Prólogo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Paula, Pau, Pal, Ameliè, entre otros, son algunos nombres por los que me suelen llamar, aunque en su mayoría me llama Pau. Como sea, sí, tengo un segundo nombre que es Ameliè, sin embargo, es en realidad el primero. Ameliè Paula Lambert, ese es mi nombre completo, sinceramente me gusta, pero me siento más cómoda con Paula.

Tengo veinte años, qué emoción, (por favor que se note el sarcasmo) vivo en Houston, Texas, voy en segundo casi tercer año de la universidad y tengo un hermano menor llamado Henry. Mi padre es estadounidense y mi madre es francesa, por lo que sé hablar muy bien francés, y lo más importante sobre mí es que soy bisexual.

Hace un par de años podría decir que sigo confundida, que es una etapa y que en realidad sólo podía sentir atracción hacia un sólo género, pero ahora, estoy muy segura de quien soy. Lástima que Henry sea el único familiar que lo sabe.

Desde muy pequeños, mamá siempre nos educó juntos, no hacia esas cosas del azul para niño y el rosa para niña, las princesas para las niñas y los autos para los niños; por lo que pasamos la mayor parte de nuestra infancia uno al lado del otro todo el tiempo, actualmente seguimos siendo así, a pesar de haber crecido.

Tenemos tanta confianza entre los dos que nos platicábamos de todo, incluso de nuestra vida amorosa. Henry siempre me contó de Teresa y hasta la fecha lo sigue haciendo, ¡no saben lo loco que esta por ella! Yo casi no le contaba sobre mí porque sinceramente era muy reservada en ese sentido. Nunca me sentía atraída por alguien, tan sólo era admiración.

Aunque, siempre hay una primera vez. Lo recuerdo vagamente, fue en el último año de primaria, no recuerdo el nombre del chico, solamente que me gustaba su forma de reír, de expresarse y de cómo trataba a los demás; como todo amor infantil, no duró mucho, además no volví a verlo en toda mi vida.

No estaba dispuesta a decirle a nadie, ni siquiera a mi hermano, pero al salir de mi último año de preparatoria no me sentía bien, no era yo misma; sabía que no habría problema, no reaccionaría mal, pero ¿qué pasa si ahora me ve diferente, me trata diferente?, ¿y si se enojaba conmigo por ocultárselo por mucho tiempo? Claramente eran pensamientos de una adolescente de diecisiete años.

En conclusión, se lo conté a Hen un día que mamá y papá salieron por el fin de semana. Recuerdo muy bien ese día.

Mis manos sudaban mucho, los latidos de mi corazón eran tan acelerados que incluso podía escucharlos resonar en mis oídos y en mi cabeza. Henry seguía esperando a que yo continuara con lo que le iba decir mientras me miraba con algo de preocupación; eran de las pocas veces que yo sentía temor.

—Veras es... difícil de decir—empecé, jugando constantemente con mi sudadera negra y manteniendo la mirada baja.

—¿Es algo malo? —Preguntó suave.

—N-no o al menos no pienso que lo sea, es que... —un nudo, un nudo se estaba formando en mi garganta que no podía ni pronunciar las palabras, había olvidado todo lo que practique en la mañana. Tuve muchas ganas de llorar y Henry se dio cuenta de eso porque se acercó a abrazarme.

—Shhh, tranquila, estas entrando en estrés, respira—dijo él mientras me proporcionaba caricias en mi espalda. No me había dado cuenta que una lágrima había salido y resbalado en mi mejilla.

Tome mucho aire, abrace a Henry, temiendo que se alejara de mí, y finalmente, después de cinco minutos de silencio, continúe con mi oración, empezando despacio.

—T-tú sabes q-que hay personas con gustos diferentes, ¿no? —Henry asintió sólo para que yo siguiera—Y me refiero a gustos amorosos... a un chico le pueden gustar los chicos y a una chica le pueden gustar... las chicas—tome su mano libre, dándole un pequeño apretón que él correspondió de la misma manera.

—También están las personas que les gustan ambos por igual... —tomé una gran bocanada de aire inflando mis mejillas, subí mi mirada por primera vez desde que nos habíamos sentado ahí, entonces, al mismo tiempo que soltaba el aire continúe—, yo soy de las personas que les gusta ambos, soy... bisexual.

No puedo describir el gran alivio que sentí cuando Henry sólo me sonrió, soltando algunas lágrimas mientras me abrazaba muy fuerte; yo no pude evitar sollozar más mientras también lo abrazaba.

—Gracias por decírmelo Pau, creo que es algo muy importante para ti, ¿verdad? —Asentí con la cabeza sin dejar el abrazo—Descuida, no tengo problema con eso, tu seras toujours ma soeur ¹, no va a cambiar la relación que tenemos como hermanos.

Me alejé un poco para finalmente verlo a los ojos, no entendía por qué también estaba llorando, pero supuse que sintió empatía de mí. Le agradecí infinitas veces por aceptarme, sabía que lo haría, pero el "¿Y si...?", siempre ronda por mi cabeza. Al final le dije que no se lo dijera a mamá y papá, además de que era el primero en saberlo.

Dos años después de eso, sigo sin decirle a mis padres; Henry y Gideon, el mejor amigo de mi hermano, lo saben y estoy dispuesta a decírselo únicamente a personas que me importan, como a mis dos mejores amigos, a Ricardo y a Teresa, quienes, desde el mes de abril de este año, se han vuelto parte de mi familia.

Tal vez los más complicados para salir del closet sean mis amigos... en especial con ella.


.
☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆

1. Tú serás siempre mi hermana.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro