Capítulo 05

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Lisa por fin entraba a su nueva universidad, sabía que escapar había sido la mejor de las opciones, pero de alguna forma, sentía que estaba siendo una total cobarde al hacerlo. La razón de escapar de la alfa y no verla por el resto de su vida era lo mejor que podía hacer, pero eso sólo la hacía sentirse extraña.

Pasó su mano por la marca en su cuello, pronto los demás sabrían lo que pasaba a su alrededor, todos estarían enterados de lo que había pasado. De todas formas, trataría de ocultarlo lo mejor posible.

Una omega con un lazo roto nunca ha sido bien visto por la sociedad, muchos pensaban que se trataban de omegas con defecto, que seguramente lo único que hacían era acostarse con cualquier alfa y que accidentalmente alguno los marcaba y quedaban preñados, pero la realidad era otra, y prácticamente Lisa había sido totalmente abandonada por su alfa con quien creía iba a estar de por vida, inclusive su loba se sentía demasiado decaída para saber más de aquello, Lisa había dejado de sentirla desde hace días.

Tal vez se sentía avergonzada por lo que había ocurrido, tal vez estaba demasiado deprimida como para estar presente en la vida de la pelinegra, así que debía de evitar pensar en eso, solo así, quizás logre que su loba dejase de sentirse tan mal.

Dejó sus pensamientos de lado cuando accidentalmente había chocado con alguien, la espalda de quien tenía enfrente era demasiado dura, y debido a que se había enredado con sus pies al intentar mantener el equilibrio, estaba a punto de caer al suelo.

Por supuesto sus cosas cayeron en un ruido sordo, pero ella... ni siquiera tocó el suelo.

Abrió los ojos, encontrándose con esa alfa que ni la respuesta para saber en dónde se hallaban las oficinas de la universidad, le había dado.

La mano de la castaña estaba prácticamente sobre su espalda baja, deteniéndola de su caída. Kim, al ver de quien se trataba, dejó su enfado de lado, porque la omega mantenía sus hermosos grandes ojos abiertos e iluminados, en un brillo tan único que ni siquiera sabía si podía apartar la mirada.

—¿Estás bien? —esa pregunta había salido como un susurro, como un secreto entre ambas, como si no quisiera que alguien más escuchase su conversación.

—Sí, lo estoy —respondió Lisa, tratando de incorporarse, Jennie dejó de observar sus ojos, no quería causar una mala impresión. La ayudó a parase y de inmediato se agachó para poder recoger la mochila y entregársela—. Muchas gracias, perdona. por haber chocado de esa manera.

—No debes preocuparte —se encogió de hombros desinteresada—. Los accidentes suelen llegar a suceder, pequeña.

Las mejillas de la tailandesa adquirieron un suave color carmín, Jennie sonrió al verla. Definitivamente esa omega con solo mirarla la traía loca, no se había sentido así nunca en su vida, y la pequeña chica frente a ella, la hacía sentirse tan cálida.

En serio que eso ojos, que traían la curiosidad por donde los vieses, le encantan.

Sus labios, que por alguna razón quería ver que las comisuras estuvieran siempre arriba cada que la miraba, su perfecto cabello hacía que su rostro se viera mucho más perfecto, era una linda omega, y con ese aroma dulce, es digno de estar olfateando todo un día, podría perderse ahí si quisiera.

Lisa no sabía qué más decir al respecto, quería irse, pero la alfa seguía allí mirándola con detalle.

¿Por qué lo hacía?

Sin querer había hecho que su cabeza quedara ladeada y su playera había dejado al descubierto la marca en su cuello, Jennie no pasó desapercibido aquel acto y sus ojos se habían dirigido hacia la unión.

Un lazo, pero este era distinto. No había signos de que hubiera sido mordido otras veces para reforzarlo, parecía estar desapareciendo poco a poco.

Era un lazo roto.

Lisa se cubrió de inmediato con su mano izquierda, y Jennie dejó de observarla.

—Gracias de nuevo —hizo una corta reverencia—. Adiós.

No esperó alguna respuesta de parte de la castaña, solo comenzó a caminar, alejándose, pasando de largo y siguiendo con su camino a la facultad de música.

Esa chica había visto su marca.

¿Sabrá que ahora es un lazo roto? ¿Qué pensará al respecto de eso?

Soltó un bufido, no entendía por qué le daba tanta importancia, al menos así esa alfa sabría que no debe acercarse a ella.

Los alfas le temen a los lazos rotos, sus familias les temen aún más, no quieren saber de omegas que se la pasan por la vida con una marca de un antiguo alfa que los ha abandonado de por medio.

Es lo que menos querían para sus hijos, así que Lisa debía de olvidarse de aquello, no podía siquiera seguir pensándolo, debía dejarlo pasar. Si esa alfa es lista, se alejará de ella, puede evitarse conflictos posteriores.

Y sí, Jennie es lista, pero curiosa, una alfa curiosa que solo quiere saber el por qué de aquel lazo roto, y lo descubriría.

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