Capitulo 4 - La maldición - 2da parte

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Albert cayó al suelo intentando respirar, jadeaba buscando aire, desesperado e iba perdiendo el conocimiento mientras unos pasos se acercaban y escuchaba una voz quebrada gritando su nombre. Despertó unas horas después en una cama de hospital, conectado a varios aparatos y a una intravenosa, Mirtle lloraba a su lado y se levantó de inmediato cuando él se quejó, ella se acercó despacio y sus lágrimas corrieron de nuevo

— ¡oh, Albert, estás bien! ¡estás vivo! —

y lo abrazó tan cuidadosamente como pudo, al fondo de la habitación estaba una pálida jovencita de pelo negro recogido en una cola de caballo, cuyos ojos azules, grandes y profundos, también lagrimeaban.

De la Lucy Loud obscura quedaba muy poco para ver, ella seguía escribiendo y haciendo casi todo lo que acostumbraba, pero se deshizo de su look dark, ahora vestía jeans y playeras de grupos de death metal o motivos parecidos, aunque no fueran negras, y usaba tenis skaters o botas industriales; alguna vez Albert le había pedido que lo dejara ver su rostro y le alabó la belleza de su mirada, escondida detrás del fleco, Lucy se recogió el pelo desde entonces.

Ella fue quien se dio cuenta de que Pop-pop recibía a un hombre cada semana, hablaban por al menos una hora y después su abuelo estaba encerrado toda la tarde, luego salía a cenar y se le notaba callado, Lucy diría que hasta triste, pero Mirtle no hacía preguntas, a saber que estaría pensando en su alegría ingenua de tener una casa donde vivir con su esposo y una "hija" caídos del cielo.

Pop-pop estaba débil del corazón desde la guerra, Vietnam no fue amable con él para nada y regresar a casa con una herida grave no ayudó mucho, sobre todo porque había que cuidar de una familia, y aunque él logró hacerlo de manera admirable, la muerte de su esposa fue una nueva estocada que pudo resistir solo gracias a su hija, aunque ese corazón comenzaba a debilitarse; se mantuvo estable por años, pero cuando la familia de Rita se dividió, él se mantuvo al pendiente de todo lo que pasaba con sus nietos y fue entonces que todo se vino abajo, saber lo que paso con todas y cada una de las chicas fue llenándolo de pena y finalmente no aguantó más; esa tarde el agente Sinner lo visitó para darle el más reciente reporte sobre la condición legal de sus nietas y enterarse de que dos de ellas estaban en la cárcel de nuevo, y las causas de esto, terminaron por dar el golpe definitivo; Albert tuvo un infarto y la pronta acción de Lucy fue lo que le salvó la vida.

Desgraciadamente para la familia, todo iba juntándose como una bola de nieve rodando cuesta abajo: la cárcel para los padres, la separación de los hijos, el que las mayores cayeran en el alcohol y las drogas, el arresto de dos de ellas... y aún faltaban más problemas. En casa de Shirley las cosas fueron mal, aunque nunca tan mal como con Ruth, pero aun así, las niñas tuvieron muchos problemas; las secuelas psicológicas de ver a su familia destruida y a sus padres encarcelados no fue suficiente, todavía tuvieron que aguantar la indignidad de que se les quitaran sus pasatiempos más queridos, cosas que técnicamente las definían como personas; Shirley no supo ver que las niñas necesitaban seguir esas rutinas para sobrevivir al gran trauma que acababan de pasar y terminó de romper lo poco que les quedaba.

Lana no hubiera necesitado mucho, hasta habría aceptado tener que ser una persona aseada, pero quedarse sin los animales era demasiado, la mecánica pudo seguir en su vida porque la escuela tenía un taller y ella tenía un refugio ahí, pero sin sus mascotas, sus queridos amigos y compañeros de vida, la misma se volvió gris y triste, ni siquiera el saber que estarían en un buen lugar le bastó, entonces todo lo demás perdió el sentido para ella, a poco abandonó la reparación de aparatos y motores, y se dejó hacer por su tía, entonces Lana se volvió limpia, ordenada e incluso algo maniática de lo último, solo que había perdido su corazón. La pequeña era una especie de fantasma que hacía todo lo necesario, lo que Shirley ordenaba y esperaba de ella, pero todo sin emociones, Lana era solo un robot, o lo fue hasta que su hermana la llevó al lado obscuro.

Lola fue la que más perdió en esta mudanza, Shirley siempre criticó que Lynn Sr. y Rita la llevaran a participar en estos concursos de belleza infantil, su opinión era muy conservadora al respecto, y no es que le faltara razón, pero la pequeña ya había construido su vida alrededor de estos eventos, se acostumbró a ser el centro de atención, y la vanidad desmedida que ella tenía como consecuencia solo la hicieron sufrir más; Lola no quería una actividad donde realmente tuviera que esforzarse de verdad para competir, por eso el deporte o el baile no fueron opción como sustitutos, ella quería las luces y los halagos a su belleza; el dinero y la fama que esperaba a futuro, los cuales serían derivados de lo mismo, se esfumaban antes sus ojos y fue entonces cuando se rebeló de la única forma en que podía. Lola Loud se volvió la peor niña del mundo, era grosera hasta el insulto soez, gritona, soberbia y despreciativa, nada ni nadie eran lo suficientemente buenos para ella, por lo que fue imposible verla contenta de nuevo, vivía en una amargura y enojo constantes, todo la molestaba, todo la ofendía y respondía con la misma moneda, así que fue solo cuestión de tiempo para que pasara de la violencia verbal a la física.

Aunque alguna vez lo intentó, en la casa no podía ser tan violenta como hubiera querido porque Lana era más fuerte que ella, Lisa era más peligrosa y Lily estaba todo el tiempo bajo las faldas de la tía Shirley, pero la escuela era un campo libre y abierto donde se volvió popular a fuerza de golpes, mentiras y chantaje; todos en su grado y los inferiores la admiraban o la temían, incluso alguno del grado superior sabían que tenían que cuidarse de ella, pero la mayoría de los mayores la miraban por encima del hombro y eso la hacía enfurecer, la escuela era suya, tenía que serlo, pero no sucedió hasta que Lana entró a la ecuación. La gemela "buena" era solamente una alumna más caminando por los pasillos hasta que escuchó un grito en un salón al que se aproximaba, la curiosidad ganó en su mente y se asomó para encontrarse con un cuadro que le pareció imposible: Lola, la implacable e invencible, estaba en el suelo, con la nariz sangrante y otras tres chicas la tenían acorralada en una esquina, esto fue suficiente para que la vista de Lana se nublara y un tornado de furia y golpes atacara a las niñas que tenían a su hermana en ese estado, lo siguiente que la ex animalista recordaba es que su gemela le salpicaba la cara con agua para calmarla, Lola consiguió lo que quería, se deshizo de la competencia y se ganó una ejecutora.

A partir de entonces "la princesita" ya no tuvo oposición en la escuela, tenía un séquito de aduladores y traficantes de todo tipo a su alrededor, quienes obedecían ciegamente, y su mano derecha era su gemela, quien pasó a ser una especie de Lynn Jr. solo que esta no trabajaba para su propio beneficio, si no que obedecía a cada palabra o gesto de su hermana. Así fue como se volvieron temibles, mientras Lola movía dinero, influencias y poco después comenzaba con sustancias ilícitas, Lana era la encargada de cobrar, asustar y ejecutar sentencias contra quienes se rebelaran; ambas se volvieron desconfiadas en extremo y sádicas absolutas, se complacían en torturar física y mentalmente a sus adversarios o a sus deudores y todos estaban muy al cuidado de no caer en desgracia ante sus ojos porque sabían de lo que este par eran capaces. Para empeorar las cosas, Lola descubrió los vicios, tanto químicos como carnales de algunos profesores y los explotó para obtener beneficios de ello, entonces su reino estuvo completo, tenía al calvo Huggins engañado mientras le proveía de pornografía infantil, a Pacowski de meta anfetaminas (hechas en algún laboratorio escolar gracias a una receta que le robó a Lisa) y a algunos otros incluso les alquiló, a la fuerza o por "voluntad propia", niñas y niños de la misma escuela; así se aseguró de exámenes, calificaciones y dispensas en clases, por turnos y hasta por días enteros; Lola Loud no podía ser más feliz, su subida fue meteórica y ella ya se veía triunfante, haciendo lo mismo en cada escuela a la que asistiera, o al menos eso creía, pero después de un año, todo esto se vendría abajo como un castillo de naipes.

Lisa Loud siempre fue un bicho raro, nacida y diagnosticada casi de inmediato como "niña genio", sus únicas dificultades en la vida fueron, en cuanto pudo caminar, hacer sándwiches sin corteza y lograr la fusión nuclear en frío y ambas las logró con el tiempo, pero se había quedado sola. Ella siempre se sintió como excluida de la familia porque nadie la entendía, y a pesar de ser una niña pequeña, su gran inteligencia la aislaba de sus demás hermanos, bueno, de casi todos; Lisa siempre estaba en búsqueda de conocimiento y cuando comenzó el problema con Lori pudo haberlo detenido, pero su curiosidad sobre hasta dónde podía llegar esto la impulsó para hacer modelos de escala de agresividad, de violencia familiar y cosas así, todo englobado en un "experimento social" que vigiló minuciosamente, no supo cuando se contagió de todo esto y comenzó a participar activamente, pero para cuando llegó el inspector Demetrius, ella estaba metida hasta el cuello en la agresión a sus hermanos; después se dio cuenta de lo que había hecho, pero al igual que Lynn, prefirió engañarse pensando que todo había sido por la ciencia y que ella no tenía la culpa de nada, solo que, al llegar a casa de Shirley, y viéndose privada de todo lo que representaba la ciencia para ella, se dio cuenta de su error.

Ya no tenía nada de su laboratorio y mucho menos un bunker donde refugiarse o aislarse para hacer experimentos, su tía ni siquiera le dio permiso para quedarse con los químicos más básicos para distracción o experimentos escolares, la pequeña genio incluso, por primera vez en su vida, recibió unas nalgadas después de hacer un experimento con los líquidos de limpieza y quemar el piso de la cocina, ella no lo hizo con mala intención, pero sabía perfectamente que sucedería con la sustancia que creó, y de todas formas la dejó caer en el suelo para comprobarlo; estas nalgadas la traumaron, no fue una golpiza salvaje ni mucho menos, pero ella no necesitaba que fuera muy violenta para quebrar el equilibrio mental de la pequeña, el simple castigo la hizo creer que no valía la pena comunicarse o interactuar con nadie si el resultado iba a ser siempre negativo, así que se dedicó a ignorar a todo el mundo, solo se fijaba en la gente para experimentar con ellos.

Como un entomólogo que recoge insectos para sus estudios, Lisa solo veía prospectos sobre los cuales hacer estudios de todo tipo, a veces eran psicológicos y entonces deslizaba notas falsas en los bolsillos y en los casilleros, hacía correr chismes sobre alguien y observaba, con su celular en mano, como esto llevaba a su espécimen escogido al llanto o al terror e incluso a la violencia por parte de quienes lo rodeaban; a veces eran estudios biológicos o químicos, entonces ella vertía líquidos o algunos sólidos en la comida o la bebida del sujeto, a veces los rociaba y escapaba corriendo, muchos de estos experimentos iban desde saber cuan irritante podía ser una sustancia hasta el tiempo en que tardaba el notar escozor, salida de granos, sangrados profusos y hasta desvanecimientos e intoxicaciones, a Lisa no le importaba la vida o la integridad de nadie, no eran iguales a ella y solo servían para eso, lo que ella ignoraba es que la mayoría de las veces los afectados no hacían nada porque creían que era protegida por sus hermanas, quienes eran dueñas de la escuela.

El caso de Lilian era por mucho el más terrible, la pequeña se vio privada de un día para otro de casi toda su familia, ella había presenciado con terror la pelea que hubo con sus hermanos y luego de unos días de agitación muy extraños, la mayoría se habían ido y a ella la llevaron con una señora que apenas conocía, esto representó un shock tan grande que la niña enmudeció. Era medrosa, y apocada, se dio cuenta de que solo le quedaba resignarse a vivir ahí, y aunque Shirley la quería mucho y se preocupaba por ella todo el tiempo, sus hermanas se convirtieron en unos monstruos que nada tenían que ver con las niñas que la mimaban y consentían, además de que sus hermanos mayores desaparecieron y sus padres también; ella simplemente se quedó sola y huérfana, entonces el miedo la envolvió y el silencio se hizo su única protección. Su tía la llevó con varios médicos y especialistas, pero nadie fue capaz de sacarle una palabra, Lily estuvo sola en casa y más sola en la escuela, donde nadie hablaba con ella ni se le acercaba por temor a despertar la ira de las gemelas, cuando Lily lo supo, comenzó a conocer el odio en su estado más puro, ellas le estaban quitando la oportunidad de poder tener amigos, de estar acompañada, y lo peor era que ellas no estaban con ella tampoco, había desaparecido para su familia.

Cuando Albert se repuso lo suficiente para salir del hospital, quiso regresar a la casa y a la vigilancia de su mujer y su nieta, pero el cardiólogo fue categórico, necesitaba descansar y llevar un tratamiento médico muy riguroso, además necesitaba una operación que solo podían hacerle en el hospital militar de Detroit, y tendría que ir a vivir allá para que su observación pre y post operatoria fuera 100% efectiva, Lucy misma se encargó de llevar el papeleo necesario para que el ejército le diera a su abuelo la oportunidad de vivir por más tiempo, pero esto representaba un problema para ella, si él y Mirtle se iban a Detroit, ella no podría vivir con ellos, Mirtle apenas podría cuidar de su abuelo como para además ocuparse de ella y Albert estaba definitivamente fuera de combate, no podía cuidarla y ella no iba a contribuir a matarlo; entonces pensó en sus opciones y se dio cuenta de que solo le quedaba una salida.

Lori descansaba en un parquecito cercano a la oficina, era su hora de comida y prefirió comer su almuerzo fuera del comedor de la empresa en la que trabajaba, afortunadamente no era obligatorio estar dentro del edificio y ella aprovechaba esas reglas al máximo, se escapó de la vigilancia de Geraldine, quien había tomado por costumbre comer con ella, no solo por ser su amiga sino porque la comida de Lincoln la hechizaba y siempre estaba a la caza de poder robarle algo de comida a la rubia.

Cuando la mayor de los Loud estaba dándole los primeros bocados a su almuerzo, sintió algo, una presencia, un aire frío que le recorrió la espalda despacio y la hizo temblar, tenía mucho tiempo sin sentir ese miedo a voltear, esa opresión, ese... Lori volteó a su lado para ver a una jovencita de largo pelo negro suelto, pero bien peinado, vestida con un flojo overol de mezclilla negra, blusa de manga larga, negra también y botas industriales viejas y gastadas; el sobresalto fue apenas disimulado cuando reconoció en esa chica a su hermana menor

— ¡¿L-Lucy?! —

— ho-hola, Lori, perdón por la visita inesperada —

— ¡no, no!... — dijo la rubia bajando su ritmo de respiración —... al contrario, que bueno es verte... —

y sin pensarlo ni un segundo, la abrazó con fuerza, Lucy dudó un momento, pero al sentir la calidez de esos brazos, correspondió con fuerza, luego, sin saber por qué, las lágrimas brotaron de sus ojos y su llanto ahogado se escuchó mientras temblaba, hipando sin control; Lori no esperaba esto, pero recuperó de inmediato el dominio de sí misma y esperó pacientemente a que su hermanita se calmara mientras le acariciaba el pelo y le decía que se tranquilizara, que todo estaba bien.

Estuvieron en el parque un rato, pero la ex dark no habló de otra cosa porque Lori no estaba muy interesada en saber de las demás y solo se limitó a preguntar por su visita, le preocupaba que Lucy estuviera en Detroit sola porque, aunque ya no era tan pequeña, seguía siendo una niña, al menos en edad porque definitivamente había crecido mucho, físicamente hablando; Lucy no estaba muy segura de decirla a su hermana mayor el porqué de su visita, pero poder llorar en su pecho y quitarse algo del gran peso que llevaba encima, la hicieron abrirse

— ¿ya estás mejor? cálmate, Luce, dime ¿te pasó algo? ¿a qué has venido? —

— vine a dejar unos papeles a las oficinas del ejército en Detroit —

— ¡¿vas a enlistarte?!... pero todavía eres muy joven para... —

— no, no es eso... — Lucy bajo la vista y le dijo con voz baja —... Pop-pop está muy enfermo, Lori; él tuvo un infarto hace unos días y se salvó por un milagro, el doctor le dijo que tienen que operarlo del corazón y solo en el hospital del ejercito pueden hacerlo, ellos pagarán todo por ser un veterano condecorado, pero tienen que venir a vivir acá —

— ¡por dios!... pobre abuelo, pero si van a operarlo quiere decir que estará bien... un momento, ¿ustedes tienen que venir a vivir acá? ¿y en donde vivirán? —

— en la ciudadela militar, donde viven los oficiales, incluso tienen ya una casa reservada para él, resulta que un viejo compañero del abuelo es almirante o algo así, él fue quien consiguió todo, pero... —

— ¿qué pasa, Luce? —

—ya no podrán cuidar de mí, Mirtle apenas puede ocuparse de Pop-pop y sus necesidades y yo... yo solo seré un estorbo... n-no tengo a donde ir y... Lori, déjame quedarme con ustedes... p-por favor... no estorbaré... l-lo juro... no tengo... n-no te-tengo a donde ir... —

Lucy de nuevo llora y Lori la abraza de inmediato, su mente corre a mil por hora pensando en todos los pros y contras de tenerla con ellos, pero es su hermana, su hermanita, por supuesto que la ayudará, aunque primero necesita enterarse de todo y ponerlo en la perspectiva correcta

— tranquila, Luce, solo tengo que hablar con el abuelo y después veremos cómo nos acomodamos —

Lucy esperó a su hermana mientras pedía un permiso para salir antes de la hora, afortunadamente Lori era una de las mejores empleadas y su jefe le tenía mucha consideración, tal vez también le tenía puesto el ojo encima, pero a ella eso no le importaba, al menos no en ese momento.

