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Taehyung se estiraba sobre la gran cama para quitarse la pereza de su cuerpo. El mismo dolía—no tanto—pero si de forma exquisita.

Recordaba la madrugada con el empresario y se sonrojaba como niño, parte de él aún se sentía avergonzado por haberlo llamado en plena madrugada y completamente ebrio, más encima, siendo demandate con el mayor. Pero muy en su interior, no se arrepentía.

Con cuidado, tomaba su teléfono y veía los mensajes de sus amigos pidiendo más explicaciones y detalles, pero los ignoraba con una sonrisa tonta dibujada en su rostro. Lentamente tomaba la muda que estaba doblada a la punta de la cama, tenía olor a perfume de ropa, pero él lo denominaba como olor a SeokJin.

Ya vestido y arreglado, gracias al baño privado que el empresario tenía en su habitación, se dirigía a la cocina y sala de estar donde encontraba a un SeokJin muy doméstico, haciendo el desayuno.

Se lo veía preparar unos huevos con tocino y café con leche, muy encimismado en su que hacer, tarareando quién sabe que canción. La tv de la sala tenía a MTV reproduciendo los mejores hits del 2000 a un volumen considerado para él—quien supuestamente debería estar durmiendo—y para que tampoco aturdiera en la sala y cocina.

"Hmmp", carraspeaba su garganta para llamar la atención del mayor. Éste giraba con una dulce "o" formada en sus labios carnosos, estaba con ropa cómoda y el cabello apenas enmarañado.

Los muy tortolos se sonreían al mismo tiempo, Taehyung no sabía muy bien que decir aparte de "Buenos días".

Taeexclamaba el mayor con voz dulce y colocando el tocino en cada plato—, ¿Dormiste bien? —preguntaba sin intimidar al universitario con su mirada ya que, se encontraba poniendo los platos en la enorme isla del centro.

—Dejame ayudarte, Hyung —decía moviéndose en dirección a las tostadas.

—No es necesario —la mano del mayor se posaba sobre la suya—. Siéntate ¿Quieres leche en el café o prefieres un té? —preguntaba inseguro.

Taehyung reía embobado.

—Café, Hyung —afirmaba con una sonrisita dulce y sonora—, solo que a la mañana me gusta ligero y con más leche que café.

SeokJin lo señalaba y exclamaba—. A la orden, jovencito.

Otra dulce y sorprendida carcajada que era música para los tímpanos del empresario. Rápidamente, se encontraba con todo listo y se sentaba frente al azabache para poder contemplarlo. Mentiría el universitario si negara los nervios recorriendo toda su anatomía.

Estaba recibiendo toda la atención del mayor sobre él y, este solo intercalaba para comer y mirar su plato.

—¿Te gusta? —preguntaba SeokJin mientras observaba como el universitario formaba un adorable puchero al masticar.

Éste asentía frenéticamente como niño pequeño—. Hyung es bueno en la cocina.

SeokJin carcajeaba adorablemente.

—Solo son huevos revueltos, pero cuando quieras puedo cocinarte algo más elaborado, solo para tí —soltaba y miraba fijamente al más jóven—, eso si...deseas seguir viéndome.

La voz de SeokJin era débil, si bien había quedado más o menos clara su situación, de todas formas deseaba hablarlo de nuevo. Quería ser lo más claro y honesto posible con aquel bonito chico.

—Hyung —Taehyung tomaba café y aclaraba su garganta—, realmente, realmente lamento haberte llamado tan ebrio y pedir explicaciones que no son de mi incumbencia, yo solo–...

—Deja de disculparte —soltaba dulce—. Eso habla muy bien de tí, me gusta —afirmaba mirando fijo a los ojos marrones del contrario—, me gustas.

Taehyung tragaba el nudo en su garganta ¿Estaba soñando?, no claro que no. SeokJin era tan directo que se sentía algo desorientado por querer seguirle el ritmo.

—Tambien me gustas, Hyung —decía tímidamente «Si supieras, me vuelves loco»— Supongo que por eso no pude controlarme —exclamaba jugando con la comida.

—Bueno, ir por tí resultó ser una excelente idea —respondía levantando sus cejas de forma sugerente.

Otra sonrisa tonta que se le escapaba al universitario, cruzaba lo divertido con lo tierno.

—¿En serio no es real tu relación? —preguntaba más serio y preocupado.

Recordaba aquellas fotos que Minho le había mostrado y ellos se veían realmente enamorados.

—Depende como definas real. Solo Jennie, su novio y yo lo sabemos —respondía relajado—. Bueno, ahora también tú

—¿Ella tiene novio hace mucho o es reciente? —preguntaba curioso.

—Jongin es un amigo nuestro, desde que éramos adolescentes por ir a la misma escuela —relataba tranquilo y confíado—, él siempre estuvo interesado en Jennie

—¿Y ella? —preguntaba dubitativo.

SeokJin sonreía de lado y negaba divertido.

—Al principio existía una atracción, pero ella... —chasqueaba su lengua—, ella estuvo mucho tiempo enamorada de mí.

Miraba su taza de café con algo de congoja y Taehyung sentía un nudo en la boca de su estómago.

—¿Aún lo está? —preguntaba bajito.

SeokJin observaba la inseguridad en su voz y le sorprendía.

—No, ella desistió cuando le confesé que era homosexual —reía timido—, le llevó su tiempo, pero ya no siente ese tipo de amor hacía mi.

Se encogía de hombros despreocupado, pero Taehyung recordaba la sonrisa de la chica linda en la foto y, esa misma aún no superaba su enamoramiento.

—¿Tú nunca...? —movía sus manos nervioso—, ¿jamás sentiste...?

—Oh, no —soltaba sorprendido—. La amo —respondía sin tapujos y notaba como el menor abría su boca sorprendido y se tensaba levemente en su silla—, pero como hermana —Taehyung suspiraba—, verás, en mi familia somos mi hermano, mi madre, mi padre —decía con tono reseco—, y yo. Al ser el mayor, claramente habían preparado mi matrimonio para que el apellido perdurará, al igual que con Jennie. Nuestros padres son "amigos" —hacía énfasis en la palabra—, por lo tanto, nuestro matrimonio es su seguro.

Taehyung asentia y añadía tímidamente—. Si me permites expresar mi opinión...

—Por favor

—Eso es muy triste —soltaba con timidez.

SeokJin largaba una sonrisa vacía, teniendo lástima por él mismo.

—Lo es, pero Jennie podría perder todo. Es hija única y su padre no dudaría un segundo en desheredarla. Mi madre confía en mí y, mi hermano... —hacía una mueca chistosa—, mientras yo viva Beomgyu hará lo que se le dé la regalada gana porque es un persona increíble y si él quiere ser instructor de baile, lo hará y mi padre no podrá impedirlo —exclamaba sonriendo.

Taehyung le devolvía la sonrisa, pero joder que aquella respuesta le había estrujado su corazón dentro de su pecho.

—¿Y que quieres o querías tú? —preguntaba sorprendiendo al mayor. 

Éste sonreía tranquilo y tocaba su mentón en una mueca divertida y un rostro pensativo.

—Profesor de lengua y literatura —sonreía—, pero no estaba en lo planes de mi padre tener a su hijo mayor como profesor

—¿Pero podrías, cierto? —el chico parecía querer alentarlo.

—Estaba metido en la carrera luego de recibirme en lo que mi padre quería, pero se había enterado y bueno me obligó a dejarlo para concentrarme en la empresa.

Ahora sí Taehyung dejaba ver un puchero.

—¿En algún momento hiciste algo pensando solo en tí? —preguntaba con dulzura.

SeokJin suspiraba, tomaba su último sorbo de café y se levantaba para dirigirse a dónde Taehyung se encontraba sentado. Inmediatamente el más joven giraba apenas su cuerpo para corresponde a su presencia.

—Actualmente, verte... —decía acariciando la mejilla contraria—, es lo que hago para complacerme, pero si no quieres enredarte conmigo —quitaba su mano dejando a Taehyung con una sensación de abandono—, lo entenderé.

De inmediato negaba y tomaba nuevamente la mano del mayor para colocarla en su rostro y acurrucarse descaradamente al tacto tibio de aquella suave palma.

—Si quiero —ronroneaba bajito con ojos cerrados y moviendo su cabeza como gato mimoso sobre la mano del empresario. SeokJin se derretía de la ternura y Taehyung finalmente abría sus ojos. Pero la mirada que le brindaba al mayor, estaba muy lejos de ser tierna y adorable. Era intensa y quemaba—. Quiero enredarme las veces que sea necesario contigo.

El calor de aquellas ocho palabras aterrizaba en su zona sur, mordía sus labios y aún seguía hipnotizado con la dualidad del muchacho. Con lentitud se acercaba a Taehyung quien lo esperaba ansiosos y depositaba un suave chupón atrapando su labio inferior y rozando apenas sus lenguas.

Se sentía, bien. Se sentía muy bien para ambos. Las manos del empresario tomaban a Taehyung de la nuca y las manos del menor se enrollaban en su angosta cintura. Luego separaban sus labios y se quedaban viendo unos segundos.

El deseo les recorría el cuerpo y sus ojos desbordaban lujuria.

—¿Nadie en tu familia sabe que eres gay? —preguntaba Taehyung rozando con su nariz la de SeokJin e intercalando con besos suaves depositados en su mentón.

—No, tampoco me interesa que lo sepan —susurraba disfrutando los besos dulces del menor—. Es mi vida

—¿Es por tu padre? —cuestionaba. SeokJin asentía—. ¿Es muy clásico, no?

—Yo diría retrogrado —respondía y ahora besaba el lunar que yacía en la punta de la nariz de Taehyung.

—¿Tu hermano tampoco? —insistía ahora besando el largo cuello del que Seokjin era dueño.

Éste entrecerraba sus ojos y mordía sus labios. Luego tomaba aire para responderle y no perder los estribos de tomarlo en aquella cocina.

—Él lo supo por medio de un bochornoso momento —respondía mientras suspiraba a causa de las miles de sensaciones que los besos de Taehyung le provocaban.

Éste se separaba con mirada curiosa—..¿Cómo lo supo?.

SeokJin reía relajándose—. Mis padres habían salido de vacaciones a Dubai por lo tanto... Beomgyu había quedado a mi cuidado, pero hubo un fin de semana donde se había ido con sus amigos —Taehyung lo oía sin dejar de acariciar la espada baja del empresario con sus largos dedos—, ese día había llevado a quien entonces era mi novio y nos había encontrado en la misma cama teniendo sexo

—¡Oh, por dios! —gritaba Taehyung alejandose un poco—. ¿Qué dijo?

—Que ya sospechaba, pero que de ahora en más yo pagaría sus citas con la psicóloga a causa del trauma generado.

Ambos comenzaban a reír y Seokjin se alejaba del abrazo ajeno, para reírse de forma estruendosa y ridícula, junto con unas palmadas.

—Tu risa es adorable —soltaba el más joven con una sonrisa cuadrada.

De inmediato el empresario se ponía serio.

—No seas irrespetuoso, sé que tengo una risa de limpia vidrios —lo señalaba con su dedo índice y provocaba a Taehyung a explotar en carcajadas divertidas.

Luego de unos segundos tapaba su boca adorablemente y negaba—. En serio Seokjin Hyung, me encanta tu risa.

El empresario asentia y apoyaba, de espalda a la isla, sus codos en la mesadas. Taehyung se ponía de pie y volvía a abrazarlo a la altura de la cintura sin pudor.

SeokJin se había enrojecido apenas un poco ante la confianza ajena y, de inmediato peinaba el flequillo que caía en  la frente y rostro angelical de Taehyung.

—Eres adictivo —susurraba.

—¿Eso es bueno o malo? —preguntaba el más joven.

SeokJin suspiraba derrotado—. Es muy bueno, aunque no siempre podré corresponder cómo esta madrugada.

Taehyung asentia con un puchero y apretaba más su agarre—. Yo entiendo —aclaraba viendo directo a los ojos del mayor—. Seré lo que me pidas que sea.

De nuevo la voz grave y las palabras lo golpeaban duro. De inmediato se abalanzaba a la boca ajena por besos provocadores y jodidamente excitantes.

Otra vez, Taehyung caía en su brazos con una idea más clara sobre el papel que jugaría en la vida del empresario.

Feliz navidad atrasada y feliz año nuevo adelantado (ah lo decía en todos lados)

Con amor Niñita Nany 💜

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