AYLEN—

—Vamos al Burger King daleee, tengo hambre y cocinas para el orto vos -Dijo mientras se removía en el sillón, mientras yo le hacía mimos en el pelo

—Anda a cagar, ya vas a venir a pedir que te cocine yo -Me di vuelta dandole la espalda "enojada"

—Daaa, era joda boluda -Me abrazó y empezó a repartir besos por mi cara. 

Era raro esto, no sabía bien que estabamos haciendo, nos dábamos besos y hacíamos cosas que daban a entender que eramos novios, y solo habían pasado horas desde nuestra charla sobre como lo ignoraba. 

Tenía una sensación rara, primero porque Mauro me gustaba, y de un día para el otro parecía que yo a él, o algo así. Segundo porque estaba cómoda, segura y feliz, algo que no sentía desde que ella se fue. 

—Cocinaba para el orto, peeero, este tiempo mejore mucho -Dije moviendo mi pelo corte diva.

—Bueno capaz que si, pero como yo estaba embobado por la boluda de Ámbar no estuve al tanto de lo que pasaba en tu vida, perdón -Se acurrucó en mi pecho y lo abracé.

—No importa Mau, ya está. Vamos al Burger? 

—No, pidamos delivery, quiero quedarme así un rato largo 

—Pasame el celu -Le pedí ya que yo no llegaba

Me lo alcanzó y volvió a su posición de antes 

—Escucha, te querés quedar a dormir? 

—Dale, de paso tengo más tiempo para abrazarte 

—O otra cosa... Qué pido? -Me hice la boluda y él me miró divertido 

—Yo si fuera vos pido una docena de besos de este galán -Hizo una voz rara mientras dejaba besos en mi cuello.

Reí y le mostré las cosas que había, así elegía.

Después de pedir la comida (y por cierto, recibir más de una docena de besos) nos pusimos a ver una película, pero lo que menos hacíamos era ver la película (estábamos hablando, asquerosas mentes sucias) 

—Boluda, vamos a hacer una pijamada -Dijo con un gritito finito

—Si boluda -Grité yo también  

—Nos hacemos mascarillas?

—Ay siii, y nos pintamos las uñas 

—Y que más podemos hacer?

—Hablar de chicos -Grité pero me miró haciéndose el ofendido 

—No me gustó esa idea -Se acostó en mi pecho haciendo un mini pucherito.

—Qué? Te pone celoso, Monzón? -Hablé divertida.