Capítulo 18

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Anastasia

Me siento sofocada, no es que no lo quiera, sin embargo, no estoy acostumbrada a que me brinden tanto afecto, nunca lo había recibido. Grace me ha dicho que me acostumbre, igualmente Phillip me lo ha dicho, me ha dicho que lo disfrute, todo es como un sueño que no quiero que termine, sobre todo por mi hijo él se merece todo, lo que yo no tuve.

Mi hijo llora cada vez más fuerte, es muy demandante y posesivo, cuando siente a su papá llora más para que lo carguen. El pediatra y Grace dicen que esta evolucionando muy bien y rápido, tanto así que cabe la posibilidad que le den el alta antes de lo previsto; hoy le quitaran el respirador, así podrán ver cual ha sido su avance si logra pasar el día sin el respirador, será cuestión de días para que le den el alta a él también.

Mi niño llora por su alimento así que lo saco de la incubadora.

-Tienes hambre. Mamá va a alimentarte -Le doy un beso en la cabeza, acomodándome en el sofá.

La puerta se abre dejando a un Cristian padre muy sonriente, con ropa casual no el traje usaba cuando se marchó. Noto que viene con las manos vacías.

-¿Nuestras cosas Cristian? ¿Dónde está Phillip? ¿Qué ha sucedido? Phillip salió como bólido, luego de una llamada de tu guardaespaldas -Lo miro se ha puesto pálido, algo me oculta.

-Ni se te ocurra mentirme. Ya lo han hecho todos a mi alrededor, si deseas que confíe en ti dime la verdad -Suspira hondo antes de hablar.

-Bien, solo tómatelo con calma, recuerda que a nuestro hijo todas tus emisiones le afectan -Nuestro hijo sacia su hambre, quedándose dormido, saco sus gases para luego acostarlo nuevamente en la incubadora.

Cristian toma mis manos como señal de no dejarme escapar si quiero apartarme de él.

-Los Hyde encontraron tu casa. Al no encontrarte la han destrozado, en especial la habitación de nuestro hijo. Hemos llamado a la policía y al FBI -Mis lágrimas corren, pensé que lo de Hyde era una estúpida fijación.

-Calma, prometí protegerlos. Mataré a Hyde si pone un solo dedo sobre ustedes -Cristian me besa la mejilla, para luego estrecharme entre los brazos.

-Tengo miedo, Cristian. Si encontraron mi casa, pronto darán con el hospital. Nuestro hijo corre peligro con ellos y tu también. Un día escuché al viejo Hyde ofrecerle una fortuna a Lynch para que yo tuviera con él mi primera... tu sabes -Me quedo callada.

-¡Maldito hijo de puta! ¡ Eras una niña! -Cristian me estrecha más a su cuerpo. Su calor me excita y acelera mi corazón. Cierro mis piernas al sentirlas humedecer.

-Te has excitado solo con mi tacto. Te prometo cuando salgas de la cuarentena, prometo saciar tu deseo -Me acaricia la espalda para tranquilizarme.

-Son mis hormonas -Replico avergonzada.

-Es normal nena -Vuelve a besarme, esta vez en el cuello, acción que hace que todo empeore.

-En empeores mi estado -Le reprocho. Cristian se ríe sonoramente.

-Buenos días -Oímos decir a nuestras espaldas. Volteamos y vemos a una sonriente Grace en compañía de la otra pediatra.

-Lo siento -Digo avergonzada apartándome de los brazos de Cristian.

-Me alegra ver que están resolviendo sus asuntos -Bajo la cabeza apenada.

-Vamos a quitarle el respirador a este guapo bebe. Está dormido, solo le quietaré la cánula y listo. Anastasia, debes de tenerlo vigilado, si su pecho comienza a subir y bajar muy rápido solo avisa -La pediatra me informa de lo que debo hacer para cuidar de mi hijo.

-Lo hare -Unos minutos después de anotar algo en la tablilla de mi hijo la pediatra se marcha.

-Ana, hija ¿Cómo te sientes? -Al darme de alta ya los médicos no vienen a revisarme. Me levanto a tomar a mi hijo entre mis brazos, quiero vigilarlo de cerca y vuelvo a sentarme en el sofá.

-Me siento mejor, gracias por preguntar -Ella se sienta a mi lado.

-Quiero que nos permitas visitarte Anastasia, Carrick, Mia, Elliot y yo queremos que sean parte de la familia, no solo la madre y el hijo de Cristian. No estoy pidiendo que se casen, solo queremos, Ana. Que sean parte de nuestra familia -Mis lágrimas vuelven a escurrir.

-Ana, no llores, por favor -Cristian vuelve a estrecharnos entre sus brazos.

-Nunca había recibido tanto cariño como ahora -Le digo.

-Lo sé, hija. No revivas esos momentos tan terribles. Tienes a tu hijo, a Phillip, a nosotros y a tus padres -Mi tristeza es remplazada por mi ira.

-No los quiero a ellos. Raymond, estuvo conmigo todo este tiempo y no me dijo la verdad; a Lambert nunca le importé. Prefirió que Ray se encargara de mi madre y de mí. Prefirió cazarse con otra mujer, solo para complacer a su padre -Cristian niega con la cabeza y Grace solo me mira.

-Son tus padres, Ana. Mi nieto necesitará a sus abuelos, piensa en ello, Cristian tiene derecho a relacionarse con su familia -Ella toma mis manos.

-No voy a interponerme a que Cristian se relacione con ellos. Yo al menos por el momento no -Ella me mira con pesar.

Somos interrumpidos por Phillip y Taylor, ellos traen bolsas de tiendas lujosas, lo que me hace poner los ojos en blanco.

-Esos ojos, Rose. Te he dicho que poner los ojos en blanco es de mala educación -Phillip me reprende en público y eso me molesta.

-Salgan todos para que Ana pueda cambiarse -Pide Grace.

Me cambio en tiempo récord, hay que destacar que Phillip y Taylor acertaron en las tallas de mi ropa. Luego voy y cambio a mi bebe, por la ropa que le compró su padre. Le queda un poco grande; espero que pronto suba de peso para que podamos irnos, el problema es que ahora ¿dónde iremos? Si los Hyde destruyeron todo.

Cristian trae cara de circunstancias cuando entra de regreso a la habitación, mientras me siento de nuevo a alimentar a mi bebe ya que se ha despertado cuando lo cambiaba y con hambre nuevamente.

-¿Sucede algo? -Le pregunto sin mirarlo.

-Si, tus padres han venido a verte -Lo miro.

-Ya sabes lo que pienso -Inquiero.

-Se los he hecho saber, Ana. Lo tienen más que claro. Quieren ver a nuestro hijo, le han traído regalos. Te parece si te llevo a comer algo mientras ellos están con Cristian -No sé si es buena idea, pero aceptaré.

-De acuerdo, acepto tu invitación a almorzar pero que no sea muy lejos no quiero alejarme de nuestro hijo -Me sorprendo yo misma al decir nuestro hijo. Cristian por su parte sonríe ampliamente; lo peor de todo es que su sonrisa me calienta el alma. No estoy segura de lo que siento por Cristian, lo que si sé es que estar cerca de él me hace sentir segura.

Al salir Cristian me toma de la mano, como una pareja y bajo la atenta mirada de los presentes en el pasillo.

-Sawyer, Rayan, les encargo la seguridad de mi hijo -Cristian ordena a sus hombres.

-Phillip, cuida a tu sobrino por favor -Él idiota sonríe mirando nuestras manos entrelazadas.

-No te preocupes Rose, consentiré y cuidaré de mi sobrino con mi vida -Con eso nos marchamos, bajo la atenta mirada de mis padres. Por suerte han tomado la sabia decisión de darme mi espacio.

Llegamos a un fino restaurante a cinco calles del hospital, con seguridad incluida. Es extraño porque en el restaurante solo estamos nosotros.

-Es extraño solo estamos nosotros -Le comento a Cristian.

-Lo he mandado a cerrar para nosotros, no quiero ojos curiosos sobre ti -Mi corazón se encoje, al pensar que Grey se avergüence de mí.

-Mmm, entiendo -Cristian trata de analizarme.

-Ana, ¿Qué sucede? -Cristian trata de indagar en mi cambio de ánimo.

-Entiendo que no quieras que te vean con una mujer como yo. La mayoría de la gente cree que nosotras las Scort somos prostitutas con una cartera de clientes con un alto poder adquisitivo, es obvio que no quieres que te vean conmigo -Le digo lo que pienso.

-Si alguien algún día osa decirte que eres una prostituta, no habrá piedra sobre la tierra en la que pueda esconderse y me vale una mierda lo que las personas piensen de ti. He cerrado el restaurante porque no quiero ver como los hombres te miran, Ana y porque quiero estar a solas contigo -Me besa en los labios.

-Ahora comamos para regresar con nuestro hijo –

El almuerzo es ameno, Cristian me habla de su empresa y a lo que se dedican, habla con emoción de todos sus logros y todo lo que hacen sus empresas y de los programas de bien social en las que están involucradas sus empresas.

Regresamos al hospital con mi hijo haciendo su primer berrinche, claro está que lo único que desea mi hijo es mi pecho lo que le doy con gusto, quiero que suba de peso lo más rápido posible para ir a casa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro