Athena Asamiya es el tipo de chica que va a verte.

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Las imágenes estaban en su cabeza, no lo iba a negar, sentía que no saldrían de sus memorias hasta después de un tiempo.

Se había preparado mentalmente para esto.

Abrió la puerta después de unos toques que no fueron respondidos, no la encontró en la habitación, lo cual la asustó de inmediato, buscando con la mirada por los pasillos.

-¿Athena? -volteo a verla, encontrándola con ropa que no es de ella, lo cual es normal ya que el traje chino quedo completamente de color rojo sangre, pero tampoco es ropa del hospital, le queda grande y tiene pinta de ser militar- ¿Pasa algo?

-No, yo solo quería venir a verte, ahora se que estas bien -mira hacia su mano, encontrándose con una mochila gastada en su mano, una que le ha visto desde que la vio por primera vez- ¿vas a casa ya?

-Bueno -la ve desviar la mirada- mi hogar de acogida no llevo muy bien mi "arrebato" de hace unos días -su voz suena neutra, como siempre, pero Athena lo sabe, no siquiera debe usar sus poderes, con verla a los ojos ya sabe que esto le ha destrozado el corazón.

Si bien no lo vio en primer momento, todo por el tema del Orochi, vio que (...) nunca tuvo un hogar o familia permanente, siempre siendo pasada de una vida a otra, nunca quejándose.

-No sabes cuanto lo lamento -se lleva una mano a la boca, ahogando un grito de sorpresa.

-Esta bien.

-Pero, ¿A dónde vas? -su mirada sigue fija en la mochila, a penas llena de algunas cosas.

-La señorita Leona dijo que podía ir con ella -hay cierta emoción en sus facciones, no sabe cómo, porque solo sabe que acaba de conocer a Leona.

-Pero, apenas la conoces, es decir -se queda callada, no quiere decir que era algo relacionado por la sangre de Orochi, seria terrible e incorrecto- ¿estas segura de que quieres eso?

(...) mira por la ventana, confusa con las palabras que le ha dado, ¿estaba segura de irse con Leona? Sí, la respuesta le venía de inmediato, la peli azul fue muy amable con ella, es más fue la primera persona que vio al abrir sus ojos.

Aunque le hubiese encantado que esa persona fuese Kensou.

-Pero, tan solo piensa en las personas que dejarás atrás -trata de hacerla entrar en razón, no sabe que está pensando, ¿Cómo podía hacerlo? ¿solo abandonaría a la gente que la acompañó hasta ahora?

¿Qué sería de ella? ¿sus estudios? ¿sus sueños?

¿Qué sería de Kensou? Quien había estado al tanto de (...) desde su entrada al hospital.

-Seguiré en contacto con todos, no debes preocuparte -le duele dejarlos atrás, si es sincera no sabe a donde la llevará Leona, pero sabe que está, de alguna forma, enlazada con ella, es como si ella fuese parte de algo.

Pero también siente que ahora le falta algo.

Algo que ha estado con ella desde su primer aliento de su vida, justo después de nacer, es algo tan raro, pero sentía una pérdida dentro de ella.

-Aun así, (...)-chan ¿estas segura de que esto es lo que quieres? -esta casi desesperada, tratando de ganar tiempo porque Kensou llegaría dentro de unos cuantos minutos para seguir estando al tanto de su amiga.

-Sí, no quiero que esto vuelva a pasar -mira su mano, la cual esta cubierta de vendas, después de todo, la chica que atacó logró devolver el ataque a base de fuego- mucho menos con alguno de ustedes, es por eso que debo ir con alguien que ya sabe cómo poder librarse de esto.

-¡(...)-chan! -Quiere detenerla, decirle que hay otras maneras sería lo mejor, pero no se le ocurría nada, porque la verdad era que si había alguien que pudiese ayudarle era Leona, porque no le diría que fuese con Iori.

-Espero que nos veamos pronto, Athena-chan.

Se quedó petrificada, no por la sonrisa  que le dio (...).

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Athena se quedo petrificada al ver que un hombre castaño y con ojos de serpiente era prácticamente la sombra de (...).

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