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Cementerio































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Tres chicas de Ravenclaw de quinto año saltaron en el momento en que Elizabeth Snow les ofreció a cada una su carta, muchos se acercaron para ver las cartas que habían recibido.

Fue cuando la castaña hizo un escape milagroso antes de que alguno de ellos le pregunte por su carta, al menos tendría una semana de vacaciones por la semana Santa y así no estarían siguiéndola todo el día los estudiantes.


–¡Mon Amour!–Sirius la rodeó por los hombros antes de besar su mejilla–Tengo excelentes noticias–

–¿Ya estudiaste para los E.X.T.A.S.I.S?–Cuestionó la chica emocionada.

–Ya casi–Prometió el mayor divertido–Y es algo mucho mejor que eso–

–¿Potter ya quiere que le devuelva el anillo de compromiso para Evans? Porque en cualquier momento me descubre como parte de esto y se enoja–

–Mejor que James pidiendo matrimonio con un anillo feo–Aseguró–¡Mi madre te quiere conocer!–


El rostro de la Ravenclaw palideció y casi sale corriendo con dirección a la habitación de Rabastan para pedirle que la saque del país ahora.


–¿La de los crucios?–Soltó con tono nervioso.

–¡No!–El Black comenzó a reír–Mamá Mia, la madre de James–Explicó divertido–Ella es como mi madre–

–Qué alegría...–Se relajó la ojiavellana–Te amo, pero volvería al orfanato antes que conocer a Walburga Black–


El ojigris le dio la completa razón en lo que decía, él también preferiría cualquier cosa antes que ver a la mujer que lo trajo al mundo, incluso Voldemort le parecía más amable y encantador.


–Vas a venir a mi casa la próxima semana, por las vacaciones de semana Santa–Dijo con alegría–Lily también va a venir y si quieres Lestrange...–

–Ras no puede–Interrumpió divertida Ellie.

–¿Sabes algo que yo no, Lizzie?–Ella asintió sonriendo–Dime–Rogó con mirada de cachorro.

–Puede que vaya a conocer a unos señores Lupin...–

–¡No te creo!–


Si algo disfrutaba esa pareja es de seguir la extraña historia de amor entre el Lupin y el Lestrange que venía dándose desde octubre del año anterior, al parecer.


–Demonios, debí saber eso antes de confirmarle a mamá que íbamos a ir–Se quejó Sirius–Podría burlarme por horas de Rabastan con Hope Lupin presente–

–Y justo por eso no te debí decir nada–

















































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Lily veía a Elizabeth nerviosamente, James y Sirius estaban tan concentrados en hablar sobre su "Gran broma final" que no notaron los nervios de su novia a medida que el carruaje se acercaba a la casa Potter.

En un principio los señores Potter iban a ir a la estación, pero luego tuvieron que viajar de emergencia la noche anterior porque Fleamont fue requerido en uno de sus laboratorios de pociones, así que no quisieron hacer que dos personas mayores viajen tanto y les pidieron que los esperen en la casa Potter.


–Ya no quiero–Declaró la pelirroja en un susurro a su amiga–Definitivamente ya no quiero–

–¡Llegamos!–Anunció el Potter emocionado–¡Mami!–


Los dos azabaches bajaron corriendo del carruaje y no se detuvieron hasta que su madre, una mujer ya mayor, los abrazó con fuerza mientras el señor Potter se acercaba al carruaje.


–Disculpen a mis hijos–Pidió Fleamont con voz divertida–Juraría que les enseñé modales–

–No hay problema, si yo viera a mi madre también olvidaría todo–Tranquilizó Elizabeth.


Ella tomó la mano que el señor Potter le ofrecía y bajó del carruaje, Lily la imitó, ambas vieron la enorme casa con curiosidad, sabían que James es rico, pero no para tanto.


–Es más grande que mi orfanato–Se quejó Ellie con diversión, pues hace ya tiempo que les había contado a sus amigos sobre su pasado.

–Es más grande que la cuadra en donde está mi casa–Apoyó Lily.


Lo bueno era que el señor Potter parecía escuchar muy mal porque solo les agradeció por alagar su corbata y luego procedió a decir que estaba muy orgulloso de saber hacer 5 nudos diferentes.


–Mamá mira–Sirius tomó la mano de Euphemia y prácticamente la arrastró hasta la castaña–Ella es Elizabeth Snow, es mi novia y sí, lo sé, yo también estoy orgulloso de mi mismo–

–Linda, que gusto conocerte–La pelirroja con toques de gris la abrazó–Y te deseo mucha suerte–

–¡Mamá!–Se quejó el Black.


Para la buena suerte de Ellie y de Lily los señores Potter resultaron ser el amor personificado, las trataron como a dos hijas más desde el momento en que las saludaron y jamás dejaron de alagar a ambas chicas mientras se burlaban de sus hijos.















































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–No puedo creer de que mamá te deje quedar en mi habitación–Decía Sirius mientras arreglaba su cama.

–Mjm–


Él se volteó confundido, llevaba la última media hora hablando y solo recibía esa respuesta a todo lo que decía, así que se acercó hasta la ventana donde estaba su novia y la vio esperando.

Ella veía fijamente a los jardines aunque se notaba que no estaba concentrada en nada realmente, solamente jugaba con su collar pérdida en sus pensamientos.


–En mi cumpleaños–Recordó el evento hace varias semanas–Cuando te dije que no quería salir fui con los Lestrange–Confesó–Rodolphus me saca cada año del castillo para ir a la tumba de mis padres y no te lo dije–

–Entiendo...–El azabache acarició su espalda–¿A la próxima me dices y te acompaño?–

–Es que me sentí mal porque tú me traes a conocer a tus padres cuando yo te había mentido para ir a ver los míos–Explicó.


La verdad es que jamás había llevado a nadie a esa tumba, los hermanos Lestrange nunca entran al cementerio muggle, la esperan afuera en el carruaje mientras ella va a pasar un rato de su cumpleaños con lo único que queda de sus padres, una lápida.

Y no había dejado de consumirla el haberle mentido a su novio para que no insistiera en acompañarla, la culpa la invadió en el momento en que conoció a los padres de él cuando ella le había mentido egoístamente para ver a los suyos aún sabiendo que el Black había planeado una fiesta sorpresa y aún así no le reclamó.


Mon amour–El ojigris acarició su mejilla con cariño–Entiendo que es un momento privado para ti, no importa el cumpleaños ya, a la próxima solo me dices y te acompaño, si quieres–

–¿Quieres ir?–Propuso la castaña.

–Esto ¿Ahora?–




















































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Al bajar de la escoba Sirius fue el primero en ver todo de manera curiosa, nunca había estado en el mundo muggle por más que un rato y menos en un cementerio, aunque le pareció que son iguales.


–¿A dónde vas Lizzie?–


Él se apresuró a alcanzarla, ella salió del cementerio y le hizo una señal para que la siguiera, caminaron a un puesto de flores donde la Snow tomó un ramo de geranios.


–Lo mismo de siempre, Elizabeth–Le dijo la señora que vendía las flores–¿No viniste hace poco? Casi siempre te veo con meses de diferencia–

–Tuve unas vacaciones del internado, señora Bruns y mi novio–Elizabeth señaló a Sirius–Quería acompañarme hoy–

–Qué amable–La señora Bruns tomó el dinero que ella le ofrecía–¿Vas a pasar por el orfanato?–

–No creo que la señora Gustin me quiera por ahí–


Sirius frunció el ceño, entendió entonces que el orfanato donde había crecido su novia estaba en el mismo pueblo que el cementerio donde estaban sus padres, le dio toda la razón de pasar triste los veranos y la abrazó.


–Ven quiero mostrarte algo–Lizzie tomó su mano–Yo vivía aquí desde antes ¿Sabes? La casa de mis padres esta en las afueras, quiero que la veas–

–¿Y por qué no vives ahí?–Preguntó el Black, pues ella le había contado que la echaron del orfanato hace meses.

–No podré recibir mi herencia hasta que acabe mis estudios, papá lo dejó muy claro en el testamento–Explicó ella para luego bajar la mirada–Y ese lugar no es un hogar sin mis padres–


Ambos caminaron hasta las afueras del pueblo donde hermosa casa, de tamaño mediado, con un enorme jardín y paredes de piedra, estaba sola en medio de un bello terreno que daba al bosque.


–Nadie la ha cuidado en mucho tiempo y los drogadictos se meten a veces, pero a mi me sigue gustando–Habló de nuevo la Snow–Mamá solía leer bajo aquel árbol, casi siempre cartas de papá mientras nosotros jugábamos–

–Podría repararse, solo necesita un poco de amor–Aseguró el azabache–Yo podría hacerlo si me dejas, mamá Mia ama decorar y podría ayudar–

–Aún no estoy segura de querer volver aquí, al menos para vivir–


La joven tomó la mano de su novio y lo guió dentro de la casa, le iba mostrando cada habitación mientras le contaba lo que hacía con sus padres en cada una de ellas.


–La cocina era de mamá, nadie más que ella podía entrar–Decía la castaña con diversión–Pero la oficina de papá, ese era mi lugar favorito–

–Estoy en la casa del hombre que escribió la saga de Agente Wilson, no lo puedo creer–Festejó el ojigris asombrado–¡Y voy a entrar al lugar donde la escribió!–


Esto divirtió a Elizabeth, estaba segura de que lo que le iba a mostrar ahora iba a hacer que Sirius se desmaye o mínimo grite como un niño pequeño.


–Este es el lugar–Ella abrió la puerta de la oficina–Solo yo tengo la llave así que los intrusos nunca pudieron entrar, puse hechizos además–

–¡La silla de Killian Snow!–El ojigris corrió al escritorio–Aquí pensaba sus ideas, no lo puedo creer–

–¿Quieres que te muestre algo que te hará desmayar?–

Mi vida, yo te amo, pero no voy a deshonrar la memoria de tú padre de esa forma–Bromeó el mayor.


La castaña rodó sus ojos antes de acercarse a la estantería con los libros firmados por su padre, los apartó de su camino y la caja fuerte apareció ante su vista, esto la hizo sonreír porque la clave era su cumpleaños.

Cuando la caja se abrió escuchó el asombro del Black, pues jamás había visto una caja fuerte muggle en su vida, ella sacó varias hojas y la mostró con orgullo.


–Es el último borrador de mi papá, el final inconcluso de Agente Wilson–Explicó.

–¡No puede ser!–Sirius casi se quiso desmayar de verdad –¿Puedo?– Preguntó al ver que su novia le ofrecía el manuscrito.

–Para eso te traje, amor


Rápidamente se puso a leer mientras la Ravenclaw lo veía divertida por las expresiones que hacía o los susurros con palabras de asombro que salían sin que él se diera cuenta.


–¡¿Y qué pasó cuando la trampa se activó?!–Cuestionó una vez terminó de leer–¿La agente Wilson y su compañero lograron salir?–

–No lo sé, papá nunca terminó de escribirlo–Contestó divertida la castaña, si ella se quedaba con la duda mínimo él también–Algun día lo sabremos, cuando vea a mi papá de vuelta y me cuente el final y yo te lo cuente a ti–

–Pero...–


La joven volvió a guardar el manuscrito donde estaba, dejó todo tal y como lo encontró para luego tomar la mano de su novio y salir de la oficina, colocó hechizos protectores y cerró con llave, no le gustaba estar ahí más de lo necesario.


–Vamos al cementerio–Pidió tomando las flores de la mesa de la cocina.

–¿Por qué no quieres pasar por el orfanato?–Preguntó sin poder contenerse el mayor–¿No quieres saludar a alguien?–

–Yo no tengo amigos ahí, ya no–Declaró la joven con tristeza–Todos con quiénes crecí se fueron y el único que verdaderamente extraño ya no esta–

–¿Quién es?–

–Kyle, mi hermanito adoptivo, murió cuando yo estaba en tercer año–Contó la castaña–Y Baemond, quien era como mi hermano mayor, desapareció poco después y no lo volví a ver–


Sirius tomó la mano de su novia y quiso colocarla en una burbuja de cristal donde nadie la pudiera volver a dañar en su vida, donde no volvería a perder todo lo que tiene, donde todos a quiénes ama estén para ella siempre.


–Traté de salvarlo–Habló ella de nuevo–A Kyle, pero llegué muy tarde con el tratamiento y murió–

–No fue tú culpa, Lizzie, eras una niña–

–Si yo hubiera corrido más, si tal vez no hubiera ido a Hogwarts, si hubiera hecho algo diferente tal vez un niño no habría muerto–


Al pasar frente a una tienda la ojiavellana se detuvo, el Black frunció el ceño confundido por esto ¿Qué quería ella de una vieja tienda de empeños?


–La señora Gustin no tenía dinero para el tratamiento de Kyle así que yo tomé el anillo de mi madre, papá siempre dijo que era muy costoso y que ahorró mucho para comprarlo cuando eran jóvenes–

–¿Empeñaste el anillo de tú mamá para comprar el tratamiento?–Cuestionó el ojigris con la boca entreabierta.

–Sí, pero no sirvió de nada–La chica bajó su mirada–Gasté gran parte del dinero en el tratamiento y no pude recuperar el anillo, cuando reciba mi herencia voy a comprarlo de nuevo–


Sirius se acercó a la ventana para ver el anillo, le resultó algo divertido que en realidad es totalmente el estilo de anillo que él había pensado comprarle a su novia algún día, se dijo a si mismo que ella debía parecerse mucho a sus padres.


–Vamos, se hace tarde–Apuró la joven tomando su mano de nuevo.


Los dos caminaron de vuelta al cementerio, casi al final de las cientos de hileras de lápidas estaba una de color blanco, de mármol, muy bien cuidada y con unas flores que la misma Ellie había dejado hace un par de semanas.

Los nombres de Killian y Emma Snow se leían en letras doradas, la hija de la pareja se inclinó ante la tumba y dejó las nuevas flores para luego besar la lápida, era una forma en la que imaginaba volver a besar a sus padres de nuevo.


–Mamá y papá, él es Sirius Black–Presentó con una media sonrisa para luego ver a su novio–Sirius, aquí están mis padres–

–Estarían orgullosos de quien eres, mon amour–Aseguró el azabache agachándose también para abrazarla–Y es un placer, señores Snow–

























































Nota:

Cada vez más enamorada de Sirius y escribir esto no me ayuda.🥺❤️

¿Qué les pareció este nuevo capítulo?🥺✨️

¿Qué piensan de Sirius y Ellie hasta ahora?❤️💙

¿Qué les parecen los señores Potter?🥺✨️

Elizabeth y Lily: Money, money, money...

¿Teorías?

¿Qué les parece la historia hasta ahora?🥺❤️

Rabastan con los Lupin.🤣🥰

Bye.✨️

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