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03. Ultimo recurso 

La última vez que estuvo en el inframundo había sido el verano antes de entrar a Hogwarts.

Realmente no cambió mucho, tal vez se había ampliado gracias a los millones de muertos recientes, pero seguía con el mismo aspecto.

Caminó por los dominios de su madre y se detuvo en su sala de trono. Mirando a su alrededor, se sintió reconfortada. Era como si sus poderes se incrementarán un cien por ciento y su energía se renovaba. Todo gracias a que estaba cerca de su fuente de poder.

La Diosa Nix se abrió paso por una de las puertas laterales. Estaba vestida como siempre, con su túnica larga hecha por sombras, su cabello echado hacia atrás y suelto, su mirada daba escalofríos para cualquiera que se atreviera a mirarla.

Pero sus ojos se suavizaron al ver a su hija

—Mamá —Saludó, inclinando levemente la cabeza en señal de respeto

—Leylah— Avanzó un par de pasos hacia ella, abriendo un poco los brazos. Una invitación sutil —Hija mía

Leylah no dudó en correr hacia sus brazos y reclamar un abrazo. Nix pasó su mano por su cabello con delicadeza. Se separaron

—No pareces sorprendida por mi visita

— Soy una Diosa, después de todo. Estaba esperando tu llegada. —Chasqueó los dedos y una mesa con sillas apareció —Tomemos asiento

Se sentó en la silla de la izquierda y respiró profundo

—Necesito tu ayuda —comenzó

— Lo sé, no vendrías aquí solo de visita. No con todo lo que está pasando en el mundo mágico

Leylah asintió —Es cierto. Aunque me encantaría decir que estoy aquí por motivos más felices

—La vida de un heroe. Bien, dime que es lo que necesitas y veré que puedo hacer. Zeus ha estado un poco... —Dejó las palabras en el aire por que no sabía como describirlo. En cambio, agregó — No quiere que los Dioses intervengan demasiado

—Eso no es novedad. —Dijo a sabiendas y siguió — Mi padre tiene a Apolo y lo está torturando

—Oí que renunció a su inmortalidad por ti — interrumpió — Veo por qué es un problema ahora.

—No puede defenderse de ningún ataque — Aclaró lo que ya sabían— Pero puedo salvarlo. Si le doy a mi padre lo que quiere

Nix sonrió — Pero no lo harás. Te conozco, sé que sabes que no es una opción darle tu alma. Así que dime, ¿Cuál es tu plan B?

Leylah se quedó callada un segundo, antes de respirar profundamente y decir lo que necesitaba de ella

Sonrió triste — Es por eso que tengo un último recurso que sacrificar... Y si todo sale según lo planee, entonces hay una posibilidad de ganar la guerra. —Se le formó un nudo en la garganta que intentó disipar con un carraspeo. No funcionó — Necesito... Necesito que quites tu alma de mí y dejes solo la de mi padre

Su madre la miró sorprendida. Incluso un poco aterrada, de todas las cosas que su hija podia perdirle, esa fue, en su opinion, la peor

— No. Leylah no puedo hacer eso

—Pero necesito que lo hagas.

— ¿Sabes lo que significaría que sacara mi parte de ti? — Le preguntó levantándose de su asiento — Significaría que todo aquello que te hace una semidiosa, desaparecería. No podrías usar las sombras, no podrías ir al campamento. Tus reflejos se minimizarían, tu... sentirías la ira de Tom en ti.

—He sido una semidiosa por más tiempo que bruja, lo extrañare. Se cuales son los riegos y estoy dispuesta a tomarlos. Por favor.

— Dejaría de tener una conexión contigo. — Era lo que más le dolía, pero era el único camino viable — ¿qué hay de tu otra opción? ¿La que te has planteado durante meses?

Leylah negó

—Hacer un Horrocrux nunca fue una opción real, ni siquiera se el encantamiento o el proceso. Solo sé que debo quitar una vida para hacerlo.

—Puedo ayudar a conseguir cualquier cosa que requieras para hacerlo, soy una diosa después de todo

—Tardaría quizás meses en perfeccionar el hechizo e incluso tal vez no funcionara si no paso toda su alma.

Su madre se quedó callada. Asi que continuó hablando

—Se que el rey del olimpo te prohibió ayudarme, es por eso que no te pido que simplemente quitaras el alma de mi padre. Eso podría desencadenar una guerra entre los dioses — Nix no lo refutó, Zeus había sido muy claro — No puede decirte nada sobre tu alma en mí, porque te pertenece y él no tiene poder sobre tus dominios.

—Lo has estado pensando mucho, al parecer. — Dijo —De acuerdo, lo haré.

— Mamá — Llamó para que le prestara atención — Siempre seré tu hija

— Y nunca dejaras de serlo para mi —Declaró — Ahora, necesito que te arrodilles ante mí y te relajes. No te dolerá

Hizo lo que le pidió y cerro sus ojos. La diosa avanzó y puso una de sus manos sobre su pecho, donde estaba ubicado su corazón, cerró sus ojos también.

Leylah sintió una gran fuerza presionando su interior, pero como dijo su madre, realmente no dolió nada. Una onda de sombras salió de ella e ingresaron en Nix.

Así de fácil

Se sintió mareada por un momento, pero luego se estabilizó. Abrió los ojos y se levantó del suelo. No se sentía diferente en lo absoluto

—Esta hecho, no queda nada de mi en tu interior. Solo lo de tu padre

Nix miró hacia un lado y se quedó perdida en un punto especifico antes de volver a parpadear y fijarse en ella

—Apolo está solo en este momento y la guerra comenzará pronto en Hogwarts. Te deseo toda la suerte del mundo, Hija. Aquí estaré esperándote cuando todo termine — movió sus manos e hizo un portal de las sombras — Te llevará a donde debes estar.

Leylah avanzó hacia las sombras, pero antes de irse, volvió sobre sus pasos para abrazar a la Diosa y su susurrarle unas palabras en el oído. Como un secreto. Nix asintió a cada una de ellas

—Anda— Se separó y la empujó hacia el portal —Tienes una guerra que ganar. Te enviaré ayuda en cuanto pueda

Se sonrieron y Leylah avanzó.

[...]

La mansión Malfoy estaba en absoluto silencio cuando ella puso un pie en ese lugar. Por fin entendía a Percy cuando se quejaba de usar las sombras. Estaba mareada y con ganas de vomitar.

La sala, donde Hermione había sido torturada, era un desastre de cuerpos muertos y mutilados. Sintió que realmente podía vomitar si seguía mirando. Caminó entre los cuerpos casi sin respirar.

No sabía por dónde empezar a buscar, así que solo siguió caminando por donde su corazón decidía.

intentó escuchar algo más que el viento fuera, pero parecía que la casa estaba vacía. Bajó las escaleras hacia los calabozos, justo donde había estado antes. Un escalofrió le recorrió el cuerpo al sentir el frio que hacia allí abajo.

—Apolo —Susurró llamándolo, su varita estaba en lo alto con el conjuro Lumos — Amore....

Era inútil porque su murmullo se perdía con el silencio y no llegaba muy lejos

Caminó por un pasillo, cuando de repente escuchó un quejido en una de las habitaciones. Se paró frente a la puerta y conjuró un Muffiato antes de hacer estallar la puerta

—¡Bombarda Máxima! —Se cubrió la cara cuando un pedazo de madera voló hacia ella. Se acordó muy tarde de que las sombras ya no le respondían —Mierda

Se sobó su frente dolorosa y avanzó. Se encontró con un mago tenebroso golpeado por unos escomnros semiconsciente, el polvo de la pared, que también había sido víctima, estorbaba un poco la vista

Incarcerous —Conjuró, atando al hombre, se acercó para quitarle la varita y romperla por la mitad — Supongo que no eligieron al mejor Guardian

—Amore...

Su cuerpo se paralizó al escuchar esa voz. Quería doblegar sus rodillas y sollozar de alivio, pero se dio la vuelta.

Apolo la miraba con preocupación. Estaba herido a juzgar por la sangre seca y rajaduras en su ropa. Además, se encontraba colgado a la pared, pero, a deferencia de su visión, solo por las manos

Se acercó mientras él comenzaba a hablar. La voz era ronca y Leylah evitó pensar si era resultado de horas de tortura

—¿Que estás haciendo aquí? Es una trampa, debes irte

—Estoy justo donde debo estar. —alzó su varita en dirección de las cadenas —No te muevas. ¡Reducto!