— ven, Luce... — le dijo la rubia una vez libre de la oficina —... vamos a casa —

— pe-pero... —

— tranquila, no hay problema, Leni está en el trabajo y Lincoln tardará en llegar —

Lucy suspiró aliviada y se dejó llevar en el automóvil de su hermana mayor.

Llegaron al apartamento y Lori de inmediato le dijo

— ponte cómoda, pequeña, mientras voy a llamar para avisar que no iré a clases hoy —

— p-pero Lori, no puedes faltar a clases por mí culpa, no quiero que... —

— nada, nada... — dijo la mayor mientras se descalzaba y se ponía el teléfono en el oído —... ahora no hay nada más importante que tú... ¿hola, Dina? sí, muy ocupada, ya sabes como soy yo... —

y en menos de cinco minutos ya estaba arreglado el problema, Lucy estaba admirada de la facilidad que tenía su hermana para hablar y poder solucionar todo en tan poco tiempo, Lori se fue a su habitación y en pocos minutos regreso descalza, con un short viejo y raído y una camiseta floja que dejaba ver su brasier por las bocamangas

— está bien, Lucy, soy toda oídos —

Lucy le hizo un resumen de la situación, la vida sencilla que llevaban en la casa, las visitas del agente, los reportes y la pena del abuelo; Lori apenas creía lo que pasaba con sus hermanas y pasó de la sorpresa al llanto al enterarse de lo mal que lo habían pasado Luna, Luan y Lynn Jr. en casa de Ruth, también la apenaron mucho los casos de sus hermanas menores y estuvo a punto de tomar el teléfono para hablar con Demetrius y pedir al menos la custodia de Lily, pero Lucy la congeló con la última noticia

—... creo... creo que todo mejorará a partir de hoy; fui a sacar a Lynn de la cárcel y a despedirme de ella, no tuve el valor para decirle nada, p -pero creo que a estas alturas ya deben de estar juntas... — ante la mirada interrogante de su hermana, Lucy lo dijo —... mamá salió de la cárcel hoy —

— ¿qué? pe-pero ella... —

— según dijo el agente Sinner, fue una prisionera modelo y salió por buena conducta, yo no esperé a verla, necesitaba entregar hoy los papeles de Pop-pop y lo trasladarán el fin de semana, por eso necesitaba hablar contigo... —

— está bien Luce, lo entiendo —

la conversación murió del todo en este punto y Lucy solo se movió para ir al baño y apenas aceptó algo de comer, Lori no supo cómo sacar a su hermana de ese caparazón de silencio y tristeza.

Lincoln llegó en la tarde y se extrañó de ver a una chica sentada en la sala, la miró detenidamente, analizándola: aunque era alta, se veía muy joven para ser amiga de Lori o Leni, tal vez sería de su edad pero no era su compañera de escuela, al menos no que él recordara, ella apenas giró su cara para mirarlo y él corrió a abrazarla

— ¡Lucy! —

ella estaba sorprendida y feliz al mismo tiempo, en realidad no esperaba que su hermano la reconociera, al menos no después de un año sin verla, y ella había cambiado mucho, Lucy correspondió al abrazo mientras preguntaba

— ¿Cómo supiste que era yo? —

— ¿crees que no reconocería a mi propia hermana? ¡mírate! estas enorme y hermosa, toda una señorita, ¿Qué haces aquí? ¿viniste sola? ¡la ciudad es muy peligrosa para una niña! yo... —

y la abrazó con todas sus fuerzas mientras ella se ruborizaba al máximo y de nuevo las lágrimas brotaban, extrañaba a este chico delgado y sentimental, el único que siempre estuvo con ella y la cuidó; Lori salió de su habitación y miró enternecida a sus hermanos menores, decidió que Lucy se quedaría con ellos sin importar lo que sucediera

— está bien, niños, suficientes abrazos y lagrimitas por el momento... — Lincoln soltó a Lucy y ambos quedaron frente a frente, mirándose sonreír y con los ojos inundados —... ahora hay que acomodar a "spooky" y avisarle a Pop-pop que ella se queda aquí, el papeleo lo arreglaremos después, también tengo que hablar con el señor Demetrius, seguro que él nos ayudará —

decía Lori mientras caminaba de un lado a otro de la sala, tal vez no lo demostraba, pero estaba feliz, sus hermanos, al menos los "buenos", se reunían alrededor de ella y se sentía mejor, más completa.

Cuando Leni llegó, hubo mucho llanto y abrazos y besos de nuevo, estuvo feliz de saber que Lucy viviría con ellos y de inmediato quiso que durmiera en su habitación, a estas alturas la pelinegra estaba algo abrumada por la efusividad demostrada por sus hermanos, pero estaba segura que no tendría problemas de casa.

Lori estuvo el resto de la tarde hablando con Albert, quien no estaba seguro de que tan buena idea sería que Lucy viviera con ellos, no desconfiaba de sus nietos, solo pensaba que sería una gran carga para Lori tener a más personas a su cargo, pero Lori no aceptó un no por respuesta, finalmente Pop-pop accedió y quedaron en que Lori hablaría con Demetrius y Albert cedería la custodia a nombre de Lori; inmediatamente después, Lori llamó a Demetrius y le explicó el asunto, el inspector le dijo que antes tenía que ir a inspeccionar la casa y sus condiciones, repasar como vivía Lincoln después de este año y hacer unos interrogatorios y solo así se daría el permiso, de lo contrario, ahora que Rita estaba libre, ella podría pelear esa custodia, claro que si Lucy prefería vivir con ellos, se haría un juicio y entonces... Lori estaba algo fastidiada de tanta palabrería legal, pero se dio cuenta de que era necesario cumplir con todo, así que aceptó que el mismo Demetrius hiciera la visita y así quedó pactado.

— entonces, tendré que regresar con Pop-pop y Mirtle hasta que se haga todo eso? — preguntó Lucy, en cuanto la llamada terminó

— no, tranquila, eres nuestra hermanita que está de visita en lo que se termina la mudanza y eso puede tardarse mucho... — le dijo Leni guiñándole un ojo —... mientras iremos a comprar tu cama y ropa y buscaremos una escuela y... —

— buena idea, Leni... — dijo Lori —... así, cuando venga Demetrius todo estará listo y no habrá quejas... — la mayor miró a Lucy —... perdona Luce, no te hemos preguntado si quieres dormir con Leni o conmigo, como no tenemos más habitaciones... —

— me gustaría dormir con Lincoln —dijo ella, todos se quedaron callados y luego la risa alegre de la pelinegra inundó la habitación, era tan raro escuchar a Lucy riendo, que los demás tardaron un momento en procesar la broma y reír también.

Esa noche todos estuvieron viendo películas y bromeando, nadie decía nada, pero esa Lucy era definitivamente otra, hablaba constantemente y estaba sonriente todo el tiempo, ¿acaso el tiempo con Albert la cambió tan radicalmente? y en efecto, eso fue lo que pasó. Lucy llegó con su abuelo siendo más callada y tímida de lo que era antes, si es que eso era posible, la intimidación por parte de su familia y la pelea la cerraron más al mundo, pero el contacto constante con un hombre alegre y libre fueron un gran remedio, también Mirtle contribuyó con su parte, ya que era amorosa y su alegría era a toda prueba, Lucy por fin tuvo toda la atención de unos "padres" por decirlo de alguna manera, y esto fue muy bueno para su carácter, la hicieron darse cuenta de que su vida podía ser muy diferente sin tener que abandonar sus pasatiempos y sus gustos obscuros, aunque después de vivir así por un año, ella cambió, sonreía muy a menudo e incluso a veces se escuchaba su risa, una risa cristalina y hermosa, a veces un poco macabra, es cierto, pero aun así era hermosa.

Lucy cambió su look, se descubrió los ojos para maravilla del mundo, ya que eran de un azul profundo y hechizante, recogió su pelo en una cola de caballo que le llegaba un poco más debajo de media espalda y dejó los vestidos, ahora siempre se la veía con mezclilla negra, jeans u overoles flojos y botas de obrero o tenis de skater; también amplió sus gustos musicales, ahora escuchaba rock muy salvaje, death metal, speed o cosas más marginales y obscuras, y aunque nunca dejó de escuchar música dark, también se sentaba con su abuelo a escuchar rock sesentero, Vietnam y la contracultura le tomaron por asalto la cabeza.

Esa era Lucy Loud ahora, y aunque había mejorado mucho, todavía no estaba bien, pese a vivir tranquila y feliz durante un año, todos sus temores regresaron cuando se dio cuenta de que tendría que abandonar a su abuelo, obligada por el padecimiento; y enterada de la salida de Rita, no quería, de ninguna manera, vivir con ella y sus hermanas de Royal Woods, así que solo tenía una última opción y fue a buscarla. Afortunadamente Lori, Leni y Lincoln eran buenas personas, amorosos y comprensivos, la habían aceptado sin reservas y una nueva vida se abría para ella.

Durante la visita del inspector Demetrius, Lori tuvo una larga charla con él, quien estaba muy apenado por la forma en que las hermanas Loud mayores casi habían destruido sus vidas, los problemas de las menores no eran menos graves pero no arriesgaban sus vidas, o al menos eso esperaba, tal vez todo mejoraría ahora que la madre estaba en libertad; Lori explicó largamente sobre la situación de Albert y la imposibilidad de hacerse cargo de una adolescente, y en cambio, en esa casa, sus hermanos mayores trabajaban y estudiaban al mismo tiempo y ella seguro se amoldaría bien y no habría problemas, además de que había no una sino dos personas adultas en esa casa, las cuales cuidarían sin problemas de ella; Demetrius aceptó que Lucy estuviera con ellos mientras Albert era tratado y operado, y después verían si la chica regresaba con él o se quedaba con sus hermanos, se hizo el papeleo de rigor y el inspector se fue. Una vez resuelto el asunto, al día siguiente Leni se llevó a Lucy a su trabajo, donde le compró ropa, y al salir, fueron a buscar las cosas que necesitaría para su nueva vida, Leni no reparó en gastos para equipar a su hermanita e incluso ella pagó la cama y un ropero.

Los primeros días, Lucy vivió muy contenta con ellos, sobre todo porque no tenía que ir a la escuela (no duró mucho esa flojera porque Demetrius fue rápido en hacer el cambio de distrito escolar), su rutina diaria consistía en levantarse con sus hermanos y ayudar a hacer el desayuno, pero en cuanto todos se iban, ella regresaba a la cama y dormía casi hasta el mediodía, luego limpiaba los espacios comunes y cocinaba algo sencillo, la verdad es que, aunque sabía hacerlo, no era tan buena como algunos de sus hermanos y tampoco le gustaba mucho. Una semana después llegó la autorización para el cambio de escuela y Lori la llevó a la misma escuela de Lincoln.

Todo iba bien en casa, pero Lucy sentía que algo no estaba bien, notaba cierta tensión extraña entre sus hermanos, Leni era la misma, tranquila y sencilla, adorable con el corazón más grande que nadie, aunque dejó atrás su bobería y se le notaba lista y madura; pero Lori había cambiado y Lincoln también, la mayor ya no era la histérica controladora y pegada a su cel todo el tiempo, cambió su Look, dejándose crecer el pelo y su cuerpo también cambió, subió unos kilos, los cuales se acomodaron en los lugares justos y la hicieron más sexy y deseable para los hombres, su carácter era fuerte solo que no regañaba a nadie ni gritaba, había evolucionado y se le notaba firme y seria, y aunque seguía siendo algo llorona, era muy distinto a los berrinches que hacía por Bobby o por sus cosas; Lincoln ahora era más alto, casi tanto como Lori y Leni, al practicar deporte, su cuerpo se hizo atlético, además de que su sobre mordida desapareció, cambió su corte de pelo y su forma de vestir, se veía mayor a su edad y muy formal, ya no era para nada el niño bobo y freak que ella recordaba; pero algo más estaba mal, era algo que no encajaba.

En su primer día de escuela, Lucy siguió a su hermano como si fuera su mascota, ella no faltó a ninguna clase, pero en cuanto tenía oportunidad, se plantaba en la puerta de su salón, aunque fuera solo para verlo, ella esperaba una reacción normal de rechazo, pero increíblemente no sucedió, incluso él la invitó a pasar y esperarlo mientras terminaba un apunte y después se fueron a almorzar, el pagó por ambas comidas y le presentó a sus amigas, Lucy estaba encantada con el cambio de Lincoln, es como siempre quiso que fuera Lynn o alguna de las otras, quienes mal que bien siempre la hacían a un lado, esto hizo que menos quisiera dejarlo, pero notó algo, las amigas de Lincoln parecían muy interesadas en él, solo que su hermano apenas lo notaba, Lucy sabía que podía ser algo denso, pero algunas señas eran muy evidentes y él peliblanco no parecía darse cuenta de nada. Finalmente el día terminó y los Loud enfilaron rumbo a casa, ese día Lincoln no tenía trabajo, así que podían irse juntos; Lucy caminaba en silencio a su lado, quería preguntarle si de verdad no se daba cuenta o es que no le interesaban las chicas... ¿sería gay? se quitó de la cabeza la idea al recordar su reacción con la señorita Di Martino y su romance con Ronna, pero entonces no encontraba una razón, al menos todavía.

Al llegar a casa, Lincoln se metió a la cocina de inmediato y se puso a cocinar, Lucy le ayudó y pronto quedó hecho un sencillo guiso de macarrones con queso y albóndigas, y una ensalada; ella de inmediato se sirvió y comenzaba a comer cuando llegó Leni del trabajo

— ¡hola, hermanitos!... — y los saludó tan cariñosa como siempre, abrazos y besos, luego tomó un plato y lo llenó de pasta, sentándose a comer con ellos; la comida y la plática eran geniales y Lucy estaba más que feliz, y un momento después llegó Lori. En cuanto llegó la mayor, Lincoln se levantó para ayudarla con su portafolio y su saco, lo que ella agradeció enormemente con un beso, que hizo que el peliblanco se sonrojara en exceso, luego él se ofreció a traerle unas pantuflas y mientras ella se descalzaba, él fue a servirle, Lori todavía tenía que ir a la escuela, pero como estaba muy cerca, podía darse el lujo de pasar a comer algo a casa; saludó a sus hermanas y comió con ellas, Lincoln regresó a su lugar, pero estaba diferente, fijó su vista en su plato y solo levantaba los ojos para ver a Lori de reojo, ya no participaba en la plática y había que preguntarle hasta tres veces para que diera una respuesta a cualquier pregunta, Lucy estaba demasiado extrañada, el parecía... ¡enamorado!, de inmediato miró a Lori y se dio cuenta de que ella evitaba cualquier contacto con él, no lo miraba, y aunque si hablaba, fijaba su vista en Leni o en ella, y evitaba decir nada que involucrara hablar con Lincoln. Lucy estaba asombrada, ¿cómo es que no pasó nada cuando la recibió? tuvo que aceptar que no se fijó demasiado, aunque, pensándolo bien, esa solicitud, levantarse de esa manera... la pelinegra no era una experta, pero era notorio que había algo entre esos dos.

Lori se fue a la escuela junto con Leni y Lincoln volvió a ser él, luego se fue a su habitación y no lo vio en un rato, Lucy se quedó viendo televisión por un buen tiempo, hasta que escuchó la puerta de una habitación, se asomó al pequeño pasillo y vio a su hermano entrando al cuarto de Lori, esto le picó la curiosidad y se acercó a la puerta, estaba descalza y no hizo prácticamente ningún ruido, una vez ahí, pegó el oído a la puerta y escuchó suspiros agitados y gemiditos ahogados mientras que otro ruido raro se oía más bajo; de inmediato se alejó y se fue a la sala de nuevo, sabía perfectamente lo que significaban esos ruidos y ahora tenía muy claro qué le pasaba a su hermano; no le daba asco, ella entendía ciertos impulsos y deseos, solo la desconcertaba que la causante de todo fuera Lori, la hermana mayor de él, de ambos... pensándolo bien, sí sintió algo de asco.


A Lincoln le tomó algo de tiempo darse cuenta, o más bien, aceptar que estaba enamorado de Lori, primero pensó que solo era la calentura después de aquel masaje que terminó con sus manos en las tetas de su hermana, todo había sido tan sugerente y ella tan sexy, esa noche se masturbó como nunca, aún algunas noches después, pero de día se sentía culpable, era su hermana mayor y no solo la quería mucho y la respetaba, además le debía todo lo que tenía ahora, ella aceptó que vivieran juntos y se hizo cargo de él, como era posible... Luego pensó que no era solo la calentura, ese agradecimiento lo hacía quererla más que a nadie, estaba seguro, también estaba su belleza, pero él quería creer que estaba agradecido, muy, muy agradecido. Pero cierta noche, un poco antes de que llegara Lucy, la escuchó platicar con Leni, había unos chicos de la universidad que las habían invitado a salir y lo estaban pensando, su hermana menor le decía que ya era hora de dejar atrás a Bobby y amar de nuevo, o en todo caso, salir y divertirse, Lori ponía pretextos bobos, pero parecía dar su brazo a torcer, Lincoln, mientras tanto, estaba furioso, ¿Qué necesidad tenía Lori de salir con hombres? entendía que saliera con amigas, pero ¿con chicos?

— un momento... — pensó el peliblanco de pronto — ¿Por qué estoy enfadado? Lori puede hacer lo que ella quiera, es mayor, responsable y no iría sola... no, claro que no va sola, iría con algunos chicos... ¿e-estoy celoso?... por dios, ¡estoy celoso! ¡no quiero que nadie esté con ella, ¡LORI ES MÍA! —

Lincoln dijo esto en voz alta y de inmediato se encogió como un perro esperando un castigo, ¿de verdad pensó y dijo eso?, estaba loco; él se quedó callado un rato mientras tenía la plática de sus hermanas de fondo, de nuevo puso atención y escuchó a Lori declinar la invitación, tenía práctica de golf al día siguiente y necesitaba estar entera, la beca era no solo mantener buenas calificaciones, sino un excelente juego, ser la capitana del equipo no era cualquier cosa, Lincoln suspiró aliviado.

Lori también había pensado mucho en el dilema moral que tenía enfrente, después del día del masaje, ella y Lincoln se hablaron poco, pero era inevitable que lo hicieran ya que vivían en la misma casa, siempre eran frases cortas y dichas con duda, sin verse a la cara y con rubor, después de un tiempo, Lori había querido normalizar la situación, pero era difícil, en cuanto estaba con él se acordaba se sus manos en su espalda y en sus senos, se reía del intento de ella por seducirlo (ahora tenía claro que lo hizo, aunque la avergonzaba mucho), la golfista tenía muy claro que su hermanito le gustaba, ¿y a que mujer en su sano juicio no?, era alto para su edad, su cuerpo era ligeramente musculoso y era muy apuesto, su sonrisa mejoró mucho en cuanto dejó de tener los dientes salidos y astillados, Lori suspiraba cortito recordando esa sonrisa... era claro que Lincoln le gustaba, es más, lo deseaba; recordó la noche del masaje, estaban solos en casa porque Leni se fue a una pijamada, después del episodio del masaje, cuando ella pasó por la puerta de la habitación del chico, escuchó algo que la dejó atónita, los suspiros entrecortados, los gemidos bajos y un sonido de algo que se "batía", un chapoteo rápido que... Lori regresó volando a su habitación, el solo tener la certeza de lo que sucedía detrás de esa puerta la mojó, y ella no dudó en imitarlo, así que lo había hecho esa noche y alguna que otra después, se sentía mal de pensar que ella se tocaba pensando en su hermano, ¡su hermano pequeño!... era un asco.

Para cada uno de ellos quedaba claro que había cierta atracción hacia el otro, pero de ahí a decirlo había demasiado, Lincoln tenía miedo y mucha vergüenza, y Lori no había pasado de admitir su apetito sexual, lo otro no lo admitiría ni muerta, pensar que no solo le atraía sino que era algo más serio y profundo la asustaba tanto que no analizaba nada, solo cerraba los ojos y se decía que no, que era imposible. A Lucy le quedó muy claro el asunto en cuanto se puso a investigar y observar a sus hermanos, su comportamiento cambiaba radicalmente cuanto estaban juntos, se comportaban como idiotas, evitaban verse y estaban con la cara roja todo el tiempo, incluso Lincoln a veces tenía que disimular una que otra erección y Lori era bastante obvia cuando se daba cuenta de eso; La pelinegra terminó fastidiada del asunto y decidió ignorarlo, de todas formas no era como si algún día fueran a ser pareja.


En casa de Ruth todo fue llorar el día que Rita llegó, pero sus hijas se esforzaron en ser otras a partir de ahí, solo que, a veces, sus adicciones ganaban algunas batallas. Luna tenía tanta vergüenza de decirle a su madre en lo que se había convertido, que no podía verla a la cara, hablaba poco con ella y solo la miraba de lejos, la cárcel la había cambiado pero físicamente seguía siendo ella, tal vez un poco más delgada, pero se reconocía sin problemas a Rita Loud, la rockera estaba pensando en entrar en un programa para tratar sus adicciones, regresar a la escuela, reorganizarse con la banda, Sam todavía estaba enojada con ella y Luna no sabía que haría si la rubia la dejaba, tenía miedo.

Luan ya había tomado la decisión de dejar el alcohol el mismo día que tuvo que huir de casa de Ruth, y el encuentro con su madre solo reafirmó esa decisión, pero por supuesto que era más fácil decirlo que hacerlo, afortunadamente tenia de respaldo a Maggie, pero no sabía cómo organizar el asunto, ¿debería ir a una clínica? ¿tal vez solo a un programa? su amiga dijo que ella había estado en el mismo problema, y seguramente le diría que hacer.

Lynn estaba loca de alegría por la salida de su madre, pero su orgullo le impedía creer que tuviera algún problema que arreglar, el alcohol no lo era porque ella podía dejarlo cuando quisiera, y no es que ella fuera violenta, simplemente tenía mala suerte y se topaba con muchos idiotas; en cuanto a sus negocios sucios, era un dinero que no podía dejar de lado, ya no iba a la escuela y sin su sueño de ser deportista profesional, no veía otra opción, así que prefirió no decir nada, lo cual sería un error a la larga, pero Lynn Jr. era tan necia como su padre y se moriría con sus ideas antes que aceptar que se equivocaba.

El primer problema al que se enfrentó Rita al estar libre, era que, por ley, no podía vivir con sus hijas, pero las tres tenían al menos dieciocho así que, al parecer, esto quedaba sin efecto, además Ruth estaba en la cárcel acusada de varios delitos contra estas chicas, Rita fue en persona, acompañada por el inspector Demetrius y el agente Sinner, a levantar los cargos correspondientes y después de un corto juicio Ruth fue condenada a seis años de prisión. Después de esto, Rita fue a hablar con Albert, enterarse de su estado de salud fue muy duro para ella y de inmediato se presentó en la casa que fuera suya por tanto tiempo. Al llegar, dudó un poco en siquiera tocar la puerta, no se sentía con derecho de estar ahí, pero necesitaba hablar con su padre, pedir perdón por todo lo que había hecho, de pronto escuchó la puerta abrirse y apareció Mirtle, sonriente como de costumbre

— ¡Rita! ¡bienvenida! pero pasa, pasa, esta es tu casa a fin de cuentas ji ji ji... — y la tomo del brazo, jalándola hacia adentro, luego cerró la puerta detrás de ellas —... Albert está en la cocina, ven —

la ex presidiaria caminó despacio hasta llegar a la cocina, donde su padre estaba parado frente a la estufa, a Rita se le estrujó el corazón y se apresuró a abrazar a su padre, no pudo reprimir el llanto mientras hablaba con voz rota

— ¡perdón papá!... (snif) (sob)... perdóname... buuu... buuuu... —

él solo se limitó a abrazarla y consolarla en silencio, esperaba esta visita, pero también la temía, confrontarse con su hija a quien había metido a la cárcel no sería fácil, aunque sabía que tuvo razón al hacerlo y solo lamentaba las consecuencias de no haber actuado mejor con respecto a sus nietas. Albert condujo a su hija hasta el comedor, donde se sentaron y ella levantó la vista para ver el rostro algo demacrado de su padre, era muy notorio que no se encontraba bien, pero sabía que no se iba a rendir

— no hija, perdóname tu a mí... — dijo el anciano —... debí cuidar mejor de tus hijas, de mi familia, ahora todas están metidas en problemas y yo ya no puedo ayudarte, tengo que irme a Detroit y ni siquiera sé si volveré, pero se fuerte hija, ya sea aquí o desde el cielo, estaré contigo —

— no, papá, no digas eso, tu hiciste lo que creías correcto, Lynn y yo nos equivocamos, y más al pensar que Ruth podría cuidar de las chicas, pero ahora que estoy fuera las ayudaré, saldremos adelante, ya verás —

Rita siguió llorando mientras regañaba a su padre, la perspectiva de perderlo era algo tan obscuro para ella que no quería ni imaginarlo.

Después hablaron sobre la casa, Albert vivía ahí para poder cuidar a Lucy, pero ella había decidido irse a Detroit con sus hermanos mayores y él ya había dado el permiso, la pareja de ancianos se irían a la ciudad el fin de semana para que iniciara el tratamiento pre operatorio y le dejarían la casa para que regresara a vivir con sus hijas, Rita agradeció a su padre y a Mirtle y se fue.

Para el sábado, las Loud llegaron a despedir a sus abuelos, el momento fue algo difícil porque él no había querido ocuparse más que de Lucy y tenía pena de ver a las otras, pero exceptuando a Lynn, Luna y Luan entendían la postura de Pop-pop y no se lo recriminaron de ninguna manera, la ex deportista estuvo algo fría al principio, pero la situación médica de Albert la ablandó al final, todos lloraron al despedirse cuando la pareja partió hacia Detroit y las Loud se quedaron instaladas de nuevo en su casa, pero ahora la sentían muy vacía, solo tres de ellas viviendo ahí, junto a su madre. Rita no pudo obtener más que visitas cada dos semanas a las pequeñas pero no podría ir a verlas hasta que obtuviera el papel. Shirley no tenía idea de que Rita estaba libre, por eso la sorpresa fue enorme el día que abrió la puerta para encontrarse ahí a su sobrina

— ¡¿Rita?! —

— hola, tía... — la mujer rubia no sabía que más decir, después de un año de cárcel, parecía que no tendría derecho a ver a sus hijas, pero su tía no pensaba igual

— ¡hija! ¡pasa, pasa! ¡las niñas van a estar encantadas cuando te vean!... — al escándalo inicial siguió una pausa y luego la situación se puso algo tensa —... ¿qué tal te fue ahí dentro? ¿de verdad es tan terrible como dicen? —

Rita se sintió ofendida, pero también pensó que era lógico cierto desprecio, al final de cuentas ella se había ganado su estancia en la cárcel, por corta que hubiera sido; decidió ignorar el tono en el que su tía le hablaba y preguntó por las niñas

—... yo solamente vengo a verlas, solo tengo autorización para eso cada dos semanas, pero no quiero estar lejos de ellas nunca más, este año ha sido lo más espantoso después de perder a mamá... —

— Rita, no sé cómo decirte esto, pero he tenido problemas con las niñas, yo... yo hice lo mejor que pude, pero creo que no supe cómo llevarlas... — la mirada espantada de su sobrina la hace callar por un momento —... no, no te asustes, ellas están bien, al menos físicamente, aunque Lisa estuvo a punto de matarnos a todas hace dos meses... mira, las niñas y yo tuvimos muchos problemas al principio, y salvo Lisa, ya todas se portan bien aquí, pero tuve quejas de la escuela por mucho tiempo, y Lola... —

— no te preocupes Shirley, de todas formas te estoy agradecida por aceptar cuidar a las niñas, hubiera sido mucho peor que se quedaran con la tía de Lynn, Ruth; o que fueran separadas para darlas en adopción... — Rita siente un escalofrío de solo pensarlo —... ahora que estoy libre, solo tendré que pasar un periodo de prueba y las niñas podrán volver a vivir conmigo, así que... —

— ¿ma-mamá?... ¡¿mamá?!... ¡MAMÁ!

la puerta se abrió en ese momento revelando a Lana y a Lola, quienes corrieron a los brazos de su madre mientras lloraban, detrás de ellas había otras dos niñas que miraban esto con desagrado, cuando Rita levantó la mirada, se encontró con el rostro serio de Lisa, quien le dijo en su tono neutro de siempre

— ¿qué tal, Rita? entonces ya estas fuera... —

el que la pequeña genio usara su nombre de pila desconcertó un poco a la matriarca Loud, sonaba un poco a enojo, y aunque ella esperaba algo así de las mayores, jamás pensó que alguna de las pequeñas lo hiciera, pero Lisa... ella siempre fue algo distante y muy seguramente estaba resentida.

Rita esperaba ciertas reacciones de sus hijas, y aunque el desprecio lo esperaba de las mayores, esto no ocurrió por la situación en la que se encontraban, Lana y Lola actuaron como siempre y Lisa casi igual, pero lo que pasó a continuación si rompió el corazón de la mujer, en la puerta seguía parada la menor, Lily; ella la miraba con lágrimas en los ojos, sollozando, haciendo un intento por callar su llanto, Rita le tendió los brazos, llamándola

— Lilian, Hijita, ¡he vuelto!... ven, déjame verte... —

la pequeña se acercó despacio, mirando fijamente a su madre, a esa mujer a la que estuvo sin ver durante un largo año, un terrible año de soledad y abandono... el golpe sonó tan fuerte, que todas quedaron en silencio, asombradas, mientras Rita caía hacia atrás y quedaba sentada en el suelo tomándose la mejilla, y las gemelas, quienes estaban entre sus brazos, quedaron de rodillas frente a su madre, pero voltearon de inmediato a ver a su hermana menor, quien ahora sí lloraba a gritos, mientras todas la miraban, asombradas

— ¡TE ODIO! ¡TE ODIO!... ¡NO QUIERO VERTE! ¡LÁRGATE! ¡TE ODIOOOOOHHH....! —

y echó a correr, subió las escaleras y se encerró en la habitación que, para variar, compartía con Lisa.

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Aquí está el cuarto capítulo de este fanfic, que me está costando algo de tiempo, pero de que sale, sale.

No sé qué tan rápido o lento va esta historia, hace mucho que no escribo algo así de serio, por favor denme sus opiniones, ya saben que su opiniones me nutren

¡¡¡COMENTEN POR FAVOOOOOORRR!!!

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