Capítulo 08

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¿Por qué? ¿Por qué esa alfa estaba tan concentrada en querer hablarle? Simplemente Lisa no podía comprenderla del todo, tal vez había visto su lazo.

Llevó su mano a la antigua marca, acariciándola levemente, sintiendo tristeza en el proceso, sabía que no tenía que sentirse de ese modo, su cachorro podía sufrir las consecuencias de sus emociones, por más que detestara sentirse así, no podía evitarlo.

¿Quién diría que los recuerdos compartidos se irían de inmediato gracias a la alfa que la había marcado y dejado de por medio? Lisa pensaba que era importante para ella, que nunca la dejaría, que se pondría contenta cuando se enterase de que tendrían un hijo.

Detuvo sus caricias para pasar a apretar la zona, sus ojos se sentían picar, comenzando a calentarse levemente, y por fin sacando el primer sollozo por sus labios, dejó que las lágrimas salieran de por medio, las gotas que caían por sus lagrimales se deslizaban por sus mejillas, humedeciéndolas con su rastro.

Lisa había sido fuerte, siempre lo había sido, desde preparatoria, aprendió a que no debía dejarse pisotear, aprendió que no todo podía ser color de rosa en su vida, pero, ¿era necesario que tuviera que pasar por un lazo roto? Había escuchado tanto de ellos, pensó que jamás lo viviría, y ahora allí estaba, sentada en su cama, con la mano sobre su antigua marca, la cual ya jamás será reforzada por la misma alfa, su mano tembló ligeramente.

Dolía demasiado, recordar el pasado dolía demasiado, el querer olvidar a esa alfa sería difícil para ella, por más que sintiera que podía seguir con una sonrisa para disimular el dolor en su corazón, no podía hacerlo, había pasado poco tiempo y sentía que estaría a punto de desplomarse en sus emociones, odia llorar, y más lo odia porque sabe que llora por Jisoo, esa tonta que la traicionó de la peor forma, que de un momento a otro dejó de brindarle todo el amor que decía tenerle, ¿acaso el amor es falso? Tal vez lo sea, tal vez no debió enamorarse, tal vez era demasiado ciega al respecto de su concepto del amor, tal vez ni siquiera esa alfa le había brindado amor.

Otro sollozo escapó de sus labios, dejó de tocar la unión de su cuello y hombro para pasar a abrazar su abdomen sin apretarlo.

—L-Lo siento —mencionó en voz baja—, perdón... No quiero dañarte, pero me duele... aún me duele que ella me haya dejado, perdona —susurraba a su vientre.

***

—¿En verdad te atreviste a invitarla a salir cuando dijiste que no lo harías porque apenas la conoces?

—Sí...

—Jennie, ¿no crees que puedas asustarla?

Ella era consciente de que la posibilidad de hacerlo era grande, pero valía la pena el riesgo.

Podía decirse que había tomado una decisión demasiado precipitada al invitarla a salir, pero no era una cita o algo parecido, la había invitado para hablar un rato, aunque Jennie sabía que las preguntas que le haría, posiblemente sean incómodas para la omega y claramente tenía que tener en cuenta un probable rechazo de por medio.

—Solo hablaremos, no tiene nada de malo —se encogió levemente de hombros.

—Claro que lo tiene —habló su amiga—, no lo tomes como un tema que debe cerrarse, quieres enterarte del por qué de aquel lazo roto, ¿sabes que podrías ser desechada de su lista si se lo preguntas?

—¿Lista? —preguntó Jennie ladeando un poco la cabeza.

Nayeon a veces creía que estaba con una tonta, Jennie a pesar de que podía tener a más de una omega a su disposición, nunca se había interesado por alguna, siempre se la pasaba la mayoría del tiempo concentrada en sus estudios, no le interesaba salir a fiestas a divertirse, no le interesaba quedarse conversando más de dos horas con los demás, prefería estar en su cómoda casa mientras leía cualquier libro que le interesara, pero ahora verla interesada en alguien... era tan extraño y fascinante que parecía que estaba viviendo una aventura ficticia con su amiga. Nayeon estaba feliz, pero aún así quería golpearla en la cabeza, pues Jennie parecía no conocer nada sobre relaciones.

—Sí, lista, ¿sabes? En otras circunstancias te diría que puedes hacer lo que se te venga en gana, pero esto es distinto.

—¿Por qué necesariamente tiene que ser distinto? —frunció levemente el ceño, a veces Nayeon es toda una caja de misterios ocultos, y parece que cree que ella es adivina y que puede leer cada uno de sus pensamientos.

—Solo escucha, ¿a ti te molestaría si se meten en tu vida privada? —Jennie asintió—. Pues será lo mismo con ella, no sabes las razones del lazo roto que tiene, no sabes nada de su pasado, y el atacarla con preguntas sobre eso, tal vez la altere.

—Descuida, seré lo más precavida posible.

—Eso espero, porque quiero que mi amiga tenga puntos para que pueda brindarle cortejo a la omega.

¿Cortejo?

Eso ahora sonaba mucho mejor que antes, Jennie había sentido un agradable sabor de boca al escuchar esa palabra. Se preguntó si acaso se sentiría aún mejor al pedirle cortejo a la omega, Lalisa Manoban, lindo nombre es igual a linda persona, ¿no es así? Y Jennie sabía que con solo verla, podía ver a alguien preciosa, y no solo por fuera, si no que también por dentro. Llámenle loca, pero lo sentía.

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