Medellín, Colombia. 10 de noviembre de 1999

Hola Amanda.

Creí que moriría antes de escucharte hablar de amor, no literalmente. Además, como si aquello no fuera motivo suficiente para sorprenderme, estabas leyendo novelas románticas y fantaseando con ellas.

Pues te diré que yo sí creo en el amor para toda la vida, aunque estoy de acuerdo que no es aplicable para todas las relaciones. La considero una mezcla de paciencia, suerte y fortaleza. Mis padres tienen un buen matrimonio, a pesar de todas las dificultades que se han presentado, y traicionaría mi propia admiración hacia ellos si me negara a la posibilidad.

Claro que tienes corazón, Amanda. Me atrevería a decir que el más grande que he conocido hasta el día de hoy.

Eres demasiado curiosa. Sí he estado enamorado. Nunca te lo conté porque, te recuerdo, que fuiste tú misma la que me dijo que no te gustaba nada lo relacionado a esos temas. Además, no tiene futuro. Es inalcanzable para mí. No la conoces, así que no te haré perder el tiempo con una historia llena de drama. En realidad sabía que no funcionaría, que debía conformarme con soñarla, pero es algo de lo que uno no posee control. Simplemente sucede. Las personas se adueñan de tu corazón sin pedirte permiso. A veces cuando lo medito me siento como un tonto, ilusionándome, a sabiendas que no me corresponderá. Sin embargo, es un buen consuelo recordar que no me enamoré para que ella sintiera lo mismo que yo.

La única novedad que podía asombrarme más que una Amanda romántica era la de tu visita. Tiene un gran significado para mí saber que has hecho tantos sacrificios por mí, aunque por otra parte me siento como el villano de tu historia al pedirte que desistas de tus planes. No te confundas, verte es mi mayor deseo, pero no deberías malgastar tu dinero ahora que estoy a unos días de regresar al país. Mi madre tiene asuntos de trabajo que arreglar. En menos de un mes deberíamos estar arribando a Coahuila. No quería contártelo hasta que la fecha se acercara. Era mi sorpresa. Estoy preparándome. Así que tal parece que seré yo quien te escriba para comunicarte la fecha exacta.

Volveremos a vernos pronto. Lo prometo.

Taiyari.

Última carta. La próxima semana vuelven los capítulos narrados ♥️. Los quiero un montón.