Ⅴ: Flor de verano en medio del invierno

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―Así que ya sabes lo que debes hacer, trata al menos de dejar el pan cortado y el queso, y a la mañana siguiente se te va a facilitar poder comerlo sin que se te haga tarde ―explicó el omega totalmente comprometido con instaurar un nuevo hábito alimenticio en TaeHyung que murmuraba en confirmación a sus indicaciones.

Götz está enfocado en atender cada palabra que JungKook le está diciendo, después de decirle que no se le ocurre nada para comer para un ligero desayuno que tampoco involucre mucho tiempo ingerir, porque en verdad prefiere dormir un poco más que tener que alimentarse a él mismo. Desde que vive solo hace ya varios años, el desayuno fue una opción que con el tiempo fue relegando de sus actividades diarias hasta casi que prescindir de esa comida del día.

No obstante, cuando este en la soledad y el resguardo de su hogar se va a permitir reírse de sí mismo por lo absurdo que está siendo ahora mismo al estar considerando las exigencias del omega de ojos esmeralda que no ha dejado de repetirle lo importante que es comer siempre que se tenga la posibilidad de hacerlo, y para ellos no supone un problema, así que debe cumplir.

Lo que lo deja en una posición de obediencia que su lobo está empeñado en acatar, porque después de todo es JungKook quien se lo está diciendo y no tiene la voluntad para negarse o mentirle luego diciéndole que sí lo hizo, cuando en verdad no es así. Es gracioso verse tan encantado por él hasta el punto en el que siente que debe realizar cada capricho o exigencia que de sus labios sean pronunciados.

―Además puede comprar frutas que no requieran ser cortadas para aligerar el tiempo que invierta en comer ―finalizó el azabache atento a la fija mirada dorada que está sobre su rostro y a pesar de que están caminando y adentrándose al vecindario que tanto conocen, el alfa no ha dejado de verlo y no puede negar que está complacido por su atención.

No sabe de dónde nace esa necesidad que palpita con fuerza en su pecho por ser manifestada y que no se contuvo de decir por la pregunta del alfa que si bien disfruta de cocinar, esa primera comida del día, lo nubla por la falta de ideas.

―¿TaeTae, me estás escuchando? ―cuestionó ante la ausencia de modulación por parte de el de cabellos grisáceos que parpadeó con fuerza para enfocarse de nuevo, luego de quedarse mirando con sórdida atención la galaxia que comienza a aparecer en los orbes oliva debido a la luz del día que poco a poco va muriendo.

―Me gusta más cuando me dices alfa ―respondió TaeHyung dedicándole un guiño que causó un vacío en su estómago por la emoción que su sola presencia y el aroma a petricor que lo ha estado envolviendo todo el camino, se complementaron para tenerlo en una abstracción que lleva su nombre.

―Debes ganártelo TaeHyung ―volvió a prescindir del apelativo que ya se le está haciendo costumbre para referirse al de orbes dorados y que, si debe admitirlo solo para él mismo, cuando le dice alfa, se siente tan correcto que prefiere ignorar esa sensación al estar malinterpretando lo que sucede.

No quiere apurarse a darle una definición a la familiaridad que en él percibe y que le recuerda a su vida actual. Tan solo quiere vivir en el agradable presente que está enlazado por la atracción mutua que es evidente, es lo único en lo que desea enfocarse.

―Entendí y escuche cada explicación, pero no creo que sea apropiado lo que quiero decir, así que prefiero callarlo ―está siendo descarado, lo reconoce y no puede o más bien no quiere hacer nada en contra de la ser la causa que pinte un precioso lienzo sobre la piel caliza que adquiere mayor luz ante las sonrisa que le son regaladas y que toma con tanto cuidado con miedo a que se evaporen.

De nuevo, no es más que un pensamiento inconexo porque su mente no puede olvidar nada de lo que ha vivido y por primera vez en años desde la tragedia, agradece que así sea, porque por más que lo intente su rostro y su sonrisa lo van a acompañar cada que cierre los ojos y quiera descansar, JungKook y su presencia se va a metamorfizar en sus recuerdos y sueños.

―Por favor, no sea tan condescendiente, alfa ―dijo en tono levemente coqueto al detenerse a unos pasos de su casa y con el mismo descaro miro al alfa con inocencia en espera de una respuesta, que, si hubiera tenido la oportunidad de no escuchar, lo hubiera considerado porque nunca se esperó lo que él le dijo sin contenerse.

Él dio la advertencia y fue su osada actitud la que prefirió hacer caso omiso.

―Me perdí en su mirada y lo que significa su presencia JungKook. No puedo negarme a mirarlo con tanta atención cuando está siendo tan dulce al preocuparse por mi bienestar, espero que no sea incómodo para usted ―confesó con una dulce voz con notas profundas que fueron una lírica sonata para el omega que en la sonrisa apenada que se dibujó en sus labios confirmó la mutua sensación que comparten.

Tal vez sea irracional pensarlo, pero el interés es evidente, están cautivados por el contrario y es lo único que les interesa, la disposición de continuar aventurándose y conociéndose poco a poco sin ninguna intención de por medio más allá de disfrutar de la mutua compañía.

―Si fuera algo que me incomodara ni siquiera estaría aquí delante de usted, alfa ―para ese momento JungKook se desconoce a sí mismo por el encanto que despertó en mayor medida las feromonas presentes en su aroma que los envolvieron a ambos en un latente silencio cargado de complicidad.

Sin embargo, la burbuja que los detuvo en medio del camino, fue deshecha por una pequeña presencia que corrió con alegría al verlos, en especial, por volver a ver a su omega que hoy huele especialmente precioso, porque sintió otro aroma más presente y que le pertenece al alfa.

A Aiden le agrado la combinación que no comprende pero que agitó a su pequeño lobezno en agrado.

―Tío Kook ―gritó el pequeño de rizos anaranjados al soltar la mano de su padre y correr hacia el omega que no alcanzo a responder a tiempo del hechizo en el que estaba sumido más que para entregarle al alfa la maceta y no terminar estropeándola; por lo que el cachorro lo abrazo por la espalda y sus manos rodearon su cintura, debido a que Aiden no es muy alto todavía, lo cual le facilitó a JungKook girarse y tomarlo entre sus brazos sin problema.

―Mi pequeño lirio ¿Cómo te fue hoy? ―afirmó las piernas de Aiden alrededor de su cintura y depositó suaves besos sobre la mejilla gordita que se sonrojo por su acción. Una que es habitual pero que le encanta hacer para ocasionar la misma reacción en él.

JungKook con su pequeño mundo acunado entre sus brazos, miró al alfa que le correspondió el gesto y sus miradas cargadas de fascinación provocó una sonrisa compartida que Aiden siguió sin conocer el motivo que cobró sentido al girar su torso y ver al señor TaeHyung tan feliz como su omega Koo.

―Señor TaeHyung, me alegra verlo ―saludo el cachorro al alfa que estiró su mano para acomodar los pequeños y suaves rizos que cayeron sobre los bonitos ojos bicolor que lo recibieron con entusiasmo, tanto que su corazón se comprimió por la ternura que su inocente presencia le hace sentir―. Muchas gracias, señor TaeHyung ―Aiden agradeció la acción del alfa.

En verdad está muy feliz de verlo.

―No es nada Lilie ―respondió el alfa toqueteando con su dedo índice la nariz de botón del cachorro que se arrugó por las cosquillas que el contacto le produjo. Y rápidamente llevó su mirada hasta el padre omega que se acercó sonriente para saludarlos.

―Buenas tardes JiMin ―saludo TaeHyung con una corta inclinación que al omega le encanto por la educación que el alfa demuestra con su sola presencia que desborda elegancia.

Cada vez que lo ve confirma porque su cachorro está encantado con él.

Todo se debe a la presencia hipnótica que TaeHyung desborda sin pretenderlo a través de su aura fuerte pero cálida que enaltece su rango.

―Es un gusto volver a verlo TaeHyung ―manifestó JiMin acariciando la espalda del azabache a modo saludo que fue correspondido por una bonita sonrisa que el alfa no se perdió de observar, y que el omega mayor supo aprovechar―. Veo que estaban juntos ¿O me equivoco? ―preguntó con sorpresa en su voz que se ganó la atención de Aiden y sus adorables ojitos se hicieron más grandes al ver lo que el alfa sostiene en una de sus manos y luego volvió su mirada a su tío Koo que luce un poco apenado por el sonrojo que ocultó con sus manitos al ponerlas sobre ambas mejillas que se abultaron en un adorable puchero.

Uno que Götz detallo con fijación y que O'Brien correspondió al sentir la mirada del alfa sobre esa zona que inevitablemente lo hizo bajar la propia a los labios de corazón que se estiraron en una sonrisa desafiante, cuando al volver su atención a los orbes dorados, TaeHyung ya lo estaba mirando y por tanto capto la intención detrás de su desviada mirada.

Esta vez se puso en evidencia y aunque el sonrojo aumento no se arrepintió de haberlo hecho, por el descaro que lució la sonrisa insolente y la expresión desafiante del alfa, le permitió comprender que ambos muy posiblemente pensaron en lo mismo.

Tanto que JiMin y Aiden de cierta forma fueron dejados de lado, solo que Kavanagh concluyó a través del lenguaje no verbal de ese par las señales implícitas que lo hicieron sonreír con malicia por ver a JungKook tan encantado por un alfa, que no es cualquiera.

Va a tomar provecho de la situación, porque estuvo esperando ese momento durante mucho tiempo y hoy al fin ve pequeños avances y fragmentos prometedores que son correspondidos en las expresión ajenas que desbordan complicidad. Pero terminó riendo con gracia por lo perdido que estaba su cachorro al no comprender lo que está pasando y porque todos parecían saberlo menos él.

―¿Qué te sucede papi? ―preguntó al primer punto que le da una idea más clara de la situación, que, ante su llamado, el alfa y el omega, volvieron a ser lanzados del estado de adormecimiento en el que solo ven la presencia contraria.

Sus miradas un poco avergonzadas volcaron la atención sobre el ceño fruncido del cachorro que cruzó sus brazos sobre su pecho mientras los acusaba a todos con la mirada.

―¿Esa mueca de molestia a que se debe? ―devolvió JiMin teniendo que morder con disimulo su lengua por la hilarante situación en la que están envueltos con un pequeño de diez años que no comprende que su omega está encantado con la presencia ajena, que curiosamente Aiden también adora.

En definitiva, es una situación sumamente interesante.

―Quiero hacerle una pregunta al señor TaeHyung ―dijo con un suave mohín en sus pequeños y abultados labios que pulverizaron los corazones ajenos por la excesiva ternura que Aiden irradia sin pretenderlo.

―¿Y porque no se la haces? ―indagó JungKook curioso por la actitud retraída de su pequeño, que usualmente ante una cuestión que quiere resolver no espera ni pide autorización para averiguar, solo la hace.

Pero parece ser que este día está lleno de novedades.

―Es que no quiero hacerlo sentir incómodo ―respondió con su mirada sobre sus brazos que siguen cruzados y es cierto lo que dice, no sabe porque ver las flores que el señor TaeHyung sostiene y que antes estaban en las manos de su tío Koo, lo hicieron recordar los lirios que el alfa le obsequio pero que no tuvo la educación de darle personalmente.

No comprende el origen de esa emoción de decepción que lo invadió y que JungKook sintió, él palpó la confusión que en ese momento Aiden está experimentando y con una sonrisa que atrajo la mirada de sus acompañantes, comprendió lo que debía hacer y si para lograrlo debe exponerse, por su cachorro lo hará con gusto.

Además, así puede arrastrar a el alfa consigo mismo y caer con él.

―¿Quieres saber de quién son las flores que TaeHyung sostiene? ―JungKook dirigió la pregunta al cachorro de mirada esquiva que lentamente volvió a depositarla sobre la maceta que el alfa sostiene y que gracias a los rayos del día que aún se mantienen y que van muriendo lentamente, los preciosos colores de las flores pueden observarse con mayor claridad, antes de que la noche devore la luz que comienza a cubrir las calles por el fulgor amarillento de las farolas que van siendo encendidas.

―Nah, nah ―Aiden negó preso de la timidez porque no quiere ser descortés con el alfa y el tan preciado regalo que lo emocionó demasiado la otra noche, por eso no desea sentirse así y de pronto ocasionar tristeza en el señor TaeHyung.

De nuevo, el omega de aroma a avellanas intuyo el debate en el que está Aiden, por lo que le dio un guiño al confundido alfa que quedo peor por su acción, y se acercó hasta la pequeña oreja donde susurro tan suave que le hizo creer al pequeño entre sus brazos que solo él podía escuchar lo que le estaba diciendo.

―Puedes preguntarle que él va a estar feliz de lo que hagas ―susurró con lentitud y sólo se separó cuando Aiden asintió de acuerdo a lo que se le fue dicho y depositó un tierno beso en la mejilla de su pequeño que se encogió entre sus hombros por el contacto que tanto disfruta.

Aiden recargó su mejilla en esa caricia y suspiro con fuerza para mirar al extrañado alfa por las palabras del omega que siente como una amenaza sin saber por qué, ya que todo dejó de importar cuando Aiden lo miró tan apenado que tuvo que contenerse de no tomar entre sus manos esa tierna carita de mejillas sonrojadas.

Sin duda JiMin, se siente orgulloso de su precioso cachorro, aunque quiso darles un poco de privacidad se quedó allí atento a lo que fuera a suceder para recabar material con el que molestar a su adorable azabache más tarde.

―Señor TaeHyung ¿Esas flores que lleva son suyas o de alguien más? ―preguntó mirando al alfa que le sonrió con la misma calidez que el primer día en que lo conoció y recordó que no hay nada que temer si está en presencia de él.

―No Lilie, esto que tengo aquí ―indicó levantando la maceta para posicionarse más cerca del cachorro que se estiró solo un poco para ver con mayor claridad los hermoso pétalos de las flores―, es una flor que se llama azalea y para que crezca así de bonita como la ves es mejor que siga viviendo sobre la tierra que hay en esta maceta ―de nuevo acercó más el pequeño arbusto formado por varias de las flores que Aiden tocó con mucha suavidad para no lastimarlas.

E inmediatamente el semblante del cachorro de rizos cambio a una mucho más animada que fue motivada por la amplia sonrisa del alfa que me devolvió la calma, al saber que tiene total libertad para preguntar lo que desee sin llegar a temer por una mala respuesta de su parte.

Por lo que, con espíritu renovado, Aiden sonrió tanto que sus ojitos se ocultaron tras sus párpados casi que cerrados y volvió a indagar con la gracia que lo caracteriza.

―¿Entonces de quién es esta bonita flor de nombre un poco complicado para mí de pronunciar? ―Aiden mantuvo la encantadora sonrisa mientras miraba al señor TaeHyung con tanta insistencia por hallar respuesta a su pregunta.

Y en ese instante, gracias a la contenida gracia del omega de peligrosos orbes esmeralda, comprendió lo que JungKook dijo detrás de sus palabras dedicadas a Aiden, para que él terminará exhibiéndose con esa misma pregunta que le acaba de hacer el cachorro, que espera con paciencia que diga algo.

Claro que lo va hacer y con ello el omega también se dará cuenta que ambos pueden jugar el mismo juego.

―En realidad, es de tu tío Koo, es un regalo de agradecimiento por el delicioso pastel que él cocino porque tú se lo pediste ―manifestó alternando su mirada entre Aiden y JungKook que abrió sus ojos de más por lo inesperado de sus palabras, puesto que el omega no pensó que el alfa fuera a exteriorizar sus intenciones tan abiertamente, aunque sabe que hay algo más que se esconde en el sobre que está resguardado en el interior del bolso que cuelga de su hombro.

Por lo que recordó las palabras de TaeHyung en el momento en el que le pidió conocer el significado de la flor que ahora su cachorro y su intenso JiMin ahora saben, y que en especial, el omega mayor no va a desaprovechar para incordiarlo una vez estén a solas. Al menos agradece que sea prudente, por ahora, ya después Kavanagh hará de las suyas y no podrá evitarlo ni aunque lo soborne.

―Eso es hermoso, mi tío Koo merece todo lo bonito, además de mi papi, claro que sí ―reveló Aiden con una suave sonrisa que lo llenó de felicidad luego de lo que el señor TaeHyung le dijo acerca de la pequeña maceta que sostiene. Solo que eso le hizo recordar algo sumamente importante que no se privó de conocer―. Señor TaeHyung, puedo hacerle una pregunta más ―aun así se cercioro de que el alfa estuviera dispuesto a responder porque es una cuestión realmente importante y necesita que él sea sincero.

―Claro que sí cachorro, no te preocupes ―animo el alfa al pequeño de rizos que sonrió con ternura cuando su nariz nuevamente fue acariciada por el dedo contrario y en esa sutil acción Aiden halló la valentía que tanto requería.

―¿Entonces por qué no pudo llevarme los lirios que mi tío Kook me llevó anoche de su parte? No me malentienda ―negó Aiden a la par que agitaba sus manitos frente al alfa para que no se hiciera una idea errónea de lo que quiere decir―, porque quiero darle las gracias por recordar lo que dije sobre los lirios, pero ver lo que le dio a mi omega me hace pensar en la razón de porque no hizo lo mismo conmigo ―finalizó con sus ojitos fijos en las flores que se le hacen tan delicadas que prefiere no tocarlas y tan solo admirarlas por su belleza y los colores que poseen.

Aiden en verdad ama las flores por lo coloridas que son y los aromas que desprenden y los árboles porque puede treparlos así después tenga que gritar para que le ayuden a bajar, porque no recuerda cómo fue que llego hasta allá arriba.

El alfa trato de contener la sorpresa que solo llego hasta sus orbes dorados que inevitablemente hizo sonreír a O'Brien, encantado por la forma en que el asombro colmo a TaeHyung y por unos segundos lo robó toda posibilidad de responder al no saber cómo contestar esa audaz pregunta de Aiden.

Ambos omegas miraron con orgullo al cachorro que devolvió su mirada marrón con una preciosa salpicadura esmeralda en uno de sus orbes y agudizó su expresión que en medio de la espera una contagiosa lo hizo sonreír con amplitud, tanto que el pequeño hoyuelo que en ocasiones se forma en su mejilla apareció para derretir al alfa que se sintió un poco culpable por no haber ido personalmente a entregarle los lirios, cuando Aiden si lo hizo con el pastel que le pidió a JungKook preparar.

Solo que en verdad no miente al reconocer que entrar o al menos estar cerca del hogar del omega y de su familia lo embargo de una sensación que aún no puede digerir o tan solo definir por la precariedad del lenguaje para precisar la oleada que lo golpeó al estar más cerca del hogar ajeno.

Como un presentimiento que llegó y le advirtió mantener la calma a la espera del momento idóneo, que de seguir postergando nunca sucederá si no se fuerza a hacerlo.

―Lilie, me disculpo por no haber ido personalmente, pero no pensé que fue importante, aunque tu tío Koo me lo dijo, solo quería darte una sorpresa y además al ver lo tarde que era pensé que mi presencia iba a irrumpir el descanso de tu familia ―explicó TaeHyung una verdad a medias que incluso le había dicho al azabache que parece mirarlo con las estrellas del cielo es su orbes esmeralda que poco a poco perdieron el color claro debido a la sombra de la noche que oculta la luz de sus ojos y la transforma en un precioso pozo oliva que aun así el alfa sigue apreciando.

Parpadeo enfocando su atención en el pensativo cachorro que llevó su dedo índice hasta el mentón y frunció sus labios en una pequeña mueca cuando encontró algo en las palabras del señor TaeHyung que no le gustó.

―Señor TaeHyung, así como usted me recibió a mi desde el primer día en que nos conocimos, yo afirmo con toda seguridad que mi familia también lo hará con usted. Por favor, no se sienta incómodo, porque su regalo me hizo muy feliz y mi habitación huele muy bonito ―Aiden declaró con prisa al interpretar la apenada sonrisa que el alfa le dedicó y que provocó un pequeño dolor en su pecho al pensar que él ha estado tanto tiempo solito en compañía de los bonitos gatitos que quiere volver a ver, que creyó que no iba a ser bien recibido por su familia.

Porque después de todo el cachorro no sabe dónde están los padres del señor TaeHyung o si tiene hermanos o siquiera amigos, así que imaginarlo completamente solo lo preocupó en demasía, tanto que volvió a tomar palabra y negándole al alfa siquiera contestar.

Debido al silencio en el que se sumieron y en especial JungKook que estaba a escasos segundos de interferir al palpar las emociones de su cachorro que llevó al extremo la incomodidad que percibió en el alfa, espero al mismo tiempo en el que no pudo evitar sentirse más fascinado por la empatía que Aiden demuestra y que es un claro ejemplo de la educación con amor que ha recibido en casa durante todos estos años.

―No debe sentirse solo señor TaeHyung, si de pronto su familia no está con usted ahora mismo, en mi casa está mi familia y puede hacer parte de ella ―manifestó con preocupación en su mirada al ver la tenue sonrisa que el alfa le otorgó y que de cierta forma lo apaciguó.

Porque lo que menos desea es que las personas bonitas como el alfa se sientan tristes.

―Lilie, eres el pequeño más encantador que he conocido en mi vida ―confesó el de cabellos plateados dejando salir un poco más de su aroma a petricor en la necesidad de consolar la perturbación que frunció el ceño de Aiden al tratar de comprender sus palabras y llevarlas hasta el extremo opuesto en el que el cachorro interpreto sus emociones como miedo al rechazo debido a la soledad en la que vive.

Cada vez más se siente embelesado por la delicadeza que Aiden tiene hacia las personas, aun siendo un cachorro ha desarrollado una gran sensibilidad y un fuerte sentido de protección hacia las personas que ama como su familia y que aprecia como lo hace ahora con él. TaeHyung no puede estar más agradecido con la vida misma de ponerlo a ellos en la trayectoria de la tranquila existencia que lleva y que entre las mejillas sonrojadas y mirada bicolor encontró el amor que siempre extraño.

―La vida de los adultos no es tan divertida como parece ―volvió a decir el alfa y con su dedo índice le dio un nuevo toquecito a la pequeña nariz que dejo salir una risa nasal por las cosquillas que hormigueaban sobre su piel y volvió a mirar los bonitos ojos de sol de TaeHyung―. Porque una vez que creces, como en mi caso, mis padres ya no viven conmigo sino que ahora están en Alemania, y por otro lado tengo dos grandes amigos, así como tú tienes a tus tíos, solo que ellos no viven conmigo y viven una situación igual a la mía, que ahora ya no es tan solitaria porque estas tú en ella ―Götz siente cada palabra que le dijo al cachorro con total sinceridad y no solo como una forma de tranquilizarlo.

No podría engañar la preciosa mirada que fue cambiando a medida que hablaba y terminó haciéndolos sonreír a todos porque la pureza que destello en el marrón de sus orbes, los llevó a rendirse a los pies de la dulce presencia de Aiden.

―¿Lo dice en serio, señor TaeHyung? Porque no tiene que sentirse apenado de estar con mi familia a menos que sea algo que lo incomode ¿Lo estoy haciendo sentir incómodo, es eso? ―cuestionó en voz baja cuando el temor lo invadió y una refulgente mirada llevó al alfa a dar un paso y estar más cerca de Aiden y levantar su mano con su meñique estirado para entonar una nueva promesa como la primera que el cachorro le pidió ese día que se conocieron en medio de los gritos de JiMin.

―Tu presencia me hace feliz Lilie, además si no estas, dime ¿Quién más va a cuidar de Gabriel y Lucifer si no eres tú? Porque ellos disfrutaron conocerte ―Götz sonrió en grande cuando su dedo fue enlazado por uno mucho más pequeño que lo derritió y lo hizo reír con tanta dulzura que impulsó a que su lobo se presentará en el color de sus ojos que encantó a Aiden cuando comprendió lo que estaba sucediendo.

El lobo de TaeHyung se mostró para saludarlo y por el suave y tranquilo olor de la lluvia que en su aroma respiró, supo que el alfa le estaba dando la bienvenida. Por lo que, siguió sonriendo hasta que sus mejillas dolieron un poco.

―Ya basta, que me duele sonreír tanto ―pidió el cachorro que soltó un pequeño grito cuando su omega dejó un suave beso en su mejilla lo que solo lo abochorno más y encendió el calor en su suave piel blanquecina―. Nah, ¿Pero qué estás haciendo?

―No es mi culpa tener a un cachorro de irresistibles mejillas de algodón ―su voz se escuchó un poco ahogada al no despegar sus labios de la suave piel que se sonrojo aún más por lo que dijo y su lírica sonrisa llevo la felicidad hasta sus corazones.

De improvisto un pequeño grito se hizo escuchar, cuando su cuerpo terminó a solo centímetros de impactar contra el pecho de TaeHyung y si no fuera porque sostiene a Aiden con fuerza, quien fue el artífice de la pequeña travesura impulsada por la emoción que lo hizo jalar el debo impropio que sostenía con su mano y como el alfa estaba entretenido admirando la escena, solo alcanzó a sacar de la escena la maceta de azaleas y resguardarla hacia un lado, lo que le quitó segundos valiosos de reacción en el instante en el que el impulso lo llevó hacia adelante y terminar mucho más cerca del omega que contuvo el aliento por la proximidad que colmó sus sentidos la presencia ajena.

Sus miradas aun en medio del pequeño cuerpo de Aiden que quedó atrapado entre los dos, solo actuaron a través del reflejo de la mirada contraria en la que alcanzaron a admirar un misterio inconcluso que los llamó a indagar ante el floreciente brillo que se deslizó en sus orbes y antes de que pudieran analizar la semejanza que compartieron, tuvieron que separarse por pedido del pequeño de rizos anaranjados que reía por haber logrado lo que quería.

―Dejan en libertad a mi cachorrito ―solicitó JiMin con una tensa sonrisa al acercarse a la unión de cuerpos en los que Aiden terminó atrapado por su propia gracia que más tarde le va a costar cuando vea el resultado de sus acciones.

Alfa y omega dieron un paso hacia atrás mientras Kavanagh tomó a su hijo entre sus brazos que se dejó hacer sin problema para esconder su rostro y la tímida sonrisa en el cuello de su padre que lo recibió con su aroma cítrico y dulce que lo hizo sonreír todavía más de lo que ya lo hacía.

Claramente Aiden sabe lo que está haciendo, tal vez solo dio rienda suelta al instinto que apenas se está terminado de asentar en su cuerpo y mente, lo que lo impulsó a unirlos para ver sobre todo la reacción de su omega que solo se sonrojo y no dijo nada más, cosa que en otra situación y ante otra persona nunca hubiera sucedido.

Porque su tío Koo suele repeler la presencia de la mayoría de los alfas que se le acercan. Además no está tan chiquito como para no ver que su omega en lugar de alejarse automáticamente del contacto, se quedó en silencio con una timidez que sabe reconocer, ya que sus mejillas adquirieron el mismo color que las propias. Además a los hechos que ha analizado desde el primer día que arrastró a Koo con él para que conociera al alfa, debe añadir que el señor TaeHyung le dio sus lirios de regalo a su omega, y he ahí la otra pregunta que nació en su mente plagada de curiosidad ¿Qué hacía su tío Kook con el alfa a esas horas en que llegó a casa?

Sea de la forma en que sea Aiden va a seguir mirándolos con atención porque sus sospechas pueden ser ciertas o bueno eso es lo que ha leído en los cuentos o novelas infantiles que le han encantado desde el día en el que aprendió a leer. Aunque también debe mencionar que se debe a las conversaciones que ha tenido que escuchar cuando debe esperar ya sea con su padre omega o con sus tíos para ingresar a algún lugar, y tener que entretenerse con los gritos emocionados que por primera vez comprende al estar viviendo una situación similar.

―Perdón, no fue mi intención hacerlo ―Aiden se disculpó con una pequeña mueca entre sus labios que alertó a su padre del significado de esa expresión que derroche inocencia pero también diversión.

Su pequeño está jugando con algo que no sabe si será capaz de asumir cuando su omega, ya no sea tan suyo.

―No te preocupes pequeño Lilie, ten una buena noche ―TaeHyung se despidió con una mano el alto en el momento que JiMin mencionó que iba a ingresar a la casa porque ya era hora de darle su baño a Aiden y así podía dejarlos a solas para que se despidieran.

―Adiós señor TaeHyung, siempre es bonito verlo, nos vemos mañana ―pronunció con convicción que hizo al alfa reír por la ternura que siempre poseen sus bellos ojos que lo ven con tanta admiración.

―Veremos que tanto dura ―susurró JiMin en voz baja que ni su cachorro alcanzó a oír porque ni le dio tiempo de preguntar cuando volvió a despedirse una vez más―. Que descanse TaeHyung, nos veremos después ―con una última sonrisa se dio la vuelta con su pequeño travieso en brazos que reposó su cabeza en el hombro de su padre para cerrar sus ojitos al dejarse envolver por el reconfortante aroma que lo adormeció mientras a la distancia entre sus párpados entrecerrados vio la figura de su omega sonreír al alfa de buen corazón, que por ahora merece la compañía de su tío Koo, solo por ahora.

―Creo que debería entrar para ayudarle a JiMin con la cena, mientras él se ocupa de Aiden ―la voz de JungKook irrumpió en el silencio que quedó tras la marcha de su familia y por más que trataba no podía o no quería dejar de ver la mirada de sol que lo veía con tanta fascinación que inevitablemente su lobo se removió emocionado sin disponer de una causa real más allá de la presencia que lo rodeó completamente y que reaccionó a su llamado, porque no deseaba irse, pero no tenía una excusa para seguir allí.

―Eso me recuerda que también tengo dos pequeños que me necesitan ―una sonrisa ladeada estiró la comisura de su labios que JungKook imitó con un poco más de timidez porque a pesar de que tratan de despedirse siguen allí robando minutos para estar juntos.

―El deber nos llama sin dudarlo ―manifestó con sus manos unidas detrás de su espalda al no saber dónde ponerlas ya que el alfa mantiene apresada la maceta entre sus manos y no sabe cómo pedírsela.

―Ha sido una tarde muy agradable en su compañía JungKook ―confesó Götz con una pícara mirada que ocasionó que JungKook mirara hacia un lado de su rostro evitando verlo directamente a los ojos, porque el precioso sonrojo lo bendijo una vez más y TaeHyung se sintió agradecido de verlo así, tan grácil como su etérea presencia que parece danzar con el suave viento que mueve sus cabellos con delicadeza y que en una de sus ventiscas término desorganizado las hebras obsidianas.

TaeHyung por impulso y complacencia propia llevo su mano hasta el rostro de JungKook que aspiró todo el aire que pudo para llenarse del olor ajeno, cuando la mano de piel canela con sumo cuidado llevo el mechón de cabello que cayó sobre uno de sus ojos y lo depositó detrás de su oreja. El alfa dejó sus dedos en esa zona y lentamente al retirar su mano, con su índice acarició la suave piel de su mejilla hasta casi llegar a la comisura de su boca y allí alargó un poco más el contacto que ambos siguieron con la mirada.

JungKook mirando el descenso de los orbes ajenos y TaeHyung con su vista fija en su dedo y en especial sobre la dermis en la que reconoció una suave cicatriz sobre el blanco y sonrojado pómulo, el camino de pequeños lunares que surcan su piel y finalmente sus labios. No puede definir que lo llevó a cometer tan osadía que no fue rechazada y que solo lo incentivó a seguir.

Por lo que dejó salir una honda respiración a medida que alejó su mano y llevó su mirada hasta la esmeralda que lo veía con una intensidad abrasadora cuando un vistazo de mayor intensidad brillo en los ojos de JungKook y en correspondencia los suyos le dieron el mismo mensaje que desbordó una delicada sonrisa que emigro hasta sus corazones que palpitaron sumamente agitados por la complicidad que el omega dejó salir en un profundo suspiro después de digerir la caricia que se sintió como miel recorriendo su piel, una que le hubiera gustado sentir por más tiempo, porque ahora siente un incómodo cosquilleo que sabe y solo la causa puede detenerlo.

―Disfrute de su compañía TaeHyung ―su lobo protesto por la mención del nombre que usó en lugar de su designación de la jerarquía, pero dado la impacto que tiene a sus sentidos adormecidos de haber pronunciado esa palabra su vientre hubiera seguido cosquilleando de la forma en que su piel lo sigue haciendo.

Porque haberlo dicho en ese instante se hubiera sentido tan íntimo que no estaba seguro de poder soportar, no aún.

―Hasta mañana, omega JungKook, que descanse ―Götz no se privó de nombrarlo por aquella forma no convencional que no se suele utilizar generalmente, a menos que se utilice como ofensa o en medio de situaciones familiares o de pareja. Para los dos ninguno es el caso, pero ya llevan unos días haciéndolo y solo se siente correcto cuando es el contrario quien lo utiliza.

Siempre con calidez y anhelo, nunca con despotismo o perversión. Son solo ellos dos construyendo un vínculo que sus lobos iniciaron desde el instante en que reconocieron sus aromas como el elixir que tanto desearon encontrar y que años después en medio de giros y enredos, finalmente lo hallaron.

―Igualmente, que tenga una bonita noche, alfa TaeHyung ―sin romper el hechizo que enlaza sus miradas, uno que JungKook quiere llevarse consigo hasta cerrar los ojos, se acercó y estiró los brazos en señal de disposición para recibir su tan preciado regalo.

El alfa reaccionó a la señal y le entregó muy a su pesar el único objeto que los unía en ese momento, y volvió a tentar la suerte que ha estado de su lado desde que conoció a JungKook, cuando al entregarle la pequeña maceta lo hizo con toda el cuidado y la intención de tocar con delicadeza las manos que temblaron bajo su fugaz toque que hizo gruñir al omega muy, muy bajo, aun cuando el azabache mordió sus labios para que ningún sonido fuera emitido. Su lobo no lo necesito hacer, porque la molestia resonó en su pecho y el agudo sentido de TaeHyung lo captó con una magistral precisión que impuso una arrogante sonrisa en los labios que de nuevo JungKook tuvo la condena de volver a mirar.

O'Brien trago con fuerza y sus manos tan solo tuvieron la estabilidad necesaria para no dejar caer la maceta; humedeció sus labios preso del nerviosismo y con toda la osadía miró los orbes de sol que con picardía lo veían, y una sensación durmiente en su pecho se agitó correspondiendo a los lejanos impulsos que de su memoria llegaron pero en oposición a sus irracionales pensamientos, dio un paso atrás y centró la mirada en sus flores porque el encogimiento escaló desde su vientre en un calcinante recorrido hasta abordar su rostro y exponer el sonrojo que aumentó la sonrisa del alfa que no quería dejar de ver el bonito lienzo que permeó la perlada piel de JungKook que miro hacia el suelo después de que el bochorno lo expusiera aún más ante el alfa. Como si ya no lo hubiera hecho en varias ocasiones.

Pero al menos por lo pronto va a asegurar lo poco que le queda y que su estabilidad emocional no lo golpee con tanta fuerza cuando esté en su cama listo para dormir y analice cada suceso drástico del día.

―Adiós, omega ―pronunció sin moverse porque tuvo que tensar sus músculos para dejarlo ir y no acunar entre sus manos ese precioso rostro de ojos de esmeralda que lo eclipsaron bajo la luz que formó sobre ellos un reflector aún más grande que se deslizó sobre sus cuerpos y creó un halo que encendió aún más sus miradas y para JungKook el alfa se reflejó como la perfecta unión entre el sol que solo vive a través de sus ojos y la luna que está derramada sobre su cabello.

Todo en él es eximio e incognoscible para sus sentidos que fracasan al aprehender la belleza encarnada que TaeHyung lleva como piel y esencia. Su verdad es una que no desea enunciar, no quiere adelantarse a algo que solo puede ser fugaz, pero de ser así su lobo no estaría tan tranquilo como lo siente reposar con mimo en su interior, tan calmo y dispuesto a la presencia ajena.

―Adiós, alfa ―susurró con voz ahogada pero aun así tan delicada y profunda que sumergió a TaeHyung en una apacible sonata que se encuentra deseando escuchar varias veces más.

Cuando las palabras escasearon por las demandas que esperan por ellos, JungKook retrocedió después de una leve inclinación con la que se despidió y como un pequeño admirando el sol nocturno lleno su vista del deslumbrante cuadro que siguió detallando por unos segundos más, hasta que finalmente tuvo que girarse para atravesar el camino de la entrada hacia su casa y deshacer el vínculo entre sus miradas que persistió hasta el último momento antes de ingresar por la puerta y terminar apoyado contra la madera luego de cerrarla, y reposar sobre la superficie con una gran sonrisa dibujada en sus labios por los sentimientos que solo un alfa ha logrado causar en la magnitud que lo está experimentando.

Pero de nuevo, se exige mantener la calma porque prefiere ser prudente antes de lanzarse por el risco de un abismo que desconoce.

―Cálmate tonto lobo, esto no es una carrera de caballos ―balbuceo situando su mano contra su pecho para tratar de regular sus aceleradas palpitaciones que lo tienen sobresaltado y sonriendo tontamente por una causa que aún no es momento de descubrir.

Aprovecho esos segundos de silencio que fue cortado por los gritos de Aiden se hicieron escuchar al correr de su padre por no querer ponerse la ropa para dormir, mientras alegaba en irlandés cada razón de porqué debería dormir desnudo.

Allí volvió a encontrar su centro de gravedad, que fue el motivo de su emigración hasta Inglaterra.

―Aiden Kavanagh ―llamó JungKook desde el piso inferior― Nuair a shroichim ann ba mhaith liom a fheiceáil go bhfuil tú i do pyjamas ―habló con tranquilidad mientras ubicaba la maceta en un rincón apartado en la sala que aún sigue sin parecer una, pero que al fin mañana van a poder organizar.

―Si omega, como digas ―respondió Aiden apurándose después del llamado de su tío Koo y salió corriendo para tomar la ropa de cama que su padre hace unos instantes estaba luchando porque se colocará.

JiMin tan solo se quedó petrificado mirando la escena de su pequeño cachorro de rizos de algodón corriendo cuando JungKook, que no es su padre ni lo trajo al mundo, ni sufrió los dolores del parto, con solo hablar Aiden le obedece y ni siquiera cuando trato de hacerlo ceder por medio de manipulaciones le funcionó.

―¿Y a ti qué pasa ahora? ―cuestionó NamJoon parado en el umbral de la habitación de su sobrino, viendo al omega mayor mirando con ojos abiertos al pequeño luchar contra su pijama y le devolvió la mirada totalmente consternado. Lo que le indicó al alfa lo que se venía.

―Mira lo que he criado ―señaló con sus manos al pequeño que les pidió permiso para salir y dirigirse al baño.

―Por favor, me pueden dar permiso, necesito ir al baño ―pidió Aiden un poco apurado por terminar de alistarse y ambos adultos se movieron ante su solicitud para terminar riendo por la teatral actitud del pequeño que salió corriendo sin perder tiempo.

―Has criado una mini versión de JungKook ―manifestó el alfa negando por ver lo parecidos que son esos dos pequeños, tan caprichosos y amados.

―Cuando ya tenía suficiente con un Kook en mi vida, llego mi hijo para destronarlo ―emitió palmeando el pecho ajeno para salir de la habitación y terminar de preparar la cena que estuvo llena de risas y todo un cuento extenso por parte de Aiden sobre lo que hizo durante el día con su padre en el estudio de danza que le está ayudando a pintar.

Solis Dies, 14 de enero 1.855


―Oh pero ¿Qué es esta preciosura que tenemos acá? ―pronunció NamJoon al ingresar a la sala para verificar lo que debe mover para hacerle espacio a los muebles que finalmente van a llegar en unas horas y lo primero que vio adornando el lugar es una preciosa y pequeña maceta con un ramo de azaleas blancas y rosadas que desprenden un sutil y embriagador aroma, pero ayer cuando llego eso no estaba allí o lo habría notado en seguida.

―Son de mi omega, el señor TaeHyung se las dio en agradecimiento ―respondió el pequeño siguiendo el rastro de su tío para ayudarlo en lo que necesitará, cuando lo vio hablando solo frente a la linda maceta que su luna se merece.

Porque su tío Koo solo merece lo más bonito de la vida y es feliz cuando los demás lo hacen sonreír de esa forma que acelera su corazón, cuando una gran sonrisa es seguida por las pequeñas arruguitas que se forman en su nariz revelando la felicidad que está sintiendo. Y quiere seguir viendo esa expresión por mucho, mucho tiempo.

―¿En agradecimiento de qué, cachorro? ―preguntó despeinando los ya alborotados rizos naranjas de Aiden que aún no quiere bañarse, porque primero debe ayudarlo a mover las cajas y ya después de sudar ahí si tomara su baño.

Aiden ya es un pequeño independiente dicho en sus propias palabras, eso sí, todo acaba cuando JungKook llega y le dice lo que debe hacer, justo ahí el temerario cachorro obedece sin rechistar.

―Tío Nam, veo que se te olvido el pastel que le dije a mi luna que preparará para el señor TaeHyung ―mencionó con sus bonitas y pequeñas cejas fruncidas ante el olvido del alfa, pero que puede hacer, así es su Joonie, un olvidadizo de primera categoría.

―Es cierto pequeño, ya recordé que tuviste el gesto más dulce de todos y que esa fue la razón por la que el señor TaeHyung también te envió lirios ―recordó el alfa aun con su mano entre los rizos del cachorro que disfruta de los mimos así terminen de alborotar más su cabello, aun así no contuvo el pequeño suspiro de cansancio que abandonó sus labios llamando la atención del mayor que lo miró con insistencia para saber qué sucedía.

―Claramente se te olvido, de la misma forma en que me dejaste ese día en el parque tío Joonie, muy mal de tu parte ―negó con un pronunciado mohín entre sus pequeños y gorditos labios mientras miraba al sonrojado alfa que boqueo a su acusación pero luego rio con tanta gracia que fue inevitable que los dos terminaran riendo a carcajadas.

―¿Nunca vas a dejar de recordármelo, verdad? ―cuestionó NamJoon solo para obtener un poco de indulgencia del imponente cachorro que en esa sonrisa de ojitos cerrados le dio la confirmación que necesitaba.

―Dejaste al niño de la casa sólito, solín, abandonado en medio del parque, tan triste ―expresó de forma exagerada con su manito en su pecho e inclinó su cuerpo hacia adelante mientras se quejaba y NamJoon no pudo contenerse para terminar riendo junto a las sonrisas traviesas de su pequeño sobrino.

―Acéptalo Joonie, ese recuerdo te va a marcar para toda la vida, abandona niños ―manifestó el omega con aroma a avellanas, que hoy especialmente se sienten un poco más dulces debido al caramelo que se hace presente, lo cual no es muy recurrente, pero es grato de verlo en el animado rostro de JungKook que ingresó al lugar con una pequeña vasija con agua para regar la flor.

―Tío Koo, ahora cuando vayas al mercado puedes traerme duraznos, si los consigues, por favor y gracias ―indicó el cachorro para salvar a su tío Nam de las bromas que su omega todavía le hace por ese pequeño incidente que recuerda con dulzura en su corazón.

―Claro pequeño, dile a JiMin que lo anote en la lista y que no exagere, que ya no le voy a traer más platos ―bromeó el omega viendo a su pequeño asentir con energía y acercarse con rapidez para darle un suave beso en la mejilla cuando se inclinó para que lo hiciera y después salió corriendo en búsqueda de su padre.

Por más que NamJoon quiso alegar en contra de su dignidad por el bochornoso suceso de su pasado, algo más le llamó la atención. Precisamente la planta que el bonito azabache está regando con tanta delicadeza y aunque quiso inquirir directamente sobre la razón o molestar un poco al omega por el obsequio que recibió, porque claramente JiMin lo puso al tanto de lo sucedido, prefirió no molestar, porque esa es la tarea de Kavanagh. Él prefiere ser más sutil.

Tal vez esa sea la razón de la dulzura en el aroma que desprende JungKook sin darse cuenta, que corresponde a las emociones vinculadas a la causa de quien le dio esa maceta que está cuidando con adoración en sus movimientos, mientras echa el agua poco a poco.

―Has escogido el mejor lugar para ponerla Kook, porque las azaleas requieren buena iluminación ―expresó NamJoon yendo hacia una de las cajas para disimular sus intenciones y empezar a mirar que hay en cada una, aprovechando que Kook está entretenido.

―Si, pensé ponerla en mi habitación pero este es el mejor espacio de la casa en el que pensé cuando me dieron las indicaciones de su cuidado ―comentó ubicado al frente de la gran ventana en la que ubicó estratégicamente la pequeña banca que sostiene la maceta para que la luz del sol caiga sobre ella y la colme de nutrientes para que sus colores sigan reverberando.

―Es cierto, y si ya la colocaste aquí, ella ya se va acostumbrando a la zona así que cambiarla puede indisponerla ―explicó el alfa sacando algunos cuadros pensando en dónde ubicarlos y así saber en qué lugares poner los muebles a la vez que escucho el suave murmullo del omega que confirmó sus palabras.

―¿Sabes el significado de las azaleas? ―finalmente lanzó la pregunta que tanto quería decir y que causó una reacción en JungKook al dejar las manos suspendidas por unos segundos deteniendo su actividad hasta que parpadeó con fuerza para volver a centrarse en la palabras que se negó a leer del sobre que guardo entre uno de los libros que tiene en la litera de su habitación, a la espera de que fuera el alfa de cabellos grisáceos quien le dijera personalmente el significado.

Además, no sabe que tantas traducciones puedan existir y que se adapte a lo que TaeHyung quiso expresar en un primer momento.

―Si tuvieras la amabilidad de decírmelo te lo agradecería, porque TaeHyung solo me pidió que eligiera y así lo hice ―el omega prefirió mentir y asegurar su integridad ante la mirada cargada de picardía de su compañero que develo su propósito.

NamJoon no atendió a la mención del otro alfa, porque sabe que JungKook solo lo hizo para hacer ver que no le afectó en demasía o no significó algo realmente importante, más allá del detalle que tuvo con él. Conoce lo suficientemente bien a su pequeño hermano de la vida para ver la coraza de fingida calma que encierra motivaciones que su olor y su mirada delatan.

Pero no está en él molestarlo con una preciosa reacción que lo llena de felicidad. Aunque primero debe conocer en persona al alfa para saber quién es y a partir de allí comprender sus motivaciones.

―Oh claro, en este caso las azaleas representan en el lenguaje de las flores ‹‹felicidad misteriosa››, además de estar vinculada a emociones como la paz, la gratitud y la belleza. Aunque dependiendo del color también posee diversos significados ―reveló moviendo su cabeza en dirección a la planta de azaleas en la que el azabache mantiene su atención fija sin reaccionar debido a los pensamientos que cruzan de un lado a otro con gran velocidad y ruido alarmante que ánimo a su lobo, que eufórico emano más del dulce aroma a caramelo que JungKook contuvo a tiempo para que no se sintiera en demasía.

Pero para el alfa que ha convivido con ambos omegas durante tanto tiempo y ha vivido infinidades de situaciones en las que cualquier variación en sus aromas o feromonas han agudizado aún más sus sentidos, no le costó nada sentir la leve variación que salpicó las mejillas de JungKook y que escondió de la vista al inclinar su rostro hacia la planta para no ser visto.

―¿Y estos dos que ves aquí se relacionan a lo que mencionaste? ―no es extraño que NamJoon conozca a cerca de la floriografía, ya que tiene algunos ejemplares muy rudimentarios y otros más actuales sobre el lenguajes de las flores, y aunque tiene un gusto particular por ellas, JungKook solo se enfoca en su belleza más no es su significado.

Pero eso solo hasta que conoció a cierto alfa que al parecer tiene los mismos conocimientos de su compañero y hermano de la vida. Ya tiene un motivo que nunca pensó codiciar para pedirle alguno de sus libros prestados, en especial, el más antiguo que es una bitácora que el alfa ha detallado a lo largo de los años.

―En efecto Kook, ambos son sinónimos de lo que dije, pero como dijiste que él te dio a elegir la planta que quisieras y no la seleccionó personalmente, no tiene tanta relevancia después de todo, solo fue que te pareció bonita ―dijo dándole la espalda al omega que clavó su mirada en los movimientos McCarthy que señalaba los espacios donde deben ir las puntillas para realizar las perforaciones sobre la pared y colgar los cuadros.

El alfa de aroma a menta y chocolate sintió la intensidad de la mirada esmeralda clavada en su nuca como si hubiera tocado cierta fibra sensible que sin querer describió el secreto que JungKook guarda.

En realidad así es, el omega se quedó pasmado por la inocente afirmación que le dio el alfa, sobre las acciones contrarias a las que le contrarrestó toda importancia, ya que él mismo se encargó de dar un panorama para nada creíble, porque sus reacciones como nunca parecen brotar sin que pueda contenerlas y sus pensamientos están dirigidos a la verdad que se haya dentro del papel que aún no ha querido ver, y que es la absolución para las emociones que se están acrecentando en su agitado pecho por el significado de lo que representa.

Por lo que, con decisión y valentía ganada, va a enfrentar la verdad y va a exigir una respuesta de TaeHyung. Así como él lo empuja a revelar lo que sabe y siente en el momento, llego la ocasión para que sea el de orbes dorados quien esta contras las cuerdas de lo que le va a preguntar.

―Tienen un muy lindo significado ―murmuró para concluir el conversación que lo dejó en medio de una plétora de sensaciones que se esparcen con lentitud por su cuerpo y un suave hormigueo que ascendió hasta su cuello como si pidiera sentir algo que trasciende su comprensión.

Aunque fue más la duda que lo llevó a levantar su cabeza y fijarse en lo que le proyectó el cristal al otro lado, hacia la casa del alfa, precisamente, la cocina del lugar se abrió ante el panorama de su ubicación y dio un pequeño salto cuando vio a TaeHyung fugazmente ir de un lado a otro mientras preparaba el desayuno, que por cierto le debería estar a ayudando a JiMin a preparar.

Pero no tuvo la suficiente voluntad para despegar su mirada del cuadro que frente sus ojos fue pintado por la gran sonrisa que alcanzó a ver instantes antes de agacharse y levantarse con sus dos pequeños gatos entre los brazos aparentemente dormidos. Segundos después desapareció del foco principal de atención y JungKook se quedó viendo el vacío con una gran sonrisa al ver la ternura con la que TaeHyung se comparta si esta alrededor de sus pequeños, Lucifer y Gabriel.

Antes de que pudiera continuar inmerso en sus pensamientos, la voz de JiMin lo despabilo y por poco deja caer la vasija que tuvo que aferrar con más fuerza para evitar que terminara destrozada y Kavanagh lo obligue a comprarle otra en reemplazo.

―Dame, unos segundos, ya voy ―respondió JungKook mirando una última vez hacia la casa ajena y su corazón dio un vuelvo cuando lo vio aparecer de nuevo en la cocina y se llevó las manos hacia su cabello para sujetarlo con un elástico detrás de su cabeza, recogiendo gran parte de su cabello menos las partes delanteras que volvieron a caer sobre su rostro con delicadeza.

Justo en ese momento JungKook contuvo la respiración porque no podía dejar de verlo, se sintió como un pecador al no atesorar la tranquilidad y la belleza con la que se mueve a través de la panorámica que tiene del lugar. Hasta que la voz de NamJoon le ayudó a estar presente y salir de la burbuja en la ingresó por deseo propio.

―Gracias Joonie ―pronunció sin mirar al alfa porque ya se siente lo suficientemente abochornado con lo sucedido, como para mirar a NamJoon y ver la verdad allí dibujada.

Así que corrió para evitar la realidad que una hora después lo llevó a salir listo para realizar las compras, mientras el resto de su pequeña manada se queda en casa para recibir los muebles restantes e irlos acomodando, por lo que, prefirió ir él en lugar de que el alfa de la casa lo hiciera, porque NamJoon es todo menos recomendable para comprar la despensa.

―Si pequeño lirio, voy a tener mucho cuidado ―dijo agachado frente a su pequeño que tiene suaves pecas en sus mejillas que ahora luce descontento porque no va a poder ir con él y no quiere que llegue muy tarde.

―Te amo tío Koo ―Aiden cedió a la sonrisa tranquilizadora de su bonita luna y depositó un beso en la redonda punta de su nariz y lo dejó ir, porque él fue el último en despedirse.

―Nos vemos en un rato, adiós ―término de despeinar con su mano los rizos amados de su cachorro y en las cómplices miradas y la voz que resonó en su cabeza, con una sonrisa entre sus labios dio la vuelta para encaminarse al agitado mercado que espera por él.

Cuando paso frente a la casa del alfa no evitó pensar en sí él estaría allí, pero en esa misma inmediatez agitó su cabeza para dejar ir los pensamientos intrusivos que lo hicieron suspirar en tranquilidad porque su lobo lo impulsó a seguir con mayor ímpetu el camino que lo llevó a escenarios conocidos.

La frase está en irlandés: Cuando llegue quiero ver que estás en pijama.

Autora:

Yo la más encantada con todo lo que va ir sucediendo en la historia, y porque, poco a poco nos vamos acercando a la trama que sustenta la historia, la cual ha sido mostrado en sutiles señales que en un par de capítulos más va a tomar fuerza.

Recuerden la historia se trata sobre la alquimia y ¿una habilidad desconocida? 👀

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