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02 . Campamento Mestizo

El dragón los llevó hasta un lugar muy alejado. El paisaje era precioso y ciertamente, relajante. 

— Puedo entender por qué te gustan los dragones —Dijo Leylah mirando a su novio

—Criaturas fantásticas, ¿No? — Alcanzó su cintura y la acomodó más cerca de él — No vayas a caerte

—Gracias —Frunció el ceño al notar que bajan cada vez más — ¿Estamos perdiendo altura?

—¡Hay que saltar! —El grito de Hermione se escuchó más atrás, de donde esta agarrada 

— ¡¿Cuándo?!

Leylah miró hacia abajo al lago que parecía ser profundo con duda.

—¡Salten! —Hermione gritó y luego se vio su cuerpo cayendo al agua. Harry y Ron la siguieron

Charlie acarició al dragón por última vez y saltó de la mano de Leylah, saltándose una vez impactaron

El agua estaba helada contra su piel. La ropa de Bellatrix se pegaba completamente haciendola sentir incomoda. Ahí debajo del agua, unas imágenes aparecieron en su mente.

Su padre matando a los duendes en la mansión. Inmediatamente supo que él sabía todo lo que estuvieron haciendo. También podía sentir un poco sus emociones. Enojado. Herido. Frustrado

Nadó hacia arriba para tomar aire.

Tosió un poco de agua al salir a la superficie, Charlie la alcanzó

—¿Estas bien?

—Si, salgamos —Nadaron hasta la orilla donde Hermione le dio ropa seca a cada uno. La Riddle simplemente conjuró un hechizó de calor y viento para secarse, haciendo lo mismo con su prometido

Pronto, Harry cerró los ojos con fuerza y un poco de dolor. Leylah dejó caer la manta que estaba tomando para acercarse a él

—Él lo sabe. —Declaró el chico —Sabe sobre los Horrocruxes

—¡Harry! —Protestó Hermione— Sabes que no puedes dejarlo entrar a tu mente

—No siempre puedo controlarlo — tomó la ropa seca que Hermione le tendía—Pero hay más, el último Horrocrux está en Hogwarts

—¿Hogwarts? —preguntó ella —¿Cómo lo sabes?

—Lo vi, vi el castillo y el escudo de Ravenclaw. Creo que entré a su mente—Divaga al final —Eso no importa, debemos ir a Hogwarts

—¡Espera! —Hemiono frenó —Debemos pensarlo, planearlo y...

—Honestamente, Granger ¿Cuándo algo sale según lo planeado? —Leylah preguntó retóricamente— planeamos, llegamos y todo sale mal

—Snape ahora es el director —Les recordó Charlie—No pueden simplemente entrar por la puerta principal

—Nos puedo llevar a todos hasta la sala común y de ahí... improvisaremos

—O podemos ir a Hogsmeade, hay un túnel en el sótano de Honeydukes que conecta con el castillo—Ron les dijo

—A Voldemort le está pasando algo, en el pasado podía seguir sus pensamientos. Pero ahora esta... es como si estuviera desconectado

—Tal vez son los Horrocruxes, quizás esta más débil o moribundo

—No, está herido y, honestamente, me parece más peligro ahora

Leylah asintió. —Muy bien, todos prepárense. Charlie, vuelve al cuartel de la orden y espera allí con Oliver, nosotros iremos a...

Un fuerte dolor de cabeza y cayo de rodillas, mirando al cielo, pero sin verlo. Las imágenes en su cabeza le aterrorizaron

Era Apolo. En la mansión Malfoy, siendo torturado por Bellatrix y Lucius. Estaba atado, manos y pies, contra la pared

Su ropa estaba sucia y rasgada, con sangre saliendo de cada rotura.

Luego la voz de su padre en su oído

"Es tiempo de recuperar lo que es mío"

Volvió a mirar al cielo, ahora consciente de las voces que la rodeaban.

Las manos gentiles de Charlie sobre sus mejillas, con su voz dulce, pero preocupada, preguntado que ocurría

—Lo tiene —Dijo, la voz enfurecida —Tiene a Apolo.

—¿Quien?

—Mi padre — Se levantó del suelo

—¿Está segura de que fue real? —Preguntó Hermione —Piénsalo, la última vez creímos que tenía a Sirius y fue una trampa

La última vez, terminó degollando a una persona en el bosque del campamento. Pero esta vez se sintió más real y no una ilusión

—Hay una manera de saberlo. Iré al campamento, intentaré seguir los pasos de apolo. Cariño, tu ve con Oliver y ustedes a Hogsmeade

Movió las sombras, recuperando todo su poder gracias a la adrenalina que sentía en ese momento

—Y prepárense. Porque si tiene a Apolo, estaré iniciando la puta guerra

Nadie la cuestionó cuando sus ojos birlaron en dorado. Todos sabían que era una señal de su enojo

[....]

El campamento siempre estaba tranquilo en esta época del año.

Los semidioses que se quedaban eran pocos, ya que la mayoría estaba en edad escolar y tenían donde dormir

Así que no le sorprendió que solo viera unos pocos campistas caminando.

Se sintió un poco extraña yendo hasta su cabaña, a pesar de que había estado el verano pasado allí.

Subió los escalones y abrió la puerta. El interior estaba prácticamente como lo dejó, pero más desordenado. Esta era obra de Mikael.

Hablando de Mikael...

—¡Leylah! —El grito agudo de una de sus personas favoritas le hizo sonreír

Se dio la vuelta para verlo correr a unos metros de distancia, con su perro detrás ladrando

Salió de su cabaña para ir a su encuentro. Se agachó y abrió los brazos justo a tiempo.

El pequeño la abrazó tan fuerte que la dejaba sin aire y presionaba justo en sus costillas casi sanas. No es que ella se estuviera quejando

—Mi niño. Estas más alto y grande —Se separó de él para poder mirarlo a la cara —Y mucho más guapo también.

—Estas aquí —Fue todo lo que contestó y volvió a abrazarla — Tenía miedo de no volver a verte

—Siempre encontraré una manera de volver a ti, Mike. —volvió a separarse para acariciar al perro —¿Dónde está Leo?

—Está haciendo guardia.

—¿Guardia?

—Si, para misión que me asignaste. Hice un resumen de todo lo que escuche... pero esta en griego, intenté practicar como me dijiste para poder mejorar en la escuela, pero me cansé y las palabras eran muy confusas después de un tiempo así que tomé el diccionario y no pude leerlo y entonces se me ocurrió escribirlo en griego y me...

—Mike, respira —Puso una mano en su pecho, justo encima de su corazón acelerado —Me alegra escuchar que lo hayas intentado, eso es lo que cuenta

Mike sonrió y luego habló emocionado —¡¿Quieres conocer el cuartel de operaciones?!

La Riddle río por su entusiasmo —Por supuesto que sí

Mientras Mike la guiaba, ella intenta saber cómo le preguntaría sin que sospechara que algo malo ocurría. No quería preocuparlo, pero de alguna manera debía saber si Apolo estuvo allí y cuando se había ido

Se pararon frente a la cabaña tres la de Poseidón. Leylah se rio estirando la mano para abrir la puerta

—¿Le robaste la cabaña a Per...?

Se calló al ver lo que había dentro. Para empezar, Percy, Nico y Leo rodeaban una radio.

Cada uno de ellos tenía un papel en sus manos, ya sea que estuvieran leyendo o escribiendo una carta. Hablaban seriamente entre ellos mostrando diferentes puntos de vista de un mismo tema

Un mapa lleno de recortes de diarios estaba pegado en una de las ventanas y reconoció el plano de castillo en uno de ellos, así como Hogsmeade y algunas fotografías del interior de ambos lugares

—¿Que es todo esto? —Su tono de sorpresa alertó a todos

Nico y Percy levantaron la mirada para cruzarlas con la de ella

—Ly

El susurró de ambos resonó en el silencio que se había formado. El primero en correr a ella fue Percy que fue empujado por Nico para llegar primero

Sin importar el orden de llegada a sus brazos, terminó siendo aplastada por los dos. Mikael pasó al lado suyo y fue a sentarse con Leo para leer los papeles

—Estábamos asustados, Bill dijo que llegaste herida

Frunció el ceño —¿Como lo saben?

Nico señaló la radio y luego las cartas en una litera vacía

—Hemos estado al tanto de todo lo que sucede, bueno, tanto como podemos.

—Si, a veces es difícil comunicarnos, pero hasta ahora hemos recibido noticias de todos. Incluso de Remus que es el peor en mantener contacto

—¿Has sabido algo de Apolo?

Se miraron entre ellos antes de que Percy contestara.

— Estuvo aquí, hace dos semanas, pero solo se quedó cinco días antes de irse. Creí... ¿Él no llegó a la casa de la Orden? Se suponía que llegaría ese mismo día

—Yo mismo lo llevé — Acotó Nico —Bueno, lo dejé a las afueras de allí, nunca había estado en el lugar y no sabía dónde estábamos realmente. Pero Apolo dijo que estaba bien y solo caminó por un sendero, estaba cerca de la playa, así que creí...

Leylah los miró durante un segundo. Antes de que las lágrimas la abordaran, los abrazó a la vez. Percy y Nico la apretaron contra ellos y la llevaron hacia afuera para salir de la vista de los niños

—Es terrible —Les dijo— Todo esta tan mal — Sollozó —Mi padre lo secuestró y lo está torturando. Pensé que era algo falso como cuando Bell se metió en mi mente — Las lágrimas caían por sus ojos — pero este se sintió diferente, en el fondo lo sabia...

—Shh —Consoló Percy —¿Por qué tu padre tendría a Apolo?

— Me quiere a mí... más bien, a mi alma —Se separó limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano — Y si eso es lo que quiere, se lo daré

—Tu alma es tu única ventaja sobre él —Nico tomó su hombro para mirarla — Si le das lo que quiere...

