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☉🔥Mañana helada🔥☉

Es una manía en la familia levantarse apenas salga el sol, ¿tendría que ver con el grandioso símbolo de la familia? Tal vez, pero era algo que solía chocar en ocasiones.

La muchacha se levantó a duras penas, tenia los párpados casi pegados, se arrastró en la cama, pasando encima del castaño que dormía a su costado.

-Despierta vago -queriendo o no, paso su pie junto a la cara de su compañero.

-Es sábado y esta helando... -el frío de enero se cuela por las paredes y lo último que quería era perder su fuente de calor, razón por la cual la tomo de su brazo.

-Puedes crear fuego con tus malditas manos y como te de la maldita gana... -trato de zafarse, pero al estar aun en el mundo de los sueños se cayó de la cama- Ay...

-Tu haces fuego con todo el cuerpo... -jalo insistentemente su brazo, para que volviera a acomodarse a su lado.

-Ya basta de eso -el tema le puso incómoda de nuevo.

-Sólo vuelve acá -con su mano palpo el espacio del colchón que aún se mantenia tibio.

-Esta bien -regreso a rastras a su lugar en la cama y se dejo caer cual peso muerto- sólo una hora más.

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🌙🔥Media noche🔥🌙

La luna menguante, para ella, antes era solo una faceta de la luna, pero ahora cada que la veía o la pensaba solo se le podía venir a la mente el rostro de su pareja.

La noche antes era confidente de sus secretos y dolores interminables, pero ahora eran las que provocaban la sensación de ira e impotencia más grande que pudo sentir hasta ahora.

-¡Iori! ¡Iori, maldición despierta! -sentía como, a pesar de que estuviera ahora encima de él, no dejaba de enterrar sus dedos de manera dolorosa en su pierna.

El pelirrojo tenía la mandíbula y ojos fuertemente apretados, negándose a despertar o sufriendo la misma tortura nocturna que lo seguía en sus sueños.

-¡Todo esta bien Iori! ¡nada va a pasarte! -lo tenía abrazado, su mano había dejado su pierna pero ahora parecía querer desgarrar su hombro y cintura- no te preocupes Iori.

Poco le importó el dolor, no iba a dejarlo solo en ello.

Siguió abrazando a su pareja hasta que sintió que la presión punzante disminuyó y también veía aquellos ojos rojos.

-Estoy aquí, Iori.

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🌠🌟Lo mereces🌟🌠

-¿Estas segura de que te encuentras bien? -pregunto de nuevo al ver a la chica ingerir su décima, o quizás más, taza de café mientras seguía tecleando velozmente en el teclado de su computadora.

-Sí, sí -no dijo más, solo se metió otro pedazo de chocolate con extra cafeína en la boca.

-Bien, iré a trabajar -le daba desconfianza el actual estado de su amiga- no te sobre esfuerces.

-Sí, sí, que te vaya bien en la escuela, Rock.

...

-Muy bien, ya basta -le hizo levantarse de su silla casi a la fuerza, la sentó en la cama de la habitación y abrió las ventanas, la escuchó sisear cual gato y luego presenció cómo se metió debajo del edredón de la cama- Pensé que habías dicho que esos trabajo eran para dentro de un mes.

-Lo son, es solo que se me hace incómodo olvidar que los tengo y hacer todo a última hora.

El rubio suspiró, saco su teléfono y marco a su trabajo para decir que un imprevisto le surgió.

Una vez terminado aquello se dispuso a levantar a la chica y sacarla del edredón, topandose con sus ojos algo rojos y unas ojeras debajo de ellos.

-¿Hace cuanto que no pegas el ojo? -saco todas las telas de la cama para meterla a ella ahí, se le hacia preocupante el hecho de que estuviese tan delgada.

-Quiero terminar mi reporte y la monográfia -hizo un ademán de querer levantarse pero él volvió a tirarla en la cama para arroparla.

-Descansa un poco -le quito ese moño desordenado y apartó los cabellos de su cara- te mereces este descanso miss Kusanagi.

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🐉💥Buena esposa💥🐉

-¡¿Pero qué significa todo esto?! -grito la joven apenas entrar a ver el Dojo de la casa- increíble, hablando de la responsabilidad y todo eso cuando este lugar esta tan desordenado.

Al haber pasado un año entero con los Sakazaki le había dado una manía por ordenar las cosas.

Y estaba empezando a sentir que ahora no podía dejar las cosas así como estaban.

Le tomó 2 horas completas poner todo en su lugar y limpiar los pisos de madera, una tabla se rompió al pisarla.

-Pues que se le puede hacer -resignada fue a buscar lo que le faltaba para arreglar el piso y evitar que alguno de los estudiantes se llegase a accidentar.

Entre eso, se dio cuenta que habían más tablones sueltos, y en menos de 2 horas más logró poner todo en orden, y esperaba que fuera la última vez en mucho tiempo.

-¡¿Pero qué significa esto?! -casi deja caer el martillo de la impresión de ver ahí a Ryo, parecía que iba a desmayarse por la sorpresa.

-Bueno, vi todo tan... no pude contenerme -se vio envuelta entre los fuertes brazos del hombre, que solo la estaba aplastando entre sus brazos.

-¡Eres increíble, (...)-chan!

-Me voy a asfixiar -lo dijo de forma entrecortada pero entendible, o al menos lo suficiente para que el rubio le escuchase y le dejará libre.

-¡Es increíble! Nunca pensé ver así de majestuoso el Dojo.

Sonrojada por sus palabras solo pudo sonreír tontamente.

-La verdad es que hacer este tipo de cosas se me han dado ha hacer bien en este último tiempo.

-Eres soprendente, (...)-chan -le despeinó los cabellos y le dio una gran sonrisa- será una gran esposa, ojalá Yuri aprendiera de ti.

Ahora si la sonrojo a niveles increíbles.

-No digas eso -trato de irse, pero Ryo la sujeto de los hombros.

-Lo digo enserio (...)-chan, serás una buena esposa.

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Y así acaba el especial de San Valentín.

Espero sea de su agrado y lo pasarán con seres queridos.

"Gracias totales".