Capítulo 34

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¿Kim Yoori?

Para Kim Taehyung y su hermano, ella fue lo que podría considerarse, el alma que los unía a todos en esa casa. El sostén monetario y mental de esa familia también podría decirse. Mientras la mujer que ellos consideraron progenitora estuvo obligada a permanecer en casa debido a su marido, Yoori comenzó a trabajar desde muy temprana edad para tener un poco de independencia financiera con la cual poder proteger y brindar algo a sus hermanos pequeños.

¿Su trabajo? Hasta el momento no quedaba demasiado claro, pues poco o nadie sabía que desde sus quince años fue fichada ilegalmente por la NIS. No necesitaron la autorización de sus padres y, aprovechando los problemas ocurridos en casa, el abuso doméstico, y todo lo demás, fue fácil conseguir que una joven desesperada por salir de un infierno y completamente perdida accediera a trabajar con ellos.

No tardaron absolutamente nada en averiguar su embarazo, fue sencillo recluir a madre e hija al mismo tiempo en el hospital cuando ambas estaban esperando un hijo del señor Kim. La paliza que este le había puesto a su mujer la puso al borde de la muerte, poniendo en bandeja de plata la situación para ellos. Ni siquiera la abuela supo que el niño que colocaron en sus brazos la tarde que volvió a abrir los ojos algunos meses después, era el hijo que otra mujer lloraba en una habitación prácticamente paralela.

A pesar de todo, la señora Kim sí se llegó a percatar semanas más tardes de que había algo errado en todo eso, no obstante, guardar las apariencias y evitar un escándalo mayor frente a toda la sociedad que dañase a sus hijos y nieto sería peor, así que no hizo distinción alguna entre el recién llegado y los otros dos que salieron de su vientre. Quizás había perdido un hijo debido a los golpes infligidos por su marido, pero eso no hacía que Taehyung fuese menos, lo consideró un hijo más que un nieto.

Taehyung creció ignorando todo lo ocurrido, no sabía que cada vez que en su frente se depositaba un beso, este provenía de su verdadera madre y no a quien él creía su noona. Ese amor que siempre sintió por la mujer a la cual se le desgarraba el alma cada vez que debían separarse, era un amor filial por alguien que cada día ponía su propia vida en peligro.

Nunca se enteró de los entrenamientos de Kim Yoori, ni siquiera supo que ella era una agente de investigación porque carecía de lo que se necesitaba para ser una agente activa. Sus escasas aptitudes físicas dentro del campo fueron unas de las tantas razones por las cuales ya en su adultez la colocaron bajo las órdenes de los Jeon. Alguien que pudiese filtrar sus planes porque tenía mucho que perder si no lo hacía, pero no era completamente ingenua, descubrió mucho y esto cambió parcialmente el rumbo de las cosas.

De la mano de la NIS, Taehyung, toda su familia y ella misma siempre estarían en problemas porque eran peones desechables en un inmenso tablero de ajedrez. Por desgracia, ella solamente tenía información y conocimientos químicos. Unirse a los Jeon, personas que habían derrocado incluso a presidentes bajo otras órdenes, fue su mejor estrategia. Desconocía que había más de una ficha con la posibilidad de ejecutar un jaque mate.

— No es gracioso... — Fueron las primeras palabras que Taehyung espetó luego de escuchar lo dicho por el menor.

La idea no era del todo descabellada, él fue testigo de cosas inimaginables hechas por su padre, fue también víctima de ellos como sabía que lo fue Yoori. No obstante, el pensamiento de que a causa de ese martirio él hubiese llegado a la vida, explicaba el motivo para ser tan desdichado. No debió ni siquiera haberse engendrado en primer lugar, si él era el hijo de Yoori y su propio padre, entonces él no entendía por qué esa mujer lo amó tanto cuando debía aborrecerlo por ser el constante recordatorio de su miseria.

— Amor. — Jungkook dio un paso adelante, pero Taehyung retrocedió instintivamente, sintiendo su pecho apretarse, su cabeza doler.

— ¿Qué tan seguro estás de eso que acabas de decir? — Preguntaba mientras su mente seguía viajando al pasado tratando de darle forma a todas sus memorias para que todo tuviese sentido. — ¿En qué te basas para decir que mi noona en realidad...? — Su voz se cortó y su mandíbula se tensó. — Que ella fue mi madre. ¿Tienes pruebas?