Lo interrumpió, en voz baja —¿Qué otra opción tengo? Apolo está en peligro ahora que es un mortal

—Y si muere, recuperará su poder de Dios

—No sin antes estar encerrado por décadas en una cueva, ¿Sabes lo que es para el Dios del sol, no poder salir? —Suspiró — Apolo me ha salvado más veces de las que le he agradecido. Fue él quien trajo de regreso sus recuerdos, el que me llevaba néctar a la escuela, el que me daba misiones para que saliera del campamento, el que me amó a pesar de todo... Es mi turno de salvarlo a él.

Percy y Nico se quedaron callados sabiendo que no podrían hacerla cambiar de opinión

—Si das tu alma, significa que tu... bueno... —la voz del hijo de Poseidón falló

—Me conoces desde hace mucho, ¿No crees que tenga un plan?

Nico la miró confundido — ¿Qué harás?

Mike la llamó desde adentro de la cabaña —¡Ly, ven a ver mi maqueta de guerra!

Leylah limpió sus mejillas nuevamente — Ni una sola palabra a nadie de la orden, ¿De acuerdo? Confíen en mí, no tengo planes de morir.

Volvió a la cabaña. Mike ya la esperaba con una caja en la mano, demasiado grande para él Leo lo ayudaba sosteniendo una esquina. Lo terminaron por poner sobre el piso para que pudieran verlo mejor

Se sentó en el suelo, al lado de ambos niños, quedando en el medio. Antes de ver mejor el contenido de la caja, Mike comentó que se había olvidado unos muñequitos y salió corriendo hacia a cabaña de Leylah

—¿Como estas, Leo? No he tenido la oportunidad de saludarte correctamente

—Bien, el campamento es mí más tranquilo ahora

Leylah tarareó — Debo agradecerte, por estar al lado de Mike

— Es mi mejor amigo —Tomó una espada de cartón de la casa y luego un mini ogro —A pesar que a veces me hace hacer cosas que no entiendo —Leylah rio un poco

—Tiene suerte de tenerte, uno siempre necesita a alguien a su lado en cualquier locura o momento difícil, sobre to si es un amigo

—Yo soy quien tiene suerte... — Dejó los muñequitos de regreso a la caja y se puso serio — De hecho, estos últimos meses han sido malos para él. Estuvo muy preocupado por ti

Leylah borró la sonrisa que tenía y la remplazó por una triste — Me lo imaginaba. Lo último que quiero es preocuparlo o hacer que llore

—No es tu culpa —Leo la tranquilizó —Lo único que realmente teme es que no vuelvas con él. Siempre cuenta el día que lo trajiste al campamento, como lo envolviste en las sombras y decidiste pelear sola contra el monstro

—Al parecer todo el mundo sabe que moriría antes de dejar que algo pase. Como sabras, en una guerra, son los sacrificios de lo que estas dispuestos a perder lo que define el resultado. A veces no tienes opciones

Leo dudó antes de volver a hablar

—Mike dijo, bueno, él dijo que regresaste de la muerte una vez. ¿Es cierto?

—Si, mi madre me salvó. Pero pagué el precio por eso

Mikael volvió con dos muñecos en la mano

—Mira, eres tú— se tiró sobre ella en su regazo para mostrarle de cerca —Y este es papá

Leylah los miró sonriente. Ciertamente se parecía al muñeco

—Tienes tu espada en la mano y la varita en la otra, ¡Porque puedes usar ambas!

—Son hermosos, cariño. ¿Hiciste a todos los de la Orden?

—¡Si! —Contestó emocionado, atrayendo la caja más cerca y revolviendo para sacar a todos — Hice a Harry, Charlie, Abuela Molly... ¡Incluso hice a Remus y su versión Lobuna!

Les mostró una a una cada pieza y ella elogió todas igual. Mientras él seguía mostrando, Leylah miró como la felicidad irradiaba de su cuerpo

Su título, hijo del dios del sol, le quedaba bien. Porque irradiaba calidez, emoción y felicidad.

—Estas tan grande —Le dijo, interrumpiendo su charla de como hizo a Sirius en miniatura —¿En qué momento has crecido tanto?

—¡Tengo diez! ¡Soy un niño grande ahora!

— Desearía que te quedaras así para siempre —Arrulló — Mi bebé

— Oliver es tu bebé y yo su hermano mayor —Le sonrió dejando todos los muñecos en la caja —Aunque eso no significa que debes de dejar de arroparme

—Tendrás veinte años y seguiré haciéndolo — Besó su frente y luego dijo, con voz baja para que aun la escuchara — Debo volver a mi misión

No se perdió el puchero en sus labios, ni como su sonrisa se atenuada un poco

—Lo entiendo. Eres una heroína y debes salvar al mundo...

—Mikael —Usó su nombre completo, para que supiera que no había ninguna broma en lo que diría— ¿Alguna vez he roto una promesa?

—No —Contestó sin dudarlo

—Entonces confía en mí. Si te prometí que volvería, lo haré

Entonces Mikael sonrió y asintió

—Nunca dudo de tus palabras — la abrazó —vuelve en una sola pieza... con ambos brazos, por favor

Leylah río ante su inusual acuerdo —Lo prometo

Se tomó un minuto más de esa paz. Y luego se separó. Percy y Nico miraban todo desde la puerta

Leylah se levantó del suelo y saludo a todos antes de disolverse en sombras.

Tenía un lugar donde estar.

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