10

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Mateo

Gina

Ok, de seguro se han de preguntar, ¿quién rayos es Mateo? Y yo con gusto les digo quién es, o bueno... Lo poco que sé de él.

Mateo Wilson. Chico, si así se le puede decir, de 25 años. Es de procedencia inglesa-asiática, solo que ya no recuerdo si coreano, japonés, chino u otro. Apenas se distinguir el perejil del cilantro como dice Val.

Mateo es una persona cálida, alegre y como ya lo dije, un tanto inocente. Él suele hacer amigos con facilidad ya que es muy abierto con todo el mundo. No le gusta llorar en público, ya que no quiere ver a la gente triste solo porque lo ven llorar. Suele trabarse o repetir palabras cuando habla, y a veces le cuesta expresar por completo lo que quiere decir.

Él literalmente es un niño en un cuerpo de hombre, aunque eso no quiera decir que no sepa ser maduro y serio cuando la situación lo requiere.

Si hablamos de su voz, es potente y profunda que puede cautivar a cualquiera y es capaz de transmitir todo lo que está sintiendo en ese momento con solo unas simples frases.

—¿Sigues creyendo que hay conejos en la luna? —estoy acostada en el césped.

—¡Claro que sí existen! Y un día lo voy a comprobar —me mira, sí que está decidido a eso.

—Sí, claro. Y yo sigo diciendo que tú pareces un cantante, tienes todo lo que una famosa persona debe tener —admito.

—Claro que no.

—Oh, claro que sí. Esa vez que me cantaste Someone Like You de Adele y Human de Christina Perry, me llegó al alma esas canciones, y conste que son canciones que más amo. Pero tú, mi amigo, me hiciste llorar con esa voz que tienes —lo halago.

—Pero tú también tienes una voz muy bella —confiesa.

—No, no, no. Puedo parecer bella, pero no tengo ninguna de esas cualidades. Siento que doy más miedo que mi padre y mi abuelo Hades juntos —miro el cielo.

Mateo iba a hablar cuando escuchamos que alguien grita mi nombre. Mateo desaparece y en eso llega Val.

—Niña, te he estado buscando. ¿Dónde te habías metido? —me levanto del suelo.

—He estado aquí desde lo ocurrido con Rinaldi, a dónde más puedo ir —la miro.

—Tienes el viaje sombra. Podías haberte ido a otro lugar —se cruza de brazos.

—Era probable que hubiera terminado por aburrirme. Así como soy, necesito hacer algo para no terminar aburrida —contesto.

—Como sea. Pero tus hermanos están haciendo algo sin ti, no queremos que te pierdas la diversión —me mira divertida.

—Ésta vez lo dejo pasar, por el momento prefiero estar aquí. Porque sé muy bien que si veo al hijo de Fobos, soy capaz de matarlo ahora —me acuesto en el césped.

—Por eso no tienes novio niña. Con esa actitud espantas a cualquiera —se va.

—Mira quién lo dice —le grito por último y me pongo a mirar los altos árboles.

Una vez que se fue Val, volvió a aparecer Mateo.

—Estuvo cerca —lo veo mientras sigo acostada.

—Aunque dudo que te haya visto. Eres un fantasma —respondo con obviedad.

Sí, así es. Damas y caballeros, mi mejor amigo es un fantasma. Y no crean que murió recientemente. Ya tiene su tiempo. Si no mal recuerdo, murió en 1870. Loco, ¿no? Una persona que lleva muerta cientos de años, siendo amiga de una jovencita como yo. Pero seré honesta, ésta será la amistad más bonita que he tenido con alguien, si tengo amistad con Sebas, Val y otras personas, pero siento que ninguna se compara con ésta. Luego le preguntaré a Dita sobre esto.

Se han de preguntar, cómo nos conocimos el fantasma y yo.

Lo conocí cuando tenía 4 años. Estaba en el patio de la casa jugando con tierra. Cuando de pronto alguien me carga, fue ahí que miré primero sus ojos, aquellos que poseen una combinación única, que de pronto se volvían intensos y muy expresivos. Desde ahí supe que él no me haría daño. Nos empezamos a llevar bien, siempre que estaba sola él aparecía.

De hecho una vez mi mamá me preguntó que con quién estaba hablando, le respondí que con mi mejor amigo Mateo. Yo creo que ella pensó que era mi amigo imaginario, porque no me dijo algo más.

Cuando cumplí 6 años, fue cuando ya no lo vi, hasta ahora.

—Para la próxima quiero que vengas conmigo a elegir mi ropa.

—¿Yo porqué?

—Porque tienes un buen sentido de la moda, y tú me lo dijiste —lo señalo acusatoriamente.

—Ok, ok, tú ganas —alza sus manos en forma de rendición.

—Amo que accedan —miro a la Señorita O'Leary quien me da una gran lamida— Iuh.

Nico Jr

—Yo sigo diciendo que esa es una mala idea —miro a Bianca.

—Y yo digo que no —me ve.

—Y yo digo que ambos son unos tontos —nos giramos a ver a Gina mientras sonreía burlonamente. ¿En qué momento apareció?

—Me voy por unas horas y ya andan ideando una estupidez —se cruza de brazos.

—Ja, les dije que los iba a regañar —se empieza a burlar la hija de Hades, aquí nuestra tía.

—Siempre han sido unos tercos en cuanto a sugerencias —responde mi bella hermanita.

—Confirmo —confirma Sebas.

—Cállate chico trigo —le dije.

—Ese plan no va a funcionar. Por dos razones; uno, es de cobardes huir de algo que va a pasar porque sí; y dos, ya lo dijeron los adultos, aunque nos vayamos del campamento, se puede cumplir la maldición, sí o sí, y lo dijo el abuelo Hades —aclara—. Creo que el huir del campamento es el peor error que podemos cometer.

—Tiene sentido lo que dice mini Ayla —aparece Sujin.

—Sujin, puedes dejar de aparecer así de la nada, me vas a matar de un susto —hablo mientras me toco el pecho por el susto que me dio.

—No, amo ver sus reacciones —sonríe.

—Ya somos dos —apoya Gina.

—Un día me van a matar por eso —llevo mi mano a mi cara.

—No te enojes hermano, a mí me han dado peores sustos y mira, sigo aquí —dice con orgullo.

—De milagro sigues aquí —dice Bianca con algo de aburrición.

—Eso me ofende —la mira mientras finge estar dolida por el comentario.

—Tú deberías ser actriz Gina —se ríe Sujin—. Se te da bien el drama, igual que tú mamá.

—Apoyo la idea —dice nuestra tía.

—Ay, muchas gracias —finge su vergüenza.

A este paso me va a dar dolor de cabeza con ellas.

—A todo esto, ¿cómo sabes lo de la maldición? Tú no estabas aquí cuando dijeron eso —la miro.

—Ah, me lo dijo tía Alice —responde bien tranquila.

—Ella debía a estar al tanto, me pareció injusto que ustedes si supieran y ella no —dice nuestra tía.

No podía argumentar nada ante esa respuesta, porque era verdad, es injusto que nosotros sepamos y ella no, la estaríamos excluyendo y no es correcto por que es nuestra hermana.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro