❝Tuya❞

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Elizabeth terminó de leer la última de las cartas que su padre la había dejado, fechada el 19 de febrero de 1968, una semana antes de su cumpleaños número 8, ahora estaba a casi un mes de su cumpleaños número 18.

No pudo sacar el pensamiento de que iba a cumplir si primera década sin sus padres, no dejaba de pensar en lo que ellos pensarían de ella ahora, si se hubiera enterado que es una bruja, la primera en la familia, y qué diría su padre al saber que ella también escribe cartas.

–Te extraño papi–Murmuró secando una lágrima–Te extraño mami–Lo último lo dijo viendo la vieja foto de su mamá entre los pergaminos.

Finalmente secó sus lágrimas por completo guardó sus cartas en el cajón con doble seguridad de su escritorio y colocó los hechizos extra que siempre la dejaban más tranquila.

En ese momento alguien tocó frenéticamente la puerta y ella suspiró adivinando fácilmente de quien se trataba así que abrió y dejó pasar a su ansioso novio, por algo se lo veía nervioso.

–Hice algo–Anunció el Black–Puede que sea malo, pero no ilegal–

–¿Qué tan malo Sirius?–Cuestionó la castaña con una ceja alzada.

–Bueno...–Él rascó su nuca–Puede o no que haya llevado a Mary Macdonald a dar un paseo para buscarte y resulta que "accidentalmente" encontró a su prometido con la amante que le oculta–

–Sirius Black dime que no hiciste eso para que ella termine con él y pueda estar con Regulus–

El silencio y la sonrisa falsamente inocente de su novio fueron suficientes respuestas para ella, claro que lo había hecho con ese propósito.

–¡¿Cómo se te ocurre?!–Soltó la Snow pasando sus manos por su cabello suelto.

–Sabes que Regulus la trataría mejor que él–Defendió el azabache.

–No es tú elección, Black–Recordó la chica antes de suspirar–Pero lo hecho ya no se puede cambiar, vas a tener que compensarla–

–Lo haré, además ya puse poción de "Beso de Troll" en el té de Troy Jordan–Contó orgulloso.

Él quiso acercarse para besarla y fue cuando ella puso su mano en pecho para impedirle acercarse, seguía enojada.

–No sé cómo estás tan calmado, lo que hiciste estuvo mal–Regañó la Snow.

–Mi amor, puede que no me identifique como un Black, pero fui criado como uno y eso hace que yo siempre obtenga lo que quiero–Él sonrió coqueto.

–No hoy, hoy duermes en tú habitación con tus amigos y vas a pensar en lo que le hiciste a la pobre Mary–

–Ese es el problema–Sirius sonrió de lado–Remus desapareció, ya sabemos donde, James está en rondas con Lily y Peter fue con Regulus a espiar a Barty así que soy todo tuyo, mi vida–

Ellie rodó sus ojos, no pudo evitar soltar un suspiro buscando la paz en su interior para no terminar por usar sus zapatos contra su novio y enviarlo a su habitación.

–Bien, iré a cepillar mis dientes, no toques nada–Aceptó la ojiavellana.

–¿Tú cuentas?–Bromeó el azabache siguiéndola a su baño.

–Sirius calmado, algo me dice que te provoque al decir que no vas a tener lo que quieres–Él asintió–No lo vas a tener–

–No me retes, mi vida–

Elizabeth sonrió maliciosamente ante si misma en el espejo, se dijo que podría arrepentirse de decir lo que iba a decir mañana en la mañana, probablemente iba a doler, pero valdría la pena.

–La única persona que siempre obtuvo lo que quería de mi es Rabas...–

No había terminado su frase cuando vio la mirada color plata de su novio oscurecerse hasta casi volverse negra y fue cuando cuando sonrió victoriosa, ella es quien obtiene lo que quiere en esa situación, siempre es así.

–Vas a pagar eso–Advirtió el Black sabiendo bien que lo había provocado al propio para manipularlo.

Se acercó rápidamente a ella y comenzó a besar su cuello y luego la parte de atrás de su nuca mientras la mente de la Snow se nublaba por completo ¿Qué había estado haciendo en el baño?

Seguramente ver lo perfecto que se refleja su novio mientras besa con ferocidad su cuello, su nuca y a la vez rodeaba su cintura para pegarla a él, lo único en lo que pudo pensar es que es divertido ser la favorita de Merlín.

–Mía...–Susurró Sirius antes de morder hombro y luego besar la herida–Mía por aquí también–Él mordió el lóbulo de su oreja provocando un gemido–Dilo, vamos mi amor, quieres decirlo–Animó.

Ella sonrió antes de darse la vuelta para tomar las mejillas del Black y besarlo se nuevo, sintió las manos de él rodeando su cintura y posteriormente bajar hasta su trasero como aquel día en armario de limpieza, pero no está vez no esperó.

–Tuya–Murmuró finalmente separándose del beso.

Lo sabía desde los 14 años, con una simple sonrisa había quedado fechada, con una sonrisa encontró el lugar para el cual fue hecho y sabía que él estaba hecho para estar con ella, siempre fue su destino enamorarse de Sirius Black.

–Repite eso–Pidió el azabache, su mirada seguía oscura, pero su tono era amoroso.

–Tuya, Sirius, así es el destino–Aceptó la castaña.

–¿Lestrange no tiene nada?–Preguntó como niño pequeño.

–No lo mismo que tienes tú–Contestó divertida la ojiavellana.

Sabía que él no estaba convencido, iba a tener un buen trago de drama gracias a su meta de provocar a su novio, supo que tenía razón cuando él la cargó hasta la cama, primero se sentó él y luego la atrajo para que se siente en su regazo.

–¿Lestrange no hace esto?–Cuestionó antes de tocar los mordiscos que había dejado hace unos segundos.

–¿Cuál es tú obsesión con Rabastan?–Bromeó la Ravenclaw.

–No es él, es lo que me imaginé–Sirius suspiró enojado–La primera vez que vine aquí y me dijiste eso, imaginé muchas cosas y cada una me hacen enojar mil veces, aunque sé que están en mi mente–

Esto hizo que la castaña se comenzará a reír, no podía imaginarse a si misma en una situación con Rabastan en la cual ambos estén desnudos, sería como tener sexo con un hermano y le daban escalofríos de solo pensarlo.

–No te rías, Lizzie–Regañó el Gryffindor avergonzado–Es que tú llevas mucho tiempo con él y es... una inseguridad que tengo el que algún día decidas que es mejor que yo–

–Ay mi amor–Ella lo besó–No hay nadie en este mundo mejor que tú para mi–Aseguró.

–¿Me lo prometes?–

–Te lo puedo jurar de manera inquebrantable–Ella se puso a horcajadas sobre él para verlo a los ojos–No hay nadie mejor que tú–

De nuevo ambos comenzaron a besarse, ahora en una forma en la que Sirius no parecía estar enojado, pero ambos compartían algo, deseo, ambos deseaban ese beso y mucho más.

–Cuando James dijo lo del tatuaje–Inició la Snow rompiendo el beso–¿Hablaba enserio?–

El ojigris sonrió de lado, retiró los brazos de su novia de su cuello con cuidado y rápidamente se quitó la camisa para luego mostrar el copo de nieve tatuado en su hombro con una E en medio.

–Me gusta...–Confesó la Snow sonriendo ante el homenaje a ella–Y los demás también–Acarició el abdomen tatuado y luego el pecho–Aunque pudiste solo levantar la manga–

–No habría diversión en eso–Se burló el azabache–No podría hacer esto–Él tomó su mano y la guió por cada tatuaje que había–¿Cuál es tú favorito?–

–¿Cuenta el que es en mi honor?–Él asintió divertido–Entonces es fácil–Ella se acercó para morder el hombro como él lo hace con ella y escuchó un gemido–Este–

Ella se quedó por unos segundos observando al Black que tenía enfrente, él la veía con un brillo en su mirada que sólo notaba cuando estaba con ella, como si fuera la mayor maravilla que había visto.

Ellie se acercó de nuevo para besarlo, pero esta vez mordió su labio escuchando un gruñido como de perro que le causó una sensación nueva en su interior, ese gruñido le gustaba.

–Mío–Declaró acariciando el labio que recién mordió.

–Todo tuyo, mi amor–Prometió Sirius con una sonrisa de lado.

Ahora entendía que ella puede tener una lista de cartas, que también admite no es del todo justa puesto que sí dejó a Sirius al final al propio en cuarto curso, pero él no tiene una lista ya y si la tuviera ella sería la última en ese pergamino.

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Rabastan, Lily, James y Remus veían a Sirius Black quedarse dormido sobre su almuerzo por quinta vez en esa semana, no podían dejar de reír al verlo así.

–¿Quién lo diría?–Comenzó el Potter–El gran Sirius Black agotado por Elizabeth Snow–

–Créeme amigo, no quieres continuar por ese camino–Advirtió el Black–Estoy más que bien–

–Más que trasnochado–Corrigió la pelirroja Evans.

–Y marcado–Siguió Ras viendo las mordidas en sus brazos, chupetes en el cuello y labio roto–¿Qué le hiciste a mi dulce Ellie?–

En ese momento la Snow apareció en el comedor, hablaba con Peter Pettigrew sobre algo de herbología, al parecer reciben esa clase juntos.

Cuando Sirius la vio de inmediato pareció recobrar toda la energía pérdida y esto causó la risa de sus amigos en mayor nivel, claro que él jamás admitiría ante su novia la derrota en ese juego que tenían.

–Buenas tardes–Saludaron los recién llegados.

–Ellie te ves muy descansada–Se burló Remus–No como Sirius–

–Lunático sé lo que insinúas–Refunfuñó el ojigris.

–Son las dos–Ellie se volvió a levantar rápidamente–¿Alguien quiere venir conmigo a dejar cartas?–

Sirius fue el único que se levantó, de nuevos sus amigos se rieron, y pronto tomó la mano de su novia para guiarla por el castillo en búsqueda de sus elegidos.

–Encontró una digna rival–Soltó Peter haciendo reír a todos.

El Black veía curioso como Elizabeth leía por quinta vez su lista para asegurarse de que todo estaba bien, ella le ofreció leerla una vez, pero él se negó, no quería estar ansioso por su carta otra vez.

–¿Pasa algo?–Preguntó leyendo los destinatarios de las cartas que ella le había confiado.

–Me adelanté, seguramente entregué de más y ahora terminaré antes de lo previsto–Explicó.

–Eso es bueno–

–No, no lo es–

Ella no esperó a que él respondiera antes de irse molesta por alguna razón, dejó a un muy confundido Gryffindor en medio del pasillo con las cartas que faltaban en su mano.

–¡¿Las entrego yo, mon amour?!–

–Dame eso–

Ellie volvió sobre sus pasos y tomó las cartas, besó su mejilla y se fue de ahí rápidamente sin esperar las quejas por parte del Black a quedarse solo en medio del pasillo sin explicación.

–Mary Macdonald–Saludó Elizabeth a la castaña rojiza frente a ella–Que tengas una linda tarde–

–¡¿Para mí?!–La Hufflepuff sonrió abiertamente por primera vez en una semana–No sabes la falta que me hacía–

–Créeme, lo sé–Ella besó la mejilla de la dulce chica–Sirius lamenta mucho lo que pasó, espero que estés mejor–

–Ya sabes, la ley del bizcocho–La Ravenclaw frunció el ceño confundido–Se va uno y llegan ocho–

La Snow sonrió, ahora más tranquila de saber que la joven se recuperaba bien de la traición de su novio meses antes de su boda, se despidió con la mano y caminó rápidamente hacia Rabastan, que se acercaba por el pasillo.

–Mi ángel–Saludó el Lestrange antes de ser arrastrado por el pasillo–¡¿Qué hice ahora?!–

–Tengo un gran problema–

Ambos amigos caminaron hasta la habitación de la chica en la torre de Ravenclaw, al llegar ella cerró la puerta y comenzó a caminar de un lado al otro pasando sus manos por su cabello.

–Entregué cartas antes de tiempo–Comenzó visiblemente nerviosa–Eso me hará terminar dos días antes de la graduación, Ras–

–Y eso te haría darle su carta a Sirius antes–Entendió el azabache–Por lo cuál mi no querido amigo se enteraría de tú enamoramiento con él de hace años–

–Tenías razón–Admitió la castaña de pronto–Sí tengo la carta de Sirius desde hace años y lo dejé para el final a propósito y se va a enojar conmigo–

–Estoy seguro de que no–

Él se acercó y la abrazó, si algo sabía de su amiga es que sobrepiensa las cosas mil veces, imaginando miles de escenarios en su mente que probablemente no van a pasar, pero que la mortifican igual.

–Va a odiarme en el momento en que lo sepa–Aseguró la ojiavellana.

–Cómo están tan enamorado podrías matar a Potter y el te perdona–

Ella no se mostró convencida, de hecho pareció cada vez más asustada y esto solo lo hizo pensar en que se acerca la hora de llamar otra vez a su artillería pesada, que mala suerte.

Nota:

Sirius y Lizzie en público:💕🥰💖
Sirius y Lizzie en privado:👄✨️🔥

¿Qué les pareció este nuevo capítulo?

¿Qué piensan de lo que hizo Sirius con Mary?😶

¿Qué les parece la pareja hasta ahora?🥺💚

¿Qué piensan de la teoría de Ellie de las cartas?🤐

¿Y qué les parecen Peter y Reg espiando a Barty?🤣

¿Teorías?

Bye.💚