería preocuparme por eso?

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A partir de ese momento su adoración a su hija crecería hasta el punto de dar algo de miedo.

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