Capítulo 25

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Jungkook...

El dueño de aquel nombre por un momento había quedado en completo trance al escuchar de los labios del pelirrojo su nombre. Nada de Liquidador, Jungkook, justo como en su primer encuentro años atrás. La forma en que lo miró, como lo besó e intentó reclamarlo frente a su acompañante como si quisiese dejarle saber que era suyo gritaba Kim Taehyung por todos lados. Sus pies morían por seguirlo, pero no lo hizo. Permaneció en su lugar bajo la atenta mirada de Namjoon y Hyunjin intentando organizar sus pensamientos mientras en su pecho el corazón batallaba por salírsele.

Nadie lo llamaba así, nadie podía llamarlo así, pero su nombre no era un secreto para el mundo, bien podría haber recibido esa información. Esa podría ser una treta de Bogum para probarlo, confundirlo y hacerlo caer. Carecía de importancia lo bien y natural que se escuchó, lo mucho que sus vellos se erizaron. Maldición, era cierto que frente a Taehyung siempre bajaba la guardia y sus defensas. Algo en ese maldito agente lo embrujó desde el comienzo de sus tratos.

No obstante, si quería recuperarlo de verdad o llegar al fondo de todo eso, necesitaba concentrarse y mantener su corazón bajo control. Jungkook debía seguir invernando porque era el turno del Liquidador para reinar, tenía que ser así.

— Liquidador... — Llamó Namjoon al ver que este seguía sin intenciones de subirse al vehículo. — Liquidador.

— Ya sé, vámonos. — Fue lo único que respondió subiéndose nuevamente y quedando al lado de un rubio que mordía su labio con cierta molestia.

¿Qué había sido eso?

No había tanta información del Desquiciado como del Liquidador porque este último estuvo muchos años encabezando una de las organizaciones más importantes y peligrosas de Corea del Sur. Se supo que después de que salió de la cárcel años atrás estuvo acompañado de su pareja, el Desquiciado. Sin embargo, Hyunjin por aquel entonces era un adolescente, no se había unido a los Jebbies y desde que lo hizo, era muy poco lo que se revelaba de ellos dos. ¿Ese pelirrojo era la antigua pareja del Liquidador? ¿No había muerto? ¿Por qué el Liquidador le permitió acercarse a él de esa manera sin reaccionar y por qué parecía haberlo afectado tanto?

Competir con un fantasma era absurdo, no debía preocuparse por los muertos y tampoco quería pleitear por alguien que no le correspondía. Sí, le gustaba muchísimo y mentiría si dijera que no sintió deseos de descender del carro para apartarlo, pero era absurdo rebajarse a ese punto. ¿Para qué? Si en verdad le gustaba, quería o mínimo lo atraía, el propio Liquidador le daría un lugar. Quizás solo se estaba haciendo muy prontas ilusionas, tal vez ese encuentro no fuese importante y él estaba ahí, con su cabeza hecha un lío mientras observaba al Liquidador fruncir el ceño mirando por la ventana y luego tomar su teléfono. Su mirada se encontró con la del Pirómano a través del retrovisor y quiso ver algún ápice de calma, algo que le dijese "no te preocupes eso es algo sin importancia", pero nada de eso llegó.

— ¿Siguen en pie los planes para esta noche? — Se atrevió a preguntar ganándose la atención de Jungkook. No estaba muy seguro de querer continuarla de todos modos, mas quería escuchar que fuese el propio Liquidador quien se lo confirmara.

— ¿Por qué no seguirían? — Respondió con otra pregunta el pelinegro porque si bien pensó en decirle a Namjoon que dejara al muchacho en su casa, no podía hacer un cambio brusco en sus planes.

Sabía que tendrían muchos ojos arriba de ellos ahora y le había comentado algo diferente a Bogum. Quizás estaba siendo un hijo de puta al utilizarlo y exponerlo de esa manera, cuando comenzaran a ficharlo como su pareja quienes buscaban la separación de Taehyung y él estarían más calmados, pero otros seguramente se irían a por Hyunjin. Lo estaba poniendo en peligro, pero lamentablemente, él era un medio para un fin. Si el propio rubio se lo creía, si todos a su alrededor confiaban en que era real su relación, tendría pase abierto para accionar por otros lados con una atención desviada.

— Me parece que tú y yo tenemos una cita pendiente. — Agregó observando su semblante, ya no había ese brillo de emoción que mantuvo toda la noche. — ¿Por qué, ya no quieres ir?

— No es eso... — Negó mordiendo sus labios porque seguía sin saber si alguna palabra mal dicha molestaría al Liquidador. — No sé, pensé que cancelarías todo con lo que acaba de ocurrir.

— ¿Te refieres al beso que me dio ese tipo? — Hyunjin asintió observándolo ahora. — Te dije la última vez que nos vimos que no esperaras más de lo que te doy, tengo un pasado y este a veces se levanta con fuerza para alcanzarme, pero estoy intentando crear un nuevo futuro. — Dios, era un hijo de puta por lo que iba a hacer y decir. — Te quiero a ti en ese futuro, me gustas. — Namjoon escuchó sus palabras y esto le hizo levantar por unos segundos la vista, viendo por el espejo como Jungkook acercaba al chico para besarlo. — No sé si esto vaya a funcionar o qué tan distante vaya, no quiero que te ilusiones demasiado, pero quiero estar contigo y sigo deseando tener esa cita prometida.

— Está bien. — Con un asentimiento, el joven de veintidós años sonrió, inclinándose para un nuevo beso que Jungkook realmente odió y terminó antes de que pudiese ir más allá de un leve roce. No quería borrar el sabor del pelirrojo de él, después de tanto tiempo sin sentir una boca como esa, no quería borrar tan prontamente sus rastros. — ¿Me quedaré contigo esta noche?

— Eso sí no podrá ser, me han surgido algunas cosas, pero te recompensaré más adelante cuando nos volvamos a ver.

El menor comprendía que el Liquidador aunque lo pareciera, no era un hombre como cualquier otro, con su nombre y profesión no podía esperar una relación o romance común, así que asintió conforme. Buscó sus manos para entrelazarlas, pero en ese preciso instante el pelinegro comenzó a escribir algo en su teléfono y esto le hizo recoger la mano disimuladamente. Sí, Jungkook lo había visto acercarse y supo sus intenciones, por eso se refugió en el aparato sin decirle de forma bruta que no quería que lo tocase.

Se escuchaba el resonar de un zapato chocar contra el piso una y otra vez. Los hombres de Park Bogum cubrían a su jefe, mismo que aguardaba junto a su vehículo a la espera de que Kim Taehyung regresara. Contemplando su reloj, Park se decidió a entrar al club en donde el exagente se había perdido para ir al baño, ya había tardado más de lo necesario. Le ordenó a sus hombres que se separaran y peinaran la zona mientras él caminaba entre las personas y la música sin encontrar al pelirrojo.

No fue hasta que salió por la puerta trasera que divisó a Taehyung besando a un sujeto que no reconocía en lo absoluto. Se trataba de un civil cualquiera.

— Mister D. — Llamó para interrumpir el beso, Taehyung se separó con una sonrisa limpiando sus labios mientras al tipo que lo acompañaba. — Es hora de irnos, ¿qué haces? — La molestia se mostraba en su tono, no era algo novedoso que Taehyung se enredara con alguien más aparte de él, pero seguía incomodándolo cada vez que lo sabía o veía.

— ¿Me esperas adentro? Pide un trago, en unos segundos te alcanzo. — Musitó dándole un último apretón en su trasero y permaneció en su lugar hasta que el susodicho se marchó. — ¿Qué sucede?

— Dijiste que necesitabas utilizar el baño, sabes cómo está la situación en este momento no podemos darnos el lujo de exponernos innecesariamente.

— Lo sé, pero necesitaba distraerme y darme a mí mismo una despedida digna, ya que mañana tendré que abandonar el país. — Bogum entrecerró sus ojos por un momento y luego se relajó. Taehyung había decidido abandonar Corea después de todo y eso era un alivio para él. Ya se lo había dicho, pero esperaba que el pelirrojo pusiese un poco más de resistencia. — Creí que estarías ocupado, así que decidí encontrar a alguien más.

Mirando a los alrededores Bogum asintió, seguía sin comprender que el Liquidador realmente no intentase acercarse de nuevo al Desquiciado. ¿En verdad lo había dado por perdido? ¿Ese sujeto que trajo consigo no era únicamente un número para despistarlo? Ya le habían confirmado que no era la primera vez que eran vistos, pero no encajaba que dos personas que literalmente mataban por sus parejas se dieran por vencidos sin más. Taehyung no podía recordarlo, era hasta cierto punto normal que no reaccionara a él aunque por un instante temió lo contrario, pero, ¿el Liquidador?

— Me darás una merecida despedida o deberé regresar al interior para encontrarme con alguien que sí me la dará. — Le provocó el pelirrojo acercándose a él para morder su mandíbula y luego besarlo. — Si me puedo perder en ti esta noche entonces sí acepto que nos marchemos en este preciso instante.

— De acuerdo. — Cedió Bogum mirando sus ojos buscando cualquier atisbo de recuerdo en ellos. — Vamos a por esa despedida.

Después de que el Liquidador estuviera tan cerca, más quería grabarse en la piel contraria y borrar cualquier posibilidad de una unión entre ellos. Tener a Taehyung para él aunque este en ocasiones se acostara con otros era como un premio que le recordaba su victoria sobre el Liquidador, pero también sobre ese Desquiciado que en el pasado poco caso le hizo. Él tenía el poder ahora y quería saborearlo por mucho tiempo más. En su palma tenía el control del hijo de Kim Yoori, del agente Kim, del Desquiciado y eso únicamente le producía satisfacción.

Kim Taehyung caminaba detrás de él exhalando más tranquilo al ver que Bogum no se percató de su efímero escape. Seguía sin saber qué ocurría, por qué cuando vio al Liquidador besando a Hyunjin todo en su interior se revolvió y, en ese instante, deseó reclamar a ese idiota como suyo. Estaba molesto sin saber el motivo, cuando fue en su búsqueda lo único que tenía en mente era la necesidad de verlo una vez más. No peleó realmente con él, estaba seguro de que el Liquidador tampoco se defendió como bien podría hacerlo. Sinceramente, se divirtió, la adrenalina que lo recorrió al tenerlo cerca, el momento en que unió sus labios los sintió tan suyos. Se ajustaba tan bien a sus propios labios que deseó continuar besándolo por el resto de la noche.

Ver la confusión, incomodidad y fastidio en los ojos del rubio que lo acompañaba se sintió tan satisfactorio. ¿Por qué el Liquidador no lo apartó y continuó besándolo como si él también estuviese muriéndose de los deseos por probar su boca? Es que fue como si ambos hubiesen estado caminando por un infinito y caluroso desierto, encontrando en sus labios el agua que les daba fuerza.

Taehyung apretó las manos sobre sus propios muslos para contener esas ganas de acariciar su boca y una extraña alegría que lo tambaleaba. Su cabeza había comenzado a doler, imágenes poco claras venían a su mente, pero en todas se mostraba Jeon Jungkook. Ese era el verdadero nombre del Liquidador, ¿tal vez lo había leído o escuchado en algún momento? Era posible, pero no entendía por qué su garganta picó y su boca lo llamó sin que su propio cerebro fuera capaz de filtrarlo.

Lo veía molesto y peleando, pero también gimiendo, deshaciéndose bajo su toco, en las imágenes lo vio reír y maldita sea, deseaba verlo por sí mismo. ¿Por qué se lo imaginaba en todas esas situaciones como si fueses algo más. Como si fueran memorias dormidas que batallaban por despertar. No tenía la menor idea de quién era el sujeto que besó en el club, acababa de descender de la moto y pudo ver a los hombres de Bogum moviéndose así que, a expensas de recibir un buen golpe, se abalanzó a besar a la primera persona que se encontró.

Para su sorpresa, el hombre primero masculló la palabra "idiota" intentando alejarlo, pero rápidamente se entregó a su beso y, justo en ese instante, Bogum apareció junto a ellos. No sabía el motivo por el cual le mintió a Park y se fue detrás del Liquidador, tampoco el por qué seguía ocultándole su encuentro, pero algo en su interior simplemente le gritaba que se quedara callado.

Todo el camino a la residencia compartida y que por suerte no había explotado como el resto de las otras propiedades, Taehyung no podía dejar de pensar en esa ráfaga de imágenes difusas que venían a él y que siempre mostraban al Liquidador. ¿Lo había conocido en el pasado?

Los recuerdos de su vida eran un poco confusos, no había rastros de una familia a la cual buscar, amistades o un registro de su persona casi como si fuera un fantasma. Recordaba vagamente aquella vez que abrió los ojos y se encontró rodeado de tantos hombres. La preocupación en el rostro de un Bogum que llegó varios minutos después continuaba también presente. Los doctores y él le hacían preguntas, todos felices y alarmados a su vez porque él había estado en un accidente que casi le costó su vida.

Antes de ese día, no había nada en su memoria, comprendía que tenía una especie de amnesia causada por algún traumatismo severo, pero a veces sentía la necesidad de hurgar en su pasado y ver más allá. Lo había hecho, pero todo era un camino sin salida, también le parecía comprensible. El líder de una organización como Los Diamantes no dejaría tanta información regada al alcance de todos, pero algo debía haber allí.

— Llegamos, D... — Anunció Bogum sacándolo de sus pensamientos, se acercó para besarlo y le correspondió tranquilo.

A su mente la imagen del Liquidador volvió a estar presente, algo se sentía diferente en los besos que compartía con Park, pero a pesar de eso, simplemente se dejó llevar buscando calmar todos sus malestares. No quería pensar, tampoco que doliera, así que se entregó a aquella despedida mas, por algún motivo, mientras follaba con Bogum todas sus alertas se prendieron. Este siempre estaba al pendiente de su estado de salud, preocupándose por él y no dejaba que se le olvidara administrase sus medicamentos. No obstante, esa noche, cuando Bogum lo fue a inyectar, Taehyung le dio la vuelta a la situación para envolverlo en la lujuria y así, cuando todo lo que el contrario podía hacer era gemir, evitó que otra dosis le fuera administrada sin levantar sospecha.

Cuando Bogum abrió los ojos a la mañana siguiente corrió al recordar que no había inyectado al Desquiciado, sin embargo, al llegar al salón, lo vio junto con los medicamentos que debía consumir. El propio Taehyung se estaba terminando de inyectar y esto le hizo sonreír calmado.

— ¿Por qué no me avistaste? Podría haberte ayudado. — Mencionó acercándose para darle un beso, observando la jeringuilla vacía ser colocada a un costado.

— Puedo hacerlo solo, Gummie, además te dejé tan agotado que creí prudente dejarte descansar un poco más. ¿En serio me tengo que ir? ¿No quieres cambiar esa despedida por una bienvenida y así yo poder quedarme contigo? — Fingió un puchero que el mayor besó.

— Me encantaría, pero te necesito en Ruanda cuanto antes. Ya cuando regreses podré darte una gloriosa bienvenida, lo prometo. — Taehyung hizo una mueca de resignación y luego se puso de pie. Se tambaleó un poco, su cabeza retumbó, pero se incorporó como si nada estuviese pasando.

— ¿No me acompañarás al hangar?

— Debes marcharte con discreción y tengo cosas que hacer. — Afirmó dándole un último beso a Taehyung.

El pelirrojo se encogió de hombros para restarle importancia, avanzando por el salón para hacerse con todas sus armas y finalmente despedirse de Bogum. Este último permaneció en su sitio regalándole una sonrisa, una vez solo, se apresuró a vestirse e ir al ático de aquella casa. En medio de todos los viejos trastes y armamentos avanzó quitando varias cosas de su camino hasta dar con puerta camuflada en el suelo en la que tecleó una contraseña y luego abrió. Esa no iba conectada al piso común de la casa, sino a una escalera algo extensa que llevaba hasta el sótano por dentro de dos paredes no tan estrechas.

Al llegar, volvió a teclear varios números y abrió la puerta. La imagen le sacó una sonrisa al ver como mientras comía, T73 se movía al compás de la música, algo que nunca había visto hacer a Taehyung. Cuando finalmente notó su presencia, T73 casi corrió hasta él y lo besó con vehemencia haciendo que Bogum cerrara la puerta y se entregara a esa copia de Taehyung que tan diferente lo trataba.

— Te extrañé.

— Yo a ti también, bebé, pero como dije, tenías que guardarte un tiempo porque están detrás de ti. Ahora sí, es hora de volver a la acción, Mister D. — Mencionó levantándose de la cama. — Tienes cosas importantes que hacer.

+++

¿Terrorismo? ¿Un ataque de Corea del Norte? ¿Guerra interna? ¿Vándalos? ¿Pandillas? Circulaban un sinfín de especulaciones para justificar la ola de explosiones que se extendió por todo el país en un mismo día. Las autoridades se apresuraron a calmar la opinión pública y a los ciudadanos con algunas ruedas de prensa en donde el propio presidente se vio obligado a participar. Como era de esperarse para Jungkook, taparon todo justificándolo con un error de las maniobras militares que se llevaban a cabo de forma conjunta en toda la república.

¿En serio creían que el pueblo era tan ingenuo? Seguramente no, pero poco les importaba porque no había mucho que pudiesen hacer. Después de todo, sin importar las votaciones, si derrocaban a ese mandatario o colocaban a alguien más, muy poco iba a cambiar. Unos años les daban más, otros menos simplemente para mantenerlos controlados como esos experimentos que mantenían enganchados con drogas. Todos los políticos, absolutamente todos los gobiernos eran la misma basura, pero al mundo le gustaban las fantasías, soñar con una mejora que, si llegaba, no era más que une espejismo momentáneo.

Sin querer escuchar más las falsas noticias, Jungkook apagó el televisor junto con el cigarro que tenía en su boca. Tomando sus armas se encaminó junto a Hoseok y Yoongi hacia las camionetas porque finalmente habían tenido una pista del paradero de Seokjin. Para la sorpresa de los tres, el lugar parecía un cementerio por tantos cadáveres que tenían regados en el suelo. Utilizando el pie, Hoseok movió a varios de ellos notando que la sangre seguía bastante fresca. Aquello parecía una trampa, así que tanto sus hombres como ellos estaban alertas, cuando finalmente entraron a la bodega, se encontraron con una imagen que los congeló por instantes.

— ¿Mister D? — Preguntó Jungkook enarcando una ceja y apuntándole al pelirrojo que se giraba bañado en sangre con Jin entre los brazos. — ¿Qué mierda significa esto?

— Taehyung, sabes perfectamente que no me llamo Mister D. Me avisaron que Seokjin estaba en peligro, no podía quedarme sin hacer nada. Después de todo, es de mi hermano de quien estamos hablando. — Comentaba acariciando el rostro dormido de Jin. — Hoseok, Suga, acérquense.

Los dos hombres casi corrieron hasta él, tomando rápidamente a su pareja entre sus brazos sin pensar en nada más. Sin embargo, algo se sentía extraño para Jungkook, se veía la preocupación del pelirrojo por Seokjin, pero algo no encajaba en todo eso. Lo vio entregar el cuerpo de su hermano y luego caminar hacia él limpiando en su propia ropa toda la sangre de sus manos. Entonces, por un momento el tiempo pareció detenerse porque pudo ver las lágrimas en el rostro ensangrentado del pelirrojo que corrió hacia él para abrazarlo.

— Jungkook...

Hola, hola, ¿todo bien? Aquí les dejo una nueva actualización, espero que les haya gustado.😋🙈😘
LORED

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro