Worm Shepher -Dying Heavens

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Let me live, let me die
Let me hold the one divine
I just want to go where the rain falls from the highest

Let me live, let me die
Let me hold the one divine
I just want to go where the rain falls

—Se me antojaron unas papas con mucha cátsup y queso —decía Amanda mientras estaban sentados en un restaurante de comida rápida.

Esto captaba la atención de Michael quien traía a Landon en sus brazos, y la volteaba a ver con la ceja alzada.

Todo parecería normal, sólo si fuera que Amanda no odiara el cátsup.

—¿Escuche bien? ¿Cátsup? —preguntaba el baterista mientras que Astrid y Fernanda estaban atentas a lo que pasaba.

Las dos parejas habían salido a comer a un centro comercial, para pasar un día juntos, hacía mucho que no lo hacían y Fernanda se le había ocurrido organizar algo yendo a un centro comercial donde compraban cosas por gusto y después se habían ido a comer, se la habían pasado muy bien, Astrid y Annie compraron muchas cosas al igual que Amanda mientras que Fer y su mejor amigo se habían metido primero a una tienda de música y se abastecían de discos y algo de ropa de bandas de metal.

—Si Ross, Cátsup, ¿es muy difícil de entender? —se escuchaba un poco frustrada Amanda, y se veía un tanto roja.

El rubio le daba el niño a Fernanda quien lo cargaba mientras que el chico se disponía a ir a buscar algún local de comida que vendieran ese tipo de papas.

—¿Desde hace cuánto te gusta el cátsup? —preguntaba Astrid viendo a su amiga.

—No lo sé, tenía tiempo que no lo probaba y ahorita me dieron muchas ganas de hacerlo —se estaba tronando los dedos la chica.

—Eso es raro, ya que desde que tengo memoria de ser tu amiga, jamás te ha gustado esa cosa señalaba Fernanda.

—¡Ya lo sé! —exclama la chica —pero es raro, desde la mañana me levante con ganas de esa bendita cosa y no había en la casa.

Las chicas escuchaban lo que les decía la pelinegra, que durante toda la semana había tenido muchos antojos, y habían sido cosas muy raras.

Por ejemplo, el lunes comió una pieza de pollo con mantequilla de mani, algo que a ella se le hacía asqueroso antes, pero ahora había hecho que este Michael tuviera abastecida de dicho manjar de cacahuate en la casa.

Y no había sido lo único, tampoco era fan de los pepinillos y recientemente les había quitado a dos amigos de la oficina los pepinillos de su hamburguesa y a Michael una noche le quito los suyos cuando pidieron unas de Burger King.

—¿Entonces no es reciente? —preguntaba Astrid.

—No, tengo toda la semana así y no me había dado cuenta cómo tal, lo sentía muy normal —salía un suspiro de su boca, —aparte he tenido mucho calor y es casi invierno, algo no me cuadra en eso y me frustra mucho.

Fernanda analizaba las cosas y tenía una teoría, viendo a su esposa a los ojos y pareciese que ella entendía las cosas también.

La emperatriz jugaba con Landon e iba a dejar que su amada pareja se hiciera cargo de eso, ella no tenía ninguna experiencia sobre ese tema, mientras que Astrid si sabía algunas cosas de ello, no al nivel de Sayumi pero tenía algo de experiencia con ello.

Annie las veía sin en verdad entender nada.

—Comete todo lo de la comida Annie —decía Fernanda quien le ayudaba a su sobrino a comer también.

—¿Cuándo fue la última vez que se acostaron tu y Michael? —preguntaba con mucho tacto.

Amanda no entendía por qué le hacía esa pregunta su amiga, y era algo que no hablaba muy a menudo, ella después de Fer era la más recatada en su vida sexual.

—No sé a qué viene la pregunta amiga —alzaba su ojo un poco, mostrando molestia la arquitecta.

—No, no pienses mal amiga, lo pregunto por qué tengo una pequeña teoría de que pudo haber pasado —decía rápidamente Astrid para que su amiga no malinterpretara el cuestionamiento.

La azabache analizaba la pregunta de su amiga y trataba de hacer memoria de la última vez que se habían acostado ella y Michael y recordaba que como tal varias veces, pero una muy en particular la recordaba, que había sido hace un mes después del evento de cosplay, lo habían acabado haciéndolo en él carro.

—Hace cómo un mes cómo tal digo lo hacemos casi diario, pero la que más me recuerdo es esa vez —señalaba la arquitecta.

—¿Y tú ciclo? —volvía a preguntar la gótica.

Esto lo empezaba a analizar la azabache, ella siempre llevaba muy marcado su ciclo, y se daba cuenta que este mes en particular no había tenido complicaciones y que ni si quiera se había acordado del mismo.

Era cuando le caía en cuenta y se saba un golpe de mano abierta en su frente.

—¿Otro embarazo? Pero ¿Cómo? —se escuchaba un poco angustiada la chica.

—Mira, por lo general eso pasa cuando el hombre le mete...—había empezado a decirle eso esta Fernanda con una sonrisa en la boca por que la quería molestar.

—¡Lancaster! Tú terminas esa broma y voy a dejar a Astrid viuda —exclamaba la otra azabache, fulminando con su mirada a la emperatriz.

Era de las pocas veces que Fernanda se acobardaba enfrente de otra persona, pero es que su amiga se veía muy estezada y no quería sufrir la furia de la misma.

Esto ocasionaba una risita en Astrid al verla interactuar con Fernanda y que había hecho que su esposa cediera antes de hacer su broma.

En ese momento iba regresando Michael con las papas que le había pedido su pareja y se las daba.

Sin meditarlo la azabache devoraba la comida, mientras seguían platicando de trivialidades, entre ellas el futuro lanzamiento de disco de Beyond.

—Ya está más de la mitad de las letras echas —decía Fernanda.

—¿Para cuándo crees que tengamos todo listo? —cuestionaba Michael.

. Fernanda se quedaba callada y analizaba las cosas.

—Si todo salé bien yo creo que sería para finales de diciembre —señalaba la bajista.

—Michael necesito una prueba —decía Amanda.

Esto captaba la atención de los presentes, sobre todo del chico por no entender qué tipo de prueba quería su amada.

—No entiendo amor —con esa frase se notaba ya un poco de frustración de parte de Amanda y estaba a nada de explotar con su amado.

—Tranquila Amanda.

Michael veía a todas y no captaba muy bien a que se referencia su novia hasta que Fernanda trataba de explicarle.

—Creemos que Amanda está en cinta de nuevo —soltaba la bomba Astrid.

Esto era algo que sin duda el baterista lo tomaba por sorpresa.

El chico no esperaba más

—No tardo.

Al irse, podían jugar que una mueca de felicidad marcada en su rostro.

El chico iba corriendo, sabía que había una farmacia muy cerca y la estaba buscando para poder comprar lo que le había solicitado su novia.

Daba con el establecimiento y pedida dos pruebas de embarazo y una botella de agua.

Él estaba muy emocionado por esto, tras haber convivido mucho con Landon y viendo la familia que estaban formando él y su Amanda, había querido hablar con ella sobre agregar un nuevo miembro a la misma, y sin embargo se había adelantado.

Compraba las cosas que le había pedido su amada y regresaba a ellas casi corriendo viendo cómo Amanda intentaba darle algo de comer a Landon, mientras lo seguía deteniendo Fernanda y Astrid tenía de una mano a Annie.

—¡Aquí estan las cosas!

Con ello Amanda las tomaba y se levantaba para que Astrid dejará a Annie con Fernanda y con Michael.

La emperatriz veía el visaje lleno de esperanza del chico, esto a pesar de siempre ser oscura y demás, le gustaba por que le pasaba a su mejor amigo y era hermoso.

—¿Qué piensas hermanito? —decía la bajista.

—Si te soy sincero, estoy muy feliz Fer, justo en esta semana le iba proponer de tener otro hijo, pero siempre me daba miedo de ello, no quería incomodarla —suspiraba el chico.

—¿Por qué miedo?

—Y si ¿Ella no quisiera? —preguntaba la azabache.

—Iba a aceptarlo y apoyarla en su decisión, digo ya tenemos a Landon y es toda una pirinola que luego nos deja dormir o descansar —comentaba Michael.

—Yo sé que si lo quera ella —preguntaba la emperatriz.

Después de lo que parecía una media hora iban llegando Astrid y Amanda un poco nerviosa.

—¿Qué pasa chicas? —cuestiona Michael.

—Todo bien cariño y te tengo que preguntar lo siguiente —la chica tenía en ascuas al joven.

Amanda tenía un poco de miedo, pero sabía que algo era super seguro y que siempre buscaría su novio cuidarla y ayudarla.

Le enseñaba la prueba de embarazo y en ese momento al rubio se le dibujaba una gran sonrisa.

—Felicidades amor, seremos padres de nuevo.

—Contigo a mi lado diario puedo ser feliz a pesar de que algo nos falte, siempre saldríamos adelante.

Estaban profundamente enamorados el uno del otro. 

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