002. touches and feelings

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng












꒷꒥ 𝗟𝗜𝗚𝗛𝗧𝗡𝗜𝗡𝗚 𝗦𝗧𝗢𝗥𝗠 ꒥꒷


⸂⚹៸˛⁺┊💨⚡️🌪️
▰▰▰▰▰▰▰▰
capítulo dos
▔▔▔▔▔▔
toques y sentimientos


════════════════









EL RESTO DE LA TARDE JADE SE LA PASÓ COMPARTIENDO JUNTO A TODOS LOS PRESENTES EN EL LUGAR. Le agradaba como a pesar de ser una completa desconocida para muchos, todos allí le trataron como si la conocieran de toda la vida.

Le agradó poder conversar con Henry después de tantos años y sin un molesto cristal separándoles, pero lamentó el tener que despedirse de él más tarde, debido a que el mayor tomó la decisión de pasar una temporada fuera de Central City. Lo cierto era que le comprendía. Luego de quince años encerrada en un lugar sin vida ella también buscaría rehacer su camino lejos de todo.

La noche había caído, y Jade se encontraba fuera de su hogar, sentada en uno de los sillones en el porche de la casa de su madre, pensando en lo bien que se sentía estar de vuelta en Central City.

En definitiva se sentía en casa una vez más.

Barry se detuvo en la acera frente a aquella casa de dos pisos que conocía a la perfección, inmediatamente logrando verla allí. No iba a mentir, una parte de él no comprendía que era lo que hacía allí o que esperaba a la hora de aparecer en el lugar.

Bien. Sí mentía, y es que sabía perfectamente que hacía allí.

Desde que descubrió las habilidades que había adquirido tras el coma producido por el rayo que lo golpeó, la primera persona con la que quiso ir fue Jade. Pero por obvias razones nunca fue a quien acudió. Pero ese sentimiento seguía allí. Y sabía que solo se iría luego de serle honesto.

Probablemente estaba apunto de hacer algo totalmente disparatado, pero en su defensa había confiado de peores formas en malas personas que creyó eran buenas. Al contrario, esta vez, sabía que a pesar del tiempo, Jade seguía siendo una buena persona.

Dejó escapar un suspiro y comenzó a subir las escaleras que daban al porche, llamando inmediatamente la atención de Jade.

     —Hola —ella le sonrió.

     —Hola...

Se acercó casi tanteando el terreno, pero cuando supo que era seguro y cómodo se dejó caer a un lado de ella.

     —Lo siento por lo que dijo Soph hace rato, yo...

Barry le interrumpió negando.

     —No te disculpes. No es como si no esperábamos que dijera algo al respecto —rió cortamente—. La conocemos.

     —Sí, tienes razón —asintió sonriendo.

     —Es bueno que hayas decidido volver —confesó jugando con sus propias manos—. Te extrañamos bastante.

Ya estaba. Lo había dicho.

     —Yo también les extrañé —admitió ella.

Una sonrisa nostálgica se formó en los labios de la morena. No recordaba cuantas veces desde su llegada había escuchado esas palabras, y a pesar de ser consciente que ninguna era dicha con intenciones de hacerle sentir mal y culpable, ella no podía evitar sentirse así.

Se sentía estúpida.

     —Siento haber dejado de responder las llamadas, Barry. Pero-

El velocista no pudo evitar verse sorprendido ante las palabras dichas por Jade. No esperaba que tocara aquel tema.

     —Estabas ocupada, no tienes que disculparte.

Jade hizo una mueca.

     —Sí tengo —murmuró—. Dios, Barry. No quería hacerlo, pero una parte de mí se convenció de que era mejor terminar en ese momento antes de que todo fuera peor. Sentía que poco a poco nos estábamos volviendo unos extraños, y no quería que sucediera así. No si estábamos juntos —negó con firmeza—. Y por otro lado estaba Iris... podía haber respondido siquiera un mensaje pero... lo cierto era que no podía.., no quería hacerlo.

     Aquello sorprendió al velocista en un ámbito distinto.

     —¿Por qué?

     —Porque solo me recordaba lo mucho que les extrañaba. Creí que me acostumbraría, pero en cada videollamada parecía que aquel sentimiento incrementaba... y yo solo quería volver aquí. Con todos ustedes.

     —Pero no lo hiciste...

     Barry no podía evitar pensar que si tal vez ella hubiera vuelto, aún seguirían juntos. Y si era honesto aquella idea no le molestaba en lo absoluto.

     —No quería decepcionarle —negó con una triste sonrisa—. Y aún así haciendo todo lo que me pedía nunca fue suficiente —se encogió de hombros—. Supongo que para él no soy suficiente como persona.

     Barry frunció el ceño en claro desacuerdo con ello. Había tenido el placer de conocer a Ian Miller, el padre de las hermanas. Y es que una sola vez desde la separación de los padres de Jade aquel hombre se presentó en Central City, y lo cierto era que con tan solo ver su presencia altanera dejaba mucho que decir.

     —Eres más que suficiente, Jade —declaró él—. Y tú padre es un idiota si no puede verlo.

La morena dejó escapar una clase de risa mezclada de bufido. Sin dudas escuchar algo como eso venir de alguien que aún significaba algo para ella era... le hacía sentir importante.

     —Es lindo que lo digas —le sonrió una vez más—. Gracias, Barry.

     —Solo digo la verdad, no debes darme las gracias por eso.

     —No lo digo solo por lo que acabas de decir —negó.

     —¿Entonces?

     —Gracias por cuidar de mi mamá y mi hermana mientras yo no estaba —le agradeció abrazándose ligeramente a sus rodillas mientras le observaba—. Ambas te quieren mucho. Soph te admira mucho. Me ha contado que le llevabas contigo al trabajo y que le ayudas con sus proyectos y exámenes. Aunque bueno, si lograste hacer que estudiara lo mismo que tú es lo mínimo que puedes hacer —ambos rieron—. Mamá me dijo que siempre le ayudas con el patio, y que a veces la llevas al trabajo —continuó diciendo—. Así que, gracias por todo eso.

     —No es nada —negó.

     —¿Por qué demonios eres tan modesto? —se quejó.

     Barry rió al notar como el acento británico en la joven salió a flote en aquella grosería. Siempre adoró la forma en que Jade insultaba, y es que le parecía sumamente tierno.

     —¡No te rías de mí! —se quejó ella, amenazando con golpearle.

     —¡Ya! —alzó las manos a modo de defensa—. Lo siento.

     El silencio les rodeó por unos largos segundos en dónde se mantuvieron a gusto disfrutando de la compañía. No era difícil volver a adaptarse a la presencia del otro y eso era agradable.

     Barry suspiró pasando sus manos por su rostro mientras pensaba en como dejar fluir las siguientes palabras que tenía en mente decir. No podía ser tan difícil. Con Jade las cosas siempre habían fluido de forma natural, y por como se sentía con su presencia sabía que debía seguir siendo de tal forma.

     —¿Qué ocurre, Barr? —cuestionó ella, notando el nerviosismo en el castaño.

     —Nada, solo...

     —Oye, puedo ser tu ex novia pero han pasado sietes años de eso, sigo siendo tu amiga si así lo quieres, pero sin importar el qué puedes confiar en mí —aseguró dejando un apretón en su hombro.

     —Lo sé —asintió.

     Jade le sonrió, animándole a hablar.

     —Hace un tiempo me cayó un rayo y estuve en coma por nueve meses —comentó de golpe.

     Se detuvo unos segundos esperando encontrar una mirada que le siguiera incentivando a hablar, pero al observar a Jade pudo notar como sus ojos se encontraban abiertos a tope y como se tildaba intentando reaccionar. Parecía desorbitada.

     —¿U-un rayo? —cuestionó atónita.

La morena repitió esas palabras en su cabeza, intentando procesar lo que significaban e intentando asegurarse de que escuchó bien.

Estaban hablando de un jodido rayo.

     —Mm-hm... —asintió dándole énfasis a su respuesta—. Cuando desperté me sentía diferente. Bueno, era diferente.

     —¿Un rayo? —volvió a preguntar Jade. Su voz se escuchaba aguda y flaqueaba—. ¿Te cayó un r-rayo?

     Aparentemente a su madre y hermana se les olvidó comentar un suceso bastante importante. Y es que de haber sido conocedora de aquel suceso en su momento no hubiera dudado en volver a Central City.

     —Jade ya pasó —le aseguró tomando sus manos.

     Ante tal contacto ambos dieron un respingo al sentir una corriente recorrer desde la punta de sus dedos hasta perderse por el resto de sus cuerpos, pero aún así no apartaron el contacto de sus extremidades.

     —¿Es qué a nadie se le pasó por la cabeza llamarme, y decirme, no lo sé "Oye Jade, a Barry le cayó un rayo y está en coma"? —inquirió dejando escapar un suspiro molesto.

     —Estoy vivo.

     —No me digas, Sherlock —blanqueó su mirada.

     —¿Me vas a escuchar? —cuestionó con diversión.

     Lo repetía. Le parecía totalmente adorable cuando Jade se molestaba y se colocaba al borde.

     —¡No te rías, baboso! —le dió un golpe en el pecho.

     —¡Jade!

     —Ya bueno —aceptó escucharle a regañadientes.

     Barry dejó escapar una nueva sonrisa divertida antes de volver a retomar el ritmo de lo que quería decir.

     —Bien, como te decía —retomó con lentitud—. ¿Conoces a Flash? —mordió su labio inferior mientras esperaba una respuesta.

     —Sí, he escuchado de él —asintió ella.

     —Bueno... —Barry le sonrió nervioso—. Yo soy Flash.

     Jade guardó silencio unos segundos, meditando aquellas palabras. Observó con determinación el rostro del ojiverde. Lo conocía tan bien —bueno, quería creer que aún lo conocía como la palma de su mano—, que de tan solo ver su mirada supo de decía la verdad.

     —¿Tú eres Flash?

     Entonces en aquel momento sintió como los brazos de Barry le rodeaban el cuerpo y antes de poder preguntarle que ocurría, sintió un tirón en la parte baja de su estómago lo cuál le impidió hablar.

     A los segundos sintió su cuerpo estabilizarse y sus pies tocar el suelo. También sentía unas desagradables ganas de vomitar.

     —¿Jade?

     —No me siento muy bien —admitió con una mueca adornándole los labios.

     —Te acostumbrarás —afirmó, sosteniéndole por la cintura.

     Parecía que en cualquier momento la morena caería de lleno al suelo.

     —¿No estás sorprendida? —preguntó curioso.

     —Claro que lo estoy —rió cortamente, aún intentando recomponerse—. Pero una parte de mí siempre supo que tenías material de héroe.

     Barry sonrió. Y Jade se aferró por un momento a los hombros de Barry aún un tanto mareada por el viaje.

     —Así que no tan solo sigues siendo el mismo tierno y divertido nerd que recuerdo, si no que ahora también eres un héroe en mallas —comentó sonriéndole.

     El velocista le observó ofendido intentando evitar que el sonrojo que crecía en su interior le delatara manchando sus mejillas.

     —Iba a decirte un cumplido, pero técnicamente te estás burlando de mí, así que...

     Jade acentuó su sonrisa mientras dejaba escapar el suave gorgoteo de una risa naciente.

     —¡Deja de sonreírme así! ¡Que luego ya no me puedo molestar contigo! —se quejó él.

     No iba a molestarse con ella, era claro, pero aunque lo hubiera intentando se le hubiera hecho imposible al ver aquella sonrisa. Siempre había sido débil ante la sonrisa de Jade, y al parecer seguía siéndolo.

     —No es mí problema si no te puedes molestar conmigo solo porque me estoy riendo de ti —se encogió de hombros, aún sonriendo.

     —Ya no me agradas —hizo saber.

     —No te mientas, Barr —le dió una palmadita en el brazo.

     Barry sonrió negando, pero entonces se sumieron en un suave silencio. Jade se apartó de él y observó a su alrededor examinando el lugar en dónde se encontraban.

     Reconocerían ese lugar sin importar el tiempo transcurrido, y es que en sus tiempos de juventud solía ir a ese mirador junto a Iris y Barry. Aquel mirador era ese lugar que podría visitar todos los días de su vida y nunca se aburriría.

     Barry se detuvo a su lado, viendo como la morena acomodaba su cabello hacia atrás. Fue un simple gesto sin indirectas, pero gracias a aquello Barry notó que Jade solo vestía una camiseta que dejaba al descubierto gran parte de sus brazos. La noche no estaba fría, pero si bastante fresca, así que rápidamente se deshizo de su chaqueta y la colocó sobre los hombros de Jade.

     La morena se volteó observándole y le regaló una sonrisa para luego formular un inaudible gracias.

     El silencio perduró por largos minutos. Minutos en los que ambos se mantuvieron sumidos en sus pensamientos. Sentían que había tanto por hablar, pero a la vez no.

     Y entonces tomando la valentía que necesitaba, Jade abrió sus labios dejando salir las primeras palabras que enviarían lejos la tranquilidad que les rodeaba.

     —Bueno, teniendo en cuenta lo que acabas de decirme —pronunció Jade rompiendo el silencio—. Creo que... también debo decirte algo.

     El velocista le observó curioso, pero pronto la curiosidad se transformó en preocupación al notar como la mirada oscura de Jade solo mostraba miedo.

     —Algo está pasándome... y no sé que hacer —murmuró ella.

     —Muéstrame —murmuró de vuelta.

     La morena asintió lentamente, intentando convencerse de que con lo que Barry acababa de mostrarle, él ya no pensaría que era rara, ni se asustaría de ella.

     Jade se apartó un par de metros, y cerró sus ojos suspirando.

     —Si algo pasa, di el nombre de Soph —advirtió sin abrir sus ojos—. Sé que ella puede traerme de vuelta.

     Pasaron un par de segundos y cuando Barry estuvo a punto de preguntar que ocurría, Jade abrió sus ojos dejando entrever solo gris en ellos. Una ráfaga de viento pasó por un lado de Barry envolviendo a la joven y alzándola por los aires.

     No hizo falta más para que Barry comprendiera que era lo que sucedía frente a sus ojos.

     Jade tenía poderes.

     Y aparentemente eran poderes de viento. O eso fue lo que creyó en primera instancia.

     Pronto la despejada noche que cubría Central City comenzó a cubrirse en nubes opacando las estrellas y la luz de la luna. Pero entonces un ruido le alertó, y pronto le siguieron las tintineantes luces acaparando por segundos el cielo.

     —Son... rayos... —murmuró.

     Era una clase de tormenta. Una gran tormenta que parecía comenzar a cubrir gran parte de Central City. Y Jade era la responsable de ello.

     —Jade —llamó—. ¡Jade! —reiteró al ver que ella no reaccionaba ante sus llamados.

       Si algo pasa, di el nombre de Soph... Sé que ella puede traerme de vuelta.

     —¡Sophie!

     Al escuchar aquel nombre, un corrientazo recorrió el cuerpo de Jade centrándose como un pinchazo en su cabeza y tras un pestañeo sus ojos esclarecieron y el viento que la rodeaba desapareció.

     Por suerte antes de que lograra estrellarse contra el suelo, Barry la atrapó.

     —Eres meta-humana —señaló él, aún sorprendido.

     —No lo soy —negó con la respiración acelerada—. No estaba en la ciudad la noche que explotó el acelerador.

     —¿Entonces...?

     —Algo activó esto en mí, Barry. Y no puedo controlarlo —murmuró—. Tengo miedo. No quiero lastimar a nadie.

     La desesperación, la preocupación y el terror eran palpables en la mirada de Jade. Para su suerte aún no había sido culpable de ningún gran y mortal desastre, pero temía llegar a serlo.

     No quería ser un monstruo de destrucción. No quería ser la razón de la destrucción de su familia o de inocentes.

     El velocista guió sus manos hasta el rostro de Jade, acunando con delicadeza sus mejillas.

     —No vas a lastimar a nadie —prometió con voz baja y serena—. Voy a ayudarte, ¿Sí?

     Jade asintió, dejando caer sus manos sobre las de Barry, las cuáles aún se encontraban en sus mejillas.

       Ellos van a ayudarme... repitió en su mente.

     —No tienes que estar asustada. No voy a dejar que nada malo te ocurra, ni a ti, ni a nadie —le aseguró, pasando sus pulgares por las mejillas de la morena borrando las pequeñas lágrimas que bajaban por estas.

     Jade no era alguien que llorara muy a menudo, así que aquellas pequeñas gotas que bajaban por sus mejillas le indicaron que la situación realmente tenía preocupada a la morena.

     A Barry no le gustaba verla así. Nunca le había gustado ver a Jade de tal forma, y es que le encantaba tanto cuando ella sonreía y se sentía cómoda, que verla de tal forma le sentaba feísimo al estómago.

     Su mirada se encontró con los ojos chocolates de Jade, los cuales brillaban debido a la acuosidad acumulada en estos. El cielo ya había esclarecido de aquella oscura nubosidad de la que Jade hizo llamado en su momento, así que ahora la luz de la luna esclarecía la noche y se veía reflejada en la mirada de la morena.

     Se vió incapaz de detenerse cuando se vió a si mismo inclinándose en dirección a la joven. Eso sí, disfrutó cada segundo en dónde tentaban la cercanía de sus rostros, hasta que sus labios se unieron en lentos y suaves roces que formaban un beso.

     Podían haber pasado siete años, pero en el instante en que sus labios se encontraron nuevamente supieron que la sensación que les producía tal contacto nunca cambiaría y seguiría siendo igual de especial.





| ϟ |





PARA CUANDO EL VELOCISTA DESPERTÓ AQUELLA MAÑANA, se encontraba solo en su habitación. Jade se había marchado, aparentemente sin despedirse cara a cara, pero no sin dejar aviso de su desaparición.

     Al estirarse en el colchón intentando destensar sus músculos como hacía usualmente en la mañana, Barry volteó en dirección al pequeño mueble a un lado de su cama, notando inmediatamente el pedazo de papel apoyado sobre el cuadro que reposaba a un lado de la lámpara.

     La letra que realzaba en el papel la reconocería en cualquier parte, por lo que inmediatamente con curiosidad se estiró hasta tomar el escrito en una de sus manos.

        ❝ Hola Barr, probablemente acabo de hacer la caminata de la vergüenza, pero no lo hice con esa intención. Debía hacer unas cosas temprano hoy junto a Iris, así que escapé antes de que llegara a casa por mí y comenzara a bombardearme con preguntas respecto a dónde estaba en caso de no encontrarme allí —ambos la conocemos—. Espero que más tarde podamos hablar respecto a lo sucedido. Supongo que te veré por la tarde en los laboratorios.

        PD: no te olvides de desayunar antes de salir a patear traseros. ❞

     Una sonrisa resbaló de sus labios, mientras guardaba la nota en el cajón del mueble.

     A pesar de todo, una parte de él temía lo que fuera a significar la conversación que debían tener. Aquello podía significar un comienzo para retomar su antigua relación, o simplemente podría quedar en la nada, en dónde fingirían que aquello nunca ocurrió. Aunque si era honesto aquella opción no le llamaba tanto la atención como la primera.

     Tal vez, después de todo si era cierto que seguía guardando sentimientos por la hermana mayor de Sophie.

     Aunque no podían culparlo. Jade fue su primer amor y a pesar de los años y las chicas con las que salió nunca se sintió de aquella forma, y le gustaba como se sentía junto a Jade. Ella le hacía sentir extraordinario.

     Dejando salir un suspiro se colocó de pie. Si era sincero, por más emocionado que estuviera de tener a su equipo de vuelta, y por supuesto con Jade como nueva adición a este, no tenía muchas ganas de salir de la cama. Durante la noche, mientras la morena dormía se había despertado para salir a detener dos robos, y extrañamente se sentía más cansado de lo usual.

     El resto del día transcurrió sin mayores problemas. Se dedicó a hacer su trabajo y no vió a Jade aparecer por el CCPD, pero si recibió un par de mensajes suyos reiterando una vez más que debían hablar más tarde, a lo que él respondió que estaba de acuerdo con ello.

     También recibió un par de mensajes de Sophie en dónde la menor le pedía ayuda con una tarea para una de sus clases, por lo que el velocista se tomó un par de segundos para explicarle todo. Por suerte Soph aprendía rápido, de lo contrario le hubiera hecho el trabajo con tal de no estresarse más de la cuenta.

     En aquel instante se recompuso y salió del ascensor comenzando a caminar por los pasillos de los laboratorios, en dirección al cortex, en dónde al entrar se encontró a todo su equipo, incluyendo a Jade, quien se encontraba a un lado de Iris, quien le comentaba algo a lo que la menor asentía como respuesta.

     —Adivina qué —comentó Cisco una vez notó la presencia del velocista—. Le hice una mejora a tú traje —señaló.

     Barry sonrió mientras se acercaba al maniquí en dónde reposaba su traje de héroe.

     —Es igual al del periódico del futuro que nos mostró Gideon —mencionó Cisco mientras caminaba cerca del velocista—. Estaba pensando que ya no deberíamos temerle al futuro.

     —No —acordó Barry—. Y llegará más rápido de lo que pensamos —señaló dándole una pequeña mirada a Jade.

     La morena no notó aquello y es que estaba demasiado absorta observando el traje de aquel héroe de quien tanto leyó en el blog de Iris en su tiempo.

     Seguía anonada por el hecho de que Barry fuera Flash.

     —Debo decir que me gusta —pronunció el profesor Stein—. El rayo resalta más contra el blanco.

     —Y STAR Labs es más seguro que nunca —aseguró Caitlin—. Seguridad y vigilancia mejorada.

     —Cerraduras electrónicas rediseñadas, con doble cortafuegos —explicó Cisco—. Nadie entrará sin que lo sepamos.

     Justo en aquel instante unas pisadas se escucharon por el pasillo y al voltear en dirección a este, vieron a un hombre entrar.

     —¿De verdad? —cuestionó incrédulo el latino.

     —Quédate quieto —advirtió Joe, apuntándole con un arma.

     Barry caminó un par de pasos hasta llegar a un lado de Jade a quién empujó tras él de forma protectora.

     —¿Quién eres? —cuestionó un demandante Barry.

     —Tú no me conoces, pero yo te conozco a ti. Barry Allen.

     Jade frunció el ceño e intentó dar un par de pasos hacia adelante, pero Barry se lo impidió.

     —Un pasó más y será el último —le hizo saber Joe, aún apuntando con su arma—. Te hicieron una pregunta. ¿Quién diablos eres?

     —Me llamo Jay Garrick —informó dejándose entrever desde las sombras—. Y su mundo está en peligro.













| ϟ |













HOLASS!!

segundo capítulo y ya se comieron
la boca e hicieron de todo.
yo les dije que íbamos a ir
como avión!!!

¿qué les va pareciendo la historia?

¡no se olviden de votar y comentar!


════════════════

© 2O23 | PRFCTGUSTIN

════════════════

publicado: 22/06/2023
editado: 00/00/0000

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro