Capítulo 09

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Viernes... Al fin era viernes, Lisa no sabía cómo sentirse al respecto, ni siquiera esperó que la alfa que le había invitado a conversar se presentaría frente a sus ojos. Se sintió extrañada, mirarla cerca de la salida de la universidad con sus manos dentro de sus bolsillos y con la mirada hacia su celular solo le hacía tener tantos viejos recuerdos de los cuales la mayoría quería deshacerse por completo.

Por inercia llevó su mano hacia su vientre aún plano, debía seguir las indicaciones del médico, evitar un poco la cafeína.

—Hola —una suave voz la sacó de sus pensamientos, miró hacia el frente encontrándose con la mirada de Jennie, aún recuerda el nombre, era un milagro, Lisa pensaba que lo olvidaría de inmediato, pero afortunadamente no era así, ¿la alfa habrá olvidado su nombre?—. ¿Nos vamos?

—Hola... —contestó tímida, aún muchas cosas pasaban por su cabeza, sobretodo tenían que ver con aquella alfa que se encontraba justo frente suyo—, ¿a dónde iremos?

—Hay un Starbucks cerca de aquí, ¿te gustaría ir allí? Si quieres podemos ir a otro lado.

—Está bien allí —asintió regalándole una pequeña sonrisa.

Jennie sintió a su loba removerse al ver esa sonrisa, no era completa, para nada lo era, pero que esas comisuras se elevasen de forma tan tenue y delicada, solo había hecho a su corazón desbocarse en el proceso, y le agradaba en sobremanera, podía disfrutar de esa sonrisa todo el tiempo que quisiera.

—Entonces vamos.

La omega dio un asentimiento al instante y ambas comenzaron su camino rumbo a la cafetería que había sugerido Jennie. La alfa se sentía nerviosa, jamás había sentido sus nervios tan a flor de piel, miraba de vez en cuando a la omega a su lado, quien mantenía su concentración en el camino, su mirada tan apacible, se quedó observando los ojos marrones de la pelinegra, había algo más allí, Jennie lo sabía, era tristeza, ¿acaso sería por su lazo roto? ¿O habrá alguna otra razón?

Lisa miró de soslayo que la alfa tenía sus ojos en ella. Se sintió extrañada. ¿Por qué siquiera se molestaba en observarle con tanto interés? No lo comprendía, y tal vez no terminase de comprenderlo, sus orbes regresaron al camino y por fin pudo ver aquel logotipo tan típico de la cafetería, no detuvo que la sonrisa apareciera en sus labios, miró hacia la castaña que de inmediato cortó con el contacto visual al ser descubierta.

Lisa quería reír al ver su reacción, y es que no esperaba que apartase la mirada, ¿se habrá avergonzado? Era divertido ver algo como aquello, los alfas a veces lograban avergonzarse, era extraño que pasara algo como eso, casi siempre a ellos les gustaba avergonzar a los omegas para molestarles y hacerlos sentir lo más dulce y tierno del mundo, claro que a Lisa era difícil hacerla sentir en vergüenza, si lograban hacer que se sonrojara era un milagro.

Inclusive su antigua alfa hacía méritos por verla sonrojada, de nuevo esos recuerdos invadiendo su mente, dejó de sonreír, Jennie no pasó desapercibido aquello.

—¿Pasa algo? –preguntó al ver el repentino cambio de humor en la tailandesa.

—N-No, nada –respondió bajo, maldición, eso si que no lo esperaba, debería dejar de pensar en Jisoo, no podía tenerla en sus pensamientos todo el tiempo, pero es que parecía imposible, ¿por qué se tuvo que enamorar de ella? ¿Por qué no de alguien que no le hiciera todo ese daño?—. Será mejor que entremos.

—Pediré las bebidas, ve y aparta lugares, ¿bien? –la omega dio un corto asentimiento con la cabeza–. ¿Qué vas a querer?

—Un té de limón estaría bien, por favor, ya te lo pago –fue interrumpida por la alfa.

—Descuida, fui yo quien te invitó, seré quien pague, no debes preocuparte por eso —la sonrisa de aquella muchacha solo hizo que la menor ladeara la cabeza, se sintió extraña, su loba interior movió la cola levemente, como si le hubiese gustado que esa alfa se ofreciera a comprar aquella bebida.

No dijo más, caminó hacia el mostrador para ordenar las bebidas, mientras que Lisa caminaba hacia las mesas que había disponibles, se sentía rara en aquel lugar y con una alfa, hace tiempo que no hace eso, no es como si hubieran pasado años, pero si meses, meses en los que su antigua alfa ya no estaba mucho a su lado para poder pasar el rato juntas, todo había cambiado tan repentinamente, desde que había sido marcada las cosas ya no fueron lo mismo, tanto interés parecía haberse esfumado de por medio, los besos disminuyeron, los regalos desaparecieron y las palabras dulces ya no existían en cualquier contexto, ciertamente se estaba sintiendo cada vez más sola, el último refuerzo del lazo no había sido una complacencia que le hubiera gustado a Lisa, la alfa había sido brusca, parecía solo buscar su propio placer y olvidar el de la omega, y después cuando menos se lo esperó, ya estaba en cinta.

Lo demás es una historia que jamás quiere volver a revivir.

Un vaso con el contenido del té se apareció frente a sus ojos, Jennie había regresado con las bebidas, le sonrió agradeciéndole y la alfa se sentó frente an ella. Lisa de inmediato tomó el vaso abrazándolo con sus manos sintiendo el calor desprendido pasarse por sus dedos tibios, en verdad que eso era más que relajante.

—¿De qué querías hablar? –preguntó mientras miraba la no tan perfecta caligrafía del vaso, en donde estaba plasmado su nombre.

—Perdona que esto sea tan repentino, pero —Kim llevó su mano hacia su nuca rascándose levemente—, vi tu lazo...

Lisa se tensó en su lugar al escuchar eso, sintió como su garganta se cerraba poco a poco, pasó saliva para evitar quedarse sin aire, ¿la ha visto? ¿A qué la ha llevado a ese lugar? ¿Para burlarse de ella? ¿Para despreciarla? Jennie pudo ver el toque de tristeza aumentar, no quería que se asustara, no quería que malentendiera el motivo por el cual ambas estaban allí, es lo que menos quería.

—Perdona por haber dicho eso, pero... –la omega la interrumpió.

—¿Q-Qué es lo que quieres? –preguntó, se sorprendió al haberse escuchado, no esperaba que siquiera las palabras salieran tan coherentes de sus labios.

—Perdón por ser una entrometida, pero solo quería saber... ¿el alfa con quien estabas te abandonó?

—T-Te agradecería que no me hagas hablar de esto –dijo Lisa—. N-No quiero recordar...

—Lo siento, en verdad lo lamento –habló la alfa, Lisa miró a Jennie, en verdad estaba arrepentida, tal vez había sido una mala idea ser tan directa—. Disculpa si te molestó.

—D-Descuida –mencionó la extranjera acercando el vaso a sus labios—, aún tengo que superarlo.

—Lisa –la mencionada la miró—, sé que tal vez sea muy pronto para esto y tal vez pienses que solo estoy loca, pero... –tomó aire, estaba muy nerviosa, sentía sus manos sudar—, ¿podrías darme una oportunidad?

Lisa ladeó la cabeza, ¿oportunidad?

—Apenas te conozco –respondió casi inaudible.

—L-Lo sé –Jennie se sintió morir, demonios, parecía que su tonta loba la estaba controlando—, pero podemos conocernos más, ¿sabes? Salir, platicar, pasar el tiempo, ¿no te gus..?

—Estoy embarazada.

Jennie no esperaba eso, se quedó en silencio, mostrando la sorpresa levantando sus cejas, Lisa apartó su mirada, ¿en qué estaba pensando cuando aceptó charlar con la alfa? Debía irse, esto había sido una mala idea, y ahora que prácticamente le había dicho que estaba esperando un cachorro de una alfa que la abandonó, estaba segura de que Jennie dejaría de hablarle después de esto.

—Tengo que irme –Lisa se incorporó con cuidado tomó el vaso en sus manos y miró a Jennie con una pequeña sonrisa—. Gracias por el té.

Sin más que decir y sin que a Jennie le salieran las palabras para hacer que se detuviera, Lisa salió de la cafetería.

No crean que me olvidé de la historia, es solo que tengo muchas cuentas que manejar.

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