Capítulo 28

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Flotando entre nubes tibias que lo mimaban, así se sentía el pequeño Kim Taehyung con su cabeza apoyada en el regazo de su hermana mayor. Le gustaba la forma en que ella siempre tapaba sus oídos y lo alejaba de toda la bruma ocasionada por las discusiones de sus padres. Las botellas de cristal que se estrellaban contra la pared, los gritos de su progenitor, los sollozos de su madre, nada parecía importar cuando su cabello era acariciado por Kim Yoori. Ella les cantaba a Seokjin y a él.

Su hermana tenía veinte años, Seokjin quince y él cinco. Su hermano solía refugiarse siempre en sus estudios, lo veía solo en las noches porque desde temprano se marchaba a su escuela y regresaba casi a medianoche después de la academia. Cenaba en su habitación y luego se iba a dormir no sin antes pasar por el cuarto del menor de los Kim para darle un beso. Lo único bueno de llegar a casa para Taehyung era poder ver a sus hermanos.

Esa tarde después de ser recogido en la escuela por Yoori, fue llevado a tomar helado y esto lo hizo feliz. Una vez que pusieron los pies dentro de su vivienda esa felicidad fue a pique al ver a su madre moverse lentamente por toda la casa con una sonrisa opacada por los golpes en su rostro que apenas le permitían abrir los ojos. Esa no era una imagen nueva para ninguno, realmente a veces costaba recordar cómo lucía el rostro de su madre sonriente, sin marcas y con todo su esplendor. Comieron temprano y en silencio hasta que la puerta una vez más se abrió mostrando al señor Kim que llegaba protestando porque no fue esperado para cenar y los alimentos ya estaban fríos.

— Ven, vamos a tu cuarto, mi pequeño Taetae. — Pronunció Yoori tomándolo de su mano para poder escabullirse sin ser el objetivo de la furia de su padre.

— Papá otra vez está molesto. — Su hermana asintió agarrando su cabeza y depositando un beso en su frente.

— Sí, pero no te preocupes, pronto se le pasará. — Musitaba sentándose en el suelo e invitándolo a acostarse sobre su regazo. — ¿Quieres que te cante una canción? — Taehyung asintió con una sonrisa contagiosa que su hermana le regalaba.

Los gritos continuaron, los objetos que eran tirados también, entonces, un mayor estruendo llegó y la voz de su madre dejó de oírse. Hubo silencio, uno demasiado extenso, repentino y extraño. La puerta principal de su casa fue cerrado y los hermanos supieron que su padre nuevamente se había marchado.

— Seokjinie llegará hoy temprano porque no tiene academia, así que iré a prepararle algo de comer, ¿de acuerdo? — Preguntó Yoori acariciando por última vez su cabeza antes de levantarse y salir de la habitación. — ¡Mamá!

Taehyung escuchó gritar a su hermana, esto hizo que se levantara y saliera rápidamente. Buscaba nervioso el lugar desde el cual su voz provino, yendo lentamente hacia la cocina.

— Ve a tu cuarto, Taete, no vengas. — Fue todo lo que la mayor de los hermanos Kim dijo. El niño parecía no escuchar sus palabras, sus pasos avanzaron hasta divisar a su madre en el suelo rodeada de algunos calderos y cubiertos, lo que para él era agua roja se extendía por toda la superficie. — A tu cuarto dije, Taehyung.

El mencionado fue cargado con rapidez por su hermana, pero mientras se alejaba, no pudo apartar los ojos del cuerpo sin vida de su madre. Pocos minutos más tarde escuchó a Seokjin avisar su llegada y a su hermana pedirle que fuera directamente a su cuarto. Sin embargo, el llanto y los gritos de Seokjin hicieron que Taehyung se tapara los oídos con fuerza para no oír, cantando la canción que antes su hermana había entonado. Su rostro estaba húmedo por las lágrimas que no notaba, mas él no habría su boca para llorar abiertamente.

Pasó casi una hora antes de que el ruido de las sirenas fuera más alto que el de su canto, el último canto que él haría en su vida. Hubo un gran revuelo en su casa, muchas personas uniformadas llegaron al lugar, otras sin uniformes y algubas completamente vestidas de blanco. Pudo ver el saco negro que era trasladado en la camilla hacia el exterior de su domicilio, los vecinos rodeando la zona mientras cuchicheaban. Un oficial se acercó para taparle los ojos y regalarle un caramelo, pero ya Taehyung había visto todo anteriormente.

Junto a sus hermanos fueron transportados a una comisaría, a ellos los llevaron a un cuarto mientras que a él lo dejaron con el mismo oficial que había hecho un vano intento por ahorrarle una imagen desgarradora. Él vio como su padre entró esposado a la delegación, cuando ellos se fueron, el señor Kim todavía estaba allí. Esa noche durmieron en un lugar que no era su casa, la siguiente y la otra también. Por alguna razón, solamente quedaron Seokjin y él en un apartamento muy bonito, pero sin vida. Ninguno vio a su hermana la semana siguiente, la otra más arriba tampoco y por mucho que preguntaron, nadie les supo dar una respuesta concreta.

El día que Kim Yoori llegó por ellos, lo hizo cargando varias ropas negras que les entregó, fue el mismo día en el que finalmente pudieron hacerle un funeral a su madre.

— No se preocupen, seguimos siendo nosotros tres, yo me haré cargo de ustedes. — Mencionó Yoori abrazándolos una vez que se levantaron del suelo en donde tantas horas estuvieron sentados rodeados de flores. — Es hora de irse a casa.

Fue extraño llegar al sitio en el que hacía alrededor de un mes no ponían sus pies. Algunos vecinos les llevaron alimentos, todos dándoles las condolencias.

— Hola... — Le saludó a Taehyung una chica muy bonita que había llegado junto a sus padres. — Les hemos traído algunos dulces, toma, ¿sé que te van a gustar? — Agregó acariciando su cabeza y dedicándole una sonrisa. Seokjin se acercó a ellos, su rostro permanecía serio, molesto y triste a la vez, pero fue cordial con la desconocida. — Mi nombre es Moon Byulyi, mis padres y yo nos hemos mudado hace pocos días a este vecindario. No los conocíamos, pero quisimos pasar a ofrecer nuestras condolencias.

— Gracias. — Aceptó Seokjin abrazando a su hermano para acercarlo. — Mi nombre es Kim Seokjin y él es mi hermanito Taehyung.

— Un placer conocerlos, Jin y Tae. — Sonrió la chica que desvió la mirada por varios segundos para posarla sobre Kim Yoori, viéndola acercarse a ellos. — Tú debes ser su hermana mayor, ¿cierto? Mi nombre es Moon Byulyi, pero pueden decirme Monbyul.

— Un gusto conocerte Monbyul, bienvenida a la vecindad. Lamentamos que nos conozcamos en estas circunstancias, yo soy Yoori. — Ella sabía quién era esa niña, en las dos semanas que estuvo ausente había estado en un sitio deprimente de donde pudieron rescatarla. Era sorprenderte verla con una sonrisa en su rostro en esos momentos.

— Por favor, no te disculpes, soy yo la que no debería estar haciendo visitas y presentándome en un momento así. — Mencionó inclinándose en una venia frente a los tres hermanos. — Lo siento, mis padres me están llamando así que debo marcharme. — Se disculpó una vez más entregándole la bolsa que aún conservaba en su mano a un Seokjin que intentó sonreírle en agradecimiento. — Nos vemos, adiós Jin, Taehyung. — Agitó su mano y le sonrió una vez más a la mayor de los Kim. — Hasta pronto, Kim Yoori.

Los tres hermanos quedaron un poco abrumados debido a todas las visitas que tuvieron ese día, pero el peor momento llegó cuando permanecieron solos. Todo era tan extraño, el silencio, la falta de esas dos presencias que eran sus padres. Miraban la cocina como si jamás la hubiesen visto, los mayores lloraban y Taehyung solamente los observaba. Sin embargo, esa paz no duró suficiente tiempo, justo tres noches después, el señor Kim había sido puesto en libertad para sorpresa de todos.

No aceptaron la orden de alejamiento que Yoori pidió y tampoco se le impidió regresar a su casa. Alegaron que el señor Kim había sido un hombre que frente a los continuos engaños de su mujer, debido a todas sus infidelidades, perdió sin querer el control. La muerte de su madre fue un accidente, no un homicidio intencional. ¿Cómo era eso siquiera coherente o posible?

Siendo que las infidelidades y los adulterios estaban severamente penados en Corea del Sur, recibiendo muchas veces condenas más altas que por un homicidio, había sido justificado todo lo hecho por ese sujeto que se hacía llamar papá.

+++

— ¿Vendrás a casa hoy, hyung? — Indagó el adolescente Kim Taehyung cuando se despedía de su hermano esa mañana.

— No lo sé, tenemos varios casos abiertos, así que posiblemente tendré que trabajar hasta tarde. — Taehyung asintió peinando su cabello, desviando la mirada de Seokjin. — Pero el domingo comeremos todos juntos, incluso Byul y yo prepararemos una comida para que vengan a casa. ¿No quieres ver a tu cuñada?

— Como sea, me voy a la escuela que ya estoy tarde. — Fue todo lo que respondió, viendo como llegaba un vehículo a recoger a su hermano. — Buenos días, señor Ha. — Saludó al hombre que había estado acercándose a ellos de vez en cuando, un amigo de la familia que a pesar de pertenecer a la policía nacional no pudo hacer una mierda para castigar a su padre.

— Procura comerte lo que Yoori preparó, ya me dijo que llevas dos semanas que regresas la lonchera tal cual te la prepara. Valora el esfuerzo de tu hermana por hacerte de comer cada día. — Su pequeño regaño llegó junto con una sonrisa y unas caricias en la cabeza de su hermano hasta que el menor empujó su mano. — ¿Quieres que te llevemos?

— Prefiero ir en autobús.

— Vamos, Taehyung, no seas necio. — Habló el señor Ha. — Súbete, igual nos hace camino.

No había forma en la cual se negara al pedido de alguien mayor, así que, por respeto, Taehyung avanzó hasta el vehículo y se subió. Gracias al adelanto llegó más temprano de lo esperado esa mañana y, para su sorpresa, su compañero de escuela que siempre esperaba por él ya se encontraba debajo del árbol en el que siempre aguardaba. Pasó en el carro por delante de Park Jimin, se bajó, pero no le avisó de su llegada, simplemente se encaminó al interior del salón.

Odiaba la escuela, pero a su vez era el lugar más tranquilo, ahora entendía el motivo por el cual Seokjin años atrás solía refugiarse allí. La otra razón por la cual soportaba todo es porque él quería ser policía, con ese trabajo podría asegurarse de encerrar a su padre de por vida tras las rejas.

— Oye, odioso. — Habló Jimin sentándose sobre su mesa a la hora del receso. — ¿Por dónde llegaste esta mañana que no te vi?

— Me trajo mi hermano. — Respondió con desinterés mirando por la ventana.

— ¿No trajiste merienda?

— Sí, pero no tengo hambre. Ya bájate de mi mesa, Jimin.

— Yo traje demasiado comida hoy, así que toma, mi mamá finalmente sacó el Kimchi enterrado en nuestro jardín desde hace semanas. El Kimbap no se ve muy bonito porque lo piqué yo mismo, pero está bueno. — Musitó poniendo sobre la mesa una bolsa de tela para terminar de sacar todo. Con un suspiro, Taehyung lo ignoró, su hermana llevaba dos días trabajando y según lo que les dijo, regresaría esa noche a la casa. — Oye...

— Te dije que no tenía hambre, tengo mi propia comida, así que gracias, pero ya puedes irte. — Jimin fingió hacer un puchero y luego chasqueó su lengua para destapar la comida, notando entonces en el cuello de Taehyung algo que le llamó la atención. Estiró su mano para tocarlo, pero el contrario agarró su muñeca con fuerza y lo empujó. — ¿Qué mierda haces? No me toques.

Park se quedó en su sitio acariciando su brazo mientras veía al contrario levantarse y alejarse con la mano en los bolsillos. Había notado un moretón y no era el primero que veía desde que lo conocía. Una que otra vez le dijo que era torre y siempre se daba con las cosas, luego Jimin pensó que tal vez por su insoportable carácter terminaba metido en algunas peleas, pero seguía sin saber qué era lo que en realidad dejaba esas marcas en su cuello. ¿Tenía novia o novio? Podría que él creyese que esos eran golpes, pero bien podrían ser otra cosa, ¿cierto?

— ¡Taehyung! — Llamó Jimin a la salida de la escuela ese día. — Oye, ¿no vas a ir al partido de baloncesto?

— Ya no soy parte del equipo.

— ¿Desde cuándo? ¿Tampoco irás a verlo siquiera?

— Jimin, en verdad no quiero ser malo contigo, pero debes dejar de joderme y perseguirme a todos lados. Ya capté el mensaje, supongo que te gusto, pero tú a mí no, ¿de acuerdo? Así que deja de traerme comida que no te he pedido, para de entrometerte en todo lo que me ocurre. Simplemente déjame en paz, por favor. Ahora adiós. — Fue todo lo que dijo dándole la espalda, viendo la decepción en el rostro de su compañero. Por un momento pensó en regresar y pedirle disculpa por hablarle así, pero tenía que llegar temprano a la casa, no podía perder el tiempo con Jimin.

Como siempre a esa hora, el único que se encontraba en casa era el parásito de su padre. Lo saludó en la entrada y se alejó hacia su habitación para soltar su mochila e ir por un baño. Mientras se vestía en su recámara poco tiempo después, la puerta de la misma se abrió dejando ver al hombre que bebía de su lata de cerveza.

— ¿Te fue bien en la escuela? — Le preguntó con desinterés.

— ¿Desde cuándo te importa?

— Te hice una pregunta, Kim Taehyung.

— Sí, me fue bien. — Fue todo lo que respondió. — ¿Podrías salir, papá? Tengo que vestirme.

— Vístete. — Taehyung permaneció en su sitio y el mayor se limitó a encogerse de hombros para abandonar el cuarto. — ¿A qué hora es que tu hermana llegaba hoy?

— Me prometiste que no le volvería a poner un dedo encima, ¡lo prometiste! — Gritó Taehyung poniéndosele en frente a su padre.

— Tú también hiciste una promesa y no la has cumplido.

— No le he dicho nada a nadie, ¿qué más quieres? — Indagó dando sin querer un paso atrás cuando lo vio acercársele. Su padre avanzaba y él retrocedía sintiendo el miedo mezclado con asco subir hasta su garganta. — Por favor, no le hagas nada a mi hermana.

— Esa zorra anda trabajando creyendo que así podrán irse de aquí. — Se rio mientras negaba y tiraba a un lado la lata de cerveza vacía. — ¿Me lo das o tengo que tomarlo? — Taehyung se quedó parado en su sitio empuñando sus brazos, mirando por encima del hombro ajeno el bate que adornaba su pared. Sin embargo, al ser empujado, todo lo que pudo hacer fue cerrar los ojos.

— Papá, no, así no. — Se apresuró a voltearse, mas el mayor lo inmovilizó luego de abofetearlo. — ¡Te lo doy! — Gritó para ser oido. — Te lo daré, n-no tienes que tomarlo. — Fue todo lo que dijo viendo al mayor retroceder. Con desgano y rabia acumulada se deshizo de su toalla y se inclinó sobre la cama.

— Eres un buen chico. — Fue todo lo que susurró en su cuello, agarrándolo con fuerza para besar su espalda. — Ustedes fueron lo único bueno que la estúpida de tu madre pudo hacer.

Seis meses después de que su padre fuera puesto en libertad años atrás, la primera vez que escuchó a su hermana negar molesta en el teléfono diciendo que tenían que hacer algo al respecto. Taehyung no sabía o entendía a lo que se refería su hermana, ni siquiera con quién estuvo hablando. Luego de eso la escuchó llorar mientras lo creía dormido, diciéndole que ellos eran lo más valioso y que esperaba que lo estaba haciendo sirviera para ayudarlos. Salió de la casa esa misma noche, Taehyung corrió a la ventana para ver como un auto negro la recogía, pero no sabía a dónde iba su hermana a esa hora.

Se acostó en la cama para intentar dormir y, justo cuando lo estaba consiguiendo, sintió las manos de sus padres perderse dentro de su pijama. Se asustó, pero cuando el hombre llevó un dedo a su boca indicándole que guardara silencio, le hizo caso. Su padre estaba siendo cariñoso con él, le decía muchas cosas bonitas. Entonces, Taehyung gritó, pero una mano tapó su boca con fuerza. Lo que la mano de su padre hacía dentro de su pijama dolía mucho. Sin embargo, ese dolor no se comparaba con el que llegó unos minutos después. Pasaron varios años antes de que Taehyung se diera cuenta de qué era lo que su padre le hacía cuando su hermana no estaba en casa. Descubrió qué era eso que su padre también le hacía a su hermana.

Todavía recordaba aquella noche cuando recién comenzaba la secundaria. Se había desvelado cuando escuchó a su hermana maldecir, ruidos parecidos a los que había cuando su madre vivía. Escuchó como su hermana amenazaba a su padre y luego se quejaba por los golpes que le propiciaron. Cuando se levantó corriendo para intervenir, Yoori le dijo que entrara a su habitación, lo mismo le dijo su padre y él así lo hizo. Deseaba que su hermana y él pudiera irse al servicio militar como lo hizo Seokjin, alejarse de esa casa.

El cese de los ruidos le indicaron a Taehyung que podía salir, su padre se había dormido en el sofá y su hermana hablaba con alguien por teléfono.

"¿Cuándo demonios podremos salir de esta casa? ¿Me matarán ustedes o me matará él? Si le pone un dedo arriba a mi hermano juro que los mataré a todos."

Esas fueron las palabras escuchadas por Taehyung del otro lado de la puerta, luego, el llanto de su hermana le hizo entrar sin detenerse y la encontró llorando sentada debajo de la ducha. Ella lo mandó a su cuarto diciéndole que no era correcto que entrase así aunque la puerta estuviese abierta, que tenía que mantenerse alejado de los adultos y cuidarse. Después de tanto tiempo, compartiendo su cama, Yoori volvió a cantarle hasta que se quedó dormido.

Hasta la actualidad, sus hermanos ignoraban los que su padre le había estado haciendo todos esos años. Cuando en su cuerpo aparecía alguna marca y ellos o Jimin preguntaba, siempre daba una excusa diferente.

— Ve a limpiarte. — Mandó su padre poniéndose de pie. — Abre todas las ventanas, no que remos que Yoori llegue y todo el cuarto apeste. — Fue todo lo que dijo antes de irse.

Cuando su hermana llegó esa noche tal cual le había prometido, no pudo evitar sonreír. Como siempre lo primero que hizo fue entrar a su recámara para desearle buenas noches y, al verlo despierto se acostó a su lado para responder todas las preguntas de Taehyung, obligándolo a contarle cómo le había ido en la escuela esos días.

— Si puedes, mañana ven temprano, prepararé algo delicioso para los dos. — Le avisó Yoori a su hermano, abrazándolo con fuerza. — No sabes cuánto te extrañé, mi niño, pero te prometo que falta poco. No he servido nunca, pero por ti estoy dispuesta a dar mi vida si hace falta.

— Noona... — Llamó Taehyung bajo.

— Mmm, ¿qué? — Masculló adormilada.

— Eres la mejor hermana en el mundo entero y siempre has servido para mí. Te quiero mucho.

— Lo sé, Taetae, yo también te quiero muchísimo. — Mencionó abriendo sus ojos para sonreírle. — Ahora vamos a dormir, noona está cansada.

+++

Jimin observaba a Taehyung en silencio esa mañana y las miradas eran recíprocas. Taehyung había tenido una horrible noche y todo lo que deseaba era eliminar de su cuerpo cualquier recuerdo de lo ocurrido. Por eso ese día ocurrió algo que él no pensó cabalmente. En el baño, cuando Jimin corrió para evitarlo él se lo impidió, se disculpó por sus duras palabras y así sin más, el más bajo lo beso. Eso fue nuevo, no sintió la repulsión esperada, así que sin distanciarse, le siguió la corriente. Ellos follaron en aquel baño y, al terminar, el castaño se disculpó con Jimin y desapareció.

Como le había prometido a Yoorin, llegó temprano a la casa, solo que fue demasiado temprano. Él no lo sabía, pero de alguna manera su hermana parecía haberse enterado de las cosas que le hacía su padre.

— ¡Te advertí que a él no le pusieras tus puercas manos encima! — Gritaba en el momento que Taehyung llegó a la casa. Su hermano vio frente a él a una mujer que desconocía, ella lo pateaba, lo golpeaba de una forma realmente ruda, pero su presencia la desestabilizó. — Taehyung, vete.

— Noona...

— ¡Vete! — Le gritó, pero ese fue un momento que el señor Kim utilizó para voltear la situación y comenzar a pegarle.

La mente de Taehyung se sumió en un mar de calma, caminó hasta su habitación en silencio y rebuscó hasta encontrar un par de tijeras que empuñó con fuerza.

— Oye, imbécil. — Pronunció acercándose a su padre para alejarlo de su hermana. — Suéltala. — Le pidió una última vez antes de clavar las tijeras en su hombro. Vio a su padre retorcerse del dolor, girándose para golpearlo. Sin embargo, Taehyung utilizó su dolor para llegar más cerca de él. En su abdomen, en su cuello, en su pechó, Taehyung lo insertó por cada zona que alcanzó bajo los gritos de Yoori.

Esa fue la primera vez que Taehyung se llenó las manos de sangre, la primera vez que mató a alguien. Su sueño había sido crecer, hacerse policía y luego meterlo preso, pero se había dado cuenta de que aunque no pareciera, a veces la muerte era el camino más correcto a seguir.

Yoori le quitó las tijeras e intentó echarse la culpa de todo cuando llegó la policía junto a un Seokjin estupefacto frente a la imagen de su hermanito. Taehyung no permitió que su hermana pagara por sus crímenes, así que confesó todo sin miedo a ser arrestado. Para su sorpresa, solamente pasó una noche detenido y luego puesto en libertad. Vio al comisionado junto a su hermana, según lo que se le dijo, este fue el encargado de liberarlo a pesar de no ser así. Kim Yoori fue quien logró que liberaran a su hermano con un par de llamadas sin importarle que los planes de sus superiores se hubiesen ido a la mierda.

Pudo soportar la muerte de su madre, todo lo que ese hombre le hizo pasar a ella misma, ¿pero tocar a su hijo? Eso era algo que ella no permitiría jamás.

Se mudaron de casa y, tal cual Taehyung siempre deseó pudo iniciar una nueva vida. Siguiendo el ejemplo de su hermano mayor y sus sueños aún vigentes, Kim Taehyung logró ser aceptado en la academia policial. Parecía que estaba viviendo el final feliz que siempre deseó hasta esa fatídica llamada cuando él patrullaba. Hasta ese día en el cual sostuvo en sus brazos el cadáver de su hermana Yoori. Algún infeliz la había dejado tirada en un callejón tras quitarle arrebatarle su vida.

— ¿Kim Taehyung? — Escuchó el nombrado su nombre mientras observaba a Monbyul consolar a Seokjin en el funeral de su hermana. — Lamento mucho tu pérdida. — Le dijo un señor con traje que no conocía. — Sabemos que esta es una situación dura, pero queremos ayudar, yo quiero ayudar.

— ¿Ayudar a qué?

— A que vengues la muerte de tu hermana. — Enarcando una ceja, Taehyung se volteó para observar a ese hombre escoltado por un pelirrojo silencioso. — Hoseok... — Habló el sujeto estirando sus manos para recibir una carpeta. — La policía todavía no ha dado con el culpable, pero todo apunta a que tu hermana fue una de las víctimas en un asesinato en serie. — Mencionó entregándole la carpeta a Taehyung. — Podemos ayudarte.

— ¿Qué tengo que hacer?

— Por ahora, seguirme, obedecer órdenes y entrenar. En entrenamiento que recibiste en la policía es nada comparado a lo que te vas a enfrentar. No quiero mentirte, será duro, pero si quieres sobrevivir a su asesino y vengar la muerte de tu hermana, tendrás que ir al infierno y regresar.

— No me importa, si con esto tendré la oportunidad de vengar a Yoori lo haré sin problema alguno. Nací dentro del infierno y desde entonces vivo en él, no será nada nuevo. — Cerrando la carpeta observó al hombre con detenimiento. — ¿Quién es su asesino?

— Hasta ahora solo es un sospechoso, nos falta evidencia. — Comentó entregándole una foto. — Le llaman Liquidador.

+++

— ¡Liquidador! — Kim Taehyung abrió sus ojos sobresaltándose, mirando a su alrededor confundido. Había recordado su pasado, al menos gran parte de este al menos.

No comprendía algunas cosas, como el hecho de que su pasado fuese tan diferente al que le habían dicho durante el último año y algunos meses. Había visto una foto del asesino de su hermana y lo reconocía, se trataba del Liquidador. ¿Pero cómo era posible que hubiese fotos suyas con el asesino de su hermana?

Un momento...

Todas las preguntas que Taehyung se había estado haciendo en su cabeza quedaron suspendidas en el aire. Recordaba como a entrada de la noche encontró aquellas fotografías, lo mal que se sintió y la forma en la que pareció desmayarse sobre el suelo. Ahora, se encontraba acostado en una cama y pese a las ventanas estar cubiertas se colaba un rayo de sol. Se incorporó rápidamente mirando a su lado, solo, pero tenía un suero conectado a su brazo, mismo que rápidamente se retiró.

Al incorporarse lo primero que hizo fue buscar sus armas, pero no debía sorprenderse al notar que no tenía ni siquiera la navaja escondida en sus calcetines, lo habían despojado por completo. Maldijo por lo bajo pegándose a la pared más cercana, se agachó para revisar todo el piso debajo de la cama, incluso comprobó que no hubiese ningún arma escondida en esos lugares, pero no encontró nada. Con fuerza tiró del suero que había tenido conectado, enredándole entre sus manos para utilizarlo como una soga de ser necesario.

Era obvio que allí estuvo alguien más, sin embargo, no encontró a nadie tras un recorrido exhaustivo por la propiedad. Su preocupación era evidente, no le gustaba sentirse como una ardilla indefensa que mientras buscaba nueces era observaba por diferentes depredadores.

— ¡Mierda! — Exclamó bajo cuando el lémur que había visto la noche anterior saltó sobre él. — Shhh, no hagas ruido, bonito. — Le dijo al animal mientras se dirigía hacia la puerta para salir al exterior.

— Yo que tú no haría eso a plena luz del día, lo más probable es que tengamos drones en estos momentos rodeándonos.

1/2

Estaré ausente durante un tiempo, es por eso que bajo el deseo de la mayoría he decidido sacar el capítulo hasta donde lo tenía desarrollado. Esta es solamente una primera parte del capítulo, la próxima la terminaré de escribir una vez que el tiempo me lo permite y que resuelva todos mis inconvenientes personales. Ya sé que querían ver este encuentro, pero quedará para el regreso.

Les pido disculpas anticipada por mi ausencia, no me gusta hacerlos esperar, pero la vida no se puede controlar. Les ruego que me tengan un poco de paciencia, prometo compensarlos cuando regrese. Hasta entonces los dejo con este capítulo que narra un poco sobre el pasado de Taehyung y como paulatinamente comienza a recordar algunas cosas. Espero que les haya gustado, nos leeremos pronto...

LORED

https://youtu.be/HvLX0N02o44

Pd: Aquí vuelvo a compartir el booktrailer para que refresquen sus ideas. Lo mejor está por venir... 🙈😋😘

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro