Capítulo 22

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Coahuila, México. 24 de octubre de 1999

¡Hola Taiyari!

¿Cómo estás? Espero que bien. Yo saltando entre nubes repletas de espinas.

Te cuento que el sábado Noemí me prestó el último libro que terminó.

Me pidió, a sabiendas lo mucho que odio leer, que le echara un vistazo porque resultaba muy frustrante no tener con quien comentarlo. Juró que lo amaría, una verdadera exageración. Solo terminé aceptando por no desairarla. Sería un duro golpe a su apoyo, además le tengo un fuerte cariño. Debo confesarte que comencé a arrepentirme al momento en que noté el título y el estilo de la obra. Un romance empalagoso, lleno de cursilerías y tonterías que hacen suspirar a más de uno. No podía verme disfrutaba de semejantes dramas.

Pero ahora, después de haber llegado a la última página, mi corazón se siente tan vacío. Taiyari, que boba he sido resistiéndome a tantas novelas. He pasado unos días tan emocionantes entre sus páginas que me cuesta asimilar que llegó a su fin. Me he sorprendido a mí misma lloriqueando en unos capítulos y pese a que me avergüenza admitirlo soñando con un romance similar. ¡Debiste leer que frases había! A veces cayéndome de sueño regresaba para releerlas, resultaban de lo más enternecedoras.

Ha sido una experiencia hermosa, pero también una profunda decepción al recordar que eso no sucede en la vida real. Yo no creo en el amor eterno, dudo también que todo ese romanticismo perdure más de una semana. Será que soy una incrédula porque jamás he sentido la necesidad de improvisar diálogos tan intensos por alguien. Quizás no tengo corazón.

¿Tú qué opinas? ¿Alguna vez te ha sucedido? Es decir, enamorarte locamente. Si es así, ¿por qué no me lo contaste? Tampoco es que estés obligado, solo me genera curiosidad. No sería ninguna sorpresa que hubieras ganado algunos corazones.

Cambiando de tema. No sé si lo recuerdas, no importa si lo olvidaste, la próxima semana es mi cumpleaños. No te lo digo con el objetivo de que me des algo, todo lo contrario. He trabajado duro estos meses, vencí un centenar de tentaciones, ahorré cada peso que conseguí, mis padres me regalarán un poco de dinero y quebré mi alcancía (posponiendo mi operación de nariz), para lograr compararme un boleto de avión.

¡Sorpresa! Estoy tan emocionada. Mamá dice que es una locura, y quizás tiene razón. Me hubiera gustado no haber demorado tantos meses, pero reunir billetes es una tarea de gran fuerza de voluntad. Te lo diré yo que jamás he brillado por ser una buena administradora. Empezaré de cero después de visitarte. Estoy segura de que te hará alegría verme pese a no tener una nariz respingada. Yo me muero por volver a abrazarte. Cuando junte el dinero completo te escribiré para contarte mis planes. Prepara tu mejor sonrisa, tus anécdotas y unos pañuelos, ya sabes que soy sentimental.

Te quiere mucho.

Amanda.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro