Capítulo 26

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Un segundo era tiempo suficiente para que infinidades de cosas sucedieran, más de un año, ni siquiera se podría calcular. Era comprensible para Jungkook que ciertas situaciones cambiara algunos aspectos de la vida de Taehyung y, quizás por eso esas lágrimas que veía en el rostro embelesado que lo observaban podrían tomarse de diferentes formas aunque no sabía con cuál quedarse en ese momento porque estaba pasando por un corto trance.

Vio a Hoseok acercarse para abrazar también al pelirrojo una vez que Seokjin fue llevado a una de las camionetas. Suga le dio un asentimiento de cabeza y no porque no quisiera saludarlo correctamente, pero en estos momentos su objetivo era Seokjin, ya ellos lo pondrían al corriente. Además, todos parecían coincidir en el hecho de que Jungkook y Taehyung necesitaban tiempo a solas.

Todo corría de prisa, la mente del Liquidador no era la excepción. ¿Qué ocurrió con Jin? ¿Cómo llegó hasta ahí y cómo el pelirrojo se enteró? No era extraño que matara a todos esos hombres por su hermano, eran familia después de todo, pero todo era tan inusitado que costaba unir todos los hilos. Tenía muchísimas preguntas, pero ese sujeto que lo llamó por su nombre entrelazó sus dedos en la cabellera negra y tiró de él para un desaforado beso. Solo fueron sus labios rozándose los primeros segundos, algunas miradas interrumpidas y respiraciones entrecortadas.

Para el momento que la lengua retenida de Jungkook le hizo frente a los avances de la contraria, toda su mente había quedado en blanco. Podía pensar en unos minutos, pero justo en ese instante, no hubo algo más importante que abrazar al pelirrojo y devolverle el beso bañado por las lágrimas de quien durante un tiempo él creyó muerto. Esos labios se sentían tan bien, ese cuerpo compaginaba tan bien con el suyo que era imposible no dejarse llevar.

— ¿Quién eres? — Preguntó Jungkook entre besos recuperando un poco la consciencia, abriendo ligeramente los ojos para contemplarlo.

— ¿Cómo me preguntas eso, Jungkook? Soy tu Taehyung, tu Desquiciado. — Los ojos de Jungkook se cerraron ante la respuesta, asintiendo mientras lo abrazaba un poco más. — Debemos salir de aquí, tenemos que hablar y debo explicarte demasiadas cosas, pero estamos muy expuestos aquí. Vamos a casa... Necesito hablar contigo, con todos. — Agregó volviendo a unir sus labios a los de un Jungkook que estudiaba los alrededores.

Los dos corrieron a toda prisa hacia el vehículo que aguardaba por el Liquidador, con solo una mirada el conductor supo hacia dónde tenía que dirigirse así que las palabras estuvieron de más.

— Te extrañé tanto, pero tanto. — Agregó el pelirrojo volviendo a besar a Jungkook. — ¿No me vas a decir nada?

— No es seguro en estos momentos. — Fue todo lo que dijo entrelazando sus manos, besándolas con cariño logrando que el contrario se sonrojara.

El pelirrojo no comprendía a Jungkook, ¿todo ese tiempo había realmente eliminado toda chispa entre ambos? ¿Estaba en trance? ¿Había en verdad desarrollado sentimiento por Hwang Hyunjin? Quería saber qué pasaba por su mente o se escondía detrás de su mirada; en cambio, no veía nada. Un rostro que le sonreía, unos labios que lo besaban y unas manos que lo acariciaban, eso era todo.

El recorrido no fue demasiado largo y de todos modos parecían estar totalmente fuera de la ciudad, en una casa a un costado de una pequeña carretera que parecía no tener tráfico alguno. Los ojos de varios hombres se ensanchaban al verlos pasar, ninguno decía nada. Ya en el interior, rodeados de privacidad, sus labios se volvieron a encontrar con prisa. Fue descontrolado, uno hubo una pauta en la que se quitaron la ropa y fundieron sus cuerpos.

— Tú no eres él. — Susurró Jungkook viendo al pelirrojo dormir a su lado. Con cierta tristeza acarició suavemente sus cabellos sin dejar de observarlo. — No eres mi Tae, no eres mi hombre, pero luces exactamente como él. Eres quizás una víctima más dentro de un juego despiadado organizado por alguien más. — Terminó de decir cerrando sus ojos e incorporándose.

Lo supo desde el preciso momento en el cual sus labios se unieron porque su forma de besar era muy diferente. El modo desesperado de demostrar quién era como si necesitara hacerle creer con rapidez que se trataba de Taehyung. Seguramente, pensó que metiéndose en su cama sellaría cualquier duda, pero eso no fue más que una confirmación de la realidad. Existían cosas imposibles de replicar por mucho que se aprendiera cómo hacerlas, cosas que solo cuando hay un gran nivel de complicidad, amor y compenetración pueden ser notadas.

Incluso en su estado más sumiso Taehyung das batalla, aunque lo amara y se entregara a Jungkook de mil maneras hasta quebrar el alma y volverla a unir. Gestos, movimientos, palabras, miradas, todo eso eran características únicas de un individuo. No podía negarlo, tenía conocimiento de algunas cosas que Taehyung hacía durante el sexo, su olor era similar, pero no era lo mismo. Cuando se besaron en aquel almacén y sus miradas se encontraron, Jungkook supo que esas emociones no le pertenecía. No era más que un vago reflejo del dueño real. El error más grande era creer que Taehyung podía ser duplicado y copiado, ese maldito Desquiciado era exclusivo.

T73 abrió sus ojos casi dos horas después, estaba solo en la cama junto a pensamientos y sentimientos que no comprendía. Fue diferente de lo esperado acostarse con el Liquidador. Lo observaba y no comprendía qué era eso tan malo que había hecho para ser tan odiado más allá de lo cruel que podía llegar a ser liquidando a sus adversarios. Estaba demasiado confundido, ser tocado por él le avivaba sensaciones nuevas y a la vez familiares pese a nunca haberlo tocado antes de ese modo.

Queriendo verlo se levantó de la cama con prontitud, vistiéndose con ropa limpia ubicada a un costado de la cama. Cuando salió, lo vio rodeado por varios hombres y una cara similar, Hyunjin. Sabía lo que tenía que hacer, conocía los comportamientos de Taehyung, además, estaba eso inaudito que estaba sintiendo y le hizo sacar un arma. Avanzó hasta levantar al rubio del regazo del pelinegro en el que tomaba asiento y pasó a apuntarle con su pistola. Jungkook se limitaba a observarlo, una leve negación acompañada de una sonrisa burlesca afloró en él. Vio al pelirrojo levantarle la mano a un Hyunjin listo para defenderse, fue entonces que se levantó de su asiento para colocarlo detrás de él.

— Baja el arma, Taehyung, mi pareja no necesita que lo estés apuntando. Tú y yo tenemos que conversar. — Con calma acarició la mano de quien él sabía no era Taehyung, bajándola lentamente. — Muchas cosas cambiaron desde la última vez que nos vimos y, si bien los recuerdos hicieron que me dejara llevar, pude confirmar que ya no siento lo mismo por ti. Esto no es sencillo, hay muchas cosas que debemos debatir, pero por hoy, será mejor que te marches. — Exhaló observándolo. — Es raro que estés aquí y no con tu hermano cuando conoces su estado. — El pelirrojo relamió nervioso sus labios sin saber muy bien qué decir o hacer en ese preciso momento. — Jin te necesita ahora, ve con él, podremos hablar luego con más calma.

El rubio que observaba todo en silencio sonrió ante esas palabras porque aunque le incomodó saber que ellos se habían acostado, algo calentaba su pecho al ver como el Liquidador dejaba en claro todo y le daba a cada uno el lugar que correspondía. No tenía nada de que preocuparse, el fantasma del Desquiciado no tenía un porqué ser problemático para ellos.

Peinando su cabello rojo con los dedos, T73 guardó su pistola y con molestia se dirigió a la salida sin ser acompañado. Desde su sitio, Jungkook lo contemplaba sabiendo que Taehyung jamás actuaría de ese modo. Ese era un clon que habían puesto allí para probarlo, sacarle información y colarse en sus filas, pero quien lo mandó era un pobre imbécil que no tenía la menor idea del error cometido. Tomando su teléfono, el Liquidador envió varios mensajes poniendo a todos en alerta para que supieran con quién estaban tratando. Nada de dejarle saber que ellos estaban enterados de todo, lo mejor era seguirle la corriente, mas tomando precauciones.

— Quédate aquí un momento. — Le habló a Hyunjin y se alejó hacia la habitación en donde se habían acostado momentos antes para recuperar las muestras que pronto le entregaría a sus padres. — Lo siento, quería estar un poco más de tiempo contigo, debemos hablar de lo ocurrido, pero ahora mismo me surgieron varios asuntos que debo atender. Uno de mis hombres te llevará a donde necesites y ya más tarde me pondré en contacto contigo. — El rubio no puso trabas, asintió con una sonrisa y acompañó a uno de los hombres del Liquidador hacia la salida. — Ténganme lista la camiseta, saldré en cinco minutos.

+++

— Por Dios, menos mal que ya reaccionaste. — Hoseok se levantó de la silla en donde estaba de un brinco en cuanto vio los ojos de Seokjin abrirse. Yoongi, quien estaba de espalda, lo siguió segundos después con calma. — ¿Cómo te sientes?

— Bien, estoy bien. — Respondió acariciando su cuello, tosiendo muy débilmente. — ¿Qué pasó?

— No lo sabemos, estábamos esperando a que reaccionaras para saber lo que ocurrió. — Habló esta vez Yoongi acercándole un vaso de agua, sentándose a su lado para acariciarlo.

— Me llamaste para cuidar a Yongbok, tenías cosas que hacer y te fuiste escurridizo. No supimos nada de ti durante dos días y luego nos avisaron que te tenían, pedían una fuerte suma de dinero para intercambiarte.

— Yo recibí una llamada... — Comenzó a hablar el mayor de los tres sintiendo su cabeza querer partirse en dos.

Sus acompañantes no lo presionaron, le dieron tiempo para que bebiera un poco más de agua y se incorporara en la cama. Seguían preocupados, pero ya el susto y lo peor había pasado, tenían a Seokjin junto a ellos.

— Recibí una llamada de alguien que me aseguraba que tenían la ubicación de mi hermano e información relevante también. Me pidieron que fuera solo porque no querían tener problemas con Los Diamantes y tampoco con el Liquidador o Los Cocodrilos, así que les hice caso. Me armé y fui al encuentro, entré en un establecimiento donde hacen apuestas de caballos en de Jongno-gu. Debía sentarme en un asiento específico y luego alguien más se me acercaría con un sobre, a cambio, yo tenía que darles una fuerte suma de dinero en dólares, no querían won.

— Sí, vimos que te llevaste en efectivo un millón de dólares nuestras despensas. — Asintió Suga acariciando su mano, intercambiando una leve mirada con Hoseok.

— Cuando me dieran el sobre con toda la información yo lo comprobaría y les entregaría la llave del carro en donde llevaba todo el dinero. Hice todo tal cual me dijeron. Sin embargo, nadie se sentó a mi lado, lo último que recuerdo es... — Parsimoniosamente, elevó su mano izquierda para llevarla a su cuello recordándose de un pinchazo que sintió en esa zona. — Creo que me inyectaron algo, no lo sé, no recuerdo nada después de eso.

— El hipódromo de Jongno-gu queda en la dirección contraria de donde te encontramos. — Mencionó Yoongi estudiando el rostro de su pareja. — ¿Sabes cómo pudieron trasladarte hasta allí? — Jin negó bebiendo un poco más de agua.

— No, no tengo ni idea de cómo sucedió. ¿Y mi hijo? ¿Dónde está Bokie?

— Está bien, no te esfuerces, ahora debes descansar un poco más. Recuéstate y duerme, amor. — Espetó Hoseok ahora. Seokjin asintió, dejándose arropar por aquellos dos hombres que luego de dejar un beso en su cabeza apagaron la luz y salieron de la habitación.

Yoongi arrugaba su nariz y pasaba continuamente su mano derecha por su boca mientras le daba pequeños ladeos a su cabeza. El pelirrojo que lo acompañaba servía en silencio unos tragos para calmarse. Cuando le entregó el vaso a Yoongi acarició su cintura y brindaron.

— ¿Le crees? — Indagó Suga dejando que el líquido recorriera su garganta.

— Le creo, pero... — La mano que sostenía el vaso de Suga extendió su índice para hacer un gesto de negación.

— Todo esto es extraño, hay algo que está omitiendo, algo que no nos está contando y no sé por qué.

— ¿Piensas que nos esté mintiendo por alguna razón?

— No lo sé y no entiendo cuál podría ser esa razón, pero no confío en lo que nos está diciendo, esa no es toda la verdad. — Afirmó Yoongi frunciendo sus labios. — Mierda, odio esta sensación.

— Cálmate, recién dio en sí desde que lo trajimos, tal vez después cuando esté mejor se siente y nos cuente todo. — Se acercó para atraer al mayor a un beso corto. — Ten paciencia, has estado muy alterado y desconfiando de todo.

— Por alguna razón estoy desconfiando, eh. Cuando no hay motivos para dudar, la desconfianza no llega.

— De acuerdo, pero ahora no hay mucho que puedas hacer, solo relajarte y reflexionar con la cabeza fría. — Con un asentimiento Yoongi lo acercó para darle un beso. — Tú también deberías descansar, así que yo iré a ver a Yongbok y luego me uniré a ustedes.

+++

— ¿Así nada más? — Preguntaba Bogum mirando al desconcertado T73.

— Sí. Ya te dije, nos besamos, me llevó a una de sus casas de seguridad, follamos y luego simplemente me corrió. Allí estaba el tipo que ahora es su pareja, cuando llegamos no estaba ahí, pero cuando desperté ellos estaban juntos. Me humilló delante de ese idiota.

— Tu humillación no es lo más importante de todo esto, sino el hecho de rechazar a Taehyung y poner a otro por encima de él. —Sentado en su amplia butaca Bogum aflojó su corbata y se quedó pensativo.

— ¿Hasta cuándo tengo que hacer esto? ¿Por qué tengo que seguir siendo Mister D? — Preguntaba T73 con fastidio. — ¿Cuándo voy a conocer a Taehyung? Quiero conocerlo, verlo, que me vea.

— Todavía no es momento.

— Llevas meses diciéndome lo mismo.

— Entonces deberías dejar de preguntar la misma cosa cada vez y hacerte a la idea de que este es tu trabajo. Taehyung no es tu hermano, es un hombre real, no una copia barata. ¿Crees que al verte va a ponerse feliz y decir, "ey lucimos iguales, podríamos ser hermanos gemelos"? No, no lo hará, lo más probable sea que te ponga una bala en la cabeza en ese preciso instante y créeme si te digo que por mucho que tu entrenamiento haya sido como el suyo, tienes las de perder. — Espetó Bogum frustrado, levantándose para acercarse al pelirrojo cabizbajo que empuñaba sus manos y contenía las ganas de llorar. — Yo te estoy dando una vida genial gracias a todo lo que él logró, eres su sombra y cosechas lo que él siembra. ¿No es suficiente para ti?

— Me dijiste que sería como mi hermano, que tendría una familia cuando todo esto acabara.

— Pero no ha acabado nada, para que Taehyung te acepte en su vida y puedan vivir como una familia feliz primero tenemos que terminar nuestro trabajo. — Inclinándose hacia un T73 sentado en uno de los brazos del sofá, el pelinegro se acercó para besarlo, mas todo lo que obtuvo fue que el contrario girara la cabeza. — Sabes que detesto cuando haces eso. — Manifestó afincando los dedos a su mandíbula con excesiva fuerza para obligarle a mirarlo. — Bésame.

Mordiendo sus labios con una rabia contenida, T73 luchó por relajarse, abriendo su boca para que el mayor con una sonrisa, se acercara y le diera un beso. Bogum un día le decía una cosa y al otro algo diferente, ya no sabía qué creer. En ese momento, no quería besarlo, estaba molesto y todo lo que hacía era pensar en Taehyung, en el Liquidador. Bogum nunca lo ha tratado como ese sujeto lo hizo en pocas horas a pesar del modo en que lo echó. Deseaba que todo terminara pronto.

+++

Jeon Jungkook estaba perdido en una tina de agua fría mientras miraba hacia el techo rememorando los últimos sucesos y planificando sus siguientes pasos. Bogum, las agencias, el gobierno o quienes estuviesen detrás de todo eso habían estado escondiendo tanto a Taehyung como a su clon durante mucho tiempo, manteniéndolos a raya. ¿Por qué justo ahora hacían que el clon se acercara a él pretendiendo ser Taehyung? Seguramente era una prueba, una trampa para confirmar todo lo que le había dicho aquella noche, ¿pero con qué motivo?

El sonido de su teléfono rompió su hilo de pensamientos, giró la cabeza para observar la pantalla y, al ver el número, contestó rápidamente. Debía ser algo muy importante para que Carlos Zaccanti lo llamase directamente.

— Cosa hai detto? (¿Qué cosa has dicho?) — Jungkook se levantó rápidamente de la tina y salió de esta chorreando todo el piso. Así, desnudo avanzó por el baño hasta llegar a su habitación. — Sto, arribando, Carlos. Grazie per la chiamata e il vostro supporto. Ti chiamerò quando atterrerò in Ruanda. (Estoy en camino, Carlos. Gracias por la llamada y tu apoyo. Te llamaré cuando aterrice en Ruanda.)

Él lo sabía, sabía que tarde o temprano iba a revelar su rostro. Todavía desconocía el número de clones exactos que habían hecho de Taehyung, no obstante, era mucha casualidad que justo cuando presionó a Los Diamantes, a él se acercara alguien pretendiendo ser Taehyung y que al mismo tiempo, en África acabase de llegar alguien idéntico. Fuera su hombre o no, tenía que lograr acercarse a él cuando Bogum no estuviese cerca. Algo que no estuviera preparado y que nadie esperase como el encuentro que tuvo horas antes.

Varias llamadas bastaron para organizar un traslado hasta un hangar seguro en el cual lo aguardara un avión que lo llevase hasta territorio africano. No le avisó a nadie, tenía hombres y contactos en ese continente que no tenían nada que ver con Corea del Sur, él y Taehyung. Debía ser precavido porque no echaría a perder esa oportunidad. Ahora era su turno, el momento de hacer un movimiento.

Dos días seguidos de actualización. Espero que estén bien y les haya gustado este capítulo. Nos vemos pronto.

LORED

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