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02. Explicaciones y clases

Nadie aplaudió ni se movió, no recibió las felicitaciones que había visto dar hacía unos momentos. Camino a paso lento hasta la mesa de los leones, sentándose casi al final. 

Mcgonagall se aclaró la garganta antes de continuar. 

Luego de que la ceremonia de selección terminara el director paso a dar unos cuantos anuncios, de los cuales Leylah solo presto atención al último.

— Por órdenes del ministerio de magia, Hogwarts va a ser custodiado por los dementores de Azkaban hasta nuevo aviso — Todos empezaron a murmurar y mirar a la semidiosa, creyendo que las criaturas, además de cuidar el castillo por el Black, estaban ahí para vigilarla a ella — Los dementores estarán apostados en cada entrada, aunque me aseguraron que su presencia no interrumpirá nuestras actividades, tengan cuidado. Los dementores se alimentan de tus miedos más profundos y no podemos engañarlos, ellos no distinguen entre la presa que persiguen y aquel que se cruza en su camino. Debo advertir a cada alumno que no busque razones para que lo dañen, no está en la naturaleza de un dementor perdonar.

Dumbledore miro por un pequeño segundo a Harry y luego continuo — Pero entiendan, la felicidad puede estar incluso en un oscuro momento solo no olviden encender la luz.

Cuando el banquete comenzó todos volvieron a sus asuntos, ella por su parte se limitó a comer sin hablar con nadie hasta que la cena terminó. Se paró junto con los de primero y caminaron hasta el séptimo piso, subió las escaleras y entró con el resto por el retrato de la dama gorda. Ni siquiera miro sus sala común cuando escucho donde quedaban las habitaciones de las chicas, busco su nombre hasta que lo encontró.  

Granger, Hermione. 

Brown, Lavender

Patil, Parvati 

Riddle, Leylah 

Se hubiese alegrado un poco por estar con Hermione ya que la había conocido en el tren y le había caído bastante bien, pero luego de que la evitase mirar durante toda la cena Leylah supo que ella no quería acercarse a ella. 

Al acostarse en la cama que tenia sus pertenencia, que gracias a los Dioses estaba al lado de la ventana y se podía ver perfectamente la luna,  se preguntó por qué el director no le había contado realmente quien era su padre porque a pesar de haber respondido algunas de sus preguntas sobre él, el director parecía reacio a contestar preguntas un poco mas profundas o detalladas. Sea lo que sea a ella le daba mala espina. 

Suspiró y se durmió mirando la luna. 


Por otro lado, el trio de oro se encontraba en la sala común de Gryffindor hablando en susurros para que los que todavía se encontraban allí no escucharan parte de su conversación que giraba en torno a la Riddle. 

Pero tiene nuestra edad, ¿Cuánto daño puede hacernos? — les preguntó Harry a sus amigos

No lo sé Harry, la última vez que confiaste en un Riddle terminaste luchando contra un basilisco gigante — le respondió Hermione

— Piensa, Harry, el mismo año en el que Sirius Black se escapa de Azkaban, una Riddle entra al colegio. No puede ser casualidad

— Ron tiene razón — dijo la Gryffindor — ¿por qué ahora y no en primer año? son muchas coincidencias. De cualquier manera, se mostró muy amable en el tren con nosotros y parecía que ni siquiera te conocía. Debemos ir con cuidado. 

[...]

A la mañana siguiente Leylah Riddle se despertó temprano. Se duchó, cambió y peinó tratando de no despertar a sus compañeras quienes seguían totalmente dormidas. Esta vez observó la sala más detalladamente, los sillones, las mesas y la gran chimenea le encantaron. Sin perder mucho más el tiempo salió del lugar, tendría todo un año para admirar la sala. 

Estaba desolado, todavía faltaba una hora para el desayuno y la mayoría se encontraban recién levantados. Ella esperaba que el director estuviera en su despacho porque tenía muchas dudas que esperaba que le respondieran.

Al salir buscó por los pasillos a algún profesor que la guiase hasta la oficina, para su suerte se encontró con la profesora Mcgonagall que se sorprendió al verla levantada a esa hora.

— Señorita Riddle, ¿Qué se le ofrece?

— Buen día profesora, necesito hablar con el director ¿me podría decir dónde queda la oficina?

— Por supuesto, sígame — caminaron juntas por los pasillos en silencio y al llegar a una pared que tenía una estatua en forma de gárgola la adulta dijo «plumas ácidas» y de la pared surgió una escalera caracol que sólo la estudiante subió.

Toco la puerta y cuando escucho un ligero «adelante» entro. La oficina del director dejo asombrada a Leylah por la cantidad de libros que había y el fénix cerca del escritorio

— Estaba esperando su visita, aunque no tan temprano — dijo Dumbledore llamando su atención — ¿Un caramelo de limón?

— No, gracias. He venido a hablar sobre mi padre, tengo algunas preguntas que necesito que responda

— Me temo Leylah que hay algunas cosas que es mejor ignorarlas

— He visto como me miraban ayer en la cena, había desprecio en sus ojos y sobre todo temor, no me quedare en un lugar donde no soy bienvenida solo porque sí, así que o me das las respuestas que quiero o me iré de aquí. ¿Quién es mi padre y por qué le tienen tanto miedo a mi apellido?

Albus Dumbledore no se encontraba sorprendido por la actitud de la estudiante. Quirón ya le había hablado de cómo era ella cuando algo le molestaba, como ocultarle algo o mentirle, él le había advertido que la personalidad de la muchacha muchas veces era explosiva e impulsiva. 

— Su padre, como ya le he dicho, fue un mago excepcional. sin embargo, sus aspiraciones no eran... del todo buenas

Le comenzó a contar la historia de Tom Riddle, su vida como estudiante, las cosas que hizo después y finalmente su "muerte", luego paso a contarle los hechos del año anterior donde todo el mundo se había enterado del verdadero nombre de Lord Voldemort, también le contó un poco sobre Harry. A este punto la chica podía comprender por qué su madre se había fijado en él, seguramente la oscuridad que emanaba de aquel hombre debía de ser demasiada y terminó por cautivar a la diosa.

Luego de un minuto de silencio repasando toda la historia habló

— ¿Y por qué me has traído hasta ahora? se suponía que tenía que venir aquí hace dos años según tengo entendido 

— Tiempos oscuros se acercan y usted tiene que estar preparada, por eso la he traído — le contesto con su habitual tono pacifico — Y no ha venido antes porque yo solo estaba...

— asegurándose que yo no sea como él — completó por él al ver que no sabia muy bien como decirlo.  — Genial, acabo de salir de una guerra para meterme en otra, simplemente genial. 

Luego de unos segundos de silencio la chica volvió a hablar. 

— De acuerdo, debo ir a desayunar — Se levantó del asiento donde había estado sentada durante a media hora que duro la conversación. No pudo aguantar la pregunta que había estado en su mente junto a las demás — Una última pregunta, ¿El profesor Lupin donde pasará su transformación?

Después de pensar sobre las posibles criaturas que le profesor podía ser, llego a la conclusión de que era un licántropo ( Además de que no había muchos seres cambia-formas que pertenecieran a la noche).

— No se preocupe señorita, eso ya está cubierto — le dijo, ahora sí un poco sorprendido.

Pero para Leylah no bastaba, sentía que era su deber proteger a todos los seres nocturnos, por eso agregó — Yo puedo acompañarlo en la luna llena y calmarlo, él no puede dañarme porque mí naturaleza no se lo permitiría, debe de ser feo pasar por eso sin compañía.

[...]

Para cuando llego al gran comedor solo faltaban veinte minutos para sus clases, había decidido volver por sus cosas y luego desayunar, no había tantas personas en el lugar y la mayoría de las serpientes no estaban. Desayuno tranquila y se fue a su primera clase optativa, runas antiguas, en el aula 6A.

Cuando Annabeth y ella escogieron las clases optativas, runas antiguas era lo que más le llamaba la atención al igual aritmancia y cuidados de criaturas mágicas. Por suerte su dislexia no era tan mala como la de los demás, así que no tenía ningún problema con eso además de que su memoria fotográfica ayudaba muchísimo (por su curiosidad insaciable y sus inmensas ganas de aprender encajaba bastante bien con los hijos de atenea)

Cuando la clase termino fue a la siguiente, cuidados de criaturas mágicas. Cuando salió al patio un grupo de tres chicos se pararon delante suyo y se presentaron, bueno más bien el rubio platinado que parecía ser el líder presento a todos.

— Hola, creo que todavía no nos hemos conocido, Soy Draco Malfoy y ellos son Crabbe y Goyle — señalo a dos chicos uno a cada lado suyo como si fueran sus guardaespaldas

— Me llamo Leylah Riddle — se presentó, aunque había dudado en decir su apellido.

— Losé, todo Hogwarts está hablando de eso. — Cómo no sabía exactamente cómo responder  eso solo se encogió de hombros y siguió su camino sin esperar realmente a aquel trio de amigos.

el rubio platinado todavía no podía creer que ella era hija del señor tenebroso porque cuando su padre le dijo que un heredero de Voldemort asistiría al colegio, él se imaginó que sería un chico y no una niña.

La siguió tratando de volver a entablar una conversación, preguntándole por su primer día en el castillo o invitándola a sentarse con ellos en el almuerzo, sus palabas exactas fueron:

— No importa que seas una Gryffindor, todos saben que realmente perteneces a Slytherin. 

 La semidiosa a pesar de que no supo que significaban aquellas palabras estaba contenta de que no la mirará con odio, pero podía ver la oscuridad que tenía el chico a su alrededor. Termino aceptando y siguió caminando junto con ellos. 

Llegaron al bosque junto con los de Gryffindor, ella se separó y se fue a sentar a una roca que estaba allí, abrió el libro después de haber acariciado un poco el lomo y se puso a leer un poco para matar el tiempo hasta que llegase el profesor. Unas risas la desconcentraron y le hicieron levantar la vista, se encontró con los chicos de hace un rato burlándose de Harry por los dementores. Leylah rodo los ojos, Harry no tenía la culpa de ser vulnerable ante ellos. De hecho estaba segura que si ella no fuera hija de la noche y los dementores pudieran realmente afectarle, se la pasaría desmayada. 

Cuando la clase finalmente dio comienzo todos se arremolinaron en un semicírculo.

— ¿Cómo se abre esta cosa? — escucho a su lado

— Tienes que acariciarle el lomo — contestó la chica sin siquiera míralo.

— ¡Exacto! — contesto Hagrid — Les presento a Buckbeck, es un Hipogrifo. ¿Quién quiere comenzar? — todos dieron un paso atrás excepto Harry y Leylah, quien dio un paso hacia adelante — Muy bien, Harry y Leylah serán los primeros. Bien, acérquense despacio...

Hicieron todo lo que les decía el profesor, haciendo una reverencia y esperando que se la devolviera. Luego les dijo que los dejaría montarlo. 

Fue un momento que la chica jamás olvidaría, a pesar de que ya había montado a los pegasos, sentía que era una sensación totalmente diferente. El viento en su cara y la emoción de Harry, quien iba delante de ella, la hizo reír fuerte.

Harry nunca podría explicar esa sensación que tuvo al escucharla reír de manera totalmente sincera. 


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