Capítulo 20

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Coahuila, México. 13 de agosto de 1998

¡Hola Taiyari!

Me temo que no es el saludo más adecuado. Quizás ha llegado el momento de utilizar palabras rimbombantes o frases elegantes para dirigirme a ti, pero estaba tan impaciente por escribirte que ni siquiera me di tiempo de hojear un diccionario. Ojalá puedas perdonar la ignorancia de una servidora.

¡Basta de tonterías! Cuéntame con detalles lo qué sentiste al leer tu nombre en la lista de seleccionados. Seguro querías morirte de la emoción. ¿Te desmayaste? Si es así seguro te perdiste la mitad de los acontecimientos que sucedieron mientras estabas inconsciente.

Estoy tan orgullosa de ti que no puedo expresarlo con palabras. Independientemente del resultado o el puesto, aunque no dudo que pudieras quedar en el número uno, me contagia tu esfuerzo. Has trabajado tan duro este último año, desvelándote noche tras noche estudiando o sacrificando cualquier minuto libre para repasar viejos conceptos. Debes sentirte satisfecho. Días de angustia, cansancio y frustración que al fin tienen su recompensa.

Como te envidio, Taiyari, cuanto me gustaría poseer tu inteligente, madurez o temple. Siempre haciendo lo correcto con una disciplina admirable. Te has recuperado de cada dificultad para escalar a un nuevo peldaño. Me motivas a seguir adelanto, al grado que estoy considerando ganarme un lugar en la universidad. ¿No sería maravilloso? Aunque mi conocimiento no es tan destacable como el tuyo creo que puedo hacer un papel decente. No quiero quedarme atrás. Es una gran responsabilidad ser amiga de un chico tan extraordinario como tú.

Claro que lo mío es pensar a futuro. Háblame mejor de cómo reaccionó tu madre cuando se enteró. Estoy segura de que debiste darle una gran alegría.

¡Qué gran futuro se abre ante ti! Y nadie lo merece más que tú. Por favor, mantenme al tanto de tus aventuras como universitario. Sé que conocerás a muchas personas que te adorarán y serán grandes amigos, tendrán tantas cosas en común y poco tiempo entre los deberes y las charlas de media noche. El único favor que te pido es que no te olvides de tu fiel amiga que esperará noticias tuya con el único deseo de ser testigo de tu camino.

Taiyari, no puedo hacerme una idea de lo feliz que eres ahora, si yo estoy reventando de la emoción. Debes agradecerle al cielo que no estoy a tu lado porque de ser así estarías rogando que te separaran de un abrazo que te ahogaría.

Te quiere con todo su corazón.

Amanda.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro