008. zoom attacks

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꒷꒥ 𝗟𝗜𝗚𝗛𝗧𝗡𝗜𝗡𝗚 𝗦𝗧𝗢𝗥𝗠 ꒥꒷


⸂⚹៸˛⁺┊💨⚡️🌪️
▰▰▰▰▰▰▰▰
capítulo ocho
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zoom ataca


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JADE DEJÓ ESCAPAR UNA SUAVE RISA ANTE LA BROMA HECHA POR BARRY, ante lo cual el velocista le observó con una sonrisa, encantado con el resultado de las bobadas que podía llegar a soltar su boca.

Luego del plan fallido en un intento de atrapar a Zoom, ambos se marcharon de los laboratorios. Con una propuesta por parte de Jade en un intento de despejar la mente del velocista por unos momentos, terminaron comiendo pasteles en la pastelería en la cuál trabajaba la morena, en dónde estuvieron un par de horas charlando hasta que decidieron salir a caminar, por lo que Jade dejó todo limpio en su lugar y cerraron del local.

En aquel momento ambos caminaban por las calles de Central City sin rumbo alguno, con la oscura noche cerniéndose sobre ellos siendo las farolas a un lado de las aceras lo único que iluminaba sus caminos, además de las estrellas cubriendo el despejado cielo.

Jade se volteó a verle, al sentir la aún persistente mirada de su novio sobre ella.

     —¿Qué? —cuestionó curiosa.

Barry negó con desdén restándole importancia a su posible respuesta y dejando la pregunta de su novia en el aire.

Ante ello la morena presionó su agarre sobre la mano de Barry y plantó sus pies en el suelo, deteniendo su andar y obligándole a él a hacer lo mismo.

     —¿Qué sucede? —inquirió Barry.

     —Vamos. Dime que pasa por tu cabeza —pidió con insistencia y preocupación.

     —Nada sucede.

     —Barr...

     —Son muchas cosas —hizo saber esperando que fuera respuesta suficiente.

Jade le escaneó con su mirada el rostro, mientras su mano se centraba en tomar del mentón de su novio para unir sus miradas.

     —Sé que lo atraparán —aseguró—. Claramente no sé cuando. Pero sé que lo harán. Solo deben ser... cuidadosos y razonables para hacerlo.

Barry sonrió y dejó caer sus manos sobre la cintura de Jade, atrayendo sus cuerpos. Amaba la confianza que Jade ponía en él y le tranquilizaba saber que a pesar de esos siete años sin verse ella seguía confiando en él de la forma en que solía hacer.

     —Vamos a atraparlo —corrigió.

La morena le sonrió de vuelta y se colocó de puntitas para dejarle un beso en la mejilla.

     —Tal vez debimos haber entrenado mis poderes un poco —comentó retomando el camino de ambos.

Barry le observó curioso ante la mención. Según recordaba, Jade le había pedido en un principio que fueran poco a poco avanzando y explorando sus capacidades, y es que no quería acelerarse tanto, porque temía que al hacerlo todo se saliera de control. Por lo que, el velocista no dudó en recordarle sus palabras.

     —Creí que querías ir de a poco.

Inconscientemente Jade presionó el agarre que mantenía sobre la mano de su novio.

     —Sí... es cierto —asintió.

     —¿Qué ocurre? —cuestionó Barry.

     —¿Debería ocurrir algo? —preguntó dejando salir una pequeña risa.

     —No lo sé. Tú dímelo —indicó, siendo él esta vez quien detenía el andar de ambos.

     —Solo... quiero ser un poco útil ¿Sabes? —mencionó desviando la mirada—. Y mis poderes pueden darme la oportunidad de serlo.

Barry frunció su ceño, en desacuerdo con las palabras de su novia. Principalmente porque no tenía deseos de ponerle aún más en riesgo y mucho menos de ponerla en el centro del huracán para que Zoom tuviera la oportunidad de ir tras ella también.

     —Eres útil —le hizo saber.

     —¿Cómo? ¿Llevándoles café todos los días? —se burló de si misma.

     —Por ejemplo —asintió Barry.

     —Eso no es ser útil —negó—. Quiero hacer más, Barr... quiero ayudarte.

     —No lo sé... —dudó.

     —Tampoco es como si te estuviera pidiendo permiso —agregó con una mueca de disgusto debido a la oposición de su novio velocista.

     —Como líder del equipo procedo a decir:... Auch.

Muy bien, sí él hacía esos gestos, luciendo tan adorable en el proceso, era difícil que Jade estuviera molesta con él por tanto tiempo. Por lo que, en segundos la morena sonrió con ligera diversión.

     —Estoy hablando en serio —le empujó ligeramente.

     —Y yo también —hizo saber Barry—. Pero lo voy a pensar.

—O yo podría pedirle ayuda a Cisco —señaló ella.

Barry entrecerró su mirada en dirección a su novia, ofendido y desafiante a la vez.

—No te atreverías.

Jade le devolvió la mirada, con un mayor desafío en ella.

—Pruébame, cariño —se cruzó de brazos.

     Ante las palabras de Jade, el velocista mostró una sonrisa pronunciada en sus labios, de paso achinando su mirada. El apodo Cariño no pasó por alto ante sus oídos, y se le agitó el corazón al ser consciente de que era la primera vez en mucho tiempo que Jade le llamaba de tal forma, y también al ser consciente de que se seguía sintiendo igual de bien a como se sentía antes.

—Esa es una propuesta interesante.

—¿Si?

—Mh-mm —asintió.

Jade escaneó cada uno de los siguientes movimientos de Barry. El velocista se acercó más a ella, encorvando su postura para tomar una altura similar a la de ella. Una sonrisa ladina y desafiante aún descansaba en sus labios mientras le observaba atento.

—Entonces déjame ver sí entendí bien —pronunció Barry—. ¿Hubieras preferido entrenar en lugar de tener una cita conmigo? —cuestionó alzando una ceja.

—Tal vez —acordó con divagación—. Pero en mí defensa creí que el reunirnos para entrenar también contaban como citas —protestó.

     Ambos intercambiaron un par de sonrisas. Barry se inclinó un poco más mientras que Jade se alzaba tomando altura con ayuda de la punta de sus pies. Pero entonces interrumpiendo el momento, el celular del velocista comenzó a sonar indicando una llamada entrante.

     Ante ello, Barry colocó una mueca de irritación en sus labios y bufó apartándose ligeramente mientras tomaba el aparato en sus manos, aceptando la llamada para rápidamente llevar el celular a la altura de su oreja.

—¿Cisco?

     Jade no prestó mucha atención a lo que los mejores amigos hablaban. Solo centró su mirada en Barry mientras le regalaba una sonrisa a la par que enroscaba sus manos en la nuca del castaño, trazando delicadas caricias con la yema de sus dedos, acto ante el cual Barry dejó escapar un involuntario escalofrío, encantado con la sensación que provocaba tal tacto.

—¿Debe ser ahora? —cuestionó soltando un suspiro derrotado una vez Cisco terminó de hablar.

—Sí —respondió el latino al otro lado de la línea—. Ya tendrás tiempo para besuquearte con Jade luego. Esto es importante.

—Bien. Te veo en unos segundos.

     Apartó el aparato de su oreja, con la atenta mirada de Jade sobre él.

—Creo que nuestra cita llegó a su fin —comentó con una mueca—. Lo siento.

     La morena le observó con una sonrisa, continuando con el trazado de caricias.

—No tienes que disculparte —negó—. No es como si no hubiera sabido que esto podía ocurrir al salir con un héroe.

     Él sonrió.

—Vamos.

—¿A dónde? —cuestionó ella, permitiendo que Barry le tomara por la cintura para cargarla.

—A los laboratorios —informó.

—Oh. Bien —asintió—. Andando velocista.

Una vez llegaron a los laboratorios, Barry no pudo ocultar su frustración al ver como Cisco solo le había llamado para enseñarle como instalaba el nuevo emblema de su traje, y de paso reprocharle el haber perdido uno de ellos.

—¿Crees que estás cosas crecen de los árboles o algo? —le cuestionó Cisco.

Al ver como Barry blanqueaba la mirada, Jade dejó escapar una risita. Y es que siendo completamente honesta, le encantaba ver la faceta de Barry cuando este se frustraba.

—No debes repetirme constantemente que desechamos el último por nada —mencionó.

En aquel momento la voz de Caitlin llamó la atención de todos, haciendo que se acercaran hasta la posición de la bio-ingeniera y también hasta la posición de Wells quien se encontraba sentado observando la pantalla de una computadora mientras pasaba imágenes presionando una de las teclas.

—Viste el estúpido video docenas de veces —evidenció Caitlin haciendo un gesto con sus manos—. Todo salió de acuerdo al plan.

—De ser así, Zoom se habría presentado —remarcó un frustrado Harry.

—Tal vez Light estaba equivocada —propuso Barry—. Tal vez no puede ver a través de las brechas, o tal vez finalmente decidió rendirse.

Interrumpiendo la conversación, una vez más el celular de Barry sonó indicando una llamada, a lo que no tardó en responder.

—¿Iris? —cuestionó—. Más lento. No puedo entenderte.

Al notar como el gesto de Barry decaía y como sus hombros se tornaban rígidos, Jade supo de inmediato que algo malo acababa de ocurrir, y entonces solo para afirmar su suposición, el reloj para detectar meta-humanos que portaba Wells en su muñeca comenzó a emitir una clase de alarma notificando la detección de un nuevo meta-humano cerca.

—Zoom tiene a Linda —informó Barry, al mismo tiempo que una alarma comenzaba a resonar por el cortex.

Cisco se abalanzó sobre el monitor, comenzando a rastrear la información que acababa de llegar.

—Está en el techo.

Al ver como Barry desaparecía llevándose su traje consigo, un vuelco se produjo en el estómago de Jade. Podía sentir la ansiedad correr por su cuerpo esperando lo peor, y rezaba porque solo se tratara de un tonto presentimiento.

     Sin embargo, ella nunca tenía tontos presentimientos. Siempre eran presentimientos seguidos de hechos concretos y específicos acorde a lo que había sentido.

Las imágenes de video que captaba el satélite de los laboratorios rápidamente comenzaron a transmitirse en las pantallas de los monitores, ante lo cual todos se detuvieron a prestar atención.

—Bájala —ordenó Barry.

Se podía apreciar perfectamente como Zoom cargaba a Linda en uno de sus brazos sin preocupación alguna.

—¿Pescas con carnada? —inquirió el velocista de negro ladeando su cabeza en dirección a Barry—. Yo también.

Entonces sin mostrar ningún signo de consternación, estiró su brazo, dejando que Linda colgara directo a una caída libre que claramente amenazaba de forma letal su vida.

Sin remordimiento alguno la dejó caer al vacío. Ante ello Linda inmediatamente dejó escapar un grito ahogado, mientras que Barry corría hasta el suelo para comenzar a mover sus brazos creando remolinos para enlentecer la caída y así atraparla.

—Tienes que salir de aquí —le indicó Barry, dejándola en el suelo.

—No. No puedes luchar contra él —negó Linda preocupada—. Es un monstruo.

—Solo vete.

Tan pronto como Zoom bajó a tierra, Linda huyó sabiendo que no lograría convencer al velocista de no enfrentarse ante el velocista contrario.

Jade aún observando las pantallas se tensó al ver como Barry se movía de su lugar para detenerse frente a Zoom, quedando a solo un par de metros de distancia.

—Zoom no puede ser humano —murmuró Caitlin a su lado.

—Lo es. O lo era —respondió Wells.

—¿Cómo se supone que Barry derrote a eso? —inquirió Cisco.

La morena presionó las palmas de sus manos a los costados de sus muslos intentando eliminar la sudoración que producía su nerviosismo.

Vamos Barry... le alentó en su mente.

—¿Por qué está huyendo? —cuestionó Wells al ver como Barry comenzaba a correr.

—No está huyendo —mencionó Cisco—. No tiene miedo —evidenció dándose cuenta de lo que planeaba hacer—. ¡Oh, lo va a electrocutar! —alardeó con emoción.

—¿Qué?

—Va a lanzar un rayo —hizo saber Jade, logrando de milagro pronunciar aquellas palabras.

—Jay le enseñó a hacerlo —agregó Caitlin con un tono de emoción similar al de Cisco.

Barry se detuvo frente a Zoom y direccionó la electricidad que corría por su cuerpo en sentido de su contrincante. Pero en un movimiento que ni siquiera él previó, Zoom corrió y atrapó el rayo en sus manos para luego direccionar de este en el camino de Barry.

Y como era de esperarse, la electricidad se estrelló contra el velocista escarlata,y teniendo en cuenta que se trataba de un inesperado impacto, esto logró enviarle a volar dando por resultado que Barry chocara contra las grandes siglas que indicaban la presencia de los laboratorios STAR.

La respiración de Jade se cortó de golpe e involuntariamente retrocedió un paso debido a un tambaleo.

—¿Vieron eso? —cuestionó Barry, a través del micrófono en su traje.

     —¿Verlo atrapar un rayo con sus garras diabólicas? —señaló Cisco con impresión—. Sí, lo vimos.

     —Jay tiene razón —pronunció una abatida Caitlin—. No puede hacer esto solo.

     —No está solo —respondió Wells, cargando un arma.

     —Barry... —la voz de Jade llegó directo a los oídos del velocista—. Sal de ahí.

     —No —se negó él, empuñando un dardo en su mano—. Es hora de ver si el suero atenuador de velocidad de Wells funciona —indicó mientras se colocaba de pie.

Con seguridad dió un par de pasos en dirección a Zoom, demostrando que no le temía, a pesar de que en el fondo Barry sentía como todo le hormigueaba.

     —¿Qué quieres de mí? —cuestionó alzando la voz lo suficiente para que el velocista de traje negro le escuchara.

     —Todo.

Pronto ambos velocistas se sumieron en una carrera de atrapadas. Y ante ello Jade dejó caer un suspiro debido a la terquedad de su novio. Aunque no se sentía sorprendida por ello y es que desde que recordaba, Barry siempre tuvo tal actitud. Él nunca rehuyó a una pelea.

     —¿Será muy imprudente salir e intentar hacer algo? —cuestionó con firmeza exterior, batallando a la ansiedad de su interior.

El par de científicos a su lado le observó con sorpresa ante sus palabras.

     —No —se negó Caitlin—. Aún no hemos estudiado la parte científica de tus poderes. No sabemos tus límites, ni tus debilidades.

Era cierto. Aún no conocían sus límites. Barry aún no quedaba fuera de batalla así que no era momento de hacer un movimiento riesgoso. La recta final aún no llegaba.

     —¿Cómo Barry igualará la velocidad de Zoom? —preguntó Caitlin.

La morena se tomó un momento para analizar los movimientos de ambos velocistas y las superficies por dónde corrían.

     —No planea igualarlo —pronunció comprendiendo—. Lo sacará de ecuación.

     —Es un genio —acordó Cisco.

     —¿De qué hablan? —inquirió la castaña sin comprender.

     —Es la velocidad límite.

     —La máxima velocidad de un objeto que cae —explicó Cisco.

     —¿Qué cae por el aire?

Jade y Cisco afirmaron.

     —La fuerza de arrastre es igual a la fuerza de gravedad, lo que hace que la fuerza neta sea cero, logrando la velocidad igual —explicó Jade.

El silencio se sumió en la habitación. El trío se encontraba con las miradas sumidas en los monitores, observando la batalla a golpes de ambos velocistas mientras caían a la par con la gravedad atrayendo de ambos.

Los puñetazos iban y venían y entonces ambos llegaron al suelo, siendo Barry quien recibió todo el impacto al caer de espaldas bajo Zoom.

Pronto se pusieron de pie, dando golpes a súper velocidad. Zoom tomó la delantera bombardeándole en puñetazos, negándole la oportunidad a Flash de dar siquiera un golpe para defenderse.

Y entonces un crujido les quitó el aliento a todos en la habitación, seguido de el persistente jadeo ahogado de dolor que soltó Barry, quien cayó dócilmente al suelo sin poder sostener su propio cuerpo.

     —Díganme... —la morena ahogó las palabras—. Por favor díganme que no acabo de escuchar como le destrozaron la espalda a mí novio —pidió Jade, con la respiración estancada y la voz temblorosa.

Su cuerpo completo hormigueaba, y sus ojos ya comenzaban a acumular acuosidad debido a las lágrimas que intentaba retener. El corazón le latía tan rápido que dolía, al igual que la punta de sus dedos recibían miles de pinchazos debido a la desesperación.

Cisco y Caitlin no podían evitar verle preocupados. Era cierto que no llevaban conociendo a Jade por un largo tiempo, pero sabían cuanto significaba Barry para ella, y de solo recordar cómo reaccionó al ver a Harry por primera vez, les hacía estar alerta a cualquier indicio que les hiciera saber que Jade estaba pronta a perder el control.

Si eso llegaba a suceder no tenían ni idea de que demonios harían.

A las afueras de los laboratorios, Wells salió de su lugar y apuntando con su arma disparó el dardo creado para detener a Zoom en dirección de este mismo. Sin embargo el velocista se volteó y con perspicacia atrapó el proyectil en una de sus manos.

     —Nunca lo olvides —pronunció Zoom con voz tétrica—. Yo soy el hombre más rápido.

Tras decir esas palabras con la mirada fija en el científico de Tierra Dos, se dió la vuelta y empuñando el dardo en su mano la encajó en el pecho de Barry, arrebatándole el aire al sentir el pinchazo y también al sentir como el químico comenzaba a atacar su sistema.

     —¡Lo está matando! —exclamó Caitlin con preocupación.

Jade dejó de retener las lágrimas en sus ojos y un grito escapó de lo más profundo de su garganta casi logrando hacerla caer de rodillas, mientras la humedad se cernía empapando sus mejillas.

     —¿¡Dónde está!? —cuestionó luego de ver como Zoom tomaba el cuerpo de Barry y se lo llevaba—. ¿¡Dónde está!?

     —¡Cisco! —llamó Caitlin.

     —¡Estoy en eso!

La velocidad a la que iban era impresionante. Todo alrededor de Barry se movía rápido. Muy rápido incluso para él. Podía sentir el viento chocar contra su cuerpo, y eso, en cierto grado me entregaba un refrescante un alivio, y es que, físicamente, más allá del dolor punzante en su espalda, percibía el cuerpo entumido en su mayoría.

Sabía que tenía la espalda rota. Claramente sintió el dolor cuando sus vértebras se hicieron añicos. Fue una de las experiencias más dolorosas que físicamente había sentido y por si fuera poco hasta para él todo sucedió tan rápido. Tan rápido a diferencia de como se sintió el grito de desesperación que soltó su novia.

Jade... no podía evitar pensar en ella, y entre tantas cosas corriendo por su mente, ella era quien más persistía allí.

Pronto, volviendo a la realidad que transcurría fuera de su mente, notó como se detenían. Zoom aún lo cargaba con una de sus manos como si si persona fuera un simple trapo. Como si no fuera nada. Al observar a su alrededor, Barry pudo ver que se encontraban en el Pictures News.

A solo un par de metros divisó a Iris, quien le observaba con extremada preocupada. Quizá gesticular palabras, y hacerle saber que estaba bien, pero no podía, principalmente porque si lo hacía podía poner a su mejor amiga en riesgo, y segundo, porque por más que intentara el siquiera ahogar un quejido, le resultaba imposible teniendo en cuenta que hasta con cada respiro el pecho le ardía.

     —Miren a su héroe —pronunció Zoom, al sentir las cámaras apuntando en su dirección.

Nuevamente como si de un trapo se tratara, alzó al velocista, exponiéndolo a un mejor ángulo para las cámaras.

     —Este hombre no es un Dios —articuló—. Él no es nada.

La pronunciación de aquellas palabras lograron hacer ecos en la mente de Barry, tallando hasta lo más profundo de esta, pero antes de poder comenzar a torturarse con la existente duda de ser insuficiente, todo se tornó borroso. Y entonces, una vez más sintió el viento que producía la velocidad estrellarse contra él, y para cuando se dió cuenta se encontraban en el CCPD.

     —Los días del Flash que protege su ciudad han terminado —anunció Zoom a los policías presentes.

Todos los expectantes a la escena tomaron sus armas, apuntando a ambos velocistas. Sin embargo no llegaron a disparar debido a las órdenes de Joe West.

Con la mirada nublada, Barry logró diferenciar las facciones de desesperación y preocupación de su padre adoptivo.

     —Bájalo —ordenó la detective Patty Spivot.

     —¿Ahora qué harán sin su preciado héroe? —cuestionó Zoom zarandeando al velocista en sus garras.

Ante la orden del capitán David Singh, todos comenzaron a presionar el gatillo de sus armas disparando a la par. Pero para cuando las balas se acabaron, Zoom siguió de pie allí con su mano estirada, dejando caer todas las balas que iban contra él, demostrando con superioridad como no eran suficiente para detenerlo.

     —Buen intento.

Y una vez más desapareció a súper velocidad.

De vuelta en los laboratorios, Jade se encontraba dando vueltas en su lugar, sintiendo como la desesperación y el odio comenzaban a inundarle, apoderándose hasta del último milímetro de su sistema. Sus manos se encontraban pérdidas en su cabello, jalando levemente de este mientras su cabeza trabajaba a mil por segundo en espera a que el par de científicos lograra localizar a Barry.

Wells se adentró corriendo al cortex, aún empuñando su arma en una de sus manos. Estaba agitado y expectante a noticias.

     —¿Algo? —preguntó observando las pantallas.

     —No.

Jade se volteó en dirección a Wells y antes de poder decir algo, una fuerte brisa se estrelló contra todos.

Zoom se encontraba frente a ellos, con Barry aún colgando de su mano.

     —¡Barry!

Sus dedos picaban cada vez con más fuerza.

     —Harrison Wells —pronunció Zoom.

Jade sintió como un escalofrío le recorría el cuerpo ante la presencia de la tétrica voz del velocista de Tierra Dos.

     —¿Pensaste que podías derrotarme con esto? —cuestionó con burla mientras le sacaba la máscara a Barry.

La morena no pudo evitar que un jadeo escapara de sus labios al notar los hematomas y la sangre adornando el rostro de su novio.

     —Cometí un error —admitió Wells, con consternación al ver el estado de Barry.

     —Sí. Uno caro —hizo saber.

Con sus garras rodeando el cuello de Barry, le alzó, cortando el paso del aire a los pulmones del velocista, empeorando su capacidad para seguir enviando débilmente vitalidad a su sistema.

Zoom le observó por unos segundos, y sin pensarlo mucho enterró sus garras en el abdomen del velocista, sacándole un moribundo quejido.

     —Adiós, Flash. Tú tampoco fuiste lo suficientemente rápido.

Presenciando esa imagen, sabiendo que en segundos Zoom acabaría con la vida de Barry sin duda alguna, Jade dejó escapar un grito.

Sus ojos tomaron aquel color blanco grisáceo e inmediatamente de forma brusca, el viento entró al cortex con potencia. Jade podía sentir el flujo de corriente responder ante su necesidad de llamado, a la par que sentía como sus dedos cosquilleaban en busca de más.

La punta de sus falanges resplandecieron en aquella energía eléctrica y alzando sus manos envió un disparo de electricidad en dirección a Zoom a la par que una ráfaga de viento acogía a Barry.

El velocista de Tierra Dos salió disparado, y ante ello se estrelló contra la pared más cercana a sus espaldas, no preparado para recibir tal golpe de energía, y justo en aquel momento en que se encontraba distraído, Cisco tomó la oportunidad para disparar el famoso dardo creado para detener velocistas.

     Zoom dejó escapar un nuevo grito de dolor, y cayó al suelo mientras se arrancaba el proyectil de la zona en dónde este aterrizó. Sin embargo, aquello no fue suficiente para Jade, ya que lanzó otro par de rayos, mientras mecía al velocista de arriba hacia abajo provocando que se estrellara con los suelos y el techo de el cortex.

     Sin dudas los quejidos y gruñidos de Zoom eran algo que Jade estaba disfrutando al máximo, pero se detuvo a si misma de seguir en ello una vez su mirada inconscientemente recayó en Barry.

     Por lo que, cerrando sus ojos sus poderes se escondieron en su interior. Por seguido, dejando caer un gruñido y comenzando a vibrar con las pocas fuerzas que tenía, Zoom escapó de allí dejando una nueva brisa de viento.

Jade pestañeó, intentando alejar los sentimientos de odio y venganza que se retorcían en su interior, en segundos estos le dieron paso una vez más a la preocupación y desesperación mientras corría hasta dónde se encontraba Barry, dejándose caer a su lado.

Un jadeo de dolor salió de sus labios mientras dejaba caer una de sus manos en la mejilla de Barry. Caitlin a su lado comenzó a tomar las pulsaciones desde la zona en dónde se encontraba la atería carotídea, para así verificar las pulsaciones de esta y su estado.

     —Barry... quédate conmigo —pidió con voz quebrada la morena—. No te atrevas a dejarnos.

Una vez Caitlin comenzó a hacerse cargo de Barry, Jade se vió obligada a esperar fuera de la enfermería. Aparentemente estaba colocando nerviosa a la doctora y no estaba siendo de mucha ayuda.

Joe, Iris, Sophie y su madre no habían tardado en llegar. Era acertado que todos vieron las noticias en vivo, en dónde se encargaron junto a Zoom de destruir la imagen de Flash y Barry, por lo que, claramente estaban preocupados por este último.

Desde ese momento, hasta el actual, Jade no tenía ni idea de cuanto había transcurrido. Su atención estaba solo en Barry desde el momento en que Caitlin logró estabilizarlo.

Discusiones y casi peleas ocurrieron a su alrededor, al igual que confesiones, pero no prestó atención a ninguna de ellas.

Estaba segura de que su estado era visiblemente deplorable, y de que su maquillaje estaba fuera de los lugares en dónde debía estar debido al llanto, pero le daba igual.

Sus manos sostenían una de las extremidades distales de Barry. Se encontraba sentada en una silla al lado de la camilla en dónde su novio descansaba. Su cuerpo se encontraba inclinado en dirección a él, con los codos apoyados en la camilla, mientras imploraba porque despertara pronto, de lo contrario perdería la cabeza y toda su sanidad se iría al demonio.

No planeaba moverse de ahí hasta que le viera abrir los párpados dejando entrever sus ojos. Cosa que por suerte comenzó a suceder con el pasar de los minutos.

     —Creo que está despertando —indicó Cisco.

Jade alzó su mirada centrándose en Barry. A su lado podía sentir la presencia de su madre, y la de Sophie, mientras el resto se encontraba regado por la habitación.

     —Barry —llamó Sophie, esperanzada de ver a su mejor amigo despertar.

     Jade le atrajo más cerca del velocista sabiendo cuán preocupada se encontraba su hermana por él.

     —Hola —murmuró con voz ronca, sin centrar su mirada nublada en un lugar en específico.

     Jade soltó un suspiro de alivio, mientras le dejaba un beso en el dorso de la mano del velocista, la cual sostenía entre las suyas. Decir que estaba aliviada era poco.

     —Nos asustaste mucho —mencionó Cisco—. Estuviste mucho tiempo inconsciente.

La mirada de Barry finalmente logró enfocarse, y a quien primero se esmeró en encontrar fue a Jade, no tardando en lograrlo.

     —Lo siento —murmuró.

     —No digas lo siento —negó ella, sonriéndole levemente.

     Barry le devolvió aquella sonrisa en un pequeño alzamiento de la comisura de sus labios y dió un suave apretón en la mano de su novia. Sabía que Jade aún estaba intentando procesar la situación. Y es que desde que se incorporó al equipo, ella nunca había presenciado una paliza como la que le acababan de dar.

     —¿Qué tan mal? —cuestionó desviando su mirada hasta Caitlin.

     La doctora le dió una sonrisa débil.

     —Mal. Si no sanaras rápido estaría preocupada —sinceró.

     —¿Y Linda cómo está? —cuestionó.

     Jade sonrió débilmente, comprobando que efectivamente Barry era un héroe al pie de la letra. Acababa de despertar, luego de que le hubieran roto la espalda y aún así se preocupaba por verificar el estado y sanidad de alguien más.

     —Está bien —respondió Cisco—. Se está quedando con unos amigos en Coast City.

     —¿Y Zoom?

     Barry pudo sentir como su novia se tensaba ante la mención del responsable de su estado.

     —Él no es relevante ahora —musitó la morena con voz gélida e inexpresiva.

     —Nos preocuparemos de Zoom cuando estés recuperado —comentó Cisco dándole una palmada en la pierna.

     Ante tal movimiento por parte del ingeniero, Barry frunció el ceño con preocupación, e intentó enderezar su postura.

     —No, no, no. Debes descansar —le recordó Jade.

     —Debes quedarte en cama —aclaró Caitlin.

     —Sí, en serio, amigo. Te patearon el trasero —intentó bromear Cisco.

     Barry se mantuvo en silencio, mientras intentaba tocar sus propias piernas, cosa que llamó la atención de Jade, notando el raro actuar de su novio.

     —Barry... —murmuró su nombre.

     La mirada del velocista se centró en ella por unos segundos para luego darle una mirada a todos en la habitación y volver a centrarse en ella.

     —No puedo sentir mis piernas —informó finalmente, con preocupación.













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HI THERE

pobre Barry, si no es
una cosa es otra JAJDJS😔

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© 2O23 | PRFCTGUSTIN

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publicado: 10/09/2023
editado: 00/00/0000

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