Capítulo 16

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Eyra POV

Acercarme a los hermanos de Drakon no era fácil, había visto como Ake y Dag se transformaban en aterradores dragones, nada en la vida te prepara para ver ese hecho, si ellos son tan grandes no quiero imaginar el tamaño de Drakon y sus hermanos que son de la realeza.

-Eyra, soy tu amigo. No haría nada para dañarte. Eres de la familia -Darlon trata de acercarse, yo retrocedo. Estoy aterrada.

-Hermano, démosle tiempo. Está en shock debe haberse enterado de nuestra naturaleza. Huelo su miedo -El otro hermano lo detiene de acercarse.

-Eyra, ¿Por qué estás aquí? ¿Le paso algo a Drakon? -Niego con la cabeza Dramón.

-¿Alguien te atacó y te hizo huir? -Pregunta Darlon y yo asiento con la cabeza.

-¡Mierda! Drakon debe estarla buscando, si la encuentra aquí creerá que la hemos secuestrado. Nos cortará la cabeza -Repite una y otra vez que Dramón los va a matar.

Mi estómago se revela por no tener comida en su interior, vomito, no es nada agradable, es un una baba verdosa y espumosa, todo a mi alrededor da vueltas, quiero sostenerme de algo, no hay nada, todo se vuelve negro y pierdo la consciencia.

-Eyra...Eyra. Por favor despierta, necesitamos que comas por favor, despierta -La voz ahogada de Darlon se escucha a lo lejos, me siento débil, pero tiene razón llevo mas de veinticuatro horas sin comer, sin embargo, recuerdo lo que son y mi cuerpo comienza a estremecerse del pánico que tengo.

-Entiendo que nos temas, es por ello por lo que nos escondemos, ¡Te juro! que no te haremos daño, te has convertido en un miembro de la familia- Posa su mano en mi vientre. La voz de Darlon calma un poco mi miedo.

-Llevas al futuro rey de nuestro clan, debemos cuidarte. Come por favor -El ruego y las palabras de Dramón me hacen abrir los ojos, los veo sonreír.

-¿Cómo lo han sabido? Ni yo lo sabía -Les informo.

-Al no reaccionar trajimos a un curandero. Él nos ha dicho, Eyra. Te pido controles tu miedo, eso le afecta al bebe, no sabremos que tan humano o dragón será, por ahora lo trataremos como a un bebe humano, por lo tanto, debes dejar el miedo a un lado. Necesito que lo hagas para poder contarte lo que necesitas saber -Darlon.

-Qué hay traidores en el castillo, eso lo sé, es por ello por lo que salí corriendo. Alastor, junto a esa traidora de Celene, más otros que no conozco nos atacaron. Ake y Dag nos defendieron. Tenía tanto miedo al ver su forma de dragón que en lo único en que pensé, fue en correr. Si Drakon me hubiese dicho tal vez no habría corrido. He estado entrenando con Drakon, no obstante, creo que no serviría de nada -Bajo la cabeza con lo último que digo.

-No, te creas débil, si has entrenado con Drakon debes ser una excelente guerrera -Ambos me alientan y le sonrío, con menos temor.

-Mi reina, le he traído algo de comer -Miro a la mujer que me habla, su cuerpo tenso simula sumisión ante mi posición, no obstante, sus ojos destilan odio.

Como puedo me aparto de su camino, pasa por en medio de ambos hermanos, sin embargo, no logra herirme, Darlon y Dramón la sujetan con fuerza.

-También ustedes tienen espías –

-Lo sospechamos hace un tiempo, sin embargo, no sabíamos quien -Comenta Darlon.

-Ella no se merece ser la reina, solo Celene es digna de serlo -La mujer trata de escapar, será imposible que lo haga, puesto que la encadenan con sus brazos hacia atrás incapaz de desplegar sus alas.

-¿Quién te envió? -Le pregunto. Ella no responde.

-Saca tu espada Darlon. La traición se paga con la muerte hermano -Darlon lo hace.

-¿Estas segura que deseas morir, por alguien que no tiene el valor de ensuciarse las manos? -La increpo, ella me mira con odio.

-Los hombres nos casaron por siglos. El antiguo rey quería hacer un pacto con los hombres, enviando al olvido a todos los que ha muerto por ellos, ahora el nuevo rey se empareja con una humana -Escupe lo último con odio.

-Por eso mataron a nuestros padres -Darlon lo dice como lo más obvio.

-Poe seso y sus tierras el Rey del este las quiere. Él es mejor rey que ustedes. Él caza a los hombre que ingresan a sus tierras -Se ríe como si eso fuera algo bueno.

-¿Estás dispuesta a morir? -Pregunta Dramón. La mujer estira el cuello en respuesta.

-Eres estúpida. Crees que a Celene, a Alastor o a ese rey que tanto veneras. Le interesas. Solo eres un peón más en su juego. Una estúpida que se sacrificará por ellos. Nunca serás recordada, ellos no recordarán tu nombre. En la historia humana ha habido hombres así. Ellos encontraron la muerte. He visto como Drakon los trata, no menosprecia a ninguno, hasta el más humilde de ustedes lo trata con respeto. Ha sido un buen rey -Ella pone los ojos en blanco.

-Da igual, se emparejo contigo -Es obvio que no aceptará mis palabras.

-Decidan ustedes -Les digo a ellos.

El sonido de la espada cortando el aire llega a mi oído. Se le dio la oportunidad de cambia, no lo hizo -Suspiro pesadamente, con el sabor amargo de la bilis subiendo por mi garganta.

-Es hora de que comas, antes de que vuelvas a desmayarte -Dramón me lleva en sus brazos.

-Me alegro de que tengas buenos reflejos. Me hubiese suicidado si algo te pasara. Mi hermano me buscaría por la eternidad para matarme por tu muerte -Me lleva como si fuera a quebrarme.

Terminamos de comer y me piden descansar. Al parecer se han tomado muy enserio el cuidarme. Espero que algún día encuentren a alguien que los ame. El curandero viene a verme nuevamente, me hable de los cuidados, que debo alimentarme, varias veces al día, mi hijo demandará mucha comida por su naturaleza, si no se la brindo lo tomará de mí, debilitándome, llevándonos a una posible muerte.

Como si mi bebe hubiese escuchado al curandero, paso todo el día con hambre, mis cuñados no quieren levantar el campamento, me informan que hay dragones del rey del este invadiendo nuestras tierras; si ahora también son mis tierra. Ellos tienen miedo de que me hagan daño.

Algunos días después estamos de camino ala palacio. Mi cuerpo se siente pesado, mucho, a decir verdad, pero saco fuerzas de donde no tengo. Al llegar al pueblo la gente se asombra al verme con los hermanos del rey. Los traidores. Los asesinos de nuestro rey. Dicen los ciudadanos, por mi parte les pongo los ojos en blanco.

Llegamos al castillo los hombres al ver a los chicos tratan de atacarlos, yo se los impido.

-Señorita Eyra, aléjese de esos traidores -Dice uno de los guardias.

La disputa por llevarse a mis cuñados empieza. Creta y Dania salen a recibirme y discuten también con los guardias. Pidiendo esperar por Drakon, Ake y Dag.

Todos se detienen al escucha un aleteo, los hombres se apartan, yo dirijo mi vista al sonido estruendoso. Mis ojos se abres desmesurados al ver al imponente dragón que asumo es Drakon, sin embargo, mi atención se vuelve a dirigir a la entrada donde Alastor cambia y trata de atacarnos, Drakon se interpone, mis cuñados se transforman, Ake y Dag crean un escudo para protegernos, mis cuñados también nos resguardan, saben que no deben intervenir. Drakon debe haber descubierto que Alastor es un maldito traidor.

La pelea es descomunal, rugidos, golpes, sonido de huesos triturados, llamas de fuego. Los pobladores se han aglomerado para ver lo que sucede. De pronto ambos dragones levantan el vuelo, supongo que Alastor desea escapar. De pronto una bola de fuego sale de Drakon envolviendo a Alastor y este cae al suelo inmolado y obviamente muerto. Drakon aterriza, al tiempo que comienza a tomar su forma humana, todos se apartan al ver que se dirige a mí. Me estrecha entre sus fuertes brazos, luego conecta su mirada con la mía, una lágrima sale de su ojo.

-Creí que te había perdido -Me besa apasionadamente.

-Corrí porque tenía miedo de ustedes. Debiste decirme -Le reprocho.

-Lo siento, yo también tenía miedo de que huyeras y fue lo que terminaste haciendo -Me vuelve a estrechar.

-Tus hermanos no son traidores. Ellos nos han cuidado muy bien -Tomo mi vientre y Drakon lo entiende se inca, para besar mi vientre. Luego se vuelve a poner de pie, para caminar hacia sus hermanos quienes ya han vuelto a su forma humana como los demás.

-Son bienvenidos -Los abraza a ambos.

-Nosotros no matamos a nuestros padres -Reafirma Darlon.

-Lo sé hermano en el fondo lo sabía, que ustedes no son traidores, ni fratricidas. Alastor jugo bien al culparlos -Los tres se vuelven a abrazar.

-¡Hey! Aun sigo aquí -Todos me miran.

-El rey del este nos va a invadir, debemos de trabajar en darle guerra -Los miro a todos.

-Si, lo haremos. Pero tu no, no con mi hijo en tu vientre. Tú te quedarás con tu madre y hermana. De la guerra nos encargamos nosotros -Drakon me toma en brazos y me lleva a nuestra habitación si importarle quien nos esté mirando.

-Drakon debemos de planear que hacer. Averiguar con cuantos hombres viene y si hay más traidores -Trato de bajarme, mi amado, niega con la cabeza.

-Lo haremos. Ahora quiero demostrarte cuanto te he extrañado -El me quita la ropa que traigo puesta. Él no lo necesita ya está desnudo.

Se apodera de mi cuerpo venerándolo, besando mi vientres. Me toma con cuidado de no lastimarnos, sin embargo, lo deseo como siempre, rudo, crudo y salvaje.

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