Capítulo 54

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Capítulo54

Cuando la vi, quise entrar de nuevo a la casa y cerrar la puerta con llave desde dentro, pero Andrew y Damien me detuvieron. Jessica me observó, suplicante.

—Anne, déjame hablar un momento contigo, por favor. Solo un momento.

No quería hacerlo. Verla allí me recordaba la traición que ella misma me había provocado: había traicionado mi confianza y mi amistad. Aun así, quizás porque era mi cumpleaños y yo me encontraba de lo más generosa en ese día, decidí acceder.

—Está bien. Te doy dos minutos.

El hermoso rostro de Jess se iluminó y, entonces, Damien y Andrew entraron de nuevo a la casa, dejándonos a nosotras dos solas en la calle. Hacía frío, pero en el porche de madera el viento no llegaba de forma tan agresiva a nosotras. Me senté en el suelo y Jess hizo lo mismo. Vestía ropa deportiva, nada que ver con el vestido de fiesta que, yo sabía, había planeado llevar esa noche para mi fiesta. Yo no le había retirado la invitación de forma abierta, pero se sobreentendía que, después de lo sucedido el día anterior, yo no querría volver a verla.

—Lo siento mucho —comenzó.

—Me lo imagino —respondí con sarcasmo.

Sabéis que yo no soy sarcástica, ¿no? Pues imaginad lo enfadada que estaba con ella para, de pronto, serlo.

—Anne... voy a ser sincera. Porque mereces saber toda la verdad, de hecho, esto es algo que tendría que haberte contado hace meses, pero tenía miedo de que ya no quisieras ser mi amiga.

Bufé ante sus palabras.

—¿Que yo no querría ser tu amiga, Jessica? ¿Me estás tomando el pelo? —gruñí—. Eres la chica más perfecta que conozco: la más popular, la más guapa, sociable, tan buena persona que... incluso te hiciste amiga de la chica invisible del instituto, y yo creía que eso había sucedido desinteresadamente. Que... no sé, ¡que yo te caía bien!

—¡Y me caes bien! —exclamó, abriendo mucho sus ojos azules con una gran disculpa en ellos—. Somos amigas de verdad, Anne, de forma desinteresada. Créeme, no me veo a mí misma como perfecta en ningún sentido, pero te aseguro que jamás he fingido ni un solo segundo de nuestra amistad. Todo es real.

—¿Te habrías acercado a mí de no ser por el estúpido texto que escribí sobre Ryan?

Esta vez se quedó en silencio unos segundos.

—Jamás te habría conocido en ese caso, Anne, es verdad. Pero sucedió. Yo leí lo que habías escrito y, en ese momento, supe que lo que sentías por Ryan era de verdad.

—¿Y eso te dio la idea de hacerlo público para reírte de mí en vez de ignorar el maldito texto y seguir con tu vida?

—¡Yo no quería reírme de ti! —dijo, a la defensiva—. Jamás he buscado eso. En tu carta vi a una chica dulce y tímida que estaba enamorada de mi mejor amigo, que es la persona más perdida en la vida que conozco. Y se me ocurrió que podría ayudaros a ambos a conocer al otro, ya sabes, daros un empujón.

Eso me obligó a fruncir el ceño, extrañada. ¿Qué quería decir con eso?

—¿Ayudarnos? —pregunté, confusa.

—Damien me dijo que eras una buena persona y yo supe que eso era, precisamente, lo que Ryan necesitaba. Así que me dediqué a intentar que coincidierais el uno con el otro: que hablarais, que os conocierais... a ti te hablaba de él... y a él le hablaba de ti.

Me llevé las manos a la cara, avergonzada. Todo ese tiempo había sido un maldito títere en las manos de Jessica y comprender eso me hacía más daño aún. Entendía su perspectiva de querer ayudarme pero... había ido demasiado lejos.

—¿Y qué me dices de las fotos en cadena por los móviles de todos? ¿Contratar a Archie y a Chris Zachary para intentar manipularme y obligarme a dejar la revista? Incluso... incluso mi taquilla. ¡Si hasta fuiste tú misma quien me ayudó a limpiar ese desastre!

Jessica alzó las manos ante mi cara, pude ver que sus uñas estaban pintadas de color cereza.

—Eh, eh, eh. Para el carro, Luntz. ¡Yo no hice eso! Por supuesto que no, ¡yo estaba intentando ayudarte! La persona que hizo esas cosas contra ti es un cobarde y un envidioso, por supuesto que no fui yo.

Tomé aire con calma. En realidad eso que ella me estaba diciendo tenía sentido pero, durante todo ese tiempo, yo había asumido que solo había un culpable detrás de todas esas cosas. Jamás habría imaginado que alguien querría publicar el artículo en la revista, revelando todos mis sentimientos, con la intención de ayudarme.

—Entonces... ¿tú solo publicaste el artículo?

Jessica entornó los ojos ligeramente.

—Bueno... si nos ponemos sinceros, puede que también convenciera a Malcolm para que pidiera ser tu segunda cita en el Instagram de @HHSsays...

Me llevé una mano a la cabeza. Así que eso también había sido cosa de Jessica... no me lo podía creer. ¡Había guardado esos secretos durante meses!

—¿Por qué hiciste eso? —pregunté.

Malcolm jamás había querido contestar a la pregunta de por qué había pedido una cita conmigo cuando, yo sabía muy bien, no me conocía en absoluto.

—Digamos que fue una forma de llamar la atención de Ryan. Publiqué el artículo y, cuando todo el mundo hablaba de ti y @HHSsays comenzó a organizar tus citas, supe que Ryan sentía curiosidad al respecto. Pero la única forma de que, de verdad, se interesara, era conseguir que alguien que él conociera muy bien te pidiera una cita. Y Malcolm era la persona ideal: su mejor amigo e igual de guapo que él. Sabía que se pondría celoso, o algo por el estilo.

—Nos has manipulado a ambos, Jess... —susurré.

—No os he manipulado. Os he ayudado, o al menos lo intenté, porque a estas alturas ya me he dado cuenta de que no he conseguido mucho: tú sigues igual de enamorada de Ryan y él... sigue igual de perdido en la vida. Sé que le gustas, Anne, tú también lo sabes, pero Ryan es muy complicado.

—Empiezo a estar bastante harta de oír eso, ¿sabes? —murmuré, hastiada—. Sé que Ryan es difícil, lo he vivido en carne propia.

—¿Está aquí? —preguntó Jessica, señalando al interior de la casa.

Negué con la cabeza.

—Me dijo que vendría. Pero no lo ha hecho.

—Lo siento.

Chasqueé la lengua.

—Sabes... creo que esa es una de las pocas cosas de las que tú no tienes la culpa.

Pude ver la decepción en los ojos de Jess y, de pronto, me sentí fatal. Ella no me había traicionado, técnicamente, pues ni siquiera me conocía cuando publicó el artículo en la revista. Aun así, me habría gustado que me confesara la verdad ella misma, sin que yo lo descubriera gracias a la ayuda de Ryan.

—¿Este es el final, entonces? —preguntó Jess con voz triste—. ¿Dejamos de ser amigas?

La observé, desde el suelo, sentada a su lado. Abracé mis rodillas y enterré mi cabeza entre ellas durante varios segundos. Después, por fin, asomé mis ojos para volver a mirar a Jessica, cuyos ojos habían dejado escapar algunas lágrimas que ella trataba de esconder. Suspiré.

—Deberías haberme maquillado hoy. Seguro que parezco un payaso, he dejado que Richard me pintara el eyeliner y me ha pinchado el ojo tres veces.

Jess soltó una pequeña risa.

—Me acabas de recordar una cosa. —De su mochila negra sacó una cajita pequeña envuelta en papel de regalo. Me la tendió—. Es para ti, feliz cumpleaños.

Yo dudé, pero terminé tomando el regalo entre mis dedos y lo abrí. Era un pintalabios marrón oscuro, similar al que ella me había aplicado en los labios el día de la fiesta de cumpleaños de Malcolm, la primera vez que ella me había maquillado. Me lo había pasado tan bien esa noche... (al menos la parte que recordaba).

—Gracias.

—Siento mucho todo lo que ha pasado, Anne. De verdad —dijo ella. Después se puso en pie—. Será mejor que me vaya.

Yo abrí la puerta de mi casa y Jessica se dirigió hacia su coche, aparcado a unos metros de la puerta. Hice amago de entrar de nuevo a la fiesta, pero me detuve en el último momento, maldiciendo por lo bajo. Jessica la había cagado mucho, sí, pero... pero la quería. No había más explicación. Ella no me había dañado de forma intencionada.

—Oye, Jess... —la llamé, desde lejos—. ¿Por qué no entras a tomar algo? Ha venido todo el mundo, se alegrarán de verte.

Y, mi amiga, que ya casi había entrado en su coche, cerró la puerta y me dirigió una enorme sonrisa. Acto seguido vino corriendo hacia mí, preparada para abrazarme.


¿Vosotros qué habríais hecho?

Yo estaría enfadada pero no podemos negar que Anne le ha cogido muchísimo cariño a Jess durante estos meses... ¿Le daríais una segunda oportunidad ahora que sabéis la verdad?

Mil besos y gracias por leer <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro