09

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

09. El valle de Godric

— ¿Y ahora hacia dónde?

Leylah miró a su alrededor, todo lo que veía era la nieve cubrir las casas y calles. No se había dado cuenta de que ya era esa época del año. Ni siquiera sabía con exactitud el día, pero calculaba que ya debía de ser diciembre por el clima. 

El valle de Godric, donde recientemente habían aterrizado, era bastante bonito. Se escuchaban voces lejanas, deseándose bunas noches. Parecían alegres.

—Debimos haber usado poción multijugos —Habló nuevamente, al escuchar a más personas cerca 

—No, aquí es donde nací y no vendré siendo otra persona

—Creo que es navidad — Murmuró Hermione comenzando a moverse y ellos la siguieron

Harry frenó frente a un cementerio

— ¿Creen que estén ahí? ¿Mis padres?

Leylah tiró de su mano hacia la entrada del lugar —Podemos averiguarlo, si quieres

Potter asintió y entraron. Había tumbas y lápidas por doquier, a pesar de que era un lugar no muy grande, por lo que decidieron separarse para buscar mejor.

La semidiosa buscó por entre las lapidas ayudándose con las sombras para barrer la nieve. Caminó por un par de metros, hasta que se encontró con Hermione de nuevo

— ¿Tuviste suerte? —Preguntó acercándose lentamente

—No, pero encontré algo más —La guio hacia una tumba grande y señaló el símbolo gravado en el — ¿Lo ves? Otra vez el mismo símbolo. Estoy segura de que tiene algo que ver con todo esto

— Ignatius Peverell  – leyó el nombre – En mi vida he escuchado ese nombre ¿Tienes alguna idea?

Negó – No... Pero nos da algo por dónde empezar a buscar.

— ¡Los encontré! —El gritó de Harry las alerto

Se acercaron donde encontraron su figura temblorosa y casi sollozante mientras miraba la tumba de sus padres. Se acomodaron una a cada lado de él, Leylah limpió la tumba con las sombras y Hermione hizo aparecer una bonita corona de flores blancas

—Feliz Navidad — Susurró el chico

—Feliz navidad, Harry — Le contestaron de regreso

—Chicos... —La voz de Hermione sobresale — Alguien nos está viendo, por la iglesia

Leylah giró su cabeza solo para encontrarse con una anciana de mirada inquietante. Se dio media vuelta y caminó esperando que la siguieran

—Creo que se quién es — Fue todo lo que el Potter dijo antes de seguirla. Leylah solo lo siguió luego de que Hermione lo hiciera

—Esto no me gusta —Declaro ella, saliendo del cementerio — Me recuerda a unas ancianas que conozco y créanme, solo pasan cosas feas con ellas alrededor

—Conoció a Dumbledore, podría tener la espada 

Pasaron por delante de la vieja casa de los Potter. Aún estaba ahí, lo más intacta que se podía. Se veía destruida y quemada. Algunas maderas sobresalían por él, que alguna vez fue, techo

—Aquí fue donde murieron, donde fueron asesinados —Se quedó en silencio, consumido por la tristeza.

Antes de lo que ninguno pudo haber notado, la anciana volvía a estar junto a ellos. Leylah se acercó un paso más cerca de Harry, su mano lista para tomar su espada si hiciera falta

Harry se aclaró la garganta —Usted es bathilda, ¿cierto?

Su asentimiento fue minúsculo, le dio una larga mirada a cada uno antes de voltearse nuevamente y seguir su camino.

—Cinco minutos —Declaró Leylah mirado a sus amigos— Si en cinco minutos no dice una sola palabra de la espada, nos vamos – Harry abrió la boca para refutar – No vamos a discutir por esto, no me da buena espina. Hay algo raro en ella

Harry miró a Hermione quien asintió

—No desconfió de sus instintos de semidiosa —Fue todo lo que dijo encogiéndose de hombros

—De acuerdo. Cinco minutos

La casa era pequeña, olía mal y estaba a oscura. Bathilda hacia todo con movimientos lentos y temblorosa, no hablaba tampoco. Los tres comenzaron a buscar su alrededor, intentando ver por encima de las cosas amontonadas y sucias

Harry la ayudaba a encender algunas velas e intentaba hablar con ella. Bathilda subía los escalones esperando que Potter la siguiera

—Tres minutos, Harry —Alertó quedándose sola con Hermione —Este lugar es una pocilga

— ¿Hueles eso?

—Intento no hacerlo – Pasó su mano por encima de unos libros, tomando el primero de la pila— "Vida y mentiras de Albus Dumbledore" —Leyó el título, pasándoselo a la castaña— Tengo que admitirlo, yo hubiera comprado una copia

Siguió por el pequeño pasillo, dándole una mirada por encima del hombro a las escaleras. Lo único que encontró fue montones de periódicos viejos, libros esparcidos y moscas flotando alrededor. En resumen, un montón de basura.

Escuchó el jadeo de Hermione, seguido de un susurró tembloroso de su nombre. Se apresuró a llegar a su lado, para poder ver lo que pasaba.

Cientos de moscas, sangre goteando desde el techo y huellas en el suelo. No podía saber con exactitud lo que había pasado, pero había visto lo suficiente como para atar algunos cabos 

—¡Harry! —Su cuerpo se puso en acción de inmediato.

La varita en una mano y su espada en la otra, corrió escaleras arribas. Cuando llegó al piso superior se encontró con Harry siendo asfixiado por una serpiente, la misma que había atacado al Señor Weasley en el ministerio.

La serpiente le siseó mostrando sus colmillos, pero todavía asfixiando a Harry. El chico intentó golpearla con un libro que había allí pero aun así no se quitaba

—¡Desmaius!

La serpiente lo esquivo, ahora lanzándose hacia adelante para atacarla. Hermione apareció de repente y logró derribarla y que cayera por el hueco de la escalera hacia abajo. 

—Vámonos. Ahora.

El chico tomó la mano de la Granger y ella hizo lo mismo. Dejaron que Hermione la llevara a un lugar seguro.

[...]

Harry se despertó en su cama de la tienda.

Los pensamientos sobre haber ido al Valle de Godric, fue lo primero que se le cruzó por la cabeza. Las diferentes emociones presionaban su pecho. Emoción, tristeza, ira y frustración.

Todavía podía sentir la adrenalina en sus venas, incluso después de horas acostado. 

Se levantó con dolor de cabeza, garganta y el brazo, que ahora estaba vendado, estaba un poco entumecido. El veneno de Nagini había entrado en su sistema, pero no había sido letal. Nada que alguna de las pociones que Hermione tenía en su bolso no curara.

Miró a un costado, donde Hermione dormía tranquila, pero no había rastro de Leylah por ninguna parte 

Antes de poder salir, para encontrar a su amiga, vio los restos de su varita en la mesa. Se acercó con cuidado y los tomó, suspirando. Dejó los pedazos en la mesa y agarró la varita de Hermione solo por precaución

Leylah estaba de guardia esa noche. Todo estaba oscuro, pero eso solo le daba una sensación de paz. Se sentía en su elemento, en aquella oscuridad. Hacia solo tres horas que habían llegado e instalado en ese bosque. 

Se acurrucó más entre la sabana que la cubría, su mirada fija en la luna llena que comenzaba a elevarse. Escuchó pasos detrás suyos y volteó rápidamente, con su varita en mano. Por suerte solo era Harry.

—Por Zeus, me asustaste —Respiró hondo—Creí que estabas durmiendo

—Acabo de despertarme —Se acercó lentamente hasta sentarse a su lado

— ¿Estas bien? ¿Te sientes mejor?

—Mejor, si ¿Y tú?

—Estoy bien —Asintió con la cabeza hacia la varia que él tenía en mano— Lamento lo de tu varita

—Ya no importa. Lamento haberlas llevado al valle, debería haber ido solo.

—Nunca hubiéramos permitido que eso pasara —Negó con la cabeza — Además, no eres lo suficientemente inteligente como para ir sin nosotras

Harry la golpeo con su hombro, sacándole una sonrisa —Cállate.

Se quedaron en silencio, viendo el cielo por unos cuantos minutos. Harry, que a pesar de ya haberse acostumbrado al silencio por parte de Leylah, este en particular, parecía mucho más melancólico que los anteriores.

—¿Es por la navidad? —Preguntó finalmente

—¿Qué?

—¿Estas así por la navidad? —Aclaró esta vez

Se encogió de hombros —Si. Tal vez un poco. Es la primera navidad de Oliver, quería que fuera especial.

Harry asintió —Estoy seguro de que él está bien

—Lo sé, Charlie es un gran padre, de alguna manera cuidar dragones lo ayudó —Sonrió, su mano se movió instintivamente a su anillo de compromiso haciéndolo girar en su dedo— Apolo, por otro lado, es como un niño más al que tengo que cuidar.

—Volverás con ellos, lo sé. Solo es cuestión de tiempo 

—¿Sabes? Es un poco tonto, pero una parte de mi creyó que, para esta altura del año, ya estaría con ellos. Y, sin embargo, pasaron casi cuatro meses y lo único que conseguimos fue un solo Horrocrux. Es... Frustrante. Entiendo lo que decir Ron.

—Lamento haber arrastrado a los tres a esto. Fui muy duro con Ron.

—Harry, es mi padre del que hablamos. Al fin de cuentas, esto me concierne tanto como a ti. Y sé que Ron lo superara, donde quiera que este ahora 

Se quedaron en silencio.

—Bueno ya que es Navidad, hay algo que debo confesarte —Potter dijo, haciendo un intento de alegrarla. Le sonrió divertido —Algo que he hecho hace un par de años, no es que me arrepienta en lo absoluto, pero aun así...

—¿Qué cosa? —Sonrió ella contagiándose de su entusiasmo entrecerrando los ojos en su dirección — ¿Qué hiciste Potter?

—No te burles de mí, pero en nuestro cuarto año... Arruine tu cita con Aaron

Rio — ¿Qué, celoso?

—¡Dije que no te burlaras de mí! —No le importaba en lo absoluto, le gustaba que cambiara su expresión de tristeza – Por supuesto que estaba celoso, eras la chica más genial que había conocido y tenías una cita con alguien más 

—¿La más genial? — Rio nuevamente – Bueno, ciertamente me salvaste de él, estaba loco. Quería matarme

Harry borra su sonrisa y la mira sorprendido 

—Espera, ¿Matarte?

—Sip... —Rio, casi sin humor – ¿Recuerdas la batalla en el ministerio? ¿El día en que, de hecho, morí? Bueno horas antes Aarón confesó que me quería muerta, ordenes de mi hermana

— ¿Por eso faltó a clases luego? Estuvo con los Mortifago todo este tiempo

—No —Negó – Lo mate antes de que él lo hiciera. El año pasado hubiera estado aterrada de que alguien lo supiera, pero a esta altura, me importa un carajo si alguien piensa que no fue por defensa. Se lo que pasó en el bosque esa noche, y sé que lo volvería a hacer de ser necesario. 

—Leylah, por supuesto que fue por defensa propia, yo... Nadie hubiera pensado lo contrario.

La Riddle quiso contarle toda la verdad en ese momento. Tal y como había hecho con Nico y Percy. Que todas las veces que decía que volvería a su casa, nunca se lo creía. Que sabía su destino desde hace dos años. Que debía morir.

Estaba preparada para sacrificar su vida.

Un Patronus apareció en la vista de ambos. Harry se levantó cuando este comenzó a caminar para seguirlo

— ¿No vienes?

— Es un Patronus, Harry. No creo que ningún Mortifago pueda hacer uno. Diviértete, no mueras 

Lo vio irse, estando segura que no se metería en muchos problemas mientras no estaba con él.

Ver el Patronus le dio una idea para comunicarse con Mikael. Para desearle una feliz navidad. Pensó en una para sus prometidos, pero eso ya era demasiado arriesgado. Y, aunque amaba a sus novios, Mike era su niño. Si había un riesgo que correr, lo haría por él.

Se concentró en sus momentos felices, estos eran diferentes a los que había pensado la primera vez lo había hecho. Ahora, por suerte, tenía nuevas personas en su vida que la hacían feliz. También pensó en aquello que quería decirle a Mikael.

Un lobo más grande de lo que recordaba se posó delante de ella, asintió reconociéndola y se fue corriendo, medio flotando en el aire. 

Una vez hecho eso, fue a buscar Harry. Cuando lo encontró, se dio una palmada mental. Había sido ingenua al pensar que no se metería en problemas.

—¿Qué te pasó? – Su mirada se concentró en el pelirrojo de atrás que la mirada tímido— Los dejé solos unos diez minutos ¿Y pasa esto?

—Encontré la espada —Dijo Harry levantándola para mostrársela —Estaba en el fondo del lago

—¿Y destruyeron el Horrocrux? ¡¿Sin nosotras?! – Cerró los ojos exasperada – Una pregunta mejor, ¿Por qué estas temblando?

— ¿Porqué el lago estaba congelado? —Contestó en tono de pregunta

—Pero eres un mago Harry, hay hechizos de calor para que no mueras de hipotermia o neumonía – lo apuntó con su varita y conjuró un hechizo de aire caliente, para secarle la ropa y el pelo. 

—No pensé en eso...

—¿No vas a decir nada de mi regreso? —El pelirrojo habló apenado — ¿No vas a gritarme?

—No, con Hermione vas a tener suficiente. De todas formas, me alegra que Harry ya no este solo con su estupidez, quizás entre los dos hagan funcionar una neurona.

Se dio la vuelta comenzando a caminar de regreso a la tienda.

[...]

Mikael miraba con tristeza el techo de la cabaña veintiuno. A su lado, Leo dormía plácidamente. Le ardían los ojos por el sueño, pero se negaba a cerrarlos y dormir. No, él estaba esperando.

A ella.

Su salvadora. Su mejor amiga. Su nueva madre.

Sabía que, si bien sus esperanzas habían decaído luego de la cena, no había manera de que Leylah no apareciera esa noche. O algo, cualquier cosa, que le diera una señal de que no lo había olvidado.

Fue una cena triste, no importaba que hubiera comido su comida favorita en la cena o que haya recibido doble postre, aun así, se sintió mal. Y aunque Leo había tratado de explicarle que eran circunstancias complicadas para la semidiosa, Mike no dejó de ver la entrada del comedor 

Se quedó en la fogata, escuchando a sus hermanos, los únicos cuatro que también se quedaron en el campamento, cantar villancicos y azar malvaviscos y compartir las ultimas horas del toque de queda.  

Pero solo podía pensar en el suave canto de Leylah, las galletas de su abuela Molly, los chistes divertidos de Fred y George, las risitas de Oliver... solo pensaba en su nueva familia y lo mucho que anhelaba estar con ellos en vez de estar allí 

Leo roncó suavemente sacándolo de su ensoñación. Se limpió las lágrimas con el dorso de la mano y lo aceptó.

Esa navidad lo pasaría solo, como los viejos tiempos. Donde su madre trabajaba demasiado y solo dormía al llegar a casa. O donde las familias adoptivas lo despreciaban y se olvidaban de él.

Se acostó de lado, tirando más la sabana.

Mike

Abrió los ojos rápidamente y se sentó. Frente a él, había un lobo plateado y brillante, del que salía la voz de Leylah

Mike, mi niño precioso. Espero que estés bien, lamento no poder estar contigo hoy, pero esta misión me ha estado llevando más tiempo del que creí.

Sin embargo, no quería que pasara la navidad sin que pudiera saludarte y desearte una bonita noche buena.

Cuando nos volvamos a ver, te contaré todas mis aventuras. Y haremos todas las cosas que quieras.

Te amo, Mike. Espero que lo sepas.

El Patronus se subió a la cama, lo acarició con su cara y luego desapareció.

—¿Eso era un lobo? —la voz confundida de Leo le saco una risa burbujeante

—¡Era Leylah! No se olvidó de mí

Leo sonrió y lo empujó por el hombro, para que se acostara de nuevo a su lado

—Por supuesto que no, eres demasiado bonito como para que alguien se olvide de ti. Ahora duérmete, mañana haremos lo que quieras.

El sonrojo de Mike duro toda la noche.

Y su sonrisa también

Hola como están?!! Espero que muy bien

por fin pude terminar de escribir y editar este capitulo... las pocas escenas donde salen Mike y Leo juntos son de mis favoritas.

Publique un AU de este fic (Pueden encontrarlo en mi perfil) donde si queda en Slytherin, por si quieren ir a leerlo por ahora solo esta el prologo publicado (PD: si tienen alguna idea de con quien podría emparejarla en ese Au, pueden comentar) 

Voten y comenten que les pareció 

Nos leemos en la proxima!!♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro