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No la merezco

























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Sirius soltó un gruñido cuando pasó frente a un grupo de Hufflepuff que rodeaba a un pequeño de primer año que había recibido su carta de Snow hace pocos minutos.

Quiso escapar de esa alegría en el jardín, pero entonces vio a otro grupo de Ravenclaw con dos alumnos festejando sus cartas y decidió que lo mejor sería ir a su sala común.


Pero antes de llevar encontró a otro Gryffindor bailando en medio del pasillo y mostrando su carta recién recibida mientas la chica Snow se alejaba de el.

Fue cuando le molestó ¿Por qué todos tenían una carta menos él? ¿Es que acaso ella le decía indirectamente que no merece una? Seguramente lo ignoraba para recordarte lo poco merecedor que es.


–Merodeadores...–Murmuró recordando eso.


Ella siempre los saluda en general, nunca los llama por sus nombres, pero aún así les dedica hermosas y cálidas sonrisas a sus amigos mientras que a él no lo ve siquiera, lo excluía y eso lo hacía enojar.

Así que no se dio cuenta en que momento acabó siguiendo a la Ravenclaw mientras ella se dirigía al campo de quidditch, él no sabía para qué puesto que no practicaba quidditch, pero la siguió.


–¡Ras!–


El Lestrange recibió a su amiga con entusiasmo y besó su frente, luego sus mejillas y hasta sus orejas mientras ella se reía.


–Ve a la gradería, hermosa–Pidió el ojiazul a su amiga–Voy a terminar la reunión del equipo y te alcanzo–

–De acuerdo–


Cuando Ellie Snow subió hasta la gradería más alta para poder leer con un poco de paz mientras su amigo y el resto del equipo de quidditch de Slytherin terminaban su reunión no pareció notar el perro negro que la seguía sigiloso.

Sirius volvió a su forma humana y se quedó observando a la castaña mientras leía, no sabía bien que hacía ahí o que planeaba hacer, pero quería saber porqué ella lo desprecia tanto.


–Snow–


Elizabeth se giró al escuchar su nombre y al ver a Sirius Black acercándose a ella, frunció el ceño confundida, durante su vida en Hogwarts tal vez llegó a intercambiar unas 3 o 4 frases de cortesía con él, pero jamás una conversación.

Claro que a su yo de hace tres años le había bastado una sonrisa en una fiesta para caer flechada por casi un año, pero eso ya no importaba porque ya lo había superado y podía hablar con él para saber qué necesitaba.


–Sirius Black–Saludó ella con amabilidad.

–¿Te interrumpo?–Él señaló el libro que ella leía.

–No, adelante ¿Necesitas algo?–

–Saber porqué me odias–Soltó sin pensar el ojigris.


La boca de la chica se abrió casi que por completo, cerró su libro de golpe y se levantó tratando de entender lo que el chico le acababa de decir.


–¿Qué yo te odio a ti?–Repitió la Ravenclaw.

–¡Lo haces y no lo niegues!–Siguió el Gryffindor acercándose–Saludas a mis amigos y a mi me ignoras, les diste su carta a todos ellos menos a mi ¿Qué te hice?–

–Así que de eso trata–Entendió la castaña aguantando su risa–¿De las cartas?–

–¡Claro que se trata de las cartas!–Insistió el Black–Sé que no soy la mejor persona en el mundo, acepto mis errores, pero merezco una carta–


Esto hizo enfadar a la Snow, nadie nunca le había exigido una de sus cartas, pero descubrió que le molestaba muchísimo cuando lo hacían porque significaba que no tendrían lo que a ella más le gustaba, las ganas de hacerla.


–¿Mereces una carta?–Habló Ellie en un tono frío que desconocía tener–Eres un mujeriego, bromista, grosero, arrogante, manipulador que no se preocupa por nadie más que por él, esa es tú carta–


La Ravenclaw tomó su mochila antes de irse rápidamente de ahí dejando al Black con la mirada perdida y la boca entreabierta, no alcanzó a ver las lágrimas que él retenía ante lo dicho por ella.


–Así que la solución era que no merezco una carta–Murmuró para si mismo.






































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Rabastan estaba ansioso de ver a Sirius Orión Black, pero sin Elizabeth presente, así podría romper cada parte del rostro del Gryffindor por atreverse a enfrentar a su inocente, indefensa y dulce amiga.


–Ras ¿Qué te pasa?–Preguntó ella luego de terminar con sus cartas de ese día–No es que no disfrute de tú compañía, pero nunca me acompañas tantos días seguidos a entregar cartas–

–La última semana Black me ha evadido, pero voy a encontrarlo y hacerlo pagar–Aseguró el ojiazul.

–Ay, eres tan protector–Se burló la castaña–¿Quieres ir por un pastel a la cocina?–

–Voy a la sala común, Severus me tenía que decir algo–


Elizabeth sabía que era mentira, Severus los vio hace como una hora y no había dicho nada, pero supuso que Rabastan probablemente iría a buscar a Sirius Black por todo el castillo la siguiente hora.


–Te veo para la tarde de películas–Se despidió la Snow besando la mejilla de su amigo.

–Te veo ahí, preciosa–


Al verla desaparecer con rumbo a las cocinas fue que el Lestrange se dirigió a su sala común y salió pocos minutos después con una horda de Slytherin siguiéndolo para acabar con Sirius Black.












































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Elizabeth había terminado su pastel hace un rato ya, pero no se había ido porque preparaba una cesta con comida para su tarde de películas con su mejor amigo.

Desde hace años, cuando le mostró por primera vez a Rabastan el proyector antiguo que había logrado reparar, él decidió que harían una tarde de películas cada semana y ella llevaba la comida.


–¿Algo más señorita Snow?–Preguntó una de las elfinas.

–Creo que con esto bastará para Ras, pero nunca se sabe–

–Traeré las galletas favoritas del señor Lestrange–Dijo la criatura antes de irse.


La castaña sonrió y apoyó su trasero en una mesa y cruzó sus pies mientras comía una de las pequeñas tartas de frutas que la elfina le había dado hace rato.


–¡Tú!–Soltó alguien entrando.


La Ravenclaw se volteó rápidamente terminando de comer su pequeño postres cuando vio a un muy sudado y enojado Gryffindor acercándose a ella.


–Buenas tardes, Sirius Black–Contestó la chica amablemente.

–¡Por tú culpa una horda de Slytherin, Ravenclaw e incluso los Gryffindor me persiguen por todo el colegio!–Acusó el Black.

–¿Mi culpa?–Repitió la ojiavellana–No lo creo, no le dije a nadie de tus exigencias con la carta aparte de...–

–Lestrange es el líder de todo esto–Completó el azabache por ella.


Ellie bajó su mirada avergonzada por lo que Rabastan estaba haciendo, sabía que suele protegerla mucho, pero no creyó que llegaría a estos extremos por ella.


–Lamento mucho si es que te hicieron algo–Se disculpó sin verlo–Hablaré con Ras de inmediato y él va a parar todo esto en tú contra–

–Lo agradecería antes de que otra de mis capas sea quemada por Lily Evans–


Fue cuando la castaña levantó su mirada y cubrió su boca para no dejar escapar la risa al ver el agujero en la capa del Gryffindor, definitivamente parecía una quemadura potente.


–Voy a pagar eso–Se ofreció la ojiavellana.

–No es necesario, tengo dinero para pagar mis capas–

–Yo nunca dije que no fuera así–Recordó la joven.


La elfina de hace rato volvió con un plato repleto de galletas y las puso en la cesta que segundos después le dio a la Ravenclaw para llevarse.


–Debo irme, pero prometo que hablaré con los demás para que esto acabe, Black–

–No lo entiendo–Dijo Sirius de pronto–Tú y Lestrange–Continuó al ver la mirada confundida de la chica–Él es peor que yo y fue el primero en recibir una carta, no se me hace justo–

–Tal vez él se ganó su carta ¿No lo crees?–Bromeó la castaña alejándose.

–¿Es eso?–Preguntó de repente el ojigris con emoción–¿Debo ganarla? ¿Qué debo hacer?–

–Nada Black, era una broma–


La Snow salió de las cocinas poco después, pero no se dio cuenta que en lo que respecta a Sirius Black aquello no fue una broma, él determinó que debía ganar su carta antes de fin de curso.

















































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Finalmente habían dejado de perseguir a Sirius Black para hechizarlo, aún así Rabastan lo quería muerto, pero por la petición de su mejor amiga puso freno a su revuelta y se tragó su enojo.

Ahora Elizabeth Snow repartía sus cartas del lunes en la tarde, ya solo le quedaban dos más, para su buena fortuna vio a sus dos objetivos juntos.


Caminaban hacia ella tomados de la mano y con una sonrisa tonta el uno al otro, ella ama la clase de amor que se tienen esos dos Gryffindor.

La joven rápidamente los interceptó, pues al ser amigos suyos no tuvo gran vergüenza en hacerlo porque los interrumpe en sus citas muy seguido.


–Buenas tardes a mis leones favoritos–Cantó la castaña.

–Elizabeth–Alice la abrazó rápidamente.

–Hola Ellie ¿Pasa algo?–Cuestionó Frank con una sonrisa amable.


Ella les mostró a ambos sus cartas y vio con ilusión como ambos castaños chillaban de emoción y prácticamente le arrebataron sus cartas para leerlas.


–Yo amo tu sonrisa también–Le dijo la Fortescue ni bien dejó de leer, pero ella ya se estaba alejando.

–¡Me gusta tú cabello, Lizzie!–Gritó el Longbottom.


La Ravenclaw se volteó para despedirse con la mano, pero vio que en ese momento sus amigos le comenzaron a hacer señas para que se aleje de algo y fue cuando vio su camino de nuevo que tropezó con el pecho de alguien.

Cerró sus ojos esperando el golpe al caer, pero este nunca llegó, en su lugar sintió una mano en su cintura y cuando por fin abrió sus ojos se encontró con un par de ojos grises que la veían, tenían un brillo de burla y la sonrisa también.


–La mayoría de las chicas esperan a estar en un cuarto oscuro para caer a mis brazos, Elizabeth–Se burló Sirius.

–Black–Soltó ella de mala gana ante lo dicho por él–Tú estabas en mi camino–

–Tú veías hacia otro lado–


Los ojos de ambos se entrecerraron en la batalla de miradas para saber quién de los dos sería el perdedor, pero de repente él sonrió burlón y le arrebató sus libros.


–¡¿Qué te pasa?!–La Ravenclaw tratando de quitárselos.

–Te acompaño ¿Tienes herbología no?–Ella asintió–Yo también, vamos juntos–

–No sé cuál sea el motivo de este repentino cambio, Black, pero no hará que te dé una carta–

–No es por la carta ¿Es que acaso no puedo acompañar a una chica linda a su clase?–


Elizabeth rodó sus ojos, golpeó el hombro del Gryffindor al pasar a su lado y se dispuso a caminar a su próxima clase con él siguiéndola de cerca.


–Me gusta mucho tú cabello ¿Lo cortaste?–Ella negó–Y tú uniforme se te ve muy bien–


La joven ni siquiera vio cuando la mirada del chico bajó a sus piernas y luego subió de nuevo, sonrió divertido y se dijo mentalmente que al menos no mentía en los alagos que le decía.


























































Nota:

La historia quedó de más de 20 capítulos 🤡

Subiré 10 hoy y el resto mañana o me voy a morir jaja.

¿Qué les pareció este nuevo capítulo?

Sirius me dio mucha tristeza.🥺💔

¿Creen que Ellie se pasó un poco con Sirius?😶

¿Creen que él hace bien al acercarse a ella para "ganar" su carta?😒💔

¿Tienen alguna teoría?😶💚

Bye💚✨️

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