[47]

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La vuelta a Corea había mantenido a SeokJin verdaderamente ocupado, sus dolores de cabeza habían amenazado con volver muy a menudo y la presencia de su padre se había hecho más recurrente debido a las pérdidas de su partido político.

Kim Hong Joong era una auténtica pesadilla.

Sin mencionar la insistencia que tenía en que el nuevo fotógrafo confirmará la pasantía que quería otorgarle. Habían pasado tres días desde que habían vuelto, TaeHyung había mencionado que la querría, pero faltaban cosas legales que firmar y tenían que hacerse rápido, para que su padre dejara de ser tan insoportable al respecto. YeonJun podría mover algunas cosas para que el comienzo de la misma sea luego de la pequeña semana que deseaba tener con SeokJin.

Otro motivo por el cual, el castaño se encontraba demasiado ocupado, encargándose de aquello que YeonJun había podido adelantar y así sucesivamente, en ocasiones había evitado a su padre con sumo éxito o se le había escapado justo a tiempo, antes de que friera su cerebro con su propia insatisfacción porque, siempre podría encontrar alguna falencia en el trabajo o desempeño de SeokJin, solo porque podía y quería.

Como el castaño le había dicho a su madre: Él descargaba toda su frustración en SeokJin. Y por muchos años, este se lo había permitido, pero extrañamente, ya no estaba tan a gusto de ser la bolsa de boxeo de su padre. Justo cuando había querido comunicarse con TaeHyung aquel mediodía para desearle una buena experiencia en su exposición, su padre había irrumpido en su oficina.

— ¡¿Quince días libres?! —Hong Joong no golpeaba la puerta, no necesitaba anunciarse con Choi, él solo entraba.

SeokJin apretaba sus dientes, dejaba su teléfono de lado y se ponía de pie para recibir a su padre.

—Buenas tardes para tí también, padre —exclamaba, inclinándose y luego volvía a tomar asiento.

Hong Joong era una tormenta de resoplidos y furia.

— ¿Por qué carajos el CEO de Kim Enterprises se va a tomar quince malditos días? —susurraba, desabotonando su saco color gris marfil y tomando asiento con una mirada casi asesina.

SeokJin suspiraba.

— ¿Tengo que pedirte permiso para tomarme dos semanas de descanso? —preguntaba con calma—. Joder, creí que tenía más de treinta y ya no necesitaba hacer eso. Qué loco.

Kim mayor apretaba sus dientes y sus fosas nasales se expandían.

—Hay negocios, tratos y reuniones pendientes, SeokJin —mencionaba.

El castaño alzaba sus cejas—. Adelanté unos pares y retrasé otros que no tienen carácter de urgente —respondía con esa voz neutra que, dejaba ver el hombre serio de negocios que era—. Pero si mi descanso te molesta, puedes tomar las riendas de tu empresa cuando te plazca —exclamaba con total naturalidad.

No sería la primera vez que SeokJin hacía alusión de algo así a su padre. El Kim mayor podría quejarse y tirar sus frustraciones sobre su hijo, pero sabía debajo de toda su vanidad y mal carácter que, SeokJin era un hombre de negocios y pese a que nunca le dijo ninguna frase amorosa o algo tan simple como "Estoy orgulloso de ti", todos, incluido él, sabían de lo que SeokJin era capaz y muy en el fondo de su mal humor, a veces se preguntaba si hubiera logrado por su cuenta todo lo que SeokJin había logrado.

Ciertamente su propio ego, no lo hacía revolcarse mucho en esa respuesta, porque sabía que SeokJin tenía cierto tacto a la hora de los negocios del que él carecía. Y a estas instancias, sabía a la perfección de que este puesto no era el deseo de su primogénito, pero jamás lo había escuchado decir con tanta seguridad  y calma que, podría cederle de nuevo el puesto.

— ¿Qué se supone que vas a hacer con quince días libres cuando tu esposa no se los tomo? —cuestionaba seriamente.

SeokJin le devolvía la mirada fija, al parecer su padre nunca dejaría esta cosa de meterse bajo su alfombra cuando pudiera. Hacía tiempo ya no lo hacía, no luego de haberlo hecho renunciar a terminar su carrera y como SeokJin había hecho nuevamente lo que él quería, su padre había dejado de jugar al investigador. Ahora trataba de no removerse en su asiento mientras los fríos ojos marrones de su padre parecían estudiar cada movimiento o el mínimo músculo que pudiera llegar a crisparse en su rostro.

—Necesito un maldito respiro. Estoy cansado y mentalmente agotado, Jennie no desea venir conmigo, tiene sus propias cosas de las que ocuparse —respondía con su voz hecha casi un susurro, eso se debía a que estaba intentando controlar su furia—. Hice lo de Japón y ahora solo quiero desaparecer del maldito mapa por mi cuenta —hasta ese entonces, SeokJin estaba apoyado sobre su silla, por lo que se erguía y apoyaba sus codos sobre su escritorio—. ¿Jugando el detective de nuevo?

Kim Hong Joong soltaba una risa seca y sin gracia—. Me preocupa el bienestar de mi empresa

—Hay gente debajo de mi autorizada y totalmente capaz de hacerla funcionar mientras no estoy —mencionaba más calmado—, pero si quieres volver al trono, hazlo. Eso sí, no me dejes con ningún gato muerto bajo la alfombra cuando regrese.

El mayor de los Kim entrecerraba sus ojos y apretaba sus dientes.

—Estaré aquí más a menudo de todas formas y por supuesto, todo ser humano necesita un descanso —exclamaba.

Sin embargo había sonado tan frío y calculador que, SeokJin se veía en la necesidad de tragar saliva y pasar el nudo en su garganta. A veces Hong Joong, tenía el poder de intimidarlo, pero hablando mal y pronto, ahora sí tenía un secreto sucio que podría poner su mundo de cabeza.

Aunque su relación con TaeHyung no tenía nada de sucio y no era exactamente un secreto para sus seres amados. Se había preguntado mucho tiempo que pasaría si dejara caer la máscara y simplemente siguiera a su corazón. Sería algo genial, perfecto.

Pero luego recordaba lo expuesto que estaba en su propio país y lo muy reconocido que era para su mala suerte, cosa que solo arruinaría la poca calma que tenían él y los suyos. Suspiraba, tronaba su cuello y se reclinaba sobre su silla.

—Choi ya se ocupó de todas mis citas pendientes, no vayas a arruinar nada. Gente de confianza fue la removida en mi agenda. Deberías saber ya que, no hago, ni dejo nada a la ligera y deriva —mencionaba con calma.

Kim Hong Joong daba esa sonrisa de de culo engreído.

— ¿El chico fotógrafo aceptó la pasantía? —preguntaba, camino al minibar de SeokJin.

El castaño suspiraba y apretaba sus dientes—. Es muy probable que lo haga, tiene que ver cómo encaja con su tiempo personal. Tengo entendido que tiene muchos trabajos de medio tiempo, me encargaré de él cuando vuelva de mis vacaciones.

Hong Joong tomaba un sorbo de whisky, giraba y luego asentía—. Puedo hacerme cargo de eso y que comience cuanto antes.

SeokJin sentía que su pecho se aceleraba, pero como si fuera por arte de magia, siempre tendría una respuesta para su padre. Con total calma—algo fingida—se ponía de pie.

—El chico ya acomodó su horario para sus diferentes trabajos en este receso de quince días. También está su carrera de por medio a medio acabar, ya hablé con él... Te dije que lo tengo solucionado —mencionaba suspirando, llegando a dónde su padre se encontraba—. Si crees que tengo algún clavo suelto en la empresa, te equivocas. Me voy quince días, pero tengo todo bajo control —afirmaba, sirviéndose un vaso de whisky para él mismo.

Su padre lo miraba unos segundos, casi que estudiaba su porte como de costumbre y SeokJin sabía muy bien cómo mantenerse neutro ante esos ojos asesinos, buscando cualqiier hueco o rotura en su armadura para meter su dedo allí, luego presionar y presionar hasta sacarlo de sus casillas. Pero cuando veía que su padre asentía sin preocupaciones, SeokJin exhalaba.

—De todas formas estaré dando vueltas por aquí —afirmaba su padre.

—Estás en todo tu derecho —mencionaba, encogiéndose de hombros.

En otra ocasión, quizás, lo hubiera puesto más nervioso dejar a su padre a cargo nuevamente, pero ahora... SeokJin simplemente se encontraba con su cabeza ya fuera de este lugar y más concentrado en esos quince días con TaeHyung.

Por primera vez la empresa y el resto no eran su prioridad, sino el chico al que amaba y su propia felicidad.

TaeHyung se encontraba muy bien vestido para la exposición que harían con su último proyecto. Una de sus tomas había sido la seleccionada para ser de las mejores del proyecto y la principal de la exposición en cuestión. Había estado esperando un mensajes de SeokJin que, se había tardado en llegar, pero lo había hecho y luego de eso, se había encontrado más ligero y relajado.

Aún no le había mencionado al empresario que la foto que le había tomado frente al ventanal del hotel en Tokyo, había sido el elegido como el protagonista principal de su exposición. Se lo diría luego.

Esa tarde, sus amigos y padres irían a verlo. Hacía tiempo que sus progenitores no se tomaban el rato libre para cosas extracurriculares, fuera de la librería. Pero consideraban que esta era una buena ocasión. Así que TaeHyung, estaba feliz de saber que vendrían a verlo y de hecho ya se encontraban llegando a él con una sonrisa orgullosa en su rostro.

TaeHyung no recordaba la última vez que los había visto fuera del escenario de la librería. Trabajaban mucho y no vivir con ellos ya, lo hacía verlos poco y nada, cuando lograba tener el tiempo de cubrir un turno con ellos. El azabache sabría que habría un trabajo al que debía de renunciar si planeaba aceptar la pasantía de Kim Enterprises que, dejando de lado que SeokJin se encontraba tras esto y era su mayor incentivo para aceptar, era algo muy bueno para su futuro el día de mañana. Todo sumaba y esta oportunidad también lo hacía, por lo que dejar "Sweet Dreams made by Sweet Voices" era la decisión correcta.

Cuando la semana finalizará, TaeHyung no solo pediría unas vacaciones en la cafetería, sino que renunciaría al call center de llamadas sucias e ingresos que, le daban una suma que le ayudaba mucho. Pero había prioridades y ese trabajo ya no entraba en ellas, aunque siempre estaría agradecido, porque sin ese empleo no estaría donde se encontraba ahora. Una ironía, pero una verdad segura.

— ¡Hijo mío! —su madre, Mi-suk se acercaba a él con brazos extendidos—. ¿Llegamos tarde? —preguntaba, besando a TaeHyung en la cabeza como si aún tuviera nueve años.

—Para nada, omma —mencionaba el chico con su sonrisa rectangular tan bonita.

—Entonces ¿dónde está la obra maestra y el centro de la exposición? —preguntaba su padre, Kim Dak-ho.

TaeHyung reía tímido—. Vengan, la exposición tiene un orden —mencionaba, guiando a sus padres por la galería que habían alquilado para el momento especial.

TaeHyung no recordaba que su madre hablara tanto y su padre hiciera tantos chistes típicos de papá, unos muy malos por cierto, pero que hacían reír a su audiencia. Cuando finalmente llegaban a la fotografía principal, el centro de la exposición, sus padres volvían a halagar su trabajo. Siempre orgullosos de TaeHyung, ellos siempre estarían a favor de lo que el azabache quisiera hacer con su vida.

Si él quería el día de mañana irse por el mundo para fotografiar pajaros, ellos estarían de acuerdo, siempre y cuando la decisión tomada por TaeHyung le hiciera feliz. Ellos querían a su hijo feliz y cualquier cosa que funcionara para él, funcionaba para ellos también. Justo en ese entonces, su padre había atendido un llamado y su madre había enroscado su brazo alrededor del suyo.

TaeHyung miraba la fotografía de SeokJin recordando, con suma ansiedad que lo tendría quince días para él solo y eso, lograba acelerar su corazón de inmediato. Estaba tan metido en sus cabeza y en la fotografía que, no notaba como su madre lo miraba atentamente.

— ¿Cuál es la historia detrás de esta fotografía? —preguntaba con dulzura y él conocía muy buen ese tono peculiar.

Por un momento, había olvidado que le había dicho a sus padres las historias detrás de cada toma que había hecho para este concepto dado y ahora su cerebro entraba en corto circuito pensando en que decirles. A diferencia de SeokJin, TaeHyung nunca había sido bueno mintiendo a sus padres y muy rara vez se había visto envuelto en una situación que necesitará de aquello.

—Te he visto muy sonriente este último mes... ¿El hombre en esa fotografía tiene algo que ver? —preguntaba casi susurrando.

TaeHyung sentía que su rostro se enrojecia y el calor le abordaba. Relamiendo sus labios reía nervioso, miraba a su madre y... Joder, estaba tan enamorado que ni siquiera podía negarlo para evitar la lluvia de preguntas que vendrían de su madre luego. Así que la veía a los ojos y le sonreía con estos llenos de brillos y su corazón latiendo como un loco desquiciado.

Su madre acariciaba su rostro y le sonreía tan dulcemente que, miraba la foto y a TaeHyung con una sonrisa dulce.

—Se ve guapo —decía con sorna, ya que la foto de SeokJin solo era su sombra frente al gran ventanal—. Ya me cae bien

— ¿Por una simple foto? —se mofaba el chico, agradecido de que no lo bombardeara de inmediato con preguntas.

—Pues está leyendo un libro y eso solo lo hace la gente intelectual —mencionaba alzando su mentón—. Esperaré a que lo traigas a casa.

Y ahí estaba el balde de agua fría que lo traía a su extraña realidad. Su relación era perfecta, llena de amor... Pero era un secreto para sus allegados y eso era un extraño sabor amargo que, solo dos de sus amigos supieran al respecto, pero no sus padres.

TaeHyung suspiraba disimulando, regalaba una sonrisa forzada, asentía y dejaba pasar el malestar en su pecho.

No siempre se podía tener todo en la vida ¿no?.


H

olitas!!!
Hemos llegado y como anuncié en mi tablero, regalaré una ronda de actualización que acaba de comenzar con EROTOFONOFILIA y luego me quedaré aquí ya que, llegó el momento de soltar este bebé que fue estrenado el 3 de octubre del 2019 y pese a que no está rellenado con cosas sin sentido, alargarlo de más como siempre digo, no sería necesario, aparte tiene más de 20k de votos siendo que está proceso y con menos de 60 caps una gran logro para mí 😭.

Vayan preparándose mentalmente para despedir uno de mis bebés más exitosos y amados, EROTOFONOFILIA.

Rueda de actualización
EROTOFONOFILIA ✅ 06/09
ANATEMA ❎ Next
HOLA, SOY VANTE ❎
UPSIDA ❎
ILLECEBRA ❎
¿Y SI DIGO QUE NO? ❎
MISERABLE LOVE (se acaba de unir a la ronda, aunque ya di el primer cap)

Con amor Niñita NanyKoo ✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro