CAPÍTULO DIECISÉIS

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Jungkook acomodó bien su bolso en su espalda, y esperó a que la llamada por fin cayera. Justo se había bajado del autobús, y estaba en camino hasta el departamento de Taehyung.

¿Sí, amor?

—Ya voy camino a tu departamento. ¿Te faltaría mucho para llegar?

Aún estoy comprando unas cosas, pero estaré allá pronto.

Saludó al portero una vez llegó, y se adentró al ascensor. —¿Cómo te fue con Tzuyu?

Oh, me fue bien. Le platiqué sobre la cena, y también le pedí disculpas por haberme ido de esa manera. Quedamos bien, es una buena amiga.

Jungkook hizo una mueca. —Sí... lo es.

Sé que no estás cómodo con su presencia, pero estás haciendo esto por mi y lo valoro. Eres el mejor del mundo, y te amo.

Suspiró. Por él era exactamente que iba a soportar a Tzuyu una vez más. Por él iba a dejar de lado todo el pasado para concentrarse en la cena de año nuevo. Desde que estaban juntos, era la primera vez que iban pasar el treinta y uno con alguien, pero podría tolerarlo.

—No te preocupes, Tae. También te amo, llega pronto, ¿Sí?

Colgó la llamada justo cuando las puertas del ascensor se abrieron, y salió de este hasta la puerta del departamento de Taehyung. Colocó la clave, y se descalzó en la entrada para luego adentrarse al lugar. Escuchó ruido en la cocina, y sabía de quien se trataba. No quería verla, en momentos así no le apetecía y prefería que Taehyung estuviera presente.

De cierta forma había desarrollado algo de temor al estar solo junto a ella, y se sintió patético por eso.

—¿Taehyung, llegaste? —escuchó su voz, y pronto se hizo presente en la sala, sorprendiendo enormemente a Jungkook—. Oh, eres tú. Estaba adelantando la comida.

Jungkook sintió su sangre hervir por la imágen, y tragó saliva para poder calmarse y no explotar. —¿Me quieres explicar por qué tienes puesta la camisa de Taehyung?

Tzuyu miró su atuendo. —A Taehyung no le molesta —se encogió de hombros, no viendo la gravedad del asunto.

—Pues a mi sí que me molesta. No quiero que uses las camisas de mi novio, ¡Y menos con un short solamente! ¿¡Cómo puedes vestir de esa forma viviendo con un hombre!?

Jungkook estaba furioso. ¿Cómo se atrevía a usar la ropa de Taehyung en sus narices? Le parecía algo tan descarado, que sentía su mente nublarse de la sola molestia.

—Pues Taehyung es tu novio, ¿No? —dijo con burla—. ¿Qué, te preocupa que me vea de este modo? ¿Piensas que te lo podría quitar? Se supone que solo tú le gustas, yo no afecto en nada —alzó la barbilla con superioridad—. Deja de ser el crío malcriado e insoportable de siempre y no me jodas, Jungkook. Soportarte es una verdadera molestia, no comiences.

Se dio media vuelta, regresando a la cocina, dejando a Jungkook con el enojo latente en su pecho. Soltó su bolso en el suelo, y también se metió a la cocina, tomando del brazo a Tzuyu y apegándola a la pared.

—¿Soportarme es una verdadera molestia? ¡Pues tú eres la la puta definición de estorbo! ¡Estoy harto de tus malos tratos, de tus confianzas y tus insultos! ¡Estoy harto de verte la cara cada vez que llego acá y estoy harto de que vivas en este departamento!

—J-Jungkook, suéltame —la mujer se movió, intentando soltarse del agarre del menor, pero Jungkook la sostuvo más fuerte, haciéndola jadear—. ¡M-me lastimas!

—¿Te lastimo? —rió irónico—. ¿¡Y sabes tú, puta de mierda, cómo me has lastimado tú con tus palabras y acciones!? ¡No te hagas la víctima! —la mujer se removía, y Jungkook tomó su otro brazo, teniéndola acorralada—. Escúchame bien, Tzuyu, te irás a tu habitación, te cambiarás la ropa por algo decente y volverás aquí como si nada. Ya basta de tu mierda.

Tzuyu tenía los ojos desorbitados del miedo, así que asintió eufórica y Jungkook la soltó, aprovechando para salir de ahí y meterse a su habitación. Sacó su celular de su bolsillo, y marcó el número de Taehyung, con la respiración pesada por toda la adrenalina y molestia que aún recorría su cuerpo.

¿Jung-

—Ven ahora mismo a tu puto departamento si no quieres que tire a Tzuyu desde tu balcón —interrumpió.

¿Qué? Jungkook cálmate, ¿Sí, bebé? Cuéntame qué pasó y-

—¡Que se calme tu puta madre, Taehyung! ¡Ven ahora mismo o la mato! —exclamó, con el enojo subiendo aún más. ¿Qué se calme? No sea imbécil—. Te juro que ya rebasó mi paciencia, y tú no quieres desastres en tu departamento, ¿No?

Escuchó movimiento a través de la línea, y esperó a que Taehyung contestara. —Escúchame, Jungkook. Estoy de camino para allá, llegaré en quince minutos aproximadamente. Métete en mi cuarto, y espérame ahí, ¿Sí? Ya llegaré pronto. Intenta calmarte.

—No me voy a calmar hasta que llegues y la saques de aquí, así que apresúrate —dictaminó.

Colgó la llamada, y salió hasta la sala recogiendo su bolso y entrando en la habitación de Taehyung. Respiró hondo un par de veces, pero nada funcionaba. Tzuyu había sobrepasado los límites, y quizás estaba saliendo a flote todo su malestar que tenía guardado desde hace meses. Ya estaba harto, no la quería cerca. No quería más humillaciones, tampoco quería seguir sintiéndose tan inútil, tan inferior.

Solo quería volver a la normalidad, solo quería ser el chico seguro y feliz de antes. Solo quería dejar de sentir tan roto e intimidado.

Escuchó la puerta del departamento abrirse, y salió con rapidez de la habitación, pero Tzuyu había sido mucho más rápida que él y se encontraba abrazada a Taehyung, llorando y mostrando su brazo con marcas rojizas.

Ah, tampoco había cambiado su ropa.

Frunció el ceño y se acercó hasta Tzuyu, tomándola del brazo y tirando de ella para alejarla de Taehyung. —¿Por qué sigues vestida así? Te dije que te cambiaras.

—¡Suéltame! —se quejó, y miró a Taehyung—. ¡Me lastima, Taehyung!

—Jungkook, cálmate. Vamos a resolver esto de manera calmada —intervino Taehyung, intentando llegar a Jungkook, pero este se alejó.

—Cámbiate ahora mismo —amenazó sin titubear—. No te victimices.

Taehyung tomó a Jungkook, separándolo de Tzuyu. —Hey, cálmate y cuéntame qué sucede. Así no solucionaremos nada.

Jungkook se soltó del agarre de Taehyung, pero tampoco volvió a irse contra Tzuyu. Su lengua presionó sobre su mejilla, y miró a la mujer con intensidad.

—Mira cómo me lastimó, Taehyung —habló Tzuyu mostrando su brazo—. Es un bruto, no me respeta incluso si soy mujer.

Taehyung miró los brazos de Tzuyu, y miró a Jungkook. —¿Tú hiciste esto? Jungkook, estas no son las formas.

—Oh, claro que no son las formas —rió y apretó sus manos—, pero cuando llegas a tu límite créeme que no razonas bien. Cuéntale, Tzuyu, cuéntame a Taehyung todo lo que me has hecho. Dile todo lo que me dices a mi.

Tragó saliva. —N-no sé de qué hablas. Estás loco, y te atreviste a lastimarme.

—¿No sabes de lo que hablo? —preguntó incrédulo, y Taehyung lo tomó cuando estuvo a punto de irse nuevamente contra Tzuyu—. ¿¡No sabes de lo que hablo!? ¡Eres una hija de puta! ¡Me has estado insultado y tratando mal! ¡Has estado metiéndote en nuestra relación! ¡Ni siquiera me invitaste a la reunión que le hiciste a Taehyung!

Se soltó de Taehyung, y se giró para verlo frente a frente. »Cada vez que tiene la oportunidad se encarga de recordarme que soy una carga para tí. El día de tu cumpleaños me denigró tanto, se burló de mí, por ella fue que tuve que irme. La he soportado este tiempo, Taehyung.

»La vez que contestó tu teléfono, me insultó de la peor manera, y aunque le insistí una y otra vez que quería hablar contigo, se dedicó a decirme el estorbo que soy. Incluso hoy, me dijo que soy un crío insoportable.

El departamento estaba en silencio, y Taehyung solo podía intercalar su mirada entre Jungkook y Tzuyu, sorprendido por toda la información que estaba recibiendo. Se sentía como un imbécil, siendo un ignorante de todo lo que sucedía a sus espaldas. Jungkook se veía desesperado, y Tzuyu solo miraba el suelo, sin querer decir más nada.

—¿Por qué nunca me dijiste nada? —murmuró con pesar—. ¿Por qué tengo que enterarme justo ahora? ¿Dónde está la confianza entre ambos? Quizás soy un idiota por no haberme dado cuenta de nada de esto, pero tú podías habérmelo dicho y créeme que esto no hubiese llegado tan lejos, Jungkook.

Jungkook tragó saliva, y desvió la mirada. Miró a Tzuyu. »También contigo. Hemos sido amigos durante años, y no dudé en abrirte las puertas de mi casa para no dejarte afuera. ¿Y haces esto? ¿Qué acaso no recuerdas la vez que nos quedamos hasta tarde hablando? Esa vez que hablamos de todo y te comenté lo importante que es para mí Jungkook. Recuerdo que me dijiste que estabas feliz por mi, ¿Acaso siempre fue una mentira?

»No saben lo mal que me siento ahora mismo, verlos de esta manera, y enterarme de cosas desagradables de ambos.

—Taehyung, lo lamento. Debí hablarte de esto desde la primera vez, pero entiende que no quería lastimarte a ti —Jungkook apretó sus labios, indeciso—. Creo que Tzuyu debería de irse hoy mismo. Ya ha hecho el daño suficiente.

La mujer abrió los ojos y negó. —¿Qué? No puedes echarme.

—Sí puedo —dijo, y miró a Taehyung—. Dile que se vaya. Nos ha estado haciendo mal a ambos.

Taehyung suspiró. —Te entiendo, pero no puedo echarla, Jungkook. Mira la fecha, no es momento. Mañana se acaba todo esto.

Tzuyu se sintió aliviada, y Jungkook enarcó una ceja por eso. Rió sin ganas. —Bien, te la dejaré más fácil, Taehyung; o se va ella o me voy yo.

—Jungkook... —Taehyung lo miró sorprendido.

—O se va ella, o me voy yo —repitió—. Tú decides, Taehyung.

—Bebé, sé que no estás en el mejor momento, pero entiéndeme. No puedo sacarla hoy, espera hasta mañana, por favor —pidió, tomando de los hombros al menor—. Si quieres nos vamos a tu departamento, pero hoy no la echaré.

Jungkook lo miró a los ojos, y sonrió. —Ok, amor. Tzuyu no se irá hoy.

Sacudió sus hombros, quitándose las manos de Taehyung de encima, y se encaminó hasta la habitación de Taehyung, siendo seguido por este.

Jungkook tomó su bolso, colgándolo en su hombro, e intentó salir del lugar, pero Taehyung se interpuso en su camino. —Kook, escúchame.

—Déjame ir —dijo, empujándolo—. Eres un imbécil, y yo aún más por creer que diciéndote todo lo que he estado viviendo por fin la sacarías de tu vida, pero ya veo que no. Quédate con ella, yo me iré.

—Jungkook, me iré contigo, no me quedaré aquí —insistió, deteniendo nuevamente los pasos de Jungkook cuando quiso salir otra vez—. No puedo sacarla hoy, amor. Mañana se irá, te lo prometo, créeme.

—Vete a la mismísima mierda, Taehyung —escupió con molestia—. Mi estabilidad emocional, mi salud mental y nuestra relación se ha ido al carajo por culpa de ella y tú sigues siendo bueno con esa idiota —como pudo lo quitó de su camino y se encaminó hasta la salida, pero Taehyung volvió a tomarlo del brazo para detenerlo—. ¡Déjame en paz!

Quitó el agarre. »¡No te quiero cerca ni hoy ni después! ¡Te juro que vuelves a tocarme y te mato a ti y luego mato a la hija de puta de Tzuyu!

—Amor, por favor —rogó, queriendo tomar al chico en brazos.

—Estoy decepcionado de ti, y mi corazón duele como no tienes idea... —los ojitos de Jungkook estaban llenos de lágrimas, y Taehyung sufrió con la imagen—. C-creí que era importante para ti, pero no lo soy. No me busques ni me sigas, déjame en paz. Eres a la última persona que quiero ver.

Sin agregar más nada, se colocó rápidamente sus zapatos y salió del departamento, con su vista nublada por las lágrimas. Tomó el autobús directo a la estación de trenes, y no lo pensó mucho cuando compró un boleto a Busán, necesitando con urgencia un abrazo de su madre, y que lo sostuviera solo un poco.

Tomó asiento en su puesto correspondiente, y sintió su celular sonar una y otra vez, así que lo apagó. Con su corazón hecho pedazos, y con sus ilusiones rotas comenzó a llorar, sintiéndose tan diminuto en el sitio.

Taehyung era la última persona que creyó que lo lastimaría, pero la vida se encargó de romper todos sus ideales.

Taehyung marcaba una y otra vez el número de Jungkook, bufando cuando escuchó el repicar que indicaba que el celular estaba apagado. Miraba por la ventana de su departamento, sintiendo la desesperación cubrirlo entero, queriendo perseguir al menor, pero sabiendo que no lo quería cerca.

Lo había arruinado todo, y lo menos que podía hacer era darle su espacio. Era él quien debía dar disculpas, así que le tocaba esperar a que Jungkook quisiera escucharlo.

—Taehyung, entra al departamento, hace frío.

Cerró los ojos, y bajó la cabeza. —¿Siquiera te importa lo que me pase?

—¿Por qué dices eso? Sabes que tú me importas como nadie —salió al balcón, posicionándose a su lado—. Entra, por favor.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó, mirando a la mujer a los ojos—. ¿Cuál era la necesidad de ser tan cruel con él? ¿Qué te hizo?

Tragó saliva, y desvió la mirada. —No creo que sea bueno para ti. Mereces algo mejor.

—¿Algo mejor? —preguntó incrédulo—. Ese chico es lo mejor que puedo tener en mi vida, y soy el hombre más feliz por tenerlo. No tienes derecho a decidir quién es bueno o no para mí.

Se dio media vuelta y se adentró al departamento, en dirección a su habitación, pero Tzuyu lo detuvo.

—¿¡Cómo puedes decir que él es lo mejor!? Jungkook solo es un crío inmaduro que no sabe lo que quiere. No puede ni resolver los problemas solo, sin antes decirte a ti para que lo ayudes. Es una carga, Taehyung, abre los ojos.

Se giró a ver a Tzuyu, con su ceño fruncido por lo escuchado. —¿Sabes todo lo que ha estado pasando Jungkook por tu culpa? No es el mismo de antes, ahora es inseguro, y ya ha sufrido de dos ataques de ansiedad por tus cosas. Te ha soportado todo este tiempo en silencio, y nunca me ha hablado mal de ti. Incluso la cena de hoy la propuso él al verme tan culpable por dejar tu ridícula reunión. Estaba dispuesto a estar junto a ti solo para hacerme feliz. ¿Y dices que es un crío inmaduro? Pues yo creo que tú eres más inmadura que Jungkook al lastimar psicológicamente a un chico que nunca te ha hecho nada.

»No vuelvas a decir que Jungkook es una carga, porque ni tienes ni puta idea de cómo es nuestra relación, así que no opines de cosas que no te importan y te incumben.

—¿Que no me importan? —rió y negó—. Me importan más de lo que crees, Taehyung. Trece años a tu lado, y para mí fue devastador tener que alejarnos, pero volví por ti, ¿Y qué encuentro? ¡Un niño idiota que me estorba en todo! —se acercó hasta Taehyung, mirando de cerca su rostro—. Trece años detrás de tí, esperando a que me tomaras en cuenta, y nunca lo hiciste. Trece años enamorada de ti como tonta, y no iba a dejar que ese imbécil me quitara lo que es mío.

Taehyung no cambió su expresión, manteniéndola seria. Levantó su mano, sosteniendo la mandíbula de Tzuyu con firmeza.

—¿Todo esto fue por celos? —se preguntó a sí mismo, caminando hacia atrás y apoyando a Tzuyu contra la pared—. Eres una mujer preciosa, Tzuyu, podrías tener a todos a tus pies. Inteligente, hermosa, fiel. Lo tienes todo. Eres... la mujer perfecta.

—Yo soy mejor que Jungkook, Tae —susurró, ladeando la cabeza para acercarla más a la mano contraria.

Taehyung sonrió. —Puede que sí lo seas —dejó de sonreír y se alejó, desconcertando a Tzuyu—, pero aún así lo prefiero a él.

—Taehyung.

—Si no te hice caso en los trece años que estuvimos juntos, ¿Qué te hace pensar que lo haré ahora? Podrás ser perfecta, Tzuyu, pero nunca me gustaste y nunca lo harás. Te metiste con el amor de mi vida, y eso no te lo voy a perdonar jamás —se terminó de alejar, tomando su gabardina y su billetera—. Por los años de amistad, te dejaré quedarte hoy aquí, pero mañana te irás y desaparecerás de mi vida. No te quiero cerca de mi, ni de mi chico.

Miró una última vez a Tzuyu, encontrando sus ojos bañados en lágrimas, pero poco le importó, saliendo de su departamento con dirección a un hotel. En el camino dejó ir las lágrimas de preocupación por Jungkook, e intentó llamarlo una y otra vez, recibiendo el tono de que su celular aún seguía apagado.

—Mi amor... —sollozó con la mirada perdida en la vía—. Solo quiero saber que estás bien.

Era el más idiota del mundo, y no se merecía a Jungkook, pero solo quería saber que estuviese bien. Solo quería asegurarse de que no le pasara nada, incluso podría soportar sus gritos y reclamos, solo para saber que estaba sano y salvo.

Podría soportar, con todo el dolor del mundo, que Jungkook lo echara de su vida, pero solo deseaba saber que ese niño de preciosos ojos estrellados estuviera bien.

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