Las filas de reclutamiento eran largas, afortunadamente para Sana, no había sido problema levantarse temprano para poder estar formada, faltaba poco para poder ingresar por fin a los jardines del palacio, el emperador miraba desde el segundo piso a los alfas y betas que iban a estar en el entrenamiento.

Tzuyu también miraba, pero desde su habitación en el tercer piso, allí podía apreciar bien el rostro de los alfas y betas, pudo notar que estaba formada Jeongyeon, no esperaba que fuera capaz de enlistarse en algo como eso, pero allí estaba.

— ¡Tzuyu! —Dahyun apareció de sorpresa, haciendo que la princesa diera un pequeño brinco al percatarse de que Dahyun estaba sentada cerca del ventanal en el que estaba.

— ¡Demonios, Dahyun! —Tzuyu llevó su mano cerca del pecho, su amiga le había sorprendido—. ¿Cuándo será el día en que dejes de hacer esas tonterías de andar trepando por las casas y saltar por los techos?

La mencionada soltó una risa por aquella pregunta, era cierto que ha recibido reprimendas debido a sus acciones, siempre era lo mismo, los omegas no deberían de hacer eso, te lastimarás, debes tener más cuidado, omega, pero para Dahyun esas eran palabras a las que restaba importancia.

—Cuando por fin me dejen enlistarme —miró hacia las grandes filas—, es increíble, a Jeongyeon le costó trabajo convencer a su padre, pero aceptó que se fuera.

—Al menos cumplirá uno de sus sueños.

—Sí —Dahyun miró en las filas de nuevo, frunció el ceño al percatarse de algo, ¿esa era...?— ¿Sana?

La princesa quería fingir que no había escuchado aquello, pero no pudo evitar que su mirada fuera a caer en aquella alfa que intentaba cortejarla, ¿por qué sentía tanta preocupación al verla allí formada? Se supone que es demasiado joven, y eso significaba más años de entrenamiento, ¿por qué le preocupa? No lo entiende, pero quería dejar de sentir la preocupación de sentirse sola, ¿por qué se sentía de aquella forma?

— ¿No se supone que estaba cortejándote?

—La rechacé.

— ¿Qué? —Dahyun se escuchó alarmada, lo que hizo a Tzuyu mirar hacia su amiga, quien mantenía el ceño levemente fruncido—. Es tu predestinada.

—No me interesa.

—No puede escapar del destino, princesa Tzuyu—miró de nuevo hacia Sana—, ¿te das cuenta de que si no resiste el entrenamiento morirá?

—Mejor, de esa manera jamás volveré a verla.

—Morirás también si algo como eso sucede.

Eso era verdad, tal vez por eso Tzuyu se sentía tan preocupada, pero aun así no evitaría que Sana se enlistara para los entrenamientos, ¿qué excusa le pondría? ¿Qué no quería morir solamente porque posiblemente ella no resistiría el entrenamiento? Se vería totalmente patética si hacía algo como eso.

Miró hacia Sana, la alfa se veía decidida, pero detrás de esa máscara de decisión, podía ver que había tristeza, por unos instantes sintió que la preocupación la invadía de nueva cuenta, el querer correr hacia ella y decirle que no se enlistara, y aceptar su cortejo, aquella decisión rondaba por sus pensamientos, pero no hizo nada.

Sólo miró como Sana se enlistaba y se iba de allí.

Sana sabía de la mirada que su omega tenía sobre ella, pero no quería verla, porque si la miraba, podría llegar a arrepentirse de enlistarse, así que era mejor no mirar.