Capítulo 18

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— Señor Suga, Killer Ddochi está llegando. — Le avisaba uno de los Cocodrilos a Yoongi mientras este terminaba de hacer el recuento de las armas recibidas esa mañana. Sin entender muy bien el nombre dado, Min lo miró pidiendo una tácita explicación.

— ¿Quién se supone que es Killer Ddochi?

— Ah... — El hombre rio muy levemente, recomponiéndose en cuanto vio que su jefe no tenía la menor intención de sonreír.— El señor Park. Alguno de nuestros hombres comenzaron a decir que era demasiado atractivo, que por momentos se veía dulce como un cachorrillo, pero luego uno dijo que en todo caso sería un cachorro asesino y por eso en broma algunos hombres lo llaman Killer Ddochi, cachorro asesino. Perdone, señor, no volveré a llamarlo así.

A Min realmente no le interesaba como sus hombres los llamaban, algún tipo de diversión necesitaban cuando habían estado los últimos días en total alerta sin poder casi ir al baño desde que Jungkook simplemente desapareció, había dicho que no estaría y no lo molestaran, eso fue todo. Asintiendo y agradeciendo por la información, Yoongi dispensó al sujeto que rápidamente abandonó el lugar. ¿Killer Ddochi? Yoongi no creía que ese fuera un buen alias para Jimin, Ddochi solo sonaba mejor, algo inesperado.

Solo segundos bastaron para que el rubio recién llegado hiciera acto de presencia, evidentemente había estado con su moto por algún sitio. El ajuar de motorista o lo que quedaba de él así se lo dejaba ver. Casco en una mano, una simple enguatada de algodón negra y el mono de cuero solo como pantalón porque la parte superior estaba amarrada a su cintura. El único problema para Suga es que últimamente, Jimin salía demasiado para su gusto.

— ¿Dónde estabas? — Indagó el mayor apartando la vista de Jimin.

Deteniendo todo su andar, Jimin peinó su desaliñado cabello a causa del casco con sus dedos mientras miraba a Suga con el ceño arrugado. — ¿Desde cuándo debo darte explicaciones a ti de a dónde, cuándo o cómo me muevo? — Inquirió viendo como Yoongi ladeaba su cuello y, si algo sabía Jimin, es que ese era un movimiento que hacía cada vez que iba a disparar, por lo que sin pensarlo, él también sacó su pistola. — ¿Qué mierda haces?

— Eso quisiera preguntarte yo a ti, Ddochi... — Ante el apodo Jimin hizo una mueca, pero ese era el menor de los problemas en ese instante. — ¿Qué mierda estás haciendo últimamente que por alguna razón me tiene tan desconfiado? — Utilizando el pulgar de su mano izquierda frotó su nariz, caminando en dirección del rubio con el que se apuntaba mutuamente.

— No tengo que darte parte de mis movimientos, Suga, no soy uno de tus hombres, pareja o socio, coexistimos juntos como aliados, eso es todo y perdona si no le comento cada uno de mis pasos a la persona que fue capaz de vender al hombre que amaba y a su mejor amigo solo por egoísmo y beneficio propio. — Con su mandíbula tensada y una extraña punzada de culpa que hasta día de hoy seguía viviente a pesar de que todos hubiesen hablado, aclarado y dejado todo atrás hacía varios años, Min Yoongi descendió su arma logrando que el menor se relajara tenuemente.

— Hace bastante calor, deberías dejar de usar cosas con mangas largas a toda hora sin importar la hora o el día, tu piel necesita respirar. -- Fue todo lo que dijo antes de desviar la mirada.

— S-Suga... — Jimin se acercó para hablarle, pero el contrario simplemente se alejó. — Lo siento, no debí sacar a relucir eso cuando todos aquí hemos cometido errores, simplemente me molestaste y ya sabes como somos las personas, hacemos cosas irracionales guiados por nuestras emociones. — No obtuvo respuesta alguna de parte de Yoongi. — ¿Sabes cuándo el Liquidador regresará o cómo podría hablar con él?

— Sabes que es imposible comunicarte con el Liquidador si él así no lo quiere. Si tienes algo que decirle en estos momentos, deberías decirle a tu pareja que se comunique con él o tal vez a sus padres. Younghee ha estado en el sótano entrenando toda la mañana junto a Hobi. — Jimin asintió en respuesta, mirando una vez más a su alrededor.

— ¿Y Jin? — Frunciendo el ceño, Yoongi lo miró nuevamente, estudiándolo.

— Fue a ver a su hijo, no está en Corea del Sur en estos momentos. — Fue todo lo que dijo terminando de hacer el recuento que había dejado pausado. — Mandaré a que lleven esto a los almacenes. — Musitó golpeando el brazo izquierdo de Jimin, ignorando la mueca de dolor que este realizó procurando alejarse. — Dile a Namjoon que lo necesito.

— ¿Está adentro?

— Estuvo peleando con la señora Jeon y Hoseok hasta hace unos minutos, así que debe estar en la habitación. Recuerden que mañana nos mudamos, cada uno por separado. Estar todos juntos puede ser una desventaja en este momento, fue la orden del Liquidador antes de irse.

En silencio y haciendo una mueca de dolor, Jimin vio al líder de Los Cocodrilos alejarse. El dolor en su brazo lo estaba matando y el cansancio en su cuerpo no ayudaba en nada. Buscando apoyo en la pared en la cual se recostó, terminó volviendo a guardar su arma para luego incorporarse y dirigirse a la habitación compartida con el Pirómano.

— Esta es una bienvenida agradable. — Mencionó viendo a Namjoon envuelto en una toalla con su torso superior aún húmedo mientras secaba su cabeza con excesiva fuerza ayudado de otra toalla. — No te me arranques el cuero cabelludo, por favor. Me gusta tirar de tu cabello cada vez que tengo la oportunidad. — Sonrió acercándose al mayor que le regalaba una tranquila sonrisa.

— Ya estás de regreso, más pronto de lo que imaginé. — Mencionó abriendo sus brazos para darle la bienvenida. — ¿Cómo te fue, lograste resolver algo? — Convirtiendo sus labios en una fina línea Jimin negó dejándose perder en ese abrazo tan reconfortante, inclinando su cabeza para reclamar su beso. — ¿Duele mucho? — Indagó viendo como sin decirlo el menor se removía procurando que su brazo izquierdo no fuera rozado. — Vamos a verte eso, necesitamos curarte.

— ¿Quizás después de un recibimiento un poco más digno? — Sonrió elevando su mano derecha para perderla en los húmedos cabellos castaños para tirar de ellos hasta que sus labios chocaran con fuerza. — Necesito terminar de cansarme para tomar una ducha y dormir. — Musitaba sobre sus labios algo risueño.

La toalla que rodeaba la cintura de Namjoon cayó al suelo por su falta de uso. El traje de motorista que el ex agente llevaba también dejó de interponerse gracias a la ayuda que las manos del pirómano brindaron. Entre besos caminaros hacia la cama, dejándose caer sin brusquedad. Descender por el cuerpo desnudo de Kim mientras colocaba besos aquí y allá siempre fue una de las actividades preferidas de Jimin en la intimidad, mucho más cuando la frescura de un reciente baño todavía perduraba.

Sus manos acariciaban sus macizos brazos, su abdomen, sus muslos, todo aquello que podían alcanzar y ayudaban a maximizar las sensaciones del encuentro. Él no se había quitado todavía el suéter que llevaba, pero no era necesario. Elevando sus ojos se encontró con la mirada de aquel hombre que una vez para él no fue nada más que un mugre delincuente y que ahora amaba tanto. Gracioso, él también se había convertido en aquello que tanto detestaba y nunca antes se había sentido más pleno, completo y orgulloso.

Cada vez que hacían algo que supuestamente era ilegal y malo, todo se sentía correcto. Hizo tantas cosas para su país que él se empeñaba en decirse que estaba bien porque ayudaba al pueblo, ser luego testigo de que esa ayuda era una mierda, toda una falsa porque no estaba ayudando realmente a nadie lo hacía tener asco de sí mismo. Ahí, cuando el dinero que le quitaban a los grandes políticos que influían en el país terminaba siendo repartido verdaderamente en su totalidad en causas que ayudaban a las personas el peso en sus hombros se iba.

Cuando al final de cada actividad no llegaba a su casa con un uniforme que lo arropaba durante todo el día, encendiendo un televisor para ver las mismas noticias de siempre en diferente orden, solo y con la compañía de algunas cervezas, se sentía vivo y con un propósito. Ahora, al finalizar cualquier trabajo, había unos cálidos brazos esperándolo, palabras verdaderas y cargadas de sentimiento por muy simple que fueran acariciaban su oído, una mirada como la que Namjoon le daba, no necesitaba mucho más. Lo tenían todo juntos, a ese hombre debía su lealtad y vida.

— Mierda, Jimin... — La voz del mayor salió rota, se acomodaba sobre uno de sus codos para observar al nombrado perdiendo la cabeza entre sus piernas. Alternaba entre su pene y su trasero. Era demasiado sensual y erótico ver esos labios rodear su erección, escuchar los obscenos sonidos que hacía cuando lo tragaba totalmente o en el momento que su lengua se incrustaba contra su anillo de carne, forzando la entrada sin limitarse. — Quiero besarte, pero soy capaz de incendiarte si te alejas de tu labor en este momento. — Ambos rieron levemente, pues la forma en que la mano de Namjoon que sostenía la cabeza del menor no le dio demasiado tiempo.

— Me vas a ahogar, abre más las piernas. — Logró decir Jimin unos minutos más tarde. — ¿Cuántas veces he dicho que amo tu trasero?

— ¿Mi plano trasero? No hay nada interesante ahí, hermoso el tuyo.

— A mí me fascina y es lo importante. Además, cuando me pierdo aquí... — Musitó incursionando dos dedos en su interior, viendo como el castaño cerraba los ojos y echaba la cabeza hacia atrás. — Soy testigo de las cosas más exquisitas que existen en este planeta, tus gemidos, la tensión de tu cuerpo, tus expresiones, esa jodida mirada que amenaza con incendiar el mundo, pero se aplaca bajo mis cuidados. No existe algo mejor.

Con ayuda de tres de sus dígitos algunos segundos más tarde, se deleitó preparándolo, utilizando su boca para no dejar su goteante pene desatendido. Solo cuando Namjoon estuvo lo suficientemente suelto para él, buscó incorporarse, buscando apoyo en su brazo derecho mientras dirigía su falo para penetrarlo no tan lentamente. Los dos cerraron sus ojos y el mayor se acercó para besarlo, instándolo a moverse. Cada penetración era aliada de los pensamientos de ambos, llegando hasta donde ellos querían sin fallar.

— Joder... — Esta maldición no salió de Jimin solo a causa del placer proporcionado por sus envites, cuando intentó pasar el peso de su cuerpo de un brazo al otro, no pudo, no tenía la suficiente fuerza para soportarlo en esos momentos. — C-Cambiemos... — Fue todo lo que logró decir, viendo la preocupación en los ojos de Namjoon. — Quiero venirme, Nam, así que será mejor que te apures.

El aludido acató su orden con una sonrisa, inclinándose para besarlo y dejarle saber que estaba ahí, juntos. Se tomó un poco de tiempo para preparar a Jimin, solo que al utilizar el lubricante que todavía estaba en su mesita al costado de la cama desde hacía dos noches ya, necesitaron menos preparación. Ambos estaban en búsqueda de sus orgasmos, fue por eso que no dieron vueltas innecesarias, fueron súbitamente en su exitosa búsqueda, jadeando entre besos cuando finalmente los encontraron.

— Jamás me cansaré de disfrutar de este trasero, es mío. — Espetó Namjoon apretándolo con firmeza.

— Oye, sigue siendo mío, es solo que te dejo usarlo a tu antojo porque nos beneficia a los dos. — Le corrigió Jimin en una burla, atrayéndolo para un nuevo beso.

— No estoy muy seguro de eso. — Dejó sus propios labios ser mordidos con fiereza por ese menor que llenaba de sentido su vida. — Vamos, tenemos que quitarte esto. — Tomando el borde de la tela de su suéter, Namjoon lo fue deslizando hacia arriba para ayudarlo a terminar de desvestirse. — Jimin...

— Lo sé.

Respondiendo esto, se levantó de la cama para caminar hacia el baño, dejando al Pirómano sentado en la cama preocupado mirando en su dirección. Abrió rápidamente la ducha y entró en ella sin siquiera esperar a que la temperatura de esta subiera. Las frías gotas golpearon su piel, pero pronto lo que se había convertido en su escudo estaba ahí, de pie junto a él, cubriendo el agua de la ducha con su cuerpo mientras loa presionaba entre la pared y sus brazos.

— Voltéate y mírame, Park. — Mencionó Namjoon serio, logrando que el contrario se girara para quedar frente a él, su espalda buscando ayuda en los fríos azulejos. — Tu brazo está completamente morado, como si fuese a reventarse en cualquier momento. Se está pudriendo, Jimin y necesitamos salvarlo, no puedes perderlo.

— No es momento.

— ¿Cuándo será el momento, cuando pierdas completamente tu brazo? — Preguntó molesto, pero sin elevar el tono de su voz, con sutileza para no hacerlo sentir peor.

— Los únicos que pueden ayudarme son los padres del Liquidador, pero yo no quiero pedírselo ahora, hasta que no sepamos qué es todo lo que está sucediendo con ese hombre que lucía como el agente Kim. Si ven esto, creerán que todavía sigo controlado por el gobierno.

— Jimin, todos saben que jugabas en los dos bandos, que estás ligado a ellos.

— Que estaba ligado, Namjoon. Desde el momento en que tú y yo intentamos de deshacernos de ese jodido chip en mi brazo, complicamos todo. Ahora el gobierno seguro estará al tanto de esto y me deja a mí en el medio de la cruzada porque dejo de ser importante para ambos bandos y me convierto en un objetivo porque soy un peligro. — Su voz no era tan baja, no lo admitía, pero a pesar de haber pasado por tanto, todavía tenía miedo. Toda esa situación lo aterraba.

— Eres mi hombre, Jimin, si yo soy necesario para esta organización, tú también por no te dejaré jamás de lado. Además, eres más que un jodido agente, no solo eres útil haciendo inteligencia en campo enemigo. Como todos los aquí reunidos eres bueno en muchísimas cosas, peligroso, leal y jodidamente inteligente. — Musitó acercándose para atrapar sus labios y guiarlos a un lánguido beso. — Hay que hacer algo pronto o de lo contrario ese veneno te hará perder el brazo y no sabemos si la vida también.

Con un suspiro Jimin asintió, apoyando su frente en el hombro de Namjoon mientras este se corría lo suficiente para que a él también lo alcanzara el agua de la ducha. Ya el mayor se había duchado, pero junto a él, se perdió en esa ducha sin dejarlo hacer movimiento alguno, bañándolo tranquilo al menos en apariencia.

Los planes de Park solo se centraban en una cosa, dormir después de ducharse, pero no fue posible. Adormilado, sintió la puerta de su habitación abrirse, primero creyó que sería Namjoon por lo que no abrió los ojos, pero no solo se escuchaban un par de pasos y esto le hizo incorporarse, encontrándose con Younghee y un Namjoon que en silencio le pedía perdón.

— Si este chip hubiese estado en tu cuerpo, hubieses muerto una hora después. — Comentó la señora Jeon mientras contemplaba su brazo. — Debemos operarte con urgencia y contamos con el riesgo de que tal vez se deba realizar una amputación.

— ¿Qué? No... — Se apresuró a decir Jimin, los ojos de Namjoon se cerraron por inercia luchando para que sus lágrimas no descendieran.

— Esta no es realmente mi área de desempeño, somos...

— Ustedes han sido entrenados para hacer absolutamente todo. — Espetó Namjoon interrumpiéndola.

— Sí, pero no somos cirujanos especializados. Podemos hacer todo en caso de emergencia, pero las probabilidades de éxito en campos en los cuales no nos especializamos disminuyen grandemente.

— ¡Esta es una emergencia! — Exclamó Namjoon preso del miedo.

— Nam. — Llamó Jimin serio. — Cálmate.

— Sinceramente, más que amputarte, es incluso probable que se te deba matar para aliviar tu dolor futuro. Este tipo de chips estaban presentes desde antes de que nosotros nos uniésemos a la NIS casi cuatro décadas atrás. Ustedes, al intentar retirar el chip sin haberlo identificado correctamente cometieron un grave error. — Comentó girando el brazo de Jimin. — El chip es para los desertores, los hacen explotar y matan en diferentes períodos de tiempo dependiendo del lugar en el que haya sido colocado. Al removerlo, explota liberando toxinas altamente tóxicas que se mezclan en tu sangre y músculos, básicamente es un envenenamiento.

— ¿Hay algo que se pueda hacer que no incluya matarme o cortarme el brazo? — Preguntó Jimin con una risa fingida producto de su nerviosismo.

— Deberíamos comenzar a drenarte lo antes posible, conseguir un donante de sangre compatible y remover correctamente el chip. No sé si tengamos un antídoto porque no he estudiado todavía sus compuestos, si no lo tenemos ya elaborado, nos tocará hacer uno que pueda luchar contra el veneno en tu sistema y eso podría tardar días, cosa que no estoy muy seguro tengas. — Musitó mirándolos a ambos, buscando el teléfono en su pantalón para llamar a su esposo. — Hablaré con Haneul y veremos qué podremos hacer, pero tenemos que movernos ya. Necesitamos mínimo dos donantes porque tendremos que drenarlo y transfundirle sangre para ganar tiempo.

— Yo podría... — Mencionó Namjoon, pero Younghee negó rápidamente.

— Necesitamos protección, no pueden haber tantos indisponibles en este momento, estoy seguro de que Jimin querrá sentirse protegido por ti. Además no sabemos si eres compatible.

— Soy O negativo, mi sangre es universal. — La señora Jeon negó con una sonrisa.

— Para las transfusiones de emergencia, la sangre de grupo sanguíneo tipo O negativo tiene el menor riesgo de causar reacciones graves para la mayoría de las personas que la reciben. Por este motivo, a veces se llama el tipo de sangre donante universal, pero no es algo cien por ciento infalible y no queremos correr riesgo. Nosotros nos encargaremos de todos y, si te logramos salvar Jimin, me gustaría saber exactamente cuál es tu papel en la agencia, porque el rango que supuestamente tenías, no es uno tan importante como para recibir este tipo de implantaciones. Tienes muchas cosas que aclarar. — Espetó viendo que Namjoon estaba completamente confundido mientras se dirigía a la salida de la habitación. — Prepárate, posiblemente en pocas horas comencemos.

— ¿A qué se refería con que tu rango entre de la agencia es muy diferente del que sabemos, Jimin? — Mordiendo sus labios, Jimin desvió la mirada, cerrando sus ojos con fuerza. — ¿Qué es lo que no sé? Supongo que es por esto que no querías que los Jeon te atendieran, porque sabrían lo de tu chip con solo mirarlo. — Al no recibir respuesta alguna, Namjoon dejó escapar un bufido confundido mientras frotaba su rostro con fuerza. — ¿Me has estado mintiendo todo este tiempo, Park?

— T-Te estaba protegiendo, por eso quería quitarme el chip, pero... — Las lágrimas cayeron y Namjoon negó.

— No, no me vengas con tus jodidas lágrimas de cocodrilo en estos momentos si en todo este tiempo no has tenido los cojones de ser completamente sincero conmigo. El resto me importa una mierda, pero conmigo, Park... — Namjoon no pudo terminar su frase, simplemente lo miró incrédulo y secó sus propias lágrimas para salir de la habitación. — Como intentes irte, yo mismo daré la orden de que te maten, así que mejor quédate en esa cama hasta que te atiendan, hablaremos después de eso.

— ¡Nam! — Exclamó cuando vio como el mayor le daba la espalda. — ¡Namjoon! — Gritó, pero eso no sirvió de nada, la puerta se cerró y él quedó completamente solo.

¿Cómo ha estado el Universo de Miris, UniMiri's? 🥰 ¿Ya vieron el MV de My Universe? Lo amé muchito🥺 Espero que no se me hayan aburrido en este capítulo, nos vemos pronto.
LORED

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