Blessthefall - Times like this

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And I want, you said, I need this, I want, you said, don't leave this

Now's our time were gonna make things right and pull through tonight

I remember when we were younger we had nothing but strived for something

And I wanna thank you for this chance to be angels.


Estaban entrando en el penth-house de Christopher, se comían las bocas como jamás lo habían hecho, estaba ardiendo el uno por el otro.

El vocalista cerraba con el pie la puerta de la casa, sin quitar sus manos de él cuerpo de la rubia, no quería dejar de sentirla ni de probar sus dulces labios, se había hecho adicto a ellos, con aquel primer beso que se habían dado hace no más de cuarenta minutos lo hizo entender el por qué jamás quiso besar a Becca, era lo más delicioso del mundo.

La chica estaba en las nubes, aquellos rudos labios sobre los suyos la estaban haciendo perder todo miedo y control que tuviera, era su sueño hecho realidad, todo lo que había deseado desde la adolescencia se estaba cumpliendo en esos momentos, sentir los fuertes brazos de Chris sobre su menudo cuerpo, y no en una forma meramente sexual, sino llena pasión y deseo por ella.

Cada beso que plasmaba en ella era como si estuviera venerándola, jamás en toda su vida alguien la había hecho sentirse así, había tenido varios encuentros con diversos chicos, pero sólo Chris la había tratado así de bien, incluso en sus encuentros anteriores donde nada más follaban, él la trataba de una manera muy diferente a todo mundo, la conexión que sentían era algo que nunca pudieron negar ninguno de los dos, era tan eminente que hasta les había dolido estar tanto tiempo lejos el uno del otro, era algo que no querían repetir, estar separados.

Chris tenía pegada a la pared a Becca besando su cuello, ganándose unos cuantos gemidos de la chica mientras que sus manos recorrían el cuerpo de la fémina, sintiendo la piel quemarle cada que rosaba sus piernas por debajo de aquel vestido blanco que llevaba la chica.

El joven vocalista la devoraba, su piel estaba explotando de anhelo por la rubia, quien lo jalaba más hacia ella para sentirlo tan cerca de su cuerpo como fuera humanamente posible, le fascinaba tenerlo sobre ella, amaba poder sentir cada parte de la piel de su amado.

Sin meditarlo Chris tomaba a la chica para cargarla y ella enrollaba sus pineras sobre la cintura del azabache, quien la ponía encima de la mesa del comedor, moviendo todo lo que estaba ahí sin importarle romper nada, sólo quería poder hundirse en ella, necesitaba sentirse dentro de su amada, no quería saber nada más.

La joven bajaba sus manos por los duros pectorales de su compañero, sentía el calor en su centro, como si miles de volcanes estuvieran explotando en su interior, más cuando tocaba aquellos músculos que tantas veces la habían sostenido, de solo pensar todo lo que le haría esa noche casi tenía un orgasmo, no podía resistir más, lo necesitaba.

—Te necesito Chris...ahora —murmuraba contra su oído Becca.

Esto hacía que el azabache se excitará mucho más, más al cruzar la mirada con ella, ver la lujuria en aquellos hermosos ojos cafés, mientras se mordía el labio de manera sensual.

—¿Qué es lo que necesitas gatita? —ronroneaba el guitarrista clavando su mirada sobre la de Becca quien de solo sentir aquella dominación por parte de Chris se había mojado incluso más. Ella sabía que aquel chico era muy dominante a la hora de follar, y era algo que a ella le gustaba demasiado, le gustaba ser sometida por él.

—Necesito que me folles tan duro que se me olvide mi propio nombre —gruñía la chica mientras que con sus habilidosas manos comenzaba a desabrochar el cinturón de su amado.

Chris gruñía al escuchar las demandantes palabras de Becca, la voz ronca de la jovencita y su mirada llena de lujuria, esto lo volvía loco y sin poder aguantar más, movía sus manos de manera rápida hacia los tirantes del vestido bajándolos, para dejar al descubierto el busto de Becca, viendo que no se había puesto brasier y eso lo excitaba incluso más.

—¡Vaya! ¿Venías preparada? —le susurraba al oído Chris mientras que dos de sus dedos pasaban sobre su él erecto pezón de la rubia ganándose un gemido ahogado por parte de la misma.

—Hoy me follabas o me follabas, no había de otra, me tienes sin ello desde hace más seis meses —comentaba Becca, quien le había desabrochado el cinturon por completo al joven y había sacado su miembro de su ropa íntima el cual estaba masajeando con su mano, cubriendo apenas y la mitad del erecto falo.

—¿No tenías a nadie más? —le preguntaba a la par de que el chico bajaba su mano hacia su centro y daba un ligero roce sobre el hilo dental de la jovencita, la cual tomaba aire al sentirlo tan cerca de su centro.

—Tengo más de un año y medio que no cojo más que contigo, así que no Chris, sólo te tengo a ti —le contestaba al joven quien mostraba una sonrisa de complacencia al escuchar eso.

—¿Entonces soy al único que quieres adentro? —al decir esto había tomado su miembro y echó a un lado la ropa íntima de Becca para comenzar a frotar su rojiza cabeza en su entrada.

Esto sonrojaba a la rubia, quien sin poder evitarlo dejaba salir un gemido al tenerlo tan cerca de ella.

—Chris, por favor.

—Es que no estoy seguro de que sólo a mí me quieras de esa forma —jugaba con ella el azabache ganándose un gruñido de frustración de Becca quien buscaba hacerse más hacia adelante para que logrará hacer que se introdujera en ella, a la par de que Chris seguía frotando su miembro a la entrada, pero quitándolo cuando sentía que iba a entrar en ella, y a pesar de estar muriéndose por hacerlo se mantenía firme, quería que fuera muy placentero para ambos.

—¡Chris, metete tu maldito pene en mi o me vas a conocer enojada! —imperaba Rebecca viendo al azabache a los ojos con una mueca de frustración y sin medir nada, lo jalaba hacia ella para que se introdujera en ella de manera eficaz gracias a lo mojada que estaba, había llegado a la gloria.

El momento que el joven había entrado en la jovencita ocasionaba que los dos dejaran salir un gran gemido de alivio y placer al mismo tiempo, la caliente vagina de Becca abrazaba el gran falo de Chris, quien comenzaba a moverse de manera lenta y tranquila en ella.

La chica estaba gimiendo al compás de las lentas arremetidas que estaba teniendo a manos de su amado, murmuraba su nombre con cada roce que tenía su pene dentro d ella, a la par de que Chris besaba todo lo que alcanzaba de Becca, su rostro, sus labios, su cuello, ningún centímetro quedaba sin ser tocados por los labios de aquel chico.

Comenzaba a moverse más rápido que antes, embistiendo con gran fuerza a la chica quien había arqueado su espalda dándole más acceso a su pecho a Chris, quien aprovechaba lo dicho capturando uno de los pequeños senos de Becca en sus labios sin bajar la velocidad de sus estocadas, y esto ocasionaba que los gemidos de la rubia fueran más notables, pidiéndole que no parara.

—¡Sigue Chris! ¡Follame! —exclamaba Becca en forma de orden.

Mackenzine no se detenía ningún momento a pesar de haber sentido cómo Becca en el transcurso de quince minutos había llegado dos veces, algo que sólo Chris lograba hacer, la conexión sexual entre era perfecta, ella sabía que en todos sus encuentros de ese estilo el azabache era el único que había logrado que ella tuviera un orgasmo, siempre ponía su placer por encima del de él, eran el uno para el otro.

—Esto cerca Becca —susurraba el joven sin dejar de moverse, y estaba a punto de salir de ella, pero era aprisionado por las piernas de la chica.

—Dentro.

Era lo único que decía.

Ella quería que fuera el primero que lo dejará hacer eso, a nadie más se lo había permitido y estaba feliz por ello.

Las últimas embestidas eran erráticas por parte de Chris quien después de unos cuantos minutos más sentía como llegaba dentro de ella, disparando su semilla en lo más profundo de Becca.

Ella estaba muy satisfecha con lo que había pasado en esos momentos, y jamás espero que al salir de ella Christopher la cargara en sus brazos como si de una novia se tratara, para así llevarla a la cama donde la colocaba con el mayor cuidado del mundo, era lo más preciado para él.

La chica veía como se acababa de desvestir él, siendo que ella había quedado desnuda por completo durante el acto, le fascinaba ver el cuerpo del joven, era perfecto ante sus ojos.

Se acostaba el en la cama y ella se recargaba en su pecho haciendo pequeños círculos.

—Gracias —era lo que decía la muchacha.

—¿Por?

—Ser un gran chico conmigo, a pesar de todo lo que hemos pasado —respondía con sinceridad Becca alzando su mirada a donde se topaba con la de Chris.

—Sólo quiero que tu seas feliz gatita, fui muy tonto al no darme cuenta de la mujer tan maravillosa que tengo a mi lado, que siempre ha estado ahí para mí. Te amo.

Esto sonrojaba a la manager quien escondía su rostro en el pecho del chico, el cual estaba acariciando su cabello.

—Estaba pensando hacer una fundación para los orfanatos, que sea enteramente de la banda —decía de manera repentina Chris, haciendo que Becca volteara su mirada a él un poco extrañada.

—¿Por? —lo veía extrañada.

—Quiero proteger a todos los niños que puede, no quiero que vuelvan a ver historias como la tuya Becca, nadie debe lastimar a los niños, y nadie volverá a lastimar a mi novia.

Esto último sorprendía a la chica quien se sonrojaba.

—¿Soy tu novia ya? —cuestionaba mientras lo veía.

—Sólo si tú quieres.

Sin responderle, la chica se subía en él, introduciendo su falo en su interior.

—Espero esto responda tu pregunta, amor. 

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