El primer brazo del Dios, ahora simple mortal, cayó como peso muerto a un costado. Repitió el proceso con la siguiente y se apresuró a tomarlo en sus brazos cuando su cuerpo cayó hacia adelante

—¿Puedes caminar, Amore? Debemos salir de aquí lo antes posible

—Eso creo —asintió admirandola —Creí que nunca volvería a verte. ¿Estas más bonita o es mi imaginación?

Leylah sonrió, comenzando a moverse hacia la salida. Apolo dio varios pasos trastabillados antes de poder caminar con más estabilidad

—Realmente te extrañé —Fue todo lo que dijo —¿Te duele algo?

—La única agonía que sufrí fue estar lejos de ti —Contestó. Salieron de la habitación —¿A dónde vamos?

—Debemos salir de la mansión para poder desaparecer

Llegaron a las escaleras y comenzaron a subirlas lentamente. Apolo se guardó para sí mismo cualquier mueca o gruñido de dolor para no preocuparla

—¿Qué hay de las sombras? Sería más rápido por ahí

Leylah hizo una mueca — No creo que sea posible

— ¿Por qué? — Preguntó, tosiendo — ¿Pasó algo?

—Te lo explicaré todo... Una vez estemos seguros y lejos de aquí

—Todos se fueron, excepto el idiota de allá atrás —Le dijo, llegando al final de la escalera — Tu padre los llamó. Lo conocí, el peor suegro que he tenido en eones

Ella rio. Llegaron al piso principal y se detuvieron

— ¿Y ahora hacia dónde?

Miró sobre su hombro y escaneó la habitación, su mirada cayó sobre una de las ventanas. Era el primer piso, no había nada realmente peligroso

—¿Puedes saltar? — Leylah lo miró a los ojos y luego de regreso a la ventana— No es muy alto, tal vez unos dos metros

Apolo siguió su mirada y asintió —Cariño,  puedo hacer cualquier cosa

—Bien —Intentó moverlo, pero el chico la detuvo —¿Que sucede? Hay que irnos ante de que el imbécil se desate y llame a alguien

—¿Estás enojada conmigo? No fue mi intención que me atraparan

— ¿Por qué estaría enojada contigo? Nunca puedo enojarme contigo

—Entonces... ¿Por qué no me has besado todavía?

Leylah sabía lo dramático que podía llegar a ser su novio. Así que tomó su rostro entre sus manos y lo beso. Apolo la acercó cuanto más pudo y profundizó el beso.

—¿Mejor? —Le preguntó

—Creo que necesito otro —Bajó su boca hacia la de ella, pero voces enfurecidas se escucharon desde abajo— Tal vez en otro momento

El beso, y el increíble instinto de supervivencia que había desarrollado como mortal, le dio energía para correr los metros de distancia hacia la ventana y saltar. Antes de que lo hiciera, Leylah lanzó un hechizo para suavizar la caída.

—¡¿Dónde está?! ¡¿Dónde está!? —El grito desquiciado de Bellatrix Lestrange la alertó. Se encontraba cada vez más cerca de su posición

No pudo evitar querer dejarle un mensaje a su padre, quien sabía de antemano que se enteraría que había hecho.

Apuntó su varita y pensó en sus recuerdos más felices, luego apareció un Patronus.

Su lobo corrió hacia abajo por las escaleras listo para encontrarse con los mortifagos.

Leylah saltó por la ventana y Apolo le ofreció su mano para que se levantara

—Vamos, mientras más lejos estemos mejor. Y me darás otro beso.

Con los dedos entrelazados, corrieron al bosque. Una vez se alejó de la mansión, desapareció.

El Patronus bajo por las escaleras y fue en busca de los magos oscuros.

Bellatrix frenó en seco al ver el encantamiento. El lobo plateado abrió la boca y por ella salió la voz de Leylah. Bell también estaba presente

"Dile a mi padre que, si quiere lo que tengo, tendrá que buscarlo el mismo porque no pienso darle nada. Y que se prepare para su muerte, porque iré por él.
Nos vemos en el campo de batalla"


Holaa! Como están? Realmente espero que hayan tenido una semana mejor que la mia que estuve enferma

Bueno, aquí este capitulo que aun no decido si me gusta o no...

Pregunta: ¿Están viendo el Mundial? ¿O son como yo que no entiénden del futbol y les aburre? (Normalmente no lo veo, pero queria que ver el de México vs Argentina)

Voten y comenten que les pareció

Nos leemos pronto!!♡

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