CAPÍTULO QUINCE

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Jungkook ya se tardó mucho —murmuró Taehyung, mirando a todos lados. Paseó su vista por el lugar, pero nada, no encontraba al chico.

Se encaminó hasta su habitación, entrando en esta y buscando a Jungkook en el baño, pero no se encontraba. Se sintió ansioso al no saber del paradero de Jungkook, así que salió de su habitación y caminó de regreso a la sala, encontrándose en el camino con Tzuyu.

—Tzy, ¿Has visto a Jungkook? —preguntó angustiado—. Me dijo que iría al baño, pero no ha regresado y no lo encuentro por ningún lado.

La mujer ladeó la cabeza con desentendimiento. —No, Tae, no lo he visto por aquí. ¿Estás seguro que no está en el baño?

—No, ya busqué —bufó, y revisó el lugar otra vez con sus ojos—. No me gusta cuando desaparece tanto tiempo de mi vista.

—Jungkook no es un niño, Taehyung, y si sigues protegiéndolo de esa manera traerás consecuencias —regañó Tzuyu sin mucho afán—. Es joven, y no necesita que estén siempre al pendiente de él. Con tu actuar solo lograrás fastidiarlo y aburrirlo de ti.

Taehyung tragó saliva. ¿Realmente podría molestar a Jungkook por eso? Nunca se lo había comentado, pero no podía jurar que tampoco lo había pensado. Genial, otra inseguridad para él. Pensaba que con la diferencia de edad era suficiente, pero saber que ser sobreprotector era otro punto desfavorecedor lo desanimaba.

—Yo solo quiero saber dónde está... —murmuró apenado por su comportamiento—. Así me quedaré más tranquilo.

—De seguro está bien, Tae —Tzuyu posó sus manos sobre los hombros del contrario, y le sonrió de manera cálida—. Es grande, no un niño, así que quédate tranquilo. Disfruta tu reunión que pronto Jungkook aparecerá.

Iba a asentir de acuerdo, cuando un mensaje llegó a su celular con el remitente de Namjoon. Frunció el ceño, mirando a todos lados y percatándose de que su amigo tampoco se encontraba en el lugar. Lo abrió, y su presión se bajó al leer el corto, pero conciso, texto.

Baja ahora mismo. Jungkook no para de llorar.

Sintió su garganta seca, y sus latidos acelerados por el miedo. —Dile a todos que se vayan.

—¿Qué?

—Se acabó la fiesta, Tzuyu, pídeles a todos que se vayan ahora mismo —repitió desesperado—. Debo irme.

Taehyung se giró, dispuesto a salir del lugar, pero Tzuyu tomó su brazo con fuerza, llevándolo con ella hasta la habitación del mayor. Cerró la puerta, y miró a Taehyung desconcertada.

—¿Cómo que se acabó la fiesta? Kim Taehyung, todas estas personas están aquí por tí, ¿Y tú planeabas irte? —cuestionó sin entender—. Están siendo desconsiderado.

—Jungkook está mal, necesito ir por él ahora mismo —explicó apurado—. Sé que planeaste esta reunión por mi, y no sabes cuánto te agradezco por ello, pero mi novio me necesita y no voy hacerlo esperar. Dile a las personas que la fiesta acabó, yo iré a buscar a Kook.

—¿Estás escuchando lo que estás diciendo? ¡Eres un imbécil, Taehyung! —exclamó Tzuyu, y el contrario se sorprendió al ver los ojos de ella llenos de lágrimas—. Gasté todos mis ahorros en darte esto, y tú te vas solo porque Jungkook está mal. ¿¡Hasta cuándo va a meterte en sus cosas!? ¡Es tu cumpleaños y aún así tienes que correr detrás de él porque no puede resolver las cosas solo!

—Tzuyu, escucha... —intentó acercarse a ella, pero Tzuyu lo esquivó—. No sabes lo terrible que me siento por hacerte esto, pero no puedo dejar a Jungkook. Es escoger entre mi mejor amiga y mi novio, ¿Cómo logro hacer eso? A los dos los quiero demasiado, y me siento fatal por hacer que llores.

—Vete, Taehyung, corre detrás de él. ¿Por qué hablas de escoger? Siempre ha sido Jungkook, y aunque esta es la primera vez que pido algo de ti, sé que de igual forma te irás —limpió sus mejillas, dejando a Taehyung con el corazón hecho pedazos—. Le diré a los invitados que te surgió un problema y tuviste que irte. No te preocupes, ve con él.

—Tzu, bonita...

—Vete, Taehyung, no lo hagas esperar.

Tzuyu respiró hondo y salió de la habitación, dejando atrás a Taehyung, quien se sentía la peor escoria del mundo. Se sentía pésimo por abandonarla, aún cuando había hecho todo esto por él, pero no podía simplemente ignorar el hecho de que Jungkook estuviese mal. Su novio últimamente no estaba bien, y eso estaba presente en su memoria día y noche.

Sacudió su cabeza, ignorando el malestar de culpa y salió de la habitación, miró a Tzuyu a lo lejos, recoger algunos dulces y bocadillos que habían en la mesa, y le dio dolor que su expresión solo denotara lo triste que se encontraba. Un contraste enorme de la felicidad que estaba en cada parte de ella, emocionada por lo que había planeado para él.

Desvió la mirada, y salió del departamento, usando el ascensor para bajar a la planta baja. Cuando las puertas de aluminio se abrieron, no tardó en salir apresurado hasta el exterior, buscando con la mirada a Jungkook y a Namjoon, encontrándolos sentados en una de las bancas un poco más alejadas. Trotó hasta ellos, y cuando llegó no dudó en tomar a Jungkook en brazos y aferrarlo a él con fuerza.

—Ya estoy aquí, amor —susurró, acariciando sus cabellos—. No estás solo, estoy aquí contigo.

Jungkook se abrazó a Taehyung, dejándose consolar por él. Tenía espasmos en su cuerpo a causa de tanto llorar, y se refugió en el cuello de Taehyung, percibiendo su perfume. Podría decir que se sentía más calmado, pero sería mentira. Quería irse de ahí, quería estar lejos de esas personas.

—¿Sabes qué sucedió? —le preguntó a Namjoon, el cual negó.

—Lo miré salir apresurado del departamento, y corrí hacia él. Cuando lo encontré estaba teniendo un ataque de ansiedad y pánico, y no paraba de llorar —Namjoon se veía preocupado—. No sé qué lo puso así, pero verlo desorientado y asustado, sin poder reconocerme no fue nada bonito, Taehyung.

Por segunda vez en el día, a Taehyung se le rompió el corazón, y sus ojos se cristalizaron al escuchar lo que le comentó Namjoon. Abrazó más a Jungkook, dejando incontables besos en su cabeza. El solo hecho de imaginarse a Jungkook de ese modo lo lastimó, y su garganta se cerró en un doloroso nudo por las ganas de llorar que sentía. ¿Tan mal estaba su pequeño? ¿Al punto de olvidar todo lo que conoce de memoria? Era un inútil, Taehyung no estaba siendo de ayuda para Jungkook.

Alzó al chico como una novia, y Jungkook se abrazó a su cuello, sin sacar su cabeza de ahí. —Me lo llevaré de aquí. Gracias, Namjoon.

—No las des. Sabes que Jungkook es igual de importante para todos, y lo cuidaremos sin dudar. Es nuestro hermanito menor, y lo queremos —las bonitas palabras de Namjoon llegaron al corazón del más joven, quien ladeó un poco su cabeza para verlo y estiró su mano. Namjoon sonrió de lado, tomando la pequeña mano de Jungkook, y dándole un apretón leve—. Cuídate, pequeño, y no olvides que eres importante para todos nosotros.

Taehyung tragó saliva, y se despidió de Namjoon, caminando con Jungkook en brazos hasta su auto. Quitó los seguros, y metió a Jungkook en la parte trasera, para luego cerrar la puerta y meterse en él en el asiento del piloto. Encendió el auto, y emprendió marcha hasta el departamento de Jungkook. Cada cuando miraba al menor por el espejo retrovisor, encontrando la triste imagen de Jungkook abrazado a sus piernas, con su cabeza metida entre ellas.

No hablaron durante el camino, y el silencio siguió de principio a fin. Por suerte, Jungkook había dejado de llorar, y eso alivió solo un poco a Taehyung. Una vez llegaron a la vivienda de Jungkook, bajaron del auto, y Taehyung volvió a tomar en brazos al menor, caminando con él sin problemas hasta estar dentro del departamento de este, en donde lo colocó en su cama, y con cuidado quitó sus zapatos, además a despojarlo de toda la ropa para luego meterlo en el baño.

Lo sentó en la tina, y abrió el grifo para que esta se llenara, y cuando ya se encontraba en el nivel perfecto, se dedicó a bañar a Jungkook, limpiando su cuerpo con adoración, y lavando sus azabaches cabezos con cuidado, además de su bonita cara, odiando como su adorable nariz y ojitos se encontraban rojizos por todo el llanto.

—Tu traje... —avisó Jungkook con voz baja, mirando como las prendas se estaban mojando.

—Es ropa, cariño. No se romperá si se moja un poco —sonrió suave, dejando un beso en la punta de su nariz.

—Entra conmigo, por favor.

La petición de Jungkook parecía simple, pero Taehyung pudo entender el mensaje de «te necesito» oculto tras esas palabras. Sin embargo, el necesitar era tan triste como el ambiente, porque era un «necesito que me sostengas, porque yo solo no puedo».

Y eso hizo sentir peor a Taehyung.

Deshaciéndose de sus prendas, entró a la tina con Jungkook, tomando asiento en el lado contrario, y atrayendo al chico hasta su pecho para abrazarlo. Jungkook se aferró a él, con su oreja pegada a su pecho, escuchando sus latidos. No era romántico, era desolador. Así se sentía el ambiente.

—Habla conmigo, Kook —la mano de Taehyung acariciaba la espalda desnuda del menor—. Quiero saber qué fue lo que sucedió. Has estado mal desde hace mucho, y te he dado tiempo para que tú mismo me comentes lo que sucede, pero ya no puedo esperar más, y menos al verte tan destrozado.

El baño queda en completo silencio, y Taehyung no insiste más. Debía ser paciente, incluso cuando se sentía desesperado por saber. Jungkook le diría a su tiempo.

—Te amo, amor —le dijo luego de un rato en silencio—. Recuerda eso.

Siguió acariciando la lechosa piel de Jungkook.

—No soy suficiente para ti, Taehyung... —la baja voz de Jungkook llamó su atención, pero no dijo nada, esperando a que siguiera—. Me siento inseguro, poca cosa e inútil para ti. Tú eres alguien grande, y yo no sé si algún día pueda ser lo que necesitas, así que no me sorprendería si algún día te vas de mi lado para ir con alguien más que sí merezca tenerte... lo peor es que no solo yo lo pienso, sino que también lo hacen los demás.

Jungkook cerró sus ojos, y Taehyung apretó sus labios, con la mirada borrosa por las lágrimas. Ahí su corazón se rompió por tercera vez en el día. Besó la cabeza de Jungkook, y lo apretó más a sí. »Dos de tus compañeros de trabajo lo dijeron, que estabas arruinando tu vida a mi lado, y que solo me estaba aprovechando de ti, lo peor es que lo escuché por segunda vez de alguien más, y dudé, ¿Realmente me estoy aprovechando de ti? ¿Cuántas otras personas pensaban lo mismo de mi? Por eso salí de ahí, pero no sé qué pasó con mi tonta mente, y no reconocí nada, ni siquiera a Namjoon hyung que me estaba ayudando.

»¿Ves lo inservible que soy, Taehyung? No pierdas tu tiempo conmigo, así que entenderé si prefieres acabar con lo nuestro. Sería lo más lógico.

Taehyung sollozó, abrazando más a Jungkook. —N-no digas esas cosas, por favor. No sigas.

—Es la verdad, Tae —Jungkook sonrió, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas—. No soy lo que mereces.

—Jungkook, mírame —tomó las mejillas del chico para tener su rostro frente a frente y poder ver sus ojos. Ambos tenían lágrimas retenidas, y se lastimaron a sí mismos viéndose—. ¿En algún momento te he demostrado que eres inferior a mi? ¿Que necesito a alguien más? Jungkook, eres lo que más amo en la vida, incluso podría jurar que te amo más que a mí mismo, y no sabes el dolor que siento ahora por el simple hecho de escucharte hablando tan mal de ti. Esas personas no importan, y sus corazones están podridos si se dedican solo a menospreciar a los demás.

»Eres increíble, mi vida. Te admiro, no sabes cuánto, y no me imagino al lado de nadie más que no seas tú. Te dije que nos casaríamos, ¿Por qué buscaría a alguien más si solo quiero que tú lleves mi apellido? Jungkook, nunca dejes que alguien más le ponga valor a tu vida y a tu forma de ser. ¿Qué saben ellos de nosotros? ¿Qué saben ellos lo que ocasionas en mi corazón? ¿Qué saben ellos de todo lo que me has apoyado durante todo este tiempo juntos? Solo tú y yo sabemos de nuestra relación. Los demás siempre hablarán, pero solo nosotros sabemos la verdad.

Taehyung besó las mejillas húmedas de agua y lágrimas de Jungkook, dejando un casto beso en los labios por último. »Mientras yo te ame, y tú me ames, los demás no importarán para mí. Hablarán, Jungkook, siempre lo harán, pero solo lo que salga de tus labios es lo que tiene valor para mí. Por favor, amor, nunca vuelvas a denigrarte de esa forma, porque vales mucho más de lo que crees.

Jungkook se aferró a Taehyung otra vez, llorando en su hombro. Se sentía aliviado, porque cuando sus pensamientos eran tan desoladores, Taehyung se encargaba de devolverlo a la realidad; una en la que era amado tal y como era. —Gracias, Taehyung.

—Sé que esto fue solo hoy, pero hay más, Jungkook —besó el cuello del menor—. Habla conmigo.

Tragó saliva, y salió de su lugar para mirar a los ojos a Taehyung. —Ya no quiero que Tzuyu viva más contigo.

Ambos se miraron fijamente, y Taehyung ladeó la cabeza. —¿Desde cuándo...?

—Desde siempre, Taehyung —la expresión del mayor denotaba sorpresa, y Jungkook respiró hondo—. Al principio lo deje pasar, pero en ningún momento me gustó que ella viviera contigo. Me hace sentir incómodo, inseguro, su presencia no me gusta en ese departamento.

—Jungkook... —Taehyung soltó todo el aire retenido, y se abrazó nuevamente al menor—. He sido el peor novio del mundo, ¿Por qué no me lo comentaste antes? Te he estado haciendo pasar por un pésimo momento y sin darme cuenta. Perdóname, por favor. Soy un idiota.

—No, Tae —acarició sus cabellos—. Debí decirte antes, cómo ibas a saberlo.

—Pero tenía que haberme dado cuenta, es decir, ya no ibas tanto al departamento como antes, era tan obvio —negó decepcionado—. Soy un pésimo novio.

—Sólo, sácala de ahí.

Taehyung miró a Jungkook con pena. —Lo haré, pero dame tiempo, ¿Sí? Mañana es treinta y uno de diciembre, y no creo que sea conveniente sacarla así como así. Además de que aún no empieza su trabajo, así que no tiene como sustentarse.

—Taehyung, ¿Eres consciente de todo lo que te compró para tu cumpleaños? —preguntó incrédulo—. Debió usar ese dinero para irse.

—Lo sé, y te entiendo, amor... solo dame una semana, y te prometo que se irá del departamento —pidió—. Es mi amiga, y no puedo hacerle esto como si fuera un extraño. Una semana, solo eso te pido.

Jungkook estaba tentado a negarse, y a contarle todo lo malo que Tzuyu le había dicho y hecho, pero decidió no hacerlo. Quería ser mejor que esa mujer, quería que fuese Taehyung quien la sacara sin la necesidad de crearle una mala imagen de ella. Era su amiga, y lo entendía, por eso no le confesaba a Taehyung todo lo que había pasado, pensando en lo devastado que estaría en saber todo lo que estuvo pasando a sus espaldas. No lo hacía por Tzuyu, lo hacía por Taehyung.

Bajó la cabeza y asintió. —Una semana, no más.

Eran alrededor de las dos de la mañana cuando Jungkook despertó al no sentirse acompañado. Sabía que Taehyung se había dormido con él, abrazado a su cintura, por eso se sorprendió al no sentirlo. Se levantó de la cama, y salió hasta la sala, encontrando todo a oscuras, y a Taehyung mirando a través de la pequeña ventana que se encontraba ahí.

—¿Tae, estás bien? —preguntó, llamando la atención de Taehyung.

Tarareó una respuesta afirmativa, y siguió mirando por la ventana. —Solo pensaba, bebé.

Jungkook se acercó hasta él, y lo abrazó, siendo correspondido al instante.

—Sé que te pasa algo, puedes decirme.

Taehyung parecía dudar sobre hablar o no, pero Jungkook fue paciente, y supo que le hablaría cuando lo escuchó suspirar.

—Yo... cuando me enteré que estabas mal, se lo comenté a Tzuyu y le pedí que acabara la fiesta por mi ya que iría a buscarte —comenzó a contar, con Jungkook prestándole atención—. La hice llorar, Kook. Sé lo emocionada que estaba por esa reunión, e irme así la hizo sentir mal. Obviamente no iba a dejarte de lado, amor, correría hacia ti siempre, pero me es inevitable no sentirme mal por ella. Me siento culpable, pero no me arrepiento de haber venido contigo, solo-

—Entiendo lo que tratas de decir —cortó.

—¿Te molesta? —preguntó con duda.

Jungkook rió bajo. —No, tonto. Es tu amiga, así que entiendo que te sientas mal por haberle hecho eso, incluso yo me siento un poco mal por haberte sacado de ahí.

—Hey, no. Estabas pasando un mal momento, y yo nunca te dejaría —dejó un beso en la cabeza de Jungkook—. Solo que no puedo evitar pensar que la dejé sola luego de todo lo que hizo por mi. Nunca la había visto llorar, Tzuyu es alguien muy fuerte, así que es una imagen impactante y que se quedará en mi memoria por un tiempo.

Se quedaron en silencio otro poco, hasta que Jungkook volvió a hablar.

—Hagamos una gran cena mañana, bueno, hoy, ya es treinta y uno —ambos rieron—. Cenemos los tres juntos, así podrás regresarle el favor.

Taehyung lo miró y alzó su barbilla para mirarlo a los ojos. —Eres un chico increíble, Jungkook, con el corazón más noble y dulce del mundo. Te amo.

—Te amo igual, amor.

Jungkook podría hacer eso, cenar los tres juntos. Taehyung le había prometido una semana, así que se sentía más calmado. Nuevamente lo hacía por él y no por Tzuyu, así que esperaba y no lo arruinara.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro