Capítulo I

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Nunca fui muy fan de despertarme muy temprano en la mañana, mucho menos de ir a la playa, pero ver a mi hermano insistirme mucho en que los acompañara a todos, pues... al final terminé aceptando, después de todo, no tenía muchos planes para estás vacaciones, además de dormir, leer, escuchar música, practicar en piano y tal vez reunirme con mis amigos; con los únicos dos que tengo.

Eran las siete de la mañana, estaba en mi habitación terminando de empacar mis cosas para una semana en la playa, en una cabaña grande; rústica, pero moderna, que fue rentada por el hermano de Teresa, Ricardo.

Resulta ser que tanto entre los hermanos Roberts como entre sus otros amigos, decidieron que era una buena idea irse todos de vacaciones para celebrar que salían de la preparatoria, pero al ser la mayoría menores de edad, según el gobierno de Estados Unidos, decidieron invitarme; además de para darle confianza a los padres de Avril y, ¿por qué no?, para que me empezará a integrar con el nuevo ambiente.

Ahora Teresa y Henry son novios y como hermana de él tengo la responsabilidad de llevarme bien con Teresa, aunque de hecho ya lo hago, a pesar de no hablar mucho con ella. Con nueva gente no suelo ser muy sociable.

Como sea, el más emocionado hasta ahora es Henry, que no deja de presionarme si ya estoy lista o no. Estoy feliz y orgullosa de él, desde que sale con Teresa, siempre está de un humor muy alegre, más de lo que ya lo era, claro.

—¿Necesitas ayuda? —Preguntó Henry una vez salí de mi habitación con una maleta en la mano.

—No gracias Hen, sólo pregúntale a Ricardo si no tarda mucho en llegar—pasé a un lado de él para bajar las escaleras. De reojo pude observar que asintió con la cabeza.

Abajo, mamá ya estaba esperándonos con unas bolsas de sándwiches para el camino y muchas, muchas botellas de agua, al parecer el clima iba a estar como el desierto.

Ne prenez-vous pas quelque chose de léger pour quand ills arriveront? ² —Habló una vez había bajado las escaleras, dejado mi maleta a lado de la de Henry y entrado en la cocina.

Sinceramente yo tenía algo de frio, por eso traía puesto una sudadera azul oscuro—. J'ai encore froid maman ³, además me la quitaré en cuanto estemos cerca de la cabaña.

—Al menos hubieras optado por llevar algo colorido ya que van a la playa—no le agradaba mi estilo de vestir, muy oscuro, con cadenas y cabello pintado, pero con el tiempo lo fue aceptando.

Ricardo arrivera dans cinq minutes—interrumpió Henry entrando igual a la cocina y agradecí por eso.

D'accord, quiero que escuchen bien esto—aquí va de nuevo, pensé sin evitar sonreír levemente—, cuídense muy bien y lo digo en especial por ti Henry—señaló a mi hermano y este sólo bajo la mirada algo sonrojado, murmurando un "maman"—. Si necesitan ayuda en algo háblenme o algunos de los padres de los chicos, et Paula... —volteo a verme y yo alce mi mirada hacia ella—tu est responsable ⁵.

Oui maman, je sais—respondí rodando los ojos divertida, a veces pienso que mamá nos sigue tratando como niños pequeños y eso ya no era posible. Henry cumplió diecinueve y yo veinte.

Ayudé un poco en acomodar la caja donde llevaríamos los refrigerios para el camino, mientras que Henry revisaba que no nos faltara nada por llevar (bloqueador, gorras, algo con qué entretenernos, etc.), en lo que esperábamos a los demás. Nos iríamos en una camioneta de los Roberts.

Ya habíamos terminado de arreglar cuando se escucha el claxon de un auto afuera. Fui a asomarme y eran los chicos. Ricardo y Teresa bajaron de aquel vehículo color blanco para acercase a nuestra puerta, sin embargo, yo ya le estaba diciendo a Henry que ya habían llegado.

Mamá subió a su habitación a seguir descansando, obviamente sin olvidar despedirse de nosotros, con un fuerte abrazo y un estruendoso beso en la mejilla de ambos. Mientras yo iba por las cosas, Henry abrió la puerta.

—Hola princesa—escuché decirle él a Teresa—Hola Rick—también oí que dijo.

Me dirigí a la cocina y con algo de dificultad levanté la caja con la comida que íbamos a consumir los días que estuviéramos en la playa, eran bastante, fácilmente como para dos semanas, sin embargo, era más por la cantidad de personas que íbamos.

—Hola Tere, Rick—salude observando por encima de la caja. Sin pedírselo, Ricardo la tomo en sus brazos, para después sonreírme y decir:

—Yo te ayudo con eso, ustedes saquen sus maletas afuera.

—Yo les ayudo—habló en seguida Teresa, pasando por el pasillo hasta llegar al inicio de las escaleras donde estaban las maletas, Henry fue con ella y yo me adelante junto con Ricardo.

Al salir de mi casa pude observar a los amigos de mi hermano, Mark y Gideon, asomarse por la ventana saludando, a un lado de ellos, Lazy y Avril.

Abrí la primera puerta donde va el piloto y el copiloto para que Ricardo pusiera la caja en medio de ambos asientos. Detrás escuche a mi hermano hablar con Teresa, al mismo tiempo que llevaban las maletas hacia la parte trasera; con ayuda de Ricardo las acomodaron.

Subí al asiento del copiloto, para después, voltearme a saludar a los chicos.

—Hola—salude al mismo tiempo que movía mi mano.

—Tiene meses sin que te veo Paula—dijo Gideon abrazando a Avril.

Rodé los ojos divertida—. Si claro, sólo desde que se graduaron. Eres muy exagerado—Gideon era como mi segundo hermano menor.

—Todo el mundo lo sabe—murmuró Avril haciendo que Gideon la mirase con indignación, todos soltamos una pequeña risa.

Miré hacia la parte de atrás cuando escuché la cajuela ser cerrada, esta vez me senté bien en mi lugar y abroché mi cinturón, segundos después Ricardo se subía al asiento del piloto; Teresa y Henry se subían en la parte de atrás con los otros chicos.

—Sólo les pido compasión y no derramen mucha miel en el camino— suplicó Ricardo mientras encendía el auto, no pude evitar soltar una pequeña risa por eso.

—Dile eso a Lazy y Mark, de las tres parejas son los más empalagosos—comentó Teresa echándose a reír en voz baja con Henry.

—Mira quien lo dice Teresa—habló Lazy girándose un poco para verlos.

Todos los de la parte trasera se echaron a reír, entonces Ricardo empezó a echar a andar el vehículo. Yo negué con la cabeza sonriendo por el comentario de Teresa. Ella y mi hermano son los más empalagosos. Empecé a cerrar mis ojos, pues tenía sueño aún, además, sería un largo viaje.

La luz empezó a molestarme, por lo que con algo de dificultad abrí un ojo, observando nada más que la carretera. Frote ambos ojos en un intento de despertar mejor, mientras soltaba un bostezo y me estiraba en mi propio lugar.

—Buenos días—hablo Ricardo manteniendo la vista hacia enfrente, con una leve sonrisa en el rostro.

—¿Sabes cuánto tiempo dormir? —Pregunté aun frotando mis ojos, con cuidado porque traía maquillaje.

—Como una hora—asentí en respuesta enderezándome en mi asiento. Por curiosidad volteé a ver los chicos quienes seguían aún durmiendo.

—¿Tienen mucho? —Refiriéndome a que si tenían mucho tiempo dormidos. Volví mi vista al frente, empezando a observar los autos pasar.

—Se durmieron después de treinta minutos que tú—no tenía más palabras que decir, quería entablar una conversación de hermano mayor a hermano mayor, pero no sabía qué tema sacar. Es muy complicado socializar para mí.

—Dime Paula, cuéntame más de ti, sólo hemos "hablado"—hizo entrecomillas con una mano—, esa vez de la fiesta de Henry y cuando fue su graduación.

Reí un poco por eso—. Mm no sé, ¿cómo qué quieres saber? —Me encogí de hombros, esta vez volteando a verlo.

También se encogió de hombros—. Lo que tú quieras que sepa—me quede callada pensando en que decir. Normalmente la gente cuando me habla, y eso es a veces, me pregunta de gustos, personalidad y ese tipo de cosas.

Era la primera vez que alguien me preguntaba que quería decir de mí. Iba a empezar a hablar cuando la radio, que estaba a un volumen bajo, reprodujo una de las canciones que más me traía recuerdos, recuerdos de alguien.

I kissed A Girl de Katy Perry, una de las muchas razones que hizo ver que no sólo me gustaban los chicos y es que siempre que la escucho me recuerda a ella, no porque la haya besado como dice el nombre de la canción, sino porque me gusta y he tenido muchas ganas de besarla.

Me vi interrumpida en mis pensamientos cuando una mano paso en frente de mí. Parpadeé varias veces, dándome cuenta que me había quedado observando la radio, volteé a ver a Ricardo, quien me miraba confundido.

—¿Estás bien? Te quedaste con la mirada fija en la radio.

Negué con la cabeza tratando de eliminar los pensamientos que pasaron por mi cabeza—. Sí, estoy bien sólo... me quede pensando mmm... —trague saliva recordado contestar la pregunta que me había hecho—Bueno sobre mí... me gusta tocar el piano, leer y los colores fríos—trate de sonreír para evitar que vieran mi nerviosismo y por suerte funcionó.

—¿Tocas el piano? Eso es genial, ¿qué clases de música tocas? —Desvió por un momento su vista de enfrente para observarme.

—Algunas clásicas de los sesentas, principalmente—al menos ya estábamos conversando, ahora yo tenía que mantenerla—, y ¿qué hay de ti?

Trate de cambiar la canción porque sinceramente no estaba logrando concentrarme, así que en lo que Ricardo me respondía, yo cambiaba de estación buscando alguna buena canción.

—Me gustan los deportes, viajar y.... oh detesto el sushi—finalmente encontré algo interesante en la radio y la dejé ahí. Llevé mi vista hacia Ricardo antes de contestarle.

—Interesante... ¿por qué no te gusta?

—Admito que tiene buen sabor, pero la consistencia del arroz—hizo una mueca de asco—, no me agrada, se me hace algo ¿chiclosa?, no sé cómo describirlo.

Sólo asentí en respuesta regresando mi mirada hacia el camino, que empezaba a llenarse de bosques y vegetación, posiblemente ya estábamos cerca de la segunda parada, la segunda de cuatro.

Miré un segundo mi celular para ver la hora, íbamos a buen tiempo, nueve de la mañana. Eran como aproximadamente cuatro horas de camino, según lo que me dijo Teresa, y parecía que no llegaríamos muy tarde, entre las doce o una de la tarde.

—¿Quieres un sándwich? —Ofrecí, sin saber que más decir para sacar plática.

—No gracias Pau, esperemos a ver si no tardan en despertase los demás para comerlos juntos—un silencio llego por unos momentos—. Por cierto, me gusta tu cabello con luces magentas, le dan mucho estilo.

Lo observe de reojo mientras comenzaba a quitarme la sudadera, dejándome una blusa de manga larga que me llegaba hasta los codos—. Gracias, muchos piensan lo mismo que tú—para este punto decidí tomar un poco más de confianza con él— ¿No has pensado en hacerte algo en el cabello?

—¿Además de cortarlo? —Comentó divertido, no pude evitar reír por eso—Sinceramente no, no sé qué color me quedaría o que tanto lo pintaría.

—Un azul marino se te vería increíble—respondí tocado su cabello para verlo a detalle contra la luz.

—¿Eres experta acaso? —Me di cuenta que, de lo poco que llevamos hablando, es un chico muy divertido y me agradaba eso.

—Tal vez—respondí siguiéndole el juego, entonces soltó una pequeña risa.

—De acuerdo, lo tendré en mente si decido hacerme algo.

—Aunque también puedes dejarlo crecer un poco, eso es lo que está de moda ahora y puedes atraer muchas chicas—ambos soltamos una risa y al identificar una de mis canciones favoritas subí un poco más el volumen de la radio, donde ahí surgió una nueva conversación.

—¿Qué género musical te gusta? —Preguntó él.

—Mm podría decir que el pop, creo...—dude un poco—. Me gusta las canciones de Conan Gray, Queen, 5SOS... tal me gusta el pop y rock—sonreí sutilmente.

—¿Cuál es tu favorita 5SOS? —Respondí diciéndole que era She Looks So Perfect, él mencionó que le gustaba Queen, The Beatles y Coldplay.

A partir de ahí dejé a lado mi timidez, empezando a dejarme llevar. Siempre era igual cuando conocía personas, al principio era callada, tímida y un poco seria, pero conforme va surgiendo la conversación y voy tomando más confianza, fluye parte de mi alegría y diversión.

Claro, también depende de que, si yo quiera que esta persona me conozca o no, en esta ocasión, por supuesto que quería que me conociera. Es mi cuñado y lo que menos quiero es que mi hermano tenga el típico cliché de amor imposible sólo porque sus familias, en este caso sus hermanos mayores, no se lleven bien.

Pasamos los siguientes minutos conversando entre los dos hasta que los chicos, poco a poco se fueron despertando. Teniendo ahora una conversación entre todos, cambiando constantemente de temas.

El ambiente paso de ser silencioso a ser verdaderamente alegre y movido. Quité la radio para que pudiéramos conectarnos con uno de los celulares de los chicos, en este caso con el de Avril.

—Muy bien, sólo tengo una playlist que incluye tanto mis gustos míos como los de Teresa y Lazy, así que es su momento para que empiecen a decir sus canciones favoritas—mencionó muy seria Avril que aguante soltar una risa.

Conocí a Avril y Lazy por la fiesta de mi hermano hace ya varios meses, son muy alegres e interactivas ambas, como un dúo de hermanas que se conocen como la palma de su mano.

Después de eso comenzamos a escuchar música de diversos géneros, recordando a los artistas de antes y conociendo a nuevos, obviamente Ricardo y yo pedimos de Queen.

Nunca imaginé que estuviera pasando un buen rato con todos, casi siempre prefería mi mundo porque sinceramente soy algo reservada, pero esta vez pude dejarme soltar un poco, incluso me animé a cantar What Make You Beautiful con todos en la camioneta, una canción que iba perfecta con el mood de playa que teníamos.

Como esperé,estuvimos llegando a la cabaña entre las dos y media y tres de la tarde, puesnos habíamos detenido para comprar algunas cosas que necesitaríamos, además dealgo para comer en el camino.























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2. ¿No te llevas algo ligero para cuando lleguen?

3. Todavía tengo frío mamá.

4. Ricardo llega en cinco minutos.

5. Tú eres responsable.

6. Sí mamá, lo sé.

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