— No diría algo como eso sin tener absoluta certeza de ello. — Mencionó Jungkook estirando su mano a la espera de que el mayor la tomara sin éxito. Comprendía su frustración, así que se limitó a acariciar su cintura levemente para guiarle el camino.

Taehyung lo siguió en silencio, su estado era de aparente calma, pero el contrario lo conocía mucho mejor que eso. Por mucho que hubiese cambiado o mejorado ciertos aspectos de su carácter durante los años juntos e incluso luego de esto, Kim Taehyung le hacía vívido honor a su apodo. Se desquiciaba porque perdía los estribos con facilidad, se tornaba impulsivo. No obstante, era inteligente, jamás iba por completo a ciegas.

Entre documentos que acotejaba minuciosamente, estableciendo los límites de la realidad materializada en sus manos y aquello que su mente lograba recordar con claridad, todo aquello que le fue dicho e incluso más. Sentado en la oficina de Jungkook sin que nadie lo molestase, continuaba procesando en su mente el hecho de que Kim Yoori fue la mujer que le dio la vida.

— ¿Cómo obtuviste esto? — Cuestionó elevando lo que parecía ser el diagnóstico médico de su abuela.

— Le comenté la duda a mi padre, si existía la posibilidad de que Yoori y Sunhyo fuesen hospitalizadas juntas durante la época de tu nacimiento. Curioso como una familia sin demasiados recursos enviaron a su hija a un internado durante el mismo tiempo en el cual tu madre fue hospitalizada por un supuesto accidente. Hubo compras de pasajes a nombre únicamente de Yoori hacia Jeju, también un pseudo registro académico en North London Collegiate School en Jeju, sin embargo, nunca estudió allí. Con la magnitud de los golpes que le fueron proporcionados a tu abuela, fue imposible que la criatura sobreviviera.

— Mi hermana, es decir... — Guardó silencio durante varios segundos para luego reír por esa locura que tanto sentido le hacía. No sabía si seguir diciéndole hermana o noona porque, a pesar de todo, sí eran hermanos, hijos del mismo padre. Llamarla mamá debido a que le dio a luz, también le parecía extraño porque todo era demasiado reciente y nuevo, ya no sabía qué creer con exactitud. — Yoori fue ingresada en el mismo hospital que mi madre y aguardaron hasta que ambas dieran a luz para poder hacer el cambio.

— Bastante acertado. — Asintió Jungkook, viéndolo desde una distancia prudente, encontrándose con su mirada por encima del documento que continuaba sosteniendo el mayor.

— Llevan más de treinta malditos años jugando con mi familia y conmigo. — Musitó Taehyung sintiendo odiar al mundo en general, aunque no todos tuviesen la culpa.

Sus ojos picaban, mas él no lloraba, ni siquiera comprendía cómo sus mejillas se humedecieron cuando rato atrás abrazó a Jungkook, cuando hicieron el amor. Quizás porque fue un momento feliz, algo que en su vida pocas veces ocurrió. Tan acostumbrado a las desgracias como estaba, malas noticias, dolor, frustración, nada de eso le hacía llorar aunque su pecho se resquebrajara en pedazos.

— ¿Cuál es o fue la razón para tener a mi madre en su custodia? Según estos informes meses antes de darme a luz, desde que quedó embarazada de mí, ella desapareció, una vez que nací, volvió a desaparecer hasta mis dos años de edad, no comprendo.

— Creemos, mejor dicho, estamos seguros de que fue parte de un experimento por parte de la inteligencia. Era una menor con un embarazo que ni a su propia familia le hubiese gustado reconocer. Una hija, abusada y embarazada por su propio padre cuando incluso por miedo o la razón que fuese su madre negó esas acusaciones cuando Yoori fue a la policía por su cuenta, era un tema muy delicado. — Contestó el Liquidador buscando sin mucho éxito tener tacto para abordar las cosas. Se conocían, eran demasiado directos. Crudos y brutos de cierto modo, aun cuando querían consolar o cuidar a su compañero.

— ¿Qué tipo de experimento?

— Pudo haber sido uno o más, dado de la forma en la cual tu hermana fue convertida en agente, científica, infiltrada en varias investigaciones y misiones, desconocemos qué fue todo lo que hicieron con ella, no tenemos la certeza absoluta de ese detalle. Mis padres conocían gran parte de su pasado debido a que durante décadas fueron leales y reconocidos en la agencia, ganándose confianza y reputación, pero ellos jamás dejan que sus agentes o cualquier persona maneje toda la información.

— Convicto. — El nombrado elevó su mirada para encontrarse con otra intensa sobre él, una mandíbula tensada y un cuello que a cada segundo se volvía más intenso. Un ligero movimiento de cabeza parecía instarlo a hablar porque Jungkook conocía cada uno de sus gestos. — Siempre has sido un hombre muy directo y yo te hice una pregunta clara. ¿Qué tipo de experimento?

— Clonación. — Ante la respuesta, las cejas de Taehyung se elevaron como una primera respuesta.

— ¿Clonación?

— Así es, la utilizaron como una incubadora para realizar varias réplicas de su hijo, quedarse con todo aquello que les permitiera a futuro continuar clonando tu persona.

— ¿Qué? — El pelirrojo se reía sin evidente diversión. — En mi vida he visto a alguien como yo. Ni siquiera mientras yo estuve como Mister D.

— Es obvio que no quieren que se encuentren por alguna razón. Cuando tú estás en África o cualquier otro continente, otro que luce exactamente como tú ocupa tu lugar. Ha sido así durante algún tiempo.

— Convicto, eso que dices...

— Yo te enterré. — Espetó logrando callar al contrario que comenzaba a negar sus palabras. — Antes de volverme a ver siendo tú, Mister D, ¿cuándo fue la última vez que me viste? Es dice, tu última memoria como mi pareja.

Esa pregunta parecía ser un examen sorpresa, a Taehyung le costó varios segundos ir haciendo memoria y desglosar los confusos recuerdos que rápidamente se mezclaron.

— En Dubai, cuando estábamos huyendo... — Mencionó mirando al pelinegro ir acercándose hasta el asiento frente a él del otro lado del escritorio. — La última vez que te vi fue mientras caía del puente.

— Después de que te apresaran ese día, yo te busqué por cielo, mar y tierra hasta dar contigo. Vi cuando escapaste, yo estaba yendo a tu rescate.

Esa era otra imagen un poco borrosa que Taehyung tenía en su mente, tal vez porque fue la última cosa que vivió hasta que abrió sus ojos como Mister D en la cama de un hospital muchísimo tiempo después. Recordaba su huida, incluso venía a la mente la forma en que intentó accionar con el freno de emergencia para girar el coche y esquivar los obstáculos sin lograrlo. Lo que ocurrió con su persona en ese tiempo era algo desconocido para él, ni siquiera se había detenido a pensar en ello.

— Te vi o al menos creí verte amarrado, amordazado y encapuchado en un muelle, te vi llorar por mi causa y llamarme en un grito desesperado mientras nos mandaban a ambos a otra vida. Caí al agua y desperté con la noticia de que habías muerto, Kim. Yo sostuve ese cuerpo como si fueras tú, le realicé exámenes y absolutamente todo parecía constatar de que, efectivamente, eras tú. Sin embargo, volví a verte en una reunión, después en el club, reunido con Bogum, te vi muchas veces más y no en todas eras tú.

— ¿Qué tan lejos has ido con este "yo"? — Preguntó haciendo comillas con sus manos.

— Hasta escucharlo gemir mi nombre de un modo en que tú nunca lo has hecho. — Mencionó y esquivó el bolígrafo que Taehyung lanzó hacia él con evidente molestia. — Cuando Jin desapareció, después de que marcharas a Ruanda, esa persona vino a mí haciéndose pasar por ti, seguramente con claras órdenes de probarme y utilizarme. Yo necesitaba salir de dudas...

— Así que por ello te lo follaste. Tiene una polla prodigiosa que funciona como un detector de mentiras y lector de ADN por lo que veo, porque de lo contrario, no tenías que follártelo para comprobarlo. Andabas de pito caliente metiéndolo en cada lugar. — Espetó buscando suspirar y volver a calmarse. — Debo irme.

Fue todo lo que dijo poniéndose de pie y caminando hacia la puerta antes de ser detenido por Jungkook. El pelinegro lo volteó con fuerza y lo miró, pero todo lo que hizo Taehyung fue empujarlo.

— No estoy molesto por esa estupidez, ambos follamos y lo sabemos. Realmente debo irme, no se puede saber que recuerdo todo y vine a ti. Iba a hablar con el resto, pero tampoco quiero que lo sepan.

— Namjoon y Jimin ya lo saben.

— Fingiremos con ellos también, inventa que fue mi clon, que peleamos por algo diferente, no lo sé, convicto. Simplemente inventa algo y... — Sin poder terminar su frase, los hombres de Jungkook entraron corriendo, asustando a un Taehyung que, antes de siquiera pensar en algo, disparó en su dirección.

— No puede ser. — Resopló Jungkook bajando el brazo de Taehyung mientras lo miraba. — Acabas de regresar, por favor te pido que te tomes tu tiempo y no comiences a disminuir el número de hombres en mis filas.

— ¿Lo siento? — El pelirrojo se encogió de hombros con una sonrisa ladeada mientras volvía a mirar a los dos sujetos en el suelo. — ¿No fue mi intención? En mi defensa, me asustaron. — Hizo una mueca y pasó por encima de ellos dirigiéndose a la salida para ver el motivo detrás de la prisa de los sujetos.

Lo que encontró mientras el pelinegro también empuñaba su arma y lo seguía le hizo rodar los ojos. El rubio que Jungkook se había estado follando estaba de regreso a esas horas para reclamar verlo. Había estado intentando entrar por la fuerza y pidiendo que llamaran a Jungkook, por ese motivo sus hombres se habían apresurado a buscarlo.

— Liquidador, — llamó Hyunjin liberándose de los hombros que lo tenían detenido — ¿podrías decirles que me dejen pasar?

Taehyung miró al rubio, luego a quien había sido aludido. Jungkook estaba consciente de las miradas sobre él, pero no miró al pelirrojo. El mayor estaba supuesto a irse, así que con un asentimiento acompañado de un gesto con su mano, le indicó a sus hombres que lo liberaran.

— Ahora que recuerdo, todavía tengo algo más que decirte. — Musitó Taehyung dándose la vuelta para regresar al interior del lugar mientras Jungkook lo observaba.

— Me encargaré de esto, por favor, espérenme en el salón. —Pidió sabiendo que esa no era la mejor idea, confiando, a pesar de todo, en la capacidad de Taehyung para contenerse cuando seguramente sabía que nada de lo que él estaba haciendo era por gusto o placer propio. — Ya regreso.

Los dos observaron al Liquidador alejarse seguido de algunos hombres, necesitaba no solo mandar a limpiar el desastre causado por el Desquiciado, sino también calmar a sus hombres y enviarle una indemnización a los familiares.

— Creí que ya te habías ido. — Mencionó Hyunjin viendo a Taehyung acomodarse contra una pared mientras lo observaba. — ¿Qué es lo que buscas, Desquiciado? Este ya no es tu territorio.

— Niño... — Comenzó a hablar, mas el rubio se cruzó de brazos mientras se acercaba a él y continuaba hablando.

— Solían decir que eras como un perro rabioso y sin razón. — Musitaba mirándolo despectivamente de arriba hacia abajo, causando que Taehyung sonriera. — Ahora que te veo de frente, sí lo pareces. Un perro derrotado que busca incansablemente volver al sitio donde lo tuvieron amarrado y, aunque todavía rabioso, ya no asusta a nadie. Eres un perro herido y con correa, te controlan. Puedes cambiar tu mirada, porque no asustas a nadie.

— Pienso que desconoces el hecho de que hasta los perros mansos con el incentivo correcto se convierten en una fiera. — Le sonrió una vez más mientras lo estudiaba. Jungkook debía tener una razón todavía desconocida para él para mantener a ese marchito girasol a su lado, pero en ese instante, deseaba partir su tallo por la mitad. — Un fatídico error, el de las personas, pensar que el amo de un animal es aquel que lleva la correa. — Le respondió en su lugar, notando la confusión en el más joven. — Quien le da de comer, quien lo cuida y ama, es quien se lleva la lealtad y respeto del animal.

— ¿Piensas que encontrarás un amo que te dé amor aquí?

— Bebé, yo soy salvaje y libre, no tengo correa y tampoco amo. Nadie me da de comer, ¿por qué crees exactamente que soy El Desquiciado que una vez caminó a la par del Liquidador? — Sonrió mientras terminaba de borrar la distancia entre ellos, sacando de su arnés un cuchillo con el cual le cortó su brazo en un rápido movimiento. — Aprende a reconocer una bestia cuando la tienes delante. — Musitó antes de tirar de su cabello, soltándole el muslo con un poco más de profundidad para que cayera de rodillas frente a él sin liberar su pelo un solo segundo. — Conoce tu lugar. — Volvió hablar colocando el cuchillo en su cuello, listo para sentir la tibieza de la sangre alcanzar su mano.

— ¿Qué mierda haces? — Preguntó Jungkook con un grito al entrar al lugar, sosteniendo la muñeca de Taehyung para girarla y empujarlo. — Vete.

— Jungkook. — Llamó apresurándose para agarrar el cuchillo, mas la forma en la cual el pelinegro socorría al rubio que controlaba sus gritos y lloraba le produjo infinita molestia y repulsión.

Se acercó, mas Jungkook se giró para empujarlo, perdiéndose ambos en una corta pelea que culminó en el instante en el cual ambos sacaron sus pistolas. Taehyung quitó el seguro, mas cuando observó los ojos del convicto, no pudo evitar dudar. Su posición... Jungkook no estaba peleando de verdad, porque de hacerlo, su postura sería diferente, la forma de sostener su arma, sus venas, su mirar. No peleaba, tampoco entrenaba, se estaba comunicando con él sin necesidad de palabras, así que bajó el arma, se dio la vuelta y se marchó.

— ¿Dónde está Namjoon? — Gritó a uno de sus hombres.

— Salió hace un rato, señor.

— ¿Jimin?

— Tampoco está señor.

— Mierda... — Musitó controlando el sangrado de Hyunjin. — Quiero que lo lleven al hospital, se aseguran de que esté bien. Responderán por su vida.

— Sí, señor.

— L-Liquidador... — Llamó Hyunjin aferrándose a su brazo. — Yo no quiero ir solo.

— No puedo ir contigo, sería dibujarme un blanco en la espalda al exponerme de ese modo. — Mencionó besando su cabeza. — Prometo que estarás bien, esto es solamente un rasguño, no te asustes.

Desde su sitio, Jungkook contemplaba como sus hombres se alejaban cargando Hyunjin. Él podía haberse hecho cargo, sin embargo, en ese momento lo más conveniente es que fuera al hospital. Peinando su cabello no pudo evitar sonreír porque sabía que Taehyung no mataría al rubio, pero este último tampoco saldría del todo ileso. Estaba enamorado, celoso y en modo de alerta con Taehyung, definitivamente iba a decir algo que sacara al pelirrojo de sus casillas. No se equivocó.

— Jodido Desquiciado... — Susurró con cierta diversión.

Conduciendo a gran velocidad, Taehyung se fue alejando de aquel lugar. Su cabeza continuaba procesando toda la información y sucesos de las últimas horas. Estar con Jungkook, enterarse de su madre, clones, Hyunjin... Todo fue un poco demasiado, pero en ese momento todavía necesitaba más respuestas, por ese motivo condujo hasta llegar a la residencia de Park Bogum, ala que Jungkook ya había previsto. Sabía que el pelirrojo iría ahí para conversar con él y por muy discreto que fuese, no era la mejor noche para hacerle preguntas, iba a terminar descubriéndolo.

Con disimulo, después de desactivar momentáneamente las cámaras y otros sensores de seguridad, Taehyung se movía por todo en lugar. No sabía qué buscaba con exactitud porque estaba seguro de que en un lugar donde ellos se encontraban, Bogum no dejaría nada comprometedor o revelador a su disposición.

Sosteniendo su celular, Taehyung avanzó en dirección al ático de aquella casa. Parecía un ático cualquiera, lleno de cajas y algunos muebles olvidados. Investigó varias de esas cajas, notando que había armamentos y otras cosas que carecía de importancia para él. Rebuscó casi hasta el cansancio, pero justo cuando estaba a punto de darse por vencido, dio con puerta camuflada en el suelo en la que un teclado luminiscente resaltó una vez abierta. Evidentemente, necesitaba una contraseña para acceder, no tenía una, mas utilizando el descodificador que tomó sin autorización del teléfono de Bogum antes de irse a Ruanda, después de largos minutos, logró abrir la puerta. Esa no iba conectada al piso común de la casa, sino a una escalera algo extensa que llevaba hasta el sótano por dentro de dos paredes no tan estrechas.

Al llegar, volvió a generar varios números hasta que abrió la puerta. Todo estaba oscuro, no sabía con lo que se encontraría, mas en silencio sacó su arma hasta que sus dedos rozaron un interruptor. Lo movió y la luz se encendió inmediatamente, dejándole ver una pistola señalando su frente.

— ¿Cómo llegaste aquí? — Escuchó preguntar y fue rara la sensación que lo recorrió, como si hubiese estado escuchando un audio de sí mismo. Cada vez que lo hacía o veía un video en donde se encontraba hablando, el tono de su voz le parecía familiar, pero demasiado horrible y diferente a como él mismo creía escucharse. — Solamente Bogum tiene acceso aquí y hasta donde sé yo soy el único con derecho a este lugar. ¿Qué número tienes?

Taehyung golpeó su mano para desarmarlo, pero el sujeto predijo sus movimientos, era como verse mover a través de un espejo. Lucía y actuaba igual que él. Eso dejaba en claro y confirmaba lo dicho por Jungkook, tenía que ser el clon que se hacía pasar por él.

Debía terminar prontamente esa pelea, necesitaba hacerlo antes de que Bogum regresara y notara que había descubierto el escondite de ese experimento, así que, en vez de actuar como él, imitó el estilo del Liquidador, algo que le dio una ligera ventaja para desarmarlo.

— Las copias tendrían que tener la capacidad de reconocer al original. — Espetó Taehyung agitado, agarrando fuertemente al pelirrojo que comenzaba a ensanchar los ojos.

— ¿T-Tae? — Agitó su cabeza y el nombrado frunció más el ceño. — ¿Taehyung eres tú?

— ¿Y tú eres? — No pudo preguntar nada más, para su sorpresa, ese sujeto que hasta el momento había estado luchando con él, comportándose como él, comenzó a llorar mientras se incorporaba para abrazarlo. — Oye, oye...

— Tae, finalmente te veo, Bogumie me dijo que todavía tenía más trabajo que hacer antes de conocerte y poder vivir contigo, pero te dejó venir. — Hablaba emocionado, abrazando con mayor fuerza a un pelirrojo que distaba de actuar de esa manera. Ese algodón de azúcar frente a él nada tenía que ver con el perro rabioso que él era.

— Escúchame. — Mencionó alejando con dificultad las manos que lo envolvían como un pulpo. Por un momento, permaneció viendo al otro pelirrojo, su mirada, su accionar era como el de un niño. Algo, en lo que sea que ese pelirrojo fuera, le recordaba al niño que sonreía escuchando las canciones que Kim Yoori cantaba. — Tenemos que hablar, tú y yo.

+++

Bogum observaba su teléfono mientras aflojaba su corbata en el asiento trasero de su vehículo. Odiaba los imprevistos y que las cosas no salieran como él deseaba, todo en esa noche parecía como piezas de ajedrez movidas por un titiritero y él odiaba el sentimiento de sentirse títere. Suspirando, observó por la ventanilla del vehículo hasta que dos hombres se posicionaron fuera de esta. Guardando su teléfono, esperó a que la abrieran la puerta y descendió mirando todo a su alrededor.

— Todo despejado, señor. — Le avisaron sin dejar de controlar el peligro. — Lo escoltaremos con seguridad hasta el objetivo.

El pelinegro no contestó, caminó en medio de los hombres, dejando que una sirviera de escudo delantero y el otro cuidara su espalda a medida que avanzaba por esos pasillos. Odiaba el olor de ese lugar, detestaba pisar ese tipo de sitios, pero esta ocasión lamentablemente ameritaba que se presenciara personalmente.

— Esperen aquí y asegúrense de que nadie entre. — Ordenó viendo al resto de hombres que cuidaban la puerta, también a los que yacían desmayados en el suelo. — Despejen el sitio. — Dos de los hombres trajeados asintieron en respuesta, comenzando a mover los hombres que habían perdido el conocimiento. — ¿Se puede saber qué demonios pasó? — Fue lo primero que Bogum preguntó una vez que entró a la habitación de ese hospital. — ¿Cómo demonios terminaste en esta situación?

— Los accidentes pasan, además, no vengas actuando como alguien que se preocupa por mí cuando lo único que te importa eres tú mismo y la aprobación de nuestro padre.

— Park Hyunjin, te dije que te alejaras del Liquidador, te prohibí acercarte a él. — Espetó acercándose a un rubio que rodaba sus ojos.

— Hwang Hyunjin, llevo el apellido de soltera de nuestra madre, hyung.

¡Hola por aquí! Se siente muy raro actualizar a esta hora, pero he tenido que utilizar el poco tiempo libre que estoy teniendo. ¿Cómo han estado?

Taehyung finalmente conoció a T73, vamos viendo y descubriendo más cositas. ¿Qué les pareció el capítulo y qué esperan que vaya a ocurrir a continuación? Los leo 🙈

LORED